Chapter 6
Luego del incidente con la niña de la sudadera Felicia tuvo que acompañarla hasta la puerta de su apartamento que era en el piso 21, al parecer la disputa familiar que pudo haber sucedido había terminado cuando ellas llegaron mojando todo el pasillo. Un adolescente con rasguños en la cara y un hombre cansado escondiendo su brazo izquierdo en una toalla le abrieron la puerta. La niña de la sudadera abrazó al hombre cansado y le preguntó si mamá ya se había calmado, el hombre solo sonrió con alivio, acaricio su cabeza y le dijo a la pequeña que entrara. Cuando volteo a ver a Felicia dispuesto a tener una conversación la pequeña dijo que ella estaba sola en la azotea así que solo le hacía compañía porque era una buena niña. Felicia desvió su mirada y luego de mirarla unos segundos pensativo el hombre decidió terminar la conversación con un agradecimiento y una disculpa antes de cerrar la puerta.
Entonces Felicia decidió volver a casa. Llorar no mejoró la situación de desastre ante sus ojos, no la hizo sentir menos sola pero seguiría adelante. Ella abofeteó levemente sus mejillas y junto todas las pertenencias que le quedaban en la vieja mochila en la esquina de la habitación.
Felicia obtuvo algo de la conversación con el padre de la niña de la azotea, el Refugio patrocinado por Bruce Wayne. Originalmente habría estado en contra de esta recomendación pero por lo que pudo averiguar más tarde por boca de gente cercana a dicho recinto finalmente le dio más confianza para entrar. Usó el nombre de Sara y por suerte para ella aún quedaba espacio disponible para ella. Le dieron ropa para que pudiera usar después de usar las duchas más un poco de cena que aún quedaba disponible en la cocina. Su cuerpo pesaba como plomo pero de alguna manera halló fuerza para arrastrarse a la cama.
Felicia miró en dirección al distante techo y abrazó con fuerza su mochila.
Ella suspiró pesadamente, debido a las políticas del refugio solo podía estar aquí cinco días seguidos, había excepciones pero obviamente ella no podía cumplirlas. El lugar era muy solicitado por ser el más decente de la condenada ciudad.
En vista que todos dormían Felicia tarareo una pequeña melodía para animarse, se sentía fatal, pero tararear esa pequeña melodía le trajo una especie de paz extraña que convivía con el malestar en su corazón. O algo similar, ella nunca supo explicarlo pero en sus peores momentos siempre hacía aquello. Su voz estaba ronca por cantar bajo la lluvia hace unas horas, Felicia se sintió algo aliviada de que nadie de sueño ligero se haya despertado para callarla en ese momento y luego de unos minutos se quedó dormida aferrada a su mochila.
Al día siguiente, Felicia despertó antes que los demás y observó con más detenimiento el lugar ahora que la luz del día le brindaba más detalles.
Al dia siguiente fue a la Biblioteca, por suerte la Srta Barbara estaba ocupada con un joven de su edad y pudo pasar antes de que le preste atención a sus zapatos enlodados. Felicia entró en la red e hizo un par de búsquedas sobre las noticias, dijeron que Arkham había tenido otra fuga. Una mujer verde esta vez, no por rayos gamma sino que era una señora planta o algo así.
Los Vengadores
No se encontraron resultados.
Spiderman
No se encontraron resultados
Taylor Swift
Taylor Spencer, patinadora olímpica ru…
Felicia suspiró mentalmente viendo el obvio resultado, Gotham Academy apareció en uno de sus resultados. No le parecía muy divertido graduarse de nuevo pero si lo veía por otro angulo tal vez iría para pasar el rato, quien sabe. Si consideraba la universidad quería decir que aceptaba que estaría un largo tiempo en esta ciudad, la idea aún le revolvía el estómago.
Luego vió otra noticia, hubo una explosión en Lex Corp esta semana. Alrededor de tres muertos y unos cuantos heridos. Felicia leyó el artículo, uno de los motores en las instalaciones había explotado mientras desarrollaban un experimento decía el comentario, pero había sido controlado poco después y Lex Luthor se negó a dar detalles. Felicia bufó, seguro ese calvo estaría haciendo otra copia de Superman en secreto y se le escapó de nuevo. Alguien debería arrestar a ese tipo y quedarse con su dinero. Claro que quien pudiera acer eso no tendrian que ser la misma persona.
“Katee”
Felicia tuvo un escalofrío al sentir una voz cerca a ella.
“Ah… me asustaste Barbara.”
“Lo siento, solo quería saber como has estado estos días ya que no viniste por un tiempo.”
“He estado buscando un trabajo a medio tiempo, me despidieron del último”
“Umm pero y la escuela?”
“Eh yo ya la termine y no tengo suficiente para ir a la universidad, mis padres tampoco pueden permitírselo.”
Barbara la miraba con algo de desconfianza, pero luego aceptó sus palabras con tristeza.
“Que te parece trabajar aquí?”
“Perdón?”
“Hablo en serio, me vendría bien una mano de vez en cuando.”
“Oh gracias, pero no es necesario, no quiero ser una molestia y aprovecharme.” Sin mencionar que su padre era el Comisionado de Gotham, algún día saldría como Black Cat de nuevo no podría permitirse riesgos, la policía ya estaba buscándola y aunque con un nombre equivocado alguien como la hija del comisionado sería peor. Sin ese pequeño detalle sería el trabajo perfecto.
“No lo eres, niña.”
“En serio, gracias por la oferta, pero no te preocupes demasiado, estaré bien.”
“Segura?”
“Si si.”
Y no se equivoco demasiado, los gatos negros no tenian mala suerte para siempre.
Los días transcurrieron y Felicia llegó cansada del trabajo, si, al fin consiguió trabajo luego de una semana, ahora era camarera en un restaurante chino que había abierto hace poco en New Gotham. Lo había conseguido un día cuando se coló en un gimnasio para coger algunas cosas absolutamente necesarias, además de un baño fresco. Lo gracioso es que la persona que iba odiar haberse distraído conversar con ella al notar que faltaban sus cosas termino siendo su salvadora, puesto que la recomendo para el trabajo. Felicia tuvo que devolverle sus cosas sin que se de cuenta, lo cual fue mas difícil que robarle en primer lugar.
Como sea, había dicho que su voz dulce era lo que necesitaban para atender a los clientes. Felicia no le creyó de inmediato pero siguió a la mujer con un taser escondido en su bolsillo, siempre a mano obviamente.
Por suerte la mujer decía la verdad; fue lo suficientemente incapaz de ver el peligro y traer a una desconocida a su negocio, le pone el uniforme le da de comer y la deja sin supervisión. Aun si no fuera Gotham tampoco haces eso en cualquier otra ciudad, ¿qué le pasa? esta mujer está loca.
Como sea, la loca se llamaba Yang Yinhe y resultó ser la Sous Chef del restaurante Loto Imperial.
Felicia no estaba loca, se tiraría a sí misma de un rascacielos si lo arruinaba, y gracias a todo lo último consiguió un pequeño apartamento y pudo dejar el refugio. La luz fallaba y el agua a veces no llegaba así como algunas plagas se colaban de vez en cuando, pero al menos tenían una cama decente y un techo estable, justo a tiempo ya que estaban en invierno ahora. Felicia ha estado ahorrando para comprarse un refrigerador pequeño y ahora estaba buscando por alguna oferta en el supermercado.
No lo encontró pero vio sábanas afelpadas para invierno en oferta así que las puso en el carrito. Tenían dibujos de gatitos así que no pudieron ser más perfectas. Mientras terminaba de pagar en la caja le sobrevino un mareo que casi le hizo perder el equilibrio pero rápidamente sacudió la cabeza y palmeo sus mejillas, hoy se había olvidado de tomar café. Felicia suspiro, su cuerpo necesitaba un descanso. Justo antes de caminar hacia la salida alguien la agarró del hombro de forma brusca.
“Tu!”
“Pero qué demonios señora…”. Felicia no fue amable y le regrezó el empujon al la mujer, esta solo se escandalizó mas.
Felicia frunció el ceño ante la señora que no dejaba de acosarla.
“Lo sabia! Es ella, Oficial!"
Ella vio como los oficiales caminaban en su dirección sin vacilación. Estaba en problemas, la habían reconocido de nuevo.
Hoy traía una peluca rubia mas un abrigo verde petróleo, supuso que era la peor combinación que pudo haber hecho hoy. No recordaba que había usado esta imagen para robar algo alguna vez.
Ya ni recuerda que es lo que robo, pero le frustro haber sido descubierta de esta manera. Sin pararse a escuchar más ella empezó a correr sin mirar atrás cortando caminos entre calles, choco con alguien pero no le dio tiempo para disculparse, luego, escondiéndose en unos callejones de Crime Alley, una vez entrara en esa parte de la ciudad normalmente los policías desistirían en seguirla. Cuando se aseguró que ya no la seguirían tiro la peluca a un contenedor de basura y le dio la vuelta a su abrigo revelando otro color por fuera cuando se lo volvió poner.
Felicia acomodo su cabello plateado mientras se ponía la capucha para que el viento frío no toque sus orejas.
Solo había pasado unos dias pero el mundo no le dejaba olvidar quien era, Felicia soltó un bufido divertido.