Gemas [IronStrange]

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Planeta Askión.
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Desde hace milenios que ha estado esperando el regreso de aquellos seres que lo salvaron de convertirse en un ente de maldad y oscuridad.

En su memoria aún tiene las escenas de las burlas de Rúm, las canciones de Chokwadi, las batallas contra Ischysy las competiciones contra Asmer, sin olvidar las preguntas curiosas de Verstrand y los inesperados abrazos de Alma.

Aún recuerda la calidez que sus amigos... No, que su familia le brindaba y eran esos recuerdos lo que evitaban que se volviera loco.

Némesis espero, pacientemente. Buscando en cada parte del universo, en cada lugar donde las Gemas estaban, esperando encontrar rastro alguno de algún hermano.

Pero no. No encontraba a nadie, ni siquiera una pequeña resonancia de alma.

Y las esperanzas se le fueron disipando, poco a poco, como el viento que se lleva las hojas que caen en otoño.

Una pequeña llama de esperanza, la que aún seguía prendida dentro de su corazón, se avivó con fuerza en el momento exacto que los lazos de distintos colores atados en su muñeca derecha reaparecieron de un momento a otro.

Las lágrimas cayeron por las mejillas de Némesis juntos con una risa desesperada.

Justo cuando iba a dar por finalizada la búsqueda... Sus hermanos despertaban.

Pronto su alivio y felicidad fue cortado al sentir los sentimientos que transmitían los lazos.

Del lazo azul, un dolor nacido de un engaño en el cual creció.

Del lazo verde, una culpa nacida del ¿Y si yo...?.

Del lazo violeta, un miedo que emergía de una infancia enjaulado.

Del lazo rojo, la soledad que quedó después del accidente.

Del lazo amarillo, la incertidumbre de estar a punto de perderlo todo.

Del lazo ámbar, la traición depositada en quienes confío.

Todos... Todos habían recorrido un doloroso camino para despertar. Estaban rotos, dolor y con miedo.

Un rugido salió de sus labios, un aura blanca lo rodeo y los habitantes del planeta Askión sintieron como el suelo temblaba.

Estaba furioso.

El Que Está Por Encima De Todo nunca le había dicho que para despertar deberían de sufrir. Aunque debió sospecharlo, la forma en la que menciono que deberían superar pruebas... Negó con la cabeza, suspirando en un intento de calmar la ira que rugía bajo su piel.

Primero debía asegurarse que sus hermanos estén bien, después se encargaría de hacer pagar a quienes se atrevieron a hacerles daño.

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Asgard.
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Ver aquellos recuerdos era como ver una película.

Un espectador que ve lo que sucede, que no puede cambiar nada.

Para Loki Laufeyson, el tema de la reencarnación no le era desconocida. Había leído textos antiguos que describían que el alma de un difunto volvió en otro cuerpo, sin recuerdos de la aquella vida. Nunca se recuperaban aquellos recuerdos.

Se suponía que debía ser así.

Los pálidos dedos tocaron con delicadeza el Cubo Cósmico, deleitándose con la energía tan conocida como a la vez desconocida.

Loki recuerda. Recuerda su vida como Rúm, el Hechicero más poderoso en aquel entonces [es un orgullo decir que aún sigue siéndolo].

Recordó la sensación cálida de pertenecer a una familia.

Por primera vez en años, Loki estaba en paz consigo mismo. En su rostro apareció un ceño fruncido, observo el cubo.

.- Necesito que escondas tu energía -- Susurro --.

El cubo brillo, aceptando el pedido. Con una sonrisa escondió el cubo entre las ropas de su armario, escuchando la puerta abrirse y se giró, una mirada suave dirigida a su visitante

-- ¿Loki, cariño?

-- Madre -- Su voz sonó cariñosa, miraba a la diosa de cabellos rubios como si fuera la primera vez que lo hacía --.

Frigga sonrió, acercándose a su hijo menor, abriendo los brazos. El menor la abrazo, la calidez y el aroma de su madre siempre lo calmaba. La mujer nunca lo trató diferente, siempre orgullosa de sus logros por pequeños que sean, perdonando cada travesura que hizo.

Solamente a ella extrañaría cuando se fuera.

-- ¿Estás listo para acompañarme al jardín? -- Preguntó la diosa, con una amorosa sonrisa --. El día es precioso.

-- Todos los días son preciosos a tu lado, madre -- Le sonrió --.

Pasaría todo ese día en compañía de su madre, atesorando los momentos que compartirán antes de irse a buscar a... Sus hermanos.

Sí. Eran sus hermanos.

Sí. Tal vez podía formar lazos con las reencarnaciones de los hermanos de Rúm. Tal vez... podía pertenecer a una familia que lo aceptase y no lo juzgará.

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Amazonas. Midgard.
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Ikea abrió sus ojos, sintiendo un inmenso dolor en su cuerpo mientras luchaba por sentarse. Ella soltó un gruñido. 

-- Al fin has despertado

Ante esas palabras, la shi'ar sintió como su cuerpo se tensaba y volteo hacia la dirección de la voz, encontrándose con un kree de armadura oscura con detalles rojos en el pecho. Sus instintos se pusieron en alerta.

-- No te preocupes, no soy enemigo -- El kree encogió de hombros, le extendió unos frutos rojos --. Es comestible.

-- ¿Hum? Gracias -- Ikea no pudo evitar darle una sonrisa -.

La shi'ar miro con duda y curiosidad los pequeños frutos rojos, en contra de sus instintos mordió uno.  Al sentir el dulce sabor soltó un pequeño ruido. 

-- ¡Delicioso! -- Exclamó ella, luego se dio cuenta de la situación --. Momento... ¿Dónde estamos?

El Kree ignoro la pregunta, eligiendo meter en su boca aquel fruto picoso que le gustó. La shi'ar hizo un gesto de disconformidad, nunca le agrado que la ignoraran o el silencio incomodo. 

-- Soy Ikea, por cierto -- Se presento, en un intento de formar una charla --.

-- Arkel. Mi nombre es Arkel -- El kree pareció darse por vencido  y agregó --. Respondiendo a tu anterior pregunta, creo que estamos en Midgard. 

-- Estamos lejos de nuestros planetas. Es extraño -- Frunció el ceño --.

-- Muy extraño. Me tiré al vacío para escapar, el Orbe que robe brillo y termine desperté aquí, contigo a mi lado.

-- Esto sonará loco pero... ¿Antes de despertar...?

-- ¿Estaba viendo recuerdos? Sí. Aparentemente, en el pasado, era Ischys. Y tú, eras Chokwadi.

-- ¡Eres un odioso!

-- Es mi especialidad.

Arkel sonrió de lado, escuchando los quejidos que salieron de la shi'ar. Aún estaba confundido por aquellos confusos recuerdos y los sentimientos que le generaron. Sin embargo, de algo estaba seguro, quería conocerlos. No lo sabía, pero la shi'ar compartía aquellos mismos pensamientos. 

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Manhattan. Midgard.
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Desde que había sido creado, Visión estuvo a la deriva. Lo primero que había sentido cuando tuvo consciencia fue enojo... Y un gran dolor.

Los presentes lo miraron con enojo y conmoción, peleando entre ellos. Visión sintió miedo. ¿Por qué no había alegría por su nacimiento, por su existencia? Hasta que él, con ojos marrones llenos de dolor, se acercó a hablarle con voz calma. Algo dentro suyo lo reconoció.

Señor Stark.

Visión pronto entendió el dolor que había en los ojos de su creador cuando lo veía. Él era un recordatorio de la pérdida de Jarvis, su IA. Le dolía, dolía mucho.

Pero, todo cambió. Pronto el señor Stark [Es Tony, Visión. Diablos, creo que soy capaz de dejarte llamarme Anthony para que dejes de llamarme Señor Stark] dejó de mirarlo con dolor y le sonreía con alegría.

Visión se arrepiente. Él debió de haber visto detrás de las sonrisa, detrás de los alegres comentarios, detrás de las máscaras.

 No lo hizo. Su deber era cuidar de su creador, por propia decisión. (También debía hacerlo por sus predecesores. Jarvis siempre cuidó del Señor Stark. Ultrón nunca lo hubiese matado, ambos a su manera querían a su "madre")

Quedó prendado de una falsa inocencia, dejó de lado a su creador.

Despertó de manera brusca. Bruja Escarlata nunca lo quiso. (Visión aún no esta seguro si sentía algo por ella más allá de una amistad, cordialidad de conocidos. Él todavía estaba aprendiendo a comprender los sentimientos).

Ella no dudo ni un segundo en tirarlo desde el complejo al suelo, ella lo abandonó sin mirar atrás y dolía. Dolía mucho. Depósito confianza y solo recibió traición.

Él hirió a Rhodey [Puedes decirme tío, después de todo eres hijo de Tony]. A pesar que Rhodey, Tony y los demás no lo culpen, él sabe que tuvo parte significativa de la culpa.

Tomo la desición de dejar ir solo a su creador a la Balsa, siendo egoísta porque no quería ver a Wanda y sus ojos llenos de locura reproches. 

Y ese egoísmo casi le cuesta la vida a su creador.

Visión era un androide pero también era hijo de Tony.

(Sabía que la Dra. Cho, el señor Banner y el señor Odinson ayudaron a que él viviera pero ellos lo abandonaron. Nunca estuvieron cuando los necesito, cuando las dudas lo llenaron y no sabía que era él.)

(No puede olvidar que el señor Odinson lastimo a Tony, que el señor Banner dejo que Tomy cargará con toda la culpa.) 

Ahora, Visión sabe que alguna vez fue Verstrand, un ser incomprendido que se unió a una familia que lo acepto con sus nulos conceptos de sentimientos.

Él... Él recordaba aquellos momentos. Era un poco complicado entender como un androide tenga un alma y una vida pasada, pero la comprensión de la situación lo golpeó casi de inmediato.

Su madre, Tony, era Soul.

Eso era suficiente explicación.

Tenía un alma porque Tony le dió una para que viviera, para que sea lo que el deseara que sea. Y Visión, esperando noticias de su madre, ya lo había decidido.

Él ya no era Verstrand, él era Visión.

Ya no era el hermano de Soul, él era uno de los hijos de Tony.

Él protegería a su madre y a su familia de cualquier ente que deseara hacerles daño.

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