–Mutantes, deben levantarse, deben surgir– habló de forma imponente –Nadie debe decirle que hacer, como deben vivir, solo deben ser libres, porque somos ¡¡seres superiores!! – grito elevándose por el aire por sus poderes.
Sus palabras abrirían algo nuevo, una incertidumbre entre las personas que lo oían, algunas por miedo, otras con sentimientos de osadía y una minoría con esperanza.
Pero había alguien que no sentía ningúno de esos sentimientos. De hecho sentí un poco de hambre.
Carlos Javier.
Quien miraba al monólogo supremacista del otro hombre. Pensado en como decirle a Erik Lesherr que lo que hicieron dentro de ese avión, en su base de operaciones y ese baño dentro de casa Blanca, estaba dentro del él y le causaba mucha hambre.
–Ey, Erik, se que estás ocupado– elevo un poco la voz –¿Pero bajar puedes un momento? Tengo algo que dec-
–No Charles, no intentos convencerme de nuevo– interrumpió abruptamente, tanto que todos se sorprendieron por el tono de su voz– No me unire contigo de nuevo y nada lo que digas me hará camb-
Antes de terminar la oración, algo golpeo la nariz de Erik con precisión y reaccionando con rapidez, lo atrapó antes de que cayera.
Erik lo vio y noto que era de plástico, con dos rayas a un lado, sin entender que era eso.
–Tienes razón, no te voy a convencer de estar conmigo– grita con las manos cerca de su boca– Pero si este niño sale con una mutación de controlar objetos, podrías por lo menos hacerme el favor de enseñarle un poc-Woo
Charles no se dio cuenta cuando Erik tocó tierra, lo sorprendieron sus grandes brazos que lo tomaron de la cintura.
–Erik ¿puedes soltarme?– sin recibir respuesta, intento soltarse–Erik, por favor, puedes... ¿Estás bien? – preguntó Charles al sentir un pequeño temblor de parte del hombre que lo abrazaba.
Sin recibir respuesta alguna que fuese abrazado más fuerte, Charles solo pudo suspirar y empezó a acariciar el cuello de Erik, un poco incómodo por el casco que era un obstáculo, pero no había otra cosa que pudiera hacer para tranquilizarlo. Al hacer eso, Erik solo atino a quitarse el casco y abrazarlo nuevamente, ahora sin casco para que pueda acariciarlo cómodamente y con más territorio.
El comportamiento de Erik le sacó una sonrisa a Charles, completamente enternecido empezó a acariciar.
A pesar de tener mucho tiempo separados, con heridas viejas y nuevas, Charles sabía que ambos tenían mucho que resolver si querían estar juntos y sobrellevar la responsabilidad de tener un bebé, pero sabía que no era imposible de lograr tener una familia, esa familia que siempre quise darle a Erik, aunque paso de una forma un tanto inesperada, tanto para él como para todos, eso no le quitaba ese sentimiento especial de tener vida dentro de él.
En realidad no queria decirle de esa forma la noticia, pero no había otra oportunidad. Si, sintió miedo del rechazo, pero tener a ese terco, fascista y arrogante hombre entre sus brazos asustado como un niño, era lo que necesitaba para intentar de nuevo de tener una relación.
–Un bebé... Un bebé Charles... Un bebé... Gracias... Gracias Charles... –
–Si Erik, un bebé... De nada– respondió divertido.
Ahora les esperaba mucho por delante, pero si había algún Dios, le estará muy agradecido por brindarle quedar embarazado.
Fin