Gemas [IronStrange]

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Diciembre 15.
New York. EE.UU. Midgard.
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Mika estaba furiosa. Sus rubios cabellos se volvieron rojos de la ira que recorría  su cuerpo.

Sobre su cadáver harían sufrir a su hermanito, al niño que ella prácticamente cuidó y crío desde que nació.

Ella no tiene recuerdos amigables o sentimientos cálidos por esos monstruos, solo siente un profundo odio. Ella resistió toda la crueldad que le dieron, soporto ser vendida y utilizada por clientes... No, eran monstruos como sus progenitores.

Guardó silencio, escondiendo su dolor tras una sonrisa falsa solo para protejer a su pequeño hermano.

Hoy fue la gota que derramó el vaso.

Adrián, su pequeño hermano de 6 años, presentaba signos de ser un omega y esos monstruos estaban buscando al mejor postor para venderlo.

Mika sabe que sus progenitores fueron obligados a casarse debido a que no se cuidaron y la familia de su maldita madre era conservadora.

Tontamente, Mika pensó que su progenitora se embarazo por segunda vez porque realmente lo quería y no por un descuido. Mika había estado muy preocupada, la mujer prácticamente solo consumía alcohol y drogas durante el embarazo. Por pura suerte, Adrián sobrevivió y nació sin complicaciones.

Ella sabe que podría haber culpado por haber sellado su destino, pero no podía hacerlo. Adrián era un angelito puro e inocente.

Antes de saber su habilidad, antes de conocer al señor Arkel y a los demás, Adrián era su razón de vivir.

Ella dice basta.

Morirá antes de que su hermanito tengo un destino como el de ella. Las alas blancas y puras no serán manchadas de negro por ningún motivo.

Pacientemente, espero hasta la noche para efectuar su plan. Sus dos progenitores no trabajaban en sí, solo manteniéndose con lo que ganaban gracias a ella.

-- Volveremos mañana a primera hora, mocosa. Cuida del engendro -- Ordenó aquel desagradable hombre --.

Mika solo asintió.

-- Disfruta tu día libre, que mañana atenderas desde el mediodía -- Se burló la teñida --.

A la pequeña aprendiz de Arkel se preguntaba porque la mujer se teñía el pelo de rubio fresa, le quedaba patético. 

Observó cómo el auto arrancó y corrió escaleras arriba hasta su habitación. Tomó una pequeña, sacando algunas prendas y guardandolas en un pequeño bolso. Mirando su habitación, solo tomo su libro favorito Ilusión Perdida y una cajita musical que le regaló una vecina que falleció.

Negando, tomó todo el dinero que escondía en un pequeño agujero bajo su cama, salió de su habitación y se dirigió al cuarto de Adrián.

-- Adrián -- Llamó, abriendo la puerta --.

-- ¿Shi, Mika? ¿Por qué lloras?

Mika la abrazó cariñosamente, acarició las hebras castañas y beso la frente de su hermanito.

-- Voy a sacar algunas prendes de tu armario, mientras quiero que tomes lo más importante para ti.

-- ¿Nos vamos?

-- Si. Nos vamos de este lugar.

Ella había esperado una negativa, miedo o temor, no una sonrisa esperanzada.

En el Complejo, la noche de cine fue cortada por el sonido del teléfono de Arkel. La mayoría compartió miradas confusas. Casi nadie tenía el número privado de Arkel, quienes lo tenían estaban allí a excepción de una persona...

-- Ya regreso.

Ikea frunció el ceño, siguiendo a su pareja. Algo le decía que debía calmarlo y consolarlo.

-- ¿Mika? ¿Qué sucede?

Arkel estaba preocupado. La voz de su pupila era dolorosamente triste y pérdida, el miedo se sentía en cada palabra que ella decía.

Santuario.

Mika estaba profundo santuario para ella y su hermano menor.

Arkel le había estado enseñando cultura kree a Mika, diciéndole la jerarquía, las costumbres, la lealtad, entre otras cosas como el santuario.

Sí un miembro de una familia/clan no se siente seguro en su hogar, pide santuario a otra familia o realeza quien lo cuidaría hasta qué o la familia arregle la diferencia o la persona que solicito el santuario abandona el apellido y se integra a la familia que le dió el santuario.

También era utilizado en época de guerras, las personas iban allí en busca de un lugar neutral. Era técnicamente prohibido tocar un lugar de Santuario.

-- ¿Dónde estás? -- Preguntó Arkel,  Ikea apretó la mano de su pareja, dándole silencioso consuelo --. Iré de inmediato. No se muevan.

-- ¿Arkel?

-- Los voy a matar, Ikea. Mataré a los idiotas que dañaron a Mika y a su hermano.

-- Primero nos aseguraremos de que ella y su  hermano estén a salvó, después matamos -- Replicó la rubia con seriedad --.

 .. 

Podría tener 6 años, pero Adrián no era un idiota. Sabía que sus padres lo odiaban, lastimaban a su hermana mayor, sabía lo que le obligaban a hacer.

También suponía que debían estar planeando algo que lo involucrara sí Mika decidió que era momento de escapar.

Él no confiaba en los adultos, al igual que Mika pero desde que ella presentó su habilidad y es pupila de Arkel, ella ha cambio un poco. Su hermana adoraba a su maestro, cada noche ella le contaba como él la trataba como sí fuera una hija. También le contaba sobre la pareja de su maestro, Ikea, quien la cuidaba y daba abrazos.

Adrián sintió celos. No por dos adultos que daban cariño a su hermana, sintió celos y miedo que ella lo abandonará. Ella era todo lo que tenía.

-- ¡Mika!

El niño miro como el miembro de los New Avengers se acercaba con rostro preocupado y sintió como su hermana lo apretaba más.

-- Señor Arkel -- Murmuró Mika --.

-- ¿Estás heridos? -- Preguntó una rubia muy bonita, pero no tanto como Mika, su hermana era la mujer más hermosa del mundo ante sus ojos --.

-- N-

-- Nuestro progenitor golpeó a Mika -- Señalo Adrián mirando a los adultos --.

El llamado Arkel tomo a su hermana para revisarla, frunciendo el ceño cuando ella hizo una mueca de dolor.

Adrián se sobresalto cuando la rubia mayor tocó cariñosamente su mejilla. Parecía preocupada.

-- ¿Tú no estás herido? -- Cuestionó ella, Adrián negó --. Bien, vamos. Los llevaremos al complejo. Soy Ikea y te prometo que estarán a salvo.

Antes de que Adrián pudiera dar un paso, Ikea lo levantó en brazos.  Él se quiso quejar de que no era un niño para ser cargado, pero ella era cálida y él estaba cansado. Se acurrucó más, sintiendo como Ikea lo cubria con algo.

Tal vez... No todos los adultos eran malos...

-- Soy grande -- Murmuró Mika a su maestro, pero su mirada fija en su hermano pequeño y en Ikea --.

Arkel la ignoro, cubriéndola con su chaqueta y acomodándola mejor en sus brazos. Sus instintos gritaban en cazar pero también en cuidar de dos cachorros. Ganó esto último, no permitiría que Mika y Adrián se alejen de su vista por un segundo.

Dejaría que Tony y los demás se encarguen de esos monstruos, después de todo, tenían la cabezas fría que él en este momento. Además veía a esos desperdicios de espacios lo más seguro que terminaba matandolos sin que antes pagarán todo el daño que le hicieron a sus hijos.

Ikea se pregunto porque su pareja tenía un rostro de realización y volteaba a mirarla cada pocos segundos. Le preguntaría, ahora debían ir al Complejo. Hacía mucho frío para que ambos niños estén afuera.

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