Gemas [IronStrange]

-- ¿Cuándo dejaras de seguirme? -- Pregunto Némesis con aburrimiento, apoyándose contra la corteza del frondoso árbol --.

Desde hace algunos días sentía una presencia seguirle entre las sombras, no era maliciosa pero desde el ataque no confiaba en nadie.

Le daría al desconocido una sola oportunidad.

-- ¿Ah?... ¿Siempre supiste de mi presencia? -- El desconocido pregunto, en un tono infantil --.

De las sombras apareció un joven un poco más bajo que Némesis, de ojos plateados y cabello negro, hasta los hombros.

-- Desde el primer momento... -- Respondió, casi sonríe al verlo hacer pucheros --. ¿Por qué me sigues?

-- Curiosidad... -- Fue su simple respuesta --. Mataste a muchos seres estos días. ¿Por qué?

Némesis lo miro antes de responder con dolorosa indiferencia.

-- Me arrebataron a mi familia.

Mort, como se había presentado el poseedor de ojos plateados, decidió que era buena idea acompañarlo en su viaje a pesar de no saber de que se trataba.

Era una molestia. Aunque apreciaba la compañía. La soledad era más  dolorosa ahora que antes, porque ahora sabía lo que era la calidez de una familia o amistad.

Una pequeña sonrisa se poso en su rostro.

-- ¿Por qué le diste esa piedra violeta a ese patético ser? -- Cuestiono Mort, con un tono molesto --. Son importantes para ti, no debes de dársela a nadie.

-- Es digno, Mort -- Respondió Némesis --. Un guerrero que muestra misericordia a la familia de su enemigo es una buena persona. Humilde y de buen corazón, la gema poder lo ayudara en su travesía.

-- ¿Gema poder?

-- Mi padre hizo que el poder de mi "hermanos" quedarán encerrados en estas gemas -- Detuvo su andar --. Creo... que podría encontrar a personas dignas para guardar las gemas mientras espero el regreso de mi familia.

Mort decidió guardar silencio.

-- Haha, eres viejo pero te falta sabiduría -- Mort se río, esquivando un golpe --. ¡Es la verdad y lo sabes! Aunque...

Némesis lo miro, sonriendo, esperando que termine su frase. Después de algunos años viajando juntos ya no sentía las ganas de matar al de ojos grises por cada tontería que decía.

-- ... Sé que Némesis tiene millones de planes, de ideas y todo lo demás por sí algo sale mal -- Lo miro, sonriéndole con ternura --. Confió en ti, Némesis. Sé que a pesar de tus acciones. de tus decisiones, ayudarás a las personas más importantes para ti.

La suave caricia sobre su mejilla hizo que el corazón de Némesis saltara.

-- Por eso vine a ayudarte, tonto. Cada vez que me necesites, estaré ahí.

Fue iluso al creer que sus sentimientos eran devueltos.

-- ¿Ella es...? -- Pregunto Némesis, con indiferencia en su voz --.

-- Ella es Fiore, mi pareja -- Mort se río nerviosamente --. Creo que mis vacaciones se alargaron mucho -- Desvió la mirada, sintiéndose extrañamente culpable --.

-- Entiendo -- Asintió Némesis --. Un placer, señorita. Mi nombre es Némesis.

-- Un gusto -- Murmuró ella --.

El séptimo ente frunció el ceño al notar la mirada de odio que ella le dedicaba.

...

Más tarde ese día.

-- Ella te hará sufrir, Mort -- Advirtió --.

-- ¿Qué tonterías dices? Ella nunca lo hará. Su alma es hermosa -- Sonrió --.

-- No lo es. Su alma es oscura. Te dañará.

-- Némesis, la conozco prácticamente desde que fui creado y se que ella jamás me dañara.

-- Lo hará.

-- ¡Basta, Némesis! -- Exclamó Mort con furia --. Se cuidarme y mi madre, la hermosa Death, me enseño bien para saber en quienes confiar.

-- Mi hermano Soul -- Le dolió mencionarlo, la herida aun sangraba -- le dio a cada ser un alma y me enseño ver a través de cada capa.

-- Si, Soul -- Se burló el ente menor, rodando los ojos --. Tu hermano muerto no debió ser bueno si no reconoció a sus...

No termino su frase, Némesis atrapo su cuello con su mano derecha y lo estampo contra la pared. Los hermosos ojos azul cristal del ente brillaron de ira.

-- No hables mal de mi hermano -- Gruño --. El destino estaba escrito, eso debía de suceder.

-- Némesis... -- Logro articular, con un poco de miedo, el más alto nunca se mostro agresivo contra él --.

-- Escúchame -- Acerco su rostro al de Mort --. Ella te lastimará de la peor manera. Dañará tu corazón y yo no estaré para consolarte. ¿Y sabes porque? Porque estas confiando en una mujer que no viste desde hace años atrás, que pudo haber cambiado en ese tiempo. La venda caerá de tus ojos, lloraras lágrimas de sangre y en soledad, llamarás por mi. Hace tiempo atrás, te prometí aparecer cuando me necesites... ahora yo rompo esa promesa. Desde ahora en adelante, tu y yo jamás nos conocimos. Olvidare los momentos juntos, ya no existes para mí.

Némesis continuo su viaje con el corazón sangrante y una nueva lección.

El amor hace ciego a las personas.

La batalla de Asgard contra los de Jötunheim le parece una tontería, por lo que decide no meterse. En cambio, se dirige a Midgard.

Aparece en un bosque oscuro, cambia sus vestimentas para que coincidan con la época. Suspiro.

-- ¡Ayuda, por favor! ¡Alguien, ayúdeme!

Némesis frunció el ceño ante ese tono tan desesperado. Se fue acercando al lugar donde escucho los gritos y allí la vio.

Parecía tener unos 10 años, la ropa rasgada, sus rizos oscuros eran desiguales y el miedo arruinaba su rostro de muñeca. Ella cayo al suelo, temblorosa. Risas se escucharon, seguidos de pasos y sonido de armas.

-- Por favor... alguien... ayúdeme...

-- ¡Gracias, gracias , gracias, grac-!

-- Cállate -- Gruño Némesis --. Eres molesta.

Ella se río.

-- Soy Raiser, por cierto.

-- Némesis.

-- Lindo nombre -- Sonrió --.

Némesis noto que las mejillas de la menor adquirían unos hoyuelos y sus ojos turquesa brillaban con alegría.

Cuando supo la razón por la cual perseguían a su nueva amiga, sintió ganas de matarlos.

¿Cómo podían siguiera hacer que una niña sea una esclava sexual?

Viéndola dormir, decidió quedarse hasta que pudiera cuidarse sola.

Observo como Raiser se despedía de la mujer que salvaron hace unos días y sonrió.

-- Tu destino esta marcado por la perdida más eso no te dejo caer -- Menciono Némesis --.

-- ¿Disculpe? -- Hablo la dama mirándolo con curiosidad --.

-- No se preocupe, Anciana, usted sabrá a lo que me refiero. Tenga -- Le entrego un collar de oro con un grueso dije que parecía un ojo, donde la gema Tiempo era resguardada --. Confió en usted para cuidar de esto. Por favor, no le diga a nadie de como obtuvo esto.

La mujer frunció el ceño pero asintió, con una sonrisa.

-- Lo haré, señor Némesis. Es lo poco que puede hacer por el hombre que salvo mi vida.

-- Gracias. Un consejo, por cierto, no toque la gema. Podría lastimarla.

Raiser, de unos 24 años, miro a su cuidador con tristeza.

-- ¿No te volveré a ver, verdad? -- Susurro, con tristeza --.

-- No. Tengo que seguir mi viaje -- Acaricio su cabeza con cariño --. Estoy orgulloso de ti, Raiser. Y no estés triste -- Beso su frente --.

Se alejo de ella y abrió un portal, con la gema espacio. Agito su mano en señal de despedida.

-- ¡Adiós... padre!

Aquella palabra lo hizo caer de bruces contra el suelo... ¡Esa niña!

Suspiro. ¿Qué podía esperar de ella.. si él mismo la había criado para que sea así?

Némesis siguió viajando. Solo dos gemas quedaban en su guardia. La gema alma porque aun no encontraba un portador digno y... la gema ego. Si, el mismo creo una gema para guardar su poder.

Perdió el rastro de las otras gemas pero sabiendo en que terminaron por convertirse. Un cetro, un cubo, un orbe, un collar, un líquido.

Con la esperanza casi perdida, Némesis observo el cielo ajustando la capucha de su capa. Estaba en el planeta Askion, descansando un poco. Había decidido tomar unos cuantos días libres antes de retomar la búsqueda.

¿Era él... o su muñeca era más pesada?

Frunciendo el ceño, la miro. Parpadeo.

Dos lazos, uno rojo y otro violeta, se aferraban a su muñeca. Pronto uno azul se les uniría seguido por uno amarillo y uno verde. A lo último, cortándole la respiración, un lazo ámbar apareció.

Lentamente, lagrima cayeron por sus mejillas. Sintió la calidez que emitían aquellos lazos y la esperanza se alzo con fuerza.

La furia reemplazo rápidamente a la felicidad cuando sintió el dolor, la tristeza y la traición que emitían los lazos.

Habían lastimado a su familia.

Soltó un rugido, los habitantes del planeta sintieron como el suelo temblaba.

Mataría a los idiotas que lastimaron a su familia... aunque primero debía encontrarla.