Hace tiempo que tomamos caminos separados

X-Men - All Media Types Marvel Agents of S.H.I.E.L.D. (TV)
F/F
G
Hace tiempo que tomamos caminos separados

Chapter 1

Salvaron el mundo. Daisy no se convirtió en la Destructora de Mundos. Encontraron a Fizt. Coulson había muerto.

Coulson estaba muerto.

Esa era una realidad a la que Daisy todavía no se había acostumbrado. Había recibido el mensaje de May cuando ocurrió, había estado en el cementerio y visitado su tumba y, aún así, no lograba hacerse a la idea de que nunca más iba a volver a verlo. Algunos días incluso se olvidaba de que estaba muerto y, cuando se sorprendía recordando la dura realidad, se encontraba horrorizada por olvidar algo tan importante. Era como si la verdad fuese tan desagradable que su cerebro no era capaz de asimilarla. 

Y, sin embargo, el mundo seguía avanzando a su alrededor. SHIELD seguía funcionando. Sin Coulson. Mack había tratado de darle un puesto importante, de liderazgo, en un principio; no había tardado en darse cuenta que solo causaría problemas y la había devuelto al puesto en el que se encontraba más cómoda. No como la Destructora de Mundos ni como especialista en inhumanos sino tan solo como Daisy Johnson, agente de SHIELD.

A Daisy le gustaban las misiones simples y caóticas que le estaban siendo asignadas desde entonces, con un equipo al que conocía y al que estaba acostumbrado. Era sencillo y calmaba su mente de un extraño modo. Davis y Piper la volvían loca de vez en cuando pero tenía que reconocer que los echaría en falta si tuviese que cambiar de equipo. Compartir un único baño en el espacio durante un año debía haberlos unido más de lo que imaginaba.

Ese día Mack los había enviado a Mullingar, Irlanda, siguiendo una serie de extraños asesinatos. Si es que los podían llamar asesinatos o si es que extraños podía siquiera abarcar la magnitud de aquello. Daisy había visto muchas cosas en los últimos años; había viajado en el tiempo, estado en el espacio y conocido a extraterrestres. Aún así, nunca había visto un cuerpo destrozado de ese modo. 

—¿Qué ha hecho esto? —había preguntado Piper—. ¿Un inhumano? 

Daisy no quería admitir la posibilidad de que hubiese sido un inhumano porque la sola idea de que ninguna persona pudiese causar aquello ya le provocaba las náuseas suficientes como para tener que lidiar con las consecuencias de que el asesino fuese un inhumano.

Cuando llegaron a Irlanda ya había tres muertos, si no llegaban a tiempo, la mujer que sospechaban sería la siguiente víctima iba a ser la cuarta. Un vecino había escuchado gritos y ruidos de pelea en un apartamento en el que tan solo debería encontrarse la mujer. 

La escalera del edificio estaba sumida en el silencio cuando llegaron y hacia demasiado frío para ser verano, incluso en Irlanda. Si es que Daisy sabía nada de Irlanda, al menos. Las luces del edificio parpadearon hasta apagarse. No saltaron las luces de emergencia. 

—Ok… para nada aterrador —murmuro Davis. 

—¿Estamos seguros de que no es un inhumano? —preguntó Piper de nuevo.

—¿Qué clase de inhumano controla la electricidad y puede convertir un cuerpo humano en una especie de alíen? 

Sacudió la cabeza. Era extraño que un inhumano tuviese varias clases de poderes. No imposible, pero raro. Sin embargo, su mundo había crecido mucho los últimos años y los inhumanos no eran los únicos con poderes que habitaban la tierra. Recientemente el gobierno había revelado la existencia de los mutantes, una raza mutada a partir de los humanos con poderes que podían confundirse con ls inhumanos. Y había muchas variaciones de súper humanos andando por el mundo. Sin contar con los hechiceros o los alienígenas o… cualquier otra opción.

Sacó la linterna del bolsillo y encaminó la marcha hacia la primera escalera.

—Vamos, miedicas, la mujer puede estar en serio peligro.

Cuando llegaron al segundo piso y empezaron a escuchar cánticos susurrados en la oscuridad tuvo que admitir que ella también estaba asustada.

Mucho.

Según la policía local, los ciudadanos estaban convencidos de que era cosa de brujería o de demonios; algo que ver con cierta leyenda pagana que Daisy no había terminado de comprender. Habían pensado que se trataba de la superstición que rodeaba a todo aquello que las personas no conocían. Quizás se había equivocado.

Un chirrido lejano comenzó a sonar a sus espaldas, como si alguien estuviese rompiendo la barandilla de las escaleras. Justo por donde acababan de pasar. Piper y Davis se dieron la vuelta para apuntar en su dirección. 

Estaba empezando a plantearse si debía ordenar una retirada cuando las paredes comenzaron a deformarse formando siluetas de papel que parecían estar tratando de escapar de dentro. 

—¿Qué es eso? —dijo Davis con la voz muy aguda. 

—No un inhumano.

Estiró el brazo y las vibraciones salieron desde sus dedos hasta las siluetas. No tardó en darse cuenta de que no lo había pensado bien. Sus poderes, como era de esperar, rompieron el papel de pared con facilidad. ¿Por qué no? Era solo papel. Lo que no hicieron fue destruir lo que el papel estaba conteniendo.

Era un monstruo, si alguna vez había visto uno. Tenía una silueta humanoide pero no tenía un cuerpo solido. O no parecía tenerlo. Era como una serie de vísceras mantenidas unidas por fuego y una sustancia mucosa de lo más desagradable a la vista. 

Trató de destruirlo de la misma forma que el papel. No funcionó.

Las vibraciones atravesaron su cuerpo como si no estuviese allí pero lograron atraer su atención. Soltó un rugido muy agudo.

—¡¿Qué es eso?! —gritó esa vez Davis. 

—Lo retrasaré. ¡Corred! 

Piper y Davis salieron corriendo sin dudar en sus órdenes por un instante; habían aprendido a no hacerlo. Sus poderes si que parecían molestar al monstruo. No lo herían pero sí que lo retrasaban, con suerte lo suficiente para que sus compañeros pudiesen huir y conseguir refuerzos.

Tendría que pensar un plan para luchar contra esa cosa, llegar hasta la mujer, asegurarse de que estaba a salvo y salir de allí con vida. Preferiblemente ambas.

No le dio tiempo a hacer ninguna de esas cosas cuando la bestia se lanzó hacia ella desde el otro lado del pasillo, saltando en el aire una cantidad imposible de metros.

Explotó en una masa viscosa y humeante cuando un proyectil verde brillante.

—¡No te quedes ahí! 

Al otro lado del pasillo, vestida con una gabardina verde y mirándola como si fuese cualquier otra persona que acababa de ser atacada por un monstruo viscoso, estaba Dany.

—¿Por qué sigues mirándome? ¡Corre! Vamos. 

Dany cruzó el pasillo y la agarró por el brazo con fuerza. Una delgada y rojiza cicatriz con forma de M le marcaba el lado derecho del rostro.

—Hay una civil en peligro no podemos dejar que…

—Eso era la civil en peligro.

—¿Qué?

Tiró de su mano hacia las escaleras.

—¿Qué le ha pasado? —preguntó mientras se precipitaban hacia las escaleras.

—La pregunta es quien le ha pasado. Apostaría el meñique de mi mano izquierda a que algún tipo de presencia demoniaca.

—¿Qué?

Bajaron las escaleras saltando de tres en tres. 

—No uso demasiado la mano izquierda, podría vivir perfectamente sin el meñique. Aunque no estoy segura de que sea lo más atractivo.

La explicación carecía de tanto sentido como la situación en sí misma. Se detuvo en el rellano donde Davis y Piper le estaban esperando y sujetó el rostro de Dany con ambas manos.

—¿Qué te ha pasado en la cara?

—Un psicópata hambriento de poder —respondió con velocidad—. O eso dicen, no es como si me acordase.

Dany dio un paso atrás para apartarse de ella, dejándola con las manos sostenidas en el aire.  

—¿Encontraste a tu padre, entonces? 

—Si. ¿Tú sabías eso? No sabía que lo sabias. Es un fallo en mis… No importa. —Sacudió la cabeza y se dio la vuelta para mirar a Davis y Piper—. Hola, ¿se supone que debo saber quienes sois?

Piper y Davis se dedicaron a mirarla sin decir una palabra, como niños esperando el permiso de su madre. Algún día acabarían con ella. No eran los únicos que no terminaban de comprender que estaba ocurriendo.

—Si… Quiero decir, se unieron a SHIELD un poco antes de que te marchases. Estoy bastante segura de que os conocisteis en algún momento. ¿No…? ¿No los recuerdas?

—No, lo siento. —Levantó la mano en gesto apaciguador hacia ellos—. No es personal, chicos, de verdad. No me acuerdo de ninguna persona en general.

Se volvió hacia ella y la señaló con una sonrisa nerviosa. ¿Ese nerviosismo sería por el demonio que acababan de dejar atrás? Pero Dany nunca se había puesto nerviosa en una misión.

—Tengo una foto vieja tuya y una mala biografía sesgada escrita por mi hermano. Por eso se quien eres. —¿Qué?—. ¿Por algún motivo no tendrás una pasión por la astronomía? ¿No? Vale… —Dany dio una vuelta sobre sí misma—. Esto no es para nada incómodo.

Daisy no se podía mover. Nada de lo que decía tenía sentido. ¿Cómo podía ser…? Después de todo ese tiempo, ¿cómo…?

—¿No me recuerdas? 

La sonrisa nerviosa del rostro de Dany desapareció por primera vez para convertirse en un gesto angustiado. Le recordó sorprendentemente a Fizt los meses siguientes a su daño cerebral.

—De verdad que lo siento mucho. Si que sé algunas cosas. Como… eh… —Chasqueó los dedos—. Tienes poderes y… crecimos juntas y… Pero no lo recuerdo. ¿Sabes?

No lo sabía. No sabía nada. Y no quería saberlo. Algún tipo de entidad monstruosa o demoníaca podía estar estar planeando destruir el mundo y no habría encontrado la energía suficiente en sí misma pata que le importase. Dany no le recordaba. No recordaba nada de lo que habían vivido. Nada.

¿Cómo podía aquello haber pasado? ¿Cómo podía Dany haber olvidado toda su vida? ¿O solo la había olvidado a ella? Oh, Daisy no creía poder soportarlo de ser así. Y la idea era tan egoísta como la sensación de alivio que la recorrió cuando recordó que tampoco recordaba a Piper o Davis.

—Lo siento pero tenemos que movernos antes de que la aspiradora cósmica haga su trabajo —dijo Dany.

—¿La qué? —preguntó Davis. 

—No es una aspiradora de verdad, es más como… un escudo de energía que absorbe toda forma consciente que se encuentre en su interior… Como una aspiradora. —Dany sacudió la cabeza como si no terminase de comprender bien su propia explicación—. Ahora, seguidme por favor. No nos conocemos pero odiaría que terminaseis convertidos en partículas cuánticas pensantes.

Oía sus palabras pero no era capaz de comprenderlas. La siguió hasta la acera de enfrente pero no prestó atención al por qué lo estaban haciendo. Lo único que era capaz de hacer era mirarla y esperar que sonriese y le dijese que era una broma de mal gusto. Dany siempre había tenido un extraño sentido del humor, seguro que era una broma.

Entonces la onda expansiva de algún tipo de explosión mágica llegó hasta donde unos pasos por delante suyo y volvió a colapsar sobre sí misma. Dany se volvió hacia ella.

—Te prometo que había sacado a todo el mundo antes.

No obtuvo respuesta.

—Vale… Podéis marcharos cuando queráis. Lo tengo todo bajo control.

Piper, quizás inspirada por su silencio, decidió hablar.

—¿Eso es tenerlo todo bajo control? Porque… no lo parecía. 

Dany podía no recordarla pero seguía poniendo el mismo gesto cuando alguien la ofendía.

—La civil ha muerto —señaló Daisy en favor de Piper.

—Ya estaba muerta cuando yo he llegado.

—Eso no lo mejora.

—Lo se. Solo quería aclararlo por si intentáis volver a encarcelarme.

Sacudió la cabeza.

—¿Cuándo ha pasado eso?

—La semana pasada. Resulta que soy persona non grata en Estados Unidos. Pero eso no importa. No tenéis que quedaros, de verdad, hago esto todos los días. 

—No.

Dany frunció el ceño y se volvió hacia Davis y Piper.

—¿No?

—No. Vamos a llegar al fondo de esto en equipo o no lo haremos en absoluto, ¿entendido?

—No trabajo para ti, ¿lo sabes, verdad? Sea cual sea la relación que una vez tuvimos o no tuvimos, hace tiempo que tomamos caminos separados.

Daisy nunca había sido la clase de persona que se rendía con facilidad o cambiaba de opinión. Era testaruda, y era una cualidad que, con los años, había aprendido a apreciar. 

Agarró a Dany por el brazo.

—Pues ahora se han cruzado. Mala suerte. Volvemos al Zephir.