Please, not again

Venom (Marvel Movies)
M/M
G
Please, not again
Summary
El tipo en el cual se encontraba en ese momento le parecía de los más raros en los que había ingresado -y eso sin contar la vez que convivió dentro de un indigente-, ya que los modos del hombre resultaban detestables hasta para un simbionte que solo conocía la violencia como solución a cualquier problema. El hombre trabajaba de “regentear gente”, sea lo que eso significara para Venom. A través de él, el alien podía ver y escuchar como el hombre todas las noches se la pasaba dando vueltas por las calles más recónditas de la ciudad en su auto y parando en varias esquinas para hablar con las personas que “regenteaba” para pedirles dinero. A veces, Venom entraba en acción con el fin de matar a alguien que quería quedarse con sus cosas, y si bien el simbionte se comenzaba a sentir mejor físicamente porque los cerebros humanos lo ayudaban a recobrar su fuerza con mayor rapidez, había algo del hombre que no terminaba de cerrarle. Pero como era la primera vez que se cruzaba con alguien que lo dejaba comer otros humanos, decidió no comerle los órganos a este y quedarse dentro un tiempo más.Hasta esa fatídica noche.
Note
Esta fic medio que me salió del culo porque ví unas fotos de Tom Hardy vestido de mujer en twitter y bueno...pasó el resto (abajo está el link del tweet para que se ubiquen en el imaginario sobre que Eddie hablo). Espero que disfruten!https://x.com/th3muse2/status/1869589812086526258

Venom catalogaría su aterrizaje en el planeta tierra con el tiempo como un un “desacierto con un final feliz”. La noche en que él y varios de sus hermanos y hermanas se estrellaron contra las afueras de la ciudad de San Francisco fue una de demasiada confusión, pero que al mismo le permitió escapar y poder ir pasando de cuerpo en cuerpo para recuperar fuerzas, regenerarse y poder volver algún día a rescatar a aquellos que no corrieron con la misma suerte.

De todas maneras, justamente era ese pasaje lo que lo volvía loco por el simple hecho de que no parecía congeniar con ningún ser vivo que habitaba este planeta tan desconocido. Podía mantenerse dentro de un cuerpo viviente por máximo una semana antes de que terminara de devorarle todos los órganos internos y pasar a uno nuevo.

 

Sobre todo con los humanos; se sentía repelido, excluido. Siendo cada personalidad una más bizarra que la anterior, eso lo hacía encontrarse en el cuerpo en el que estaba ahora.

El tipo en el cual se encontraba en ese momento le parecía de los más raros en los que había ingresado -y eso sin contar la vez que convivió dentro de un indigente-, ya que los modos del hombre resultaban detestables hasta para un simbionte que solo conocía la violencia como solución a cualquier problema. El hombre trabajaba de “regentear gente”, sea lo que eso significara para Venom. A través de él, el alien podía ver y escuchar como todas las noches se la pasaba dando vueltas por las calles más recónditas de la ciudad en su auto y parando en varias esquinas para hablar con las personas que “regenteaba” para pedirles dinero. A veces, Venom entraba en acción con el fin de matar a alguien que quería quedarse con sus cosas, y si bien el simbionte se comenzaba a sentir mejor físicamente porque los cerebros humanos lo ayudaban a recobrar su fuerza con mayor rapidez, había algo del hombre que no terminaba de cerrarle. Pero como era la primera vez que se cruzaba con alguien que lo dejaba comer otros humanos, decidió no comerle los órganos a este y quedarse dentro un tiempo más.

 

Hasta esa fatídica noche.

 

Venom solía preguntarle al hombre sobre su trabajo, quienes eran todas esas personas en las esquinas que solian visitar y que era lo que le daban, y ahi fue donde lo introdujo al concepto de ‘prostitución’; palabras más o palabras menos, le explicó que esa gente trabajaba con su cuerpo con otras personas intercambiando favores sexuales a cambio de dinero (que eran los papeles que le solían entregar) y él les ofrecia protección en su trabajo, ya que era uno muy riesgoso.

Venom realmente no entendía de lo que hablaba, así que decidió que mientras él dormía iba a remover sus pensamientos para intentar obtener ejemplos claros.

Las imágenes eran desagradables, y no pensaba que tanta violencia se relacionaba con la frase “favores sexuales” pero al mismo tiempo no iba a prestarle mucha atención por el simple hecho de que no le interesaba todo ese mundo. Hasta que la vió.

Escondido entre los deseos más profundos de su huésped, se encontraba la imagen de una joven de cabello largo, labios carnosos resaltados con algo de color rojo y unos ojos verdosos que hacian su mirada hipnótica observando directamente hacia el frente, como si mirando al hombre dormitando. Venom queda algo descolocado ante tal visión, y decide retirarse de su cabeza para volver a su lugar e intentar también descansar algo luego de tantas visiones. 

Aunque esto resultó ser inútil porque esos ojos y labios lo perseguirían por el resto de los días.

 

Pero la vida de Venom y su huésped continuó sin muchos altibajos, volviéndose casi una rutina. El hombre lo conservaba dentro de su cuerpo y él en intercambio se comía a cualquiera de sus enemigos y de paso se alimentaba.

Hasta que una noche, el camino rutinario que suelen hacer en el auto se desvía.



“¿Hacia donde vamos?”

 

“Te voy a presentar a alguien muy especial”, le dice mientras continúa manejando y busca una botella de colonia barata abandonada en la guantera para colocarse un poco en el cuello.

Luego de un rato, frenan frente a una casa algo descuidada, de donde de todas maneras salía luz del interior. Su huésped desciende del auto con el ramo de flores que llevaba en el asiento del acompañante y Venom se queda quieto dentro de su cuerpo para observar la situación.

El humanl golpea en la puerta y espera unos segundos hasta que esta se abre y una señora corpulenta lo deja ingresar.



“¿Dónde está?”

 

“Acaba de terminar con un cliente así que en su habitación”, respondió la mujer sin siquiera mirarlos.



El hombre sube las escaleras de madera de manera casi urgente, y camina por un pasillo inundado por sonidos que Venom puede reconocer de los pensamientos que revisó. El trayecto continúa hasta el final del pasillo cuando frenan en la última habitación y su huésped la abre sin palabra mediante.



“¡Sophia! Volví preciosa~” exclama el hombre y el simbionte ve como la otra persona dentro de la habitación se da vuelta enseguida y le dedica la mirada más asquerosa que jamás haya visto.

Frente a ellos, en toda su gloria, se encuentra la joven de los recuerdos, aquella que Venom no ha podido sacarse de la cabeza desde el momento en que la vió por primera vez. La joven está desvestida salvo por su ropa interior de color verde oscuro y su pelo largo está movido para un costado, casi saliéndose de su cabeza.

 

“...Te dije que no me llamaras así”, exclama luego de unos segundos y se da vuelta para seguir con lo que sea que estaba haciendo hasta que la interrumpieron.

 

El hombre se apura al lado de la joven en la cama, tomando asiento sobre el colchón manchado y ofreciéndole el ramo de flores. “Perdón Eddie, es que hace tanto tiempo que no te veo que la emoción me sobrellevó.”



Venom siente la sonrisa que se dibuja en el rostro del mayor, pero la mirada de el joven no cambia. Observa las flores con algo de desconfianza pero luego decide tomarlas. Ante eso, el interior de su huésped comienza a entrar en un estado que el simbionte jamás había sentido; las hormonas estaban subiendo sin parar y podía sentir como el curso de la sangre se comenzaba a desplazar hacia abajo.



“¿Y como estás? La semana que viene cumplis 19, ¿algún regalo que quieras recibir?”

 

Ante esa pregunta, el rostro del chico cambia totalmente y sus ojos verdes se vuelven de un azul claro. “Salir de acá."

 

El mayor pone una mirada condescendiente y acaricia suavemente la mejilla del menor con sus nudillos. “Oh, mi amor…Vos sabes que hasta que no saldes la deuda de tu padre no podes salir”. La forma en que lo dice no cierra del todo con el simbionte, y mientras las dos personas hablan él decide volver a ingresar a sus pensamientos para entender toda la situación.



El hombre corre un mechón de su pelo ficticio detrás de la oreja del otro, y le sonríe de oreja a oreja con todos los dientes amarillentos, podridos por el cigarrillo y el alcohol. “Ahora, ¿No pensás agradecerme por las rosas?”, y tumba la cara en señal de que espera un beso en la mejilla.

Eddie lo obversa con reserva, pero luego vuelve a bajar su vista hacia el ramillete entre sus manos y se convence mentalmente de que un pequeño beso en la mejilla no le hace mal a nadie. Pero, cuando se está acercando al rostro del adulto este se mueve rápidamente, haciendo que los labios del más joven tocan con los de él. Eddie se queda totalmente perplejo ante lo sucedido, y eso le da la apertura al mayor a tomar su rostro entre sus manos y comenzar a forzar un beso en él mientras lo empuja contra la cama. 

 

No le gusta nada de lo que está pasando; sus labios intentan mantenerse cerrados lo más fuerte posible mientras la lengua caliente de la persona sobre él intenta irrumpir dentro de su boca, y al mismo tiempo pelea intentando alejar las manos callosas y peludas que aprietan su piel cruelmente y buscan ingresar en sus partes privadas. Eddie quiere llorar, porque sabe que no debió darle lugar al hombre a pensar que podía hacer lo que quisiera con él, que cada avance que hizo sobre él desde que lo arrastraron del departamento penoso en donde vivía con su padre hace dos años solo significaba que las cosas iban a empeorar. Ya no quería vivir esto, no más.

Pero su cuerpo -agotado por las actividades previas, explotado de toda humanidad por pura codicia- parecía pensar lo contrario y comenzar a darse por vencido, entregándose a la cruel suerte que se estaba presentando ante él.

Hasta que de pronto siente como algo viscoso se posa sobre su estómago desnudo. Ambas personas detienen sus movimientos durante un segundo que se siente como años, y ante la mirada horrorizada de ambos observan como una masa negra llena de tentáculos se expulsa del cuerpo del mayor y se adentra dentro suyo.

 

Eddie no sabe muy bien que sucede luego de eso. Recupera la consciencia luego de un rato estando tendido sobre el colchón sucio mientras trata de reconocer sus alrededores. Continúa dentro de la habitación, con la diferencia de que ahora el lugar está totalmente en silencio. Se incorpora lentamente y toca su cuerpo para convencerse de que nada le pasó, y en cuanto se para observa el cuerpo sangriento y descabezado del mayor tirado sobre la alfombra gastada del piso.

Ante eso, comienza a hiperventilarse porque realmente no sabe que es lo que pasó; teme que haya sido él en un arrebato de locura y lo vengan a buscar por matar a su jefe, que lo torturen y obliguen a vivir un infierno en la tierra a forma de represalia.



“Tranquilo, nadie te va a hacer nada.”



La voz sale de dentro suyo, pero es tal el susto que salta y termina tropezandose contra dicho cuerpo y cae a su lado. La imagen con la que se encuentra ahora cara a cara es totalmente aterradora, y piensa que finalmente se volvió loco.



“No estás loco, si no te asustás te lo puedo explicar.”



Ahora está temblando completamente, pero intenta incorporarse del piso y caminar hacia atrás hasta chocar con el borde de la cama y caer sentado sobre esta nuevamente. Sin apartar los ojos del cadáver nota como una masa amorfa comienza a salir de su pecho y se transforma en una cabeza: con ojos, cuello y unos colmillos que despiertan total terror en él.

El joven está indefenso, no sabiendo como reaccionar ante lo que sea que tiene frente a sí, a algo que salió de su propio cuerpo.



“¿Qué…”



“No te asustes, no te voy a lastimar.”



Eddie no sabe si largarse a llorar o reír ante tal frase, así que prefiere no decir ninguna palabra más y esperar a que el…alien continúe.



“Eso de ahí no lo hiciste vos, sino yo. En realidad lo hicimos juntos."



¿Qué quiere decir con eso? ¿Eddie es al final culpable o no de la muerte de su abusador?



“Ese tipo te quería hacer daño, y mucho. Y además te estaba mintiendo, porque tu deuda la pagaste hace tiempo. Eras su rehén, lo ví en sus memorias.”

 

“Pero-”



De la nada un fino tentáculo sale del cuello de la cosa frente a él y muy cuidadosamente retira su floja peluca de su cabeza, para luego apenas rozar la piel de su mejilla y retirarse rápidamente hasta desaparecer nuevamente.



“Me llamo Venom, soy un alien que proviene de un planeta muy lejano al tuyo. Mi supervivencia depende de poder conseguir un cuerpo huésped que me permita alimentarme. Eddie Brock, ¿quieres ser mi huésped definitivo?”



El humano no entiende absolutamente nada de lo que está sucediendo, y por un momento piensa que sigue dormido y está delirando. Levanta una mano y la posa sobre la cabeza del alien para tratar de despertar, pero la materia se siente fría y viscosa al tacto indicandole que todo esto es real.



Es real.



“Te puedo sacar de acá, te puedo permitir tener una vida normal si me dejas que tome tu cuerpo como hogar. Además eres un joven muy bello para desperdiciar.”



Sus ojos se vuelven llorosos, y observa nuevamente al cadáver frente a ellos, temiendo que si dice que no termine de la misma manera.



“Jamás te lastimaría así, él se lo tenía merecido desde hace tiempo. El problema es que no había conseguido mejor huésped hasta hoy, hasta esta noche.”



Todo lo que sale de la boca del alien suena tan genuino que Eddie tiene miedo de vulnerarse muy rápido y volver a ser lastimado. Pero al mismo tiempo trata de comprender que siente algo por una vida que no es de este planeta, que las situaciones en su vida lo llevaron a este momento.



“...No quiero volver con mi padre."

 

“Y no vas a volver.”

 

“Y no quiero prostituirme más.”

 

“Nunca jamás. Prometo que te voy a cuidar, nos vamos a cuidar. Después de todo, ahora vos sos yo y yo soy vos. Somos uno.”



Y ahora está llorando, porque es lo más normal que puede pasar ante tal situación que está atravesando. De todas maneras mientras llora asiente la cabeza en señal de que acepta las condiciones. La cabeza flotante abre los ojos en forma de sorpresa y le dirige una sonrisa atemorizante pero que Eddie puede sentir que es de total alegría. 

Y si bien todo se está dando de manera acelerada y sin entender cuáles serían las consecuencias de aceptar tal tarea, no le importa porque nada puede ser peor que la realidad que estuvo viviendo hasta este momento. Lo toma como una señal divina para salvarse, y va a aferrarse a eso hasta las últimas consecuencias porque puede comprender que los dos están igual de solos en este y cualquier otro mundo.

 

Venom se apodera de su cuerpo, y Eddie se encuentra viendo desde dentro del alien como este se abre paso hacia fuera de la casa hasta salir a la calle y comenzar a trepar por los techos hacia la ciudad, alejándose de todo lo que lo conocía y soñando que ambos puedan permitirse una segunda oportunidad en la vida. Juntos.