
Cuando era adolescente al ser un joven fornido y alto todo el mundo pensó que Eddie sería un alfa, sobre todo cuando su segunda muda colmillos llego, pero Eddie Brock era un omega con grandes colmillos e intimidantes como afilados.
Uno pensaría que el omega se sentía acomplejado de tener una característica fuera de su segundo género, al contrario era algo de lo que se sentía orgulloso los cuidaba con mimo, a la hora cepillar era donde pone especial interés, no faltaba a ninguna de sus citas al dentista y no temía usarlos para intimidar a algún alfa irritante.
Sin embargo con el dentista que estaba atendiendo hoy tenía que aguantar usarlos aunque estaba irritando a Eddie por seguir hablando de lo bien que se vería si quitaba sus colmillos, que eran inútiles y nunca podrá hacer uso de ellos.
—Al ser un omega no habrá mucha diferencia, se acomodará solos o podríamos poner implantes más adecuados en caso no se vea bien tu dentadura.
—¿Quieres que nos lo comamos Eddie?
—No—dijo Eddie tanto para el alfa como para Venom.
—Doctor lo agradezco, pero no quiero, me gustan mis colmillo.
—No hablarás en serio, lo digo para que te veas bonito.
—El ya es más que hermoso.
El dentista se estremeció por la gruesa y agresiva voz , no tuvo tiempo de siquiera voltear a buscarla cuando la gran cabeza de Venom emergió del cuerpo de Eddie con sus enormes fauces abierta lo que hizo huir despavorido de la habitación. Ya a lo lejos se podía escuchar sus gritos de horror aun en la calle.
Eddie salió del consultorio, una parte de él se enojó con Venom pero por otro se sentía aliviado de salir de esa conversación asfixiante.
—¿Eddie estás bien?-pregunto Veno,
—¿Por qué no debería estarlo?—dijo Eddie tratando de sonar aburrido para no mostrar lo incómodo que fue aquello. Adoraba sus colmillos, pero la insistencia de los demás de lo mal que se veía con ellos le hacía dudar, preguntarse que quizás debería hacer caso y arreglarlo.
El omega se tocó su par de colmillos, frotando.
-Mas Bonito-murmuró Eddie a la vez que dejo de tocar su dentadura.
—Tu mente está dando vueltas—expresó venom—Aun podemos comernos al dentistas, se lo merece por idiota.
—No nos comeremos a nadie— gritó Eddie en medio de la calle, la gente que pasaba giro a verle por semejante oración.
—Rayos— dijo Eddie y se echó a correr cubriendo con su capucha su cara.
—Mira Venom, gracias por lo que hiciste, pero de nuevo no debiste de hacerlo-comentó Eddie ya dentro de su departamento-Debere buscar otro dentista
—Me parece perfecto. Tu colmillo son preciosos, no tanto como los míos—dijo mostrando a Eddie sus enorme fauces como agujas—aunque los tuyos si más que cualquier otro humano.
Son perfectos, grandes, hermosos, intimidantes y sensuales cuando los usas. Ese tonto no sabe de lo que esta hablando.
Eddie sonrió y alzó su mano acariciando la cabeza de Venom que restregaba su cabeza como un gato al cuerpo de Eddie.
-Gracias amor.