Black Cat is not actually a cat

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Black Cat is not actually a cat
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Gato Negro

Se despertó sobresaltada, había escuchado un ruido estridente a lo lejos pero suspiró aliviada al darse cuenta de que solo era una rata. Su estómago gruñó y ella suspiro. Esperaba no tener que cocinar ratas de nuevo, algo le decía que las ratas de este mundo le provocarían algo más que dolor estomacal y náuseas. No fueron muchas veces las que estuvo obligada a comer ratas pero definitivamente sucedió. Antes de encontrar este orfanato estuvo en un almacén abandonado. Se había quedado dormida unos segundos, apoyada en la pared de espaldas, 10 minutos a los mucho, para cuando volvió a abrir los ojos una extraña mujer de la calle estaba aproximando su mano hacia ella. Obviamente no espero a ver que más sucedía y huyó de lugar, pero le ayudó a no olvidar que, no importa lo cansada que se sienta, nunca debía cerrar los ojos sin asegurarse mínimo cuatro veces que estuviera completamente sola y que lo estaría los próximos minutos.

Felicia ató sus rizos plateados en un moño suelto y revisó sus vendajes. Su pierna ya había cicatrizado casi por completo y piel nueva estaba surgiendo, iba a dejar cicatriz pero está bien, al menos no fue en su rostro.

El señor Berkham no la aceptó como cantante. Había dicho que no le daría buena imagen a su negocio tener a una adolescente de dudosa procedencia como cantante principal, pese a sus habilidades vocales, no estaba tan desesperado. Felicia supo que habría sido demasiado bueno para ser verdad encontrar un trabajo decente tan rápido. Con su pago pudo comprar comida para los siguientes días más una mochila barata de Batman junto con pequeñas cosas básicas, incluyendo un espejo de mano. Luego de mirar su rostro unos segundos vio que sus mejillas aún se veían algo pálidas y faltas de carne, aunque no tan mal como la última vez que se vio en el reflejo del cristal. Felicia suspiro mientras se tumbaba sobre el colchón pestilente y miraba al techo.

Ha. Realmente estaba en otra dimensión.

¿Qué le pasaba a esta ciudad?

Incluso había visto pandillas de niños luchar por comida o cosas más patéticas en más de dos ocasiones. Incluso la policía estaba toda corrupta, odiaba tener razón con respecto a eso. Los policías eran problemáticos, pero esto… Esto era como una versión más jodida del bajo mundo de su ciudad.

Ah Queens, la extrañaba.

Su cama suave, agua potable de fácil acceso, su teléfono, el gatito que solía alimentar cada vez que volvía a casa, ver a los Vengadores en las noticias, ver a Spiderman siendo regañado por una abuelita que no quería ayuda, su padre, que se suponía la esperaba en casa después de tanto tiempo…

Todo había sido reemplazado y caído sobre ella como un balde de agua fría.

Felicia arrugó su nariz y frotó sus ojos que estaban empezando a arder. Su mente se estaba poniendo ruidosa de nuevo, se dio cuenta de que su respiración estaba tornándose irregular. No. Tenía que hacer algo, pensó. Su mirada se posó en la peluca castaña colgada en la percha. Si. Saldría. Se puso su abrigo con capucha de Red Hood (ahora sabía su nombre después de haber visto una figura de acción en un lugar de comida rápida), soltó un suspiro pesado y luego de esconder su cabello salió por la ventana. Demasiado tiempo consigo misma no era bueno. Se suponía que como ahora era Katee Charendorff debía ir a la escuela, pero Felicia Hardy no apoyaba la idea de forma activa. Los últimos días se había dedicado a estudiar la tecnología de Lex Corp. Lo que uno podía hallar en internet era insuficiente así que tenía que ver más de cerca.

Quien sabe, tal vez podría construirse una máquina o algo así para regresar a casa. Este mundo también debería tener su propio mago o algo así pero no podía buscar a ciegas. Primero tenía que empezar por algo y eso sería descubrir que tan buena era la copia barata de Industrias Stark. Lex Luthor era un hombre inteligente, pero su obsesión por el alienígena bonachón con vibra a Cap dejaba mucho que desear. ¿Acaso es el único alienígena que existe? ¿Por qué no concentrarse en cosas más productivas?

El primer intento de infiltrarse falló, al parecer no les gustan los estudiantes con entrevistas de proyectos de la escuela dentro de sus instalaciones. No fue uno de sus mejores planes, eso está claro. Aprovechando el tiempo decidió pasar por la biblioteca. La señorita bibliotecaria fue muy amable, le gustó su cabello. No había mucha gente además de ella y Felicia lo agradeció. Camino con pasos suaves hasta la sección de química y recolectando libros(actuales y de hace más de una década) de otros lugares los llevó a la mesa vacía más apartada de la entrada. Iba a catalogar sus propias posibilidades de hallar un laboratorio con los requisitos adecuados para una posible máquina interdimensional más las posibilidades de que en este mundo tuviera algún héroe/alien/mago pudiera crear portales. Felicia sacó una libreta y un boli de su mochila y empezó a escribir lo que conocía apoyándose de los libros para recordar lo que ya sabía en su mundo. Había leído los libros de Jane Foster, e incluso se esforzó por entender otras ramas de la ciencia demás de la astrofísica para estar a la altura del examen. No quería admitirlo pero antes realmente creía que al conseguir la beca de la universidad haría algo bueno con su vida a pesar de su contraparte como Black Cat, que a pesar de que no tuvo apoyo de su familia callaría la boca a todos eso idiotas que la subestimaron uno por uno. Se había aferrado a la idea con determinación.

Pero ahora, estaba leyendo un libro sobre la historia de una tal Wonder Woman que era una especie de guerrera mágica que había crecido sin ningún hombre en su vida? Ugh, qué horror. Y ni siquiera hacia portales. Descartada.

Ella se veía genial pero no era útil, que pena.

Volvamos a la ciencia de nuevo.

Felicia cerró los ojos tratando de recordar la teoría del puente de Einstein-Rosen, sabía que se podía viajar entre planetas. Debía haber algo , lo que sea, pero que la acercara a la idea de viajar entre dimensiones, tal vez. Había oído que los alienígenas eran más comunes aquí (aunque no necesariamente bien vistos en todos los casos), aún estaba investigando junto con la computadora encendida. Había venido a la biblioteca todos los días luego de buscar trabajo y no encontrarlo.

Tuvo que robar en los supermercados un par de veces para comer, en otras robó dinero para comprar algo que no superaban los 50 dólares.

Felicia revolvió su cabello con frustración y dejó caer los papeles garabateados al suelo. Si tan solo fuera un genio podría hacerlo más rápido, no ayudaba que en este mundo la tecnología rosa lo arcaico a pesar de que había cosas notables. No le sirvió, estaba perdiendo el tiempo pero no quería aceptarlo. La bibliotecaria se preocupó al verla y le invitó a comer un par de veces, Felicia le había dicho que estaba en época de exámenes cuando preguntó por las diversas hojas con cálculos. Ella aceptó la comida mientras poco después se perdía en sus pensamientos. Soltó un suspiro pesado y cansado mientras miraba al vacío, no consiguió ninguna idea decente de como regresar a casa. Felicia se quedará aquí por un tiempo peligrosamente indefinido. genial.

Simplemente genial…

Las comisuras de su boca formaron una extraña sonrisa.

No quería estar aquí... debería ir a Queens?

Solo tenía 12 dólares en sus bolsillos, su ropa ya estaba ganando un cierto hedor y sus platinos rizos ya eran de un rubio opaco. No tendría hambre hasta al menos unas horas pero eso solo quiere decir que tiene que resolver ese problema futuro al fin y al cabo.

Qué hacer?

Aun si fuera Queens no era la que ella conocía, sería más doloroso ir allí? La posibilidad de que las semejanzas fueran las que le recordaran de forma constante que no estaba en casa la hacía dudar de su decisión. Quería castigarse de esa forma? Un entorno familiar podría ser un alivio pero también podría ser insoportable. Felicia estaba empezando a tener miedo, de que si iba, solo se sintiera más perdida. Al menos si odiaba Gotham desde el principio, se aferraria a sus recuerdos con más pasión. Tenía eso en mente y estaba segura de su postura. Pero, y si iba a Queens y veía el alter ego de su madre o padre? Un hermano que nunca conoció? Incluso ella misma con otro nombre que no era Sara o Felicia… Y si verlos felices sin ella misma en sus vidas resultaba demasiado? ¿Quién sería ella? ¿Un error? Algo que no pertenecía a ningún lado y que el universo podría intentar destruir? Muchas preguntas aparecían en su mente a partir de ahí. Y era muy molesto.

Al volver a la realidad llegaba a la misma conclusión.

Le recordaban que estaba sola, pero no, no de una manera que ella podría superar. Al menos no aun.

Felicia apretó sus puños con fuerza mientras volvía a calmarse.

Aún estaba en la biblioteca, si tenía algún ataque de pánico prefería que nadie entrometido la viera.

Ella soltó con suavidad el aire contenido en sus pulmones, luego borró sus búsquedas en la web. Necesitaba algo de aire fresco.

Ella juntó todas sus hojas garabateadas con tinta y las dobló para que cupieran en su bolso. Al menos le servirán para prender una pequeña fogata durante la noche, habia lovido hace poco pero tenia una bolsa aislante que protegia sus cosas asi que todo estaba en perfectas condiciones ahi adentro. Cuando estaba por ponerse de pie sintió que unos brazos la rodeaban por detrás y una pequeña cabecita se escondía detrás de su sudadera.

“Que−”

“Gizem, ella no es mamá!”

La pequeña figura se sobresaltó detrás de ella y se alejó lo suficiente para que Felicia pudiera verle mejor. Era una pequeña niña de alrededor 7 años con una castaña trenza francesa, la vergüenza estaba muy visible en sus mejillas.

“Lo siento mucho”−. La niña murmuró muy apenada antes de huir lo más rápido que pudo al lado de un adolescente alto y rubio.

Felicia vio cómo el adolescente regañaba a la pequeña niña mientras lidiaba con su propia vergüenza e ignoraba la mirada de Felicia a propósito. Luego, ambos tomados de la mano iban a encontrarse con una señora que charlaba con la bibliotecaria en el mostrador.

Todo fue tan rápido que por un momento olvidó la tensión que yacía en sus hombros.

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