
La mansión siempre sería un lugar que reuniera multitudes, estaba pensado como una escuela después de todo, pero no quitaba que Logan se desesperase en el lugar concurrido antes de que la mitad del equipo saliera en una misión, mientras que el resto esperaba. No, a Logan nunca le había gustado quedarse en un lugar por mucho tiempo, y esperar pacientemente a que sus camaradas volvieran no era algo que deseaba hacer.
Logan suspiro.
En especial porque Magneto estaba a cargo del equipo que partiría a investigar la aparición de algunos Centinelas, llevando consigo a Cíclope, Morph, y Gambito, simplemente fantástico. Sus ojos escanearon concienzudamente a sus compañeros en las puertas del Blackbird, el confiaba en todos y cada uno de sus amigos, pero eso no anula la preocupación que empezaba a carcomer su interior con la desesperación de un animal salvaje, todo por el simple hecho de perder a Morph de su vista en esta situación.
Logan quería proteger al cambiaformas, era difícil cuando su deseo innato se hacía cargo de su ser, pero tenía evidencia que ratificaba sus sentimientos de ansiosa preocupación, muchas veces, incluso cuando él mismo ha estado presente, las cosas no han salido como se esperaba, y Morph siempre era quien terminaba lastimado. Logan confiaba en la fuerza de Morph, sabía a ciencia cierta que su pareja podía ser muy fuerte si ellos se lo proponían, pero ese conocimiento no hizo mucho por tranquilizar su estado de ánimo.
Un gruñido salió de lo profundo de su garganta, su ceño se frunció y su mirada seguía plantada en el vehículo que usarían para transportarse al lugar de los hechos, muy cerca podía escuchar la voz de Scott comenzando a apurar a los miembros restantes, Magneto ya se encontraba en el asiento de piloto, mientras Gambito aun hablaba con Rogue cerca de las escaleras que daban a la plataforma.
“Si esa mirada pudiera destruir objetos inanimados, el Blackbird ya sería un montón de chatarra… ¿Por qué esa cara?”. La voz burlona de Morph llego a sus oídos situándose a su lado, su traje amarillo ya estaba en su lugar, pero ellos aún estaban terminando de acomodar su chaqueta marrón. Logan emitió otro gruñido sin comprometerse, sus labios hicieron una mueca en su rostro ya de por sí enojado, y evitó la mirada ajena con la maestría de muchos años. Eso al menos no fue un desafío para la persona que lo conocía mejor de lo que él mismo podía llegar a pensar, Morph camino delante suyo, las manos en las caderas y una postura relajada fueron lo que Wolverine obtuvo cuando sus ojos captaron los blancos sin pupila del contrario.
“Vamos, sigues molesto por no ir, golpeare algunos Centinelas por ti ¿Qué tal?”. Logan siguió cada uno de sus movimientos, la sonrisa en el rostro ajeno, la calma exudante de su figura delgada y la constante alegría que se filtraba hacia sí mismo con solo pasar un corto tiempo juntos. Logan suspiro, sus manos se movieron hasta los bolsillos de su propia chaqueta y dedicó una mirada sin mucho humor a la interpretación de Morph de sacar unas garras similares a las propias. Por un momento, las palabras fueron escasas entre ambos, no había nada más que decir, solo las miradas que los dos se daban hasta que el suspiro desapasionado de Morph lo trajo a la realidad.
“Voy a estar bien, no tienes que estar todo gruñón hasta que regrese”. Logan levantó una ceja, su expresión cautelosa en torno al tema que le preocupaba, sus labios se arrugaron y por un segundo, sus dientes fueron visibles mientras buscaba los ojos del contrario para enfrentar esa declaración. “Bien, pero más te vale regresar, ya sabes que te buscaré hasta el fin del mundo”. La determinación estaba escrita en cada palabra, su rostro era el epítome de la seriedad mientras agarraba los costados de la prenda ajena y acercaba al cambiaformas cerca de él.
Aun cuando la brusquedad de la declaración fue dicha con la furia característica de Wolverine, había un significado más profundo en ese hecho, una situación que ya se había vivido con anterioridad cuando el mismo Logan fue a buscarlo para volver al equipo por el resto del mundo. Los sentimientos ocultos en esa declaración debieron transmitirse de manera correcta, o Morph se había vuelto un experto en leer cada detalle de su persona, porque la sonrisa que tanto amaba estaba nuevamente plasmada en los rasgos ajenos, y Logan solo pudo sentir el calor acumulándose en sus mejillas con la expresión que su pareja le otorgaba.
Romper la distancia no fue difícil, pero la sorpresa fue palpable en el rostro del canadiense cuando Morph término de acercarse para depositar un suave toque en los labios del contrario, un beso tranquilo que traía consigo una promesa que esperaría con el corazón latiendo fuertemente hasta el momento en el que el Blackbird volviera a tocar el hangar debajo de la cancha de básquet. “Tranquilo, volveré en un abrir y cerrar de ojos cariño”. El coqueteo descarado hizo que la más leve curvatura de labios se extendiera en su faz, sus manos soltaron la casaca ajena, y un puño golpeó juguetonamente cerca del abdomen del contrario.
“Entonces, te esperare”
Solo deseaba que no fuera una espera larga, y que ese beso no fuera el último.