Senshi no Fukkatsu

Naruto
F/M
Gen
G
Senshi no Fukkatsu
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Summary
Samantha Rodríguez fue declarada muerta el día de su cumpleaños numero 40, consagrándose heroína mundial. Ahora los ángeles necesitan un favor, jurando que una vez terminado podrá descansar en paz.
Note
¡Hola! Esta historia ya esta publicada en fanfiction.net a través de mi usuario Sonrisas Rotas, no hay plagio ni robo de contenido porque soy la misma autora en distintas plataformas.
All Chapters Forward

Previa del juego

Una reunión muy importante se estaba llevando a cabo, donde todos los jōnin de la aldea junto a los ancianos debatían quien debería suceder al Sandaime Hokage.

Chieko estaba parada de brazos cruzados al lado de la mesa donde el consejo descansaba, viendo con ojos apagados como leían la lista que tiempo atrás dejo  Hiruzen.

-¿Cómo es que sabes la existencia de esta lista Ena-san?-

-Porque yo le di la idea cuando me dijo que planeaba retirarse-

-Muy conveniente ¿No crees?-

-Danzō-

El hombre detuvo sus acusaciones al oír el llamado de Homura, la voz del anciano resonando fuerte dentro de las cuatro paredes.

-No busques antagonizarla porque Sarutobi la puso como una de las opciones, ella es una heroína y no era un secreto que el Sandaime ya deseaba retirarse, habiéndonos comentado previamente sobre eso y pidiendo nuestra opinión para los nombres en esta lista-

-¿Y cómo es que yo no estaba enterado?-

-Porque Sarutobi vino a nosotros como un compañero más, no buscaba consejo de los ancianos sino de su antiguo equipo-

Nadie podía decir si la pelinegra estaba sorprendida o enojada por lo que sucedía frente a ella, su cara siendo la representación de la indiferencia. Por dentro la mujer reía histérica, sin poder creer que llegaría a estar viva para ver cómo la defendían ese par de ancianos que cuestionaban hasta como respiraba. Se pellizco disimuladamente solo para comprobar que no murió en la sala de cirugías y solo era un ente en la habitación.

-Chieko-san-

Aquel llamado la devolvió al mundo real, parpadeando un par de veces.

-¿Si?-

-¿Deseas el puesto?-

-No-

Su respuesta fue inmediata, demostrando la seguridad con la que lo decía. Algunos de los jōnin presentes se desinflaron un poco, siendo una de las opciones de la lista que más les convencían.

-¿Jiraiya?-

-Tengo que declinar-

Los murmullos no se hicieron esperar, dos de los candidatos en la lista negaron públicamente su deseo de asumir, dejando solo dos opciones.

-¿Hatake-san?-

El peliplata solo negó con su cabeza, demasiado distraído en la mirada opaca de su amiga, su corazón siendo estrujado al verse incapaz de poder recuperar aquel brillo característico en los pozos dorados.

-Eso nos deja con la última opción-

-La capacidad de esa chica es dudosa, pero además de eso nadie sabe donde esta-

El silencio volvió a la sala, la mayoría de miradas apuntando a la joven de ojos dorados, viendo su postura erguida, la cicatriz en su hombro siendo visible a través de su top, recordatorio eterno para el mundo de su valentía y lealtad. El líder del clan Nara estaba de acuerdo en que ella fuera la Godaime Hokage, habiendo mostrado hace tiempo su capacidad de liderazgo y fuerza; pero nadie podía obligarla, ya hizo mucho por la aldea.

-Yo puedo encontrarla ¿No tendrían problemas con eso verdad?-

Jiraiya rompió el silencio, siendo agradecido en el interior por Chieko al haber desviado la atención de ella.

-Pues…-

-Tsunade tiene la cabeza necesaria y no es una holgazán como yo ¿Qué dicen?-

Los ancianos se miraron entre sí, analizando los pros y contras de la petición. Buscaron con la mirada a la pelinegra, esta les asintió demostrando su apoyo a la idea. Homura suspiro.

-Bien, vamos a pensarlo. Pero enviaremos tres cazadores especiales anbu para que te acompañen a buscarla-

-No se preocupen, no voy a salir corriendo, además sus hombres podrían estorbar- se miraron entre sí, el sannin desafiando con la mirada a los ancianos -Hay un chico al que no le importaría acompañarme en el viaje, además ese niño y yo nos entendemos muy bien-

-¿Y quién es ese niño?-

-Uzumaki Naruto-

Varios jadeos de escucharon por el lugar, Kakashi enderezándose de su lugar en la pared, su ojo afilado atento a las reacciones de la pelinegra. Vio como esbozaba una pequeña sonrisa , sus ojos brillando un poco en diversión. Sintió como su cuerpo se relajaba por completo al ver sus ojos brillar aunque sea un poco.

-No puedes pedirnos llevar a ese niño fuera de la aldea, es un…-

-Termina esa frase y no me importa estar rodeada de jōnin, te arrancare la lengua con mis propias manos y te la haré tragar-

Una ola helada azoto el lugar, algunos masajeando disimuladamente sus mandíbulas de tan solo imaginar la escena.

-Uzumaki Naruto es mi hijo, por lo que todo lo que tenga que ver con él me concierne a mí y me tiene que ser informado, ninguno de ustedes tiene poder o autoridad sobre ély  tampoco pueden sobrepasar mi autoridad como su madre ¿Entendieron?-

Los ancianos asintieron seriamente, Danzō siendo el más renuente al hacerlo, los demás sintiendo como sus cuerpos se encogían o tensaban instintivamente ante el aura oscura que despedía la kunoichi. Jiraiya miro divertido el intercambio, se notaba la autoridad que la joven imponía sobre la mayoría, algunos temblando un poco al sentir el peso del poder de su aura.

-Entonces Chieko-chan ¿Me permitirás llevar a tu hijo en este viaje?-

-Hablare con Naruto bien pueda desocuparme hoy en el día, dependiendo de su respuesta daré mi permiso-

El peliblanco asintió seriamente, consciente de todo el trabajo que tenia encima la pelinegra. El consejo junto al Daimyō tuvieron una reunión de emergencia ayer, donde se decidió que hasta que el puesto de Hokage fuera asumido por alguien Chieko quedaría a cargo siendo en cierto sentido la segunda en escala de poder por haber sido la consejera en vida del Sandaime Hokage. Así que la pelinegra estaba a cargo de toda la aldea, siendo la que tuvo que encarar la reunión con Sunagakure y aceptar sus disculpas en un movimiento puramente político; actualmente estando a cargo de la reconstrucción de la aldea como de también las guardias que tuvieron que aumentar junto a los turnos de vigilancia y rastreo. Lo peor de todo para la joven mujer es que anteayer le dieron el alta, la doctora Shinobu siendo reacia a dejarla ir hasta está segura de su bienestar.

Así la reunión se dio por terminada, la joven de ojos dorados desapareciendo de la vista de todos entre destellos dorados, tenia papeles que firmar y otros que terminar de leer.

Encuentren a Tsunade pronto por favor.


Chieko estaba terminando de calcular cuanta madera hacía falta para terminar de reconstruir los murales cuando lo sintió, sus ojos dorados abriéndose de la sorpresa, soltando la pluma que usaba para escribir, desapareciendo entre destellos dorados de la oficina.

Apareció en medio del puente que atravesaba el canal de agua, distinguiendo entre sus colegas las distintivas capas negras con nubes rojas.

-Kage Bunshin no jutsu-

Un clon apareció a su lado, yendo directo a la dirección del peliplata encorvado. Desenvaino dos de sus espadas, yendo directo contra el Akatsuki.

Sus espadas fueron repelidas con rapidez, el kunai que las detenía quebrándose poco a poco ante el filo de las espadas. Su oponente retrocedió al darse cuenta de esto, tomando una distancia considerable entre ellos.

-Gai-sensei, yo me ocupare de él, los genjutsu no tiene efecto sobre mi-

La bestia verde de Konoha le sonrió, siguiendo su pelea con el espadachín renegado de Kirigakure. Asuma, Kurenai y Kakashi observaban algo alejados de aquel par de pelinegros, Kakashi recuperándose poco a poco gracias al chakra que el clon de su amiga le transmitía a través de la Palma mística.

Aquel par de viejos amigos se miraron fijamente por unos minutos, Chieko sin temor a que aquellos ojos escarlatas le hicieran algún daño. Itachi observo a su más vieja amiga, detallando cada cambio que ocurrió en su cuerpo durante estos cinco años que estuvieron separados. Su ceño se frunció un poco al ver la cicatriz que sobresalía en su hombro, mirando aquellos ojos dorados que tanto anhelo ver durante su separación, buscando una respuesta. Chieko hizo girar a Yubashiri, levantando un poco de agua con el movimiento impidiéndoles ver a los demás sus labios.

‘Orochimaru’.

El ceño fruncido de Itachi se profundizo aun mas, sintiendo como la rabia le recorría por todo el cuerpo al entender lo que eso implicaba. Debió haber matado a esa serpiente cuando tuvo la oportunidad.

Asintieron levemente, siendo casi invisible para los demás aquel gesto, Kakashi demasiado afectado como para captarlo. A una velocidad invisible para el ojo inexperto los dos azabaches empezaron a pelear, cruzando armas a cada segundo. Lo que nadie sabía es que peleando era la única forma en que podían hablar sin ser sospechosos, siendo adrede más ruidosos en sus choques con sus armas para acallar lo que sus bocas decían el uno al otro.

‘¿Cuándo?’.

‘Cinco días’.

‘¿Cómo?’.

‘Protegiendo al Sandaime’.

Chieko soltó una patada directa a su pecho, Itachi le detuvo con su brazo y uso el impulso del golpe para lanzarla al aire, saltando para alcanzarla y empezar una pelea de taijutsu en el aire.

‘Puedes volver’.

‘Imposible’.

‘Ya no’.

Cayeron de vuelta la superficie del agua, volviendo a su combate con armas.

‘Tengo pruebas, suficientes para tu inocencia’.

Otra vez Chieko bloqueo el kunai con sus espadas, haciendo chispas de la fricción entre ambos metales.

Vuelve cuando te convoque, la verdad será revelada’.

‘¿Sasuke?’.

‘Merece saberlo’.

Se separaron intencionalmente, ambos jadeando un poco, respirando un poco más rápido de lo normal. Hace tiempo que alguien no les hacia esforzarse en serio (descontando Orochimaru y los Hokages resucitados). Chieko termino de espaldas a los demás, por lo que no corría riesgo de que sus labios pudieran ser leídos.

‘Sigue con tu plan’.

Aquellos ojos carmesís brillaron, entendiendo. Llamo a su compañero.

-Kisame, retirada-

El Akatsuki espadachín volvió con su compañero, mirándolo interrogante. Fijo sus ojos en la kunoichi frente suyo, reconociendo las espadas en su mano.

-No vamos a tener una batalla campal hoy, tenemos una misión que completar-

-Que tristeza, comenzaba a divertirme. No saben cuanta suerte tienen- les sonrió altaneramente a los jōnin detrás, fijando su mirada afilada a la de ojos dorados -Kogane no yūrei, espero cruzar espadas contigo la próxima vez-.

Chieko sonrió.

-Yo también Bijū sin cola-

La sonrisa de tiburón no se hizo esperar, ambos soltando un poco de su chakra en modo de advertencia, erizándole la piel a todos los cercanos. Itachi se burlo, espadachines arrogantes.

Así ambos ninjas renegados desaparecieron del lugar, dejando a los jōnin procesando la información.

-Chicos ¿Están bien?-

El clon de sombra ya había terminado de atenderlos, desapareciendo en una nube de humo cuando termino su trabajo. Todos asintieron, indicando con esto que estaban bien.

-Chieko, debes ir a buscar a Naruto-

-Lo sé-

Kakashi aunque fue curado la tortura le seguía pasando factura, apenas sosteniéndose con ayuda de Asuma y Gai. Le miro sorprendido, cuestionándole con la mirada.

-Jiraiya me advirtió de esto, por eso deje que viajara con él, desde que me dejaron a cargo no pude estar al pendiente de mi hijo y con la amenaza constante de que vinieran por el preferí dejarlo ir- tomo al peliplata por las mejillas, dejando que sus pulgares masajearan sus pómulos -Ahora iré tras ellos, si su objetivo es Naruto entonces no permitiré que se acerquen-

Se alejo de sus colegas, buscando los rastros de chakra de su pupilo, sintiendo como estaba ya en las afueras de Konoha. Tenía que apurarse si quería alcanzarlo.

-Asuma, avisa al consejo de mi partida, volveré cuando vea que mi hijo está a salvo-

Sin dejarle contestar desapareció entre destellos dorados, dejando conmocionados y preocupados por igual al grupo de ninjas.


Sasuke estaba ya bastante lejos de las fronteras de la aldea cuando se detuvo por completo al distinguir el distintivo destello a sus espaldas.

-Chieko, debo…-

-Lo sé Sasuke, vamos-

Chieko le extendió la mano al menor, sus ojos dorados brillando en determinación. Sin dudarlo Sasuke tomo su mano, dando un agarre firme, mostrando así su confianza. Si ella se lo pidiera iría al infierno ida y vuelta, jamás dudaría de sus palabras.

Así aquel par de pelinegros desapareció del camino, transportándose a gran velocidad en dirección del tercer miembro de su familia.


-Me va a doler la cabeza si este niño nos hace salir corriendo, tal vez deberíamos arrancarle una pierna por si acaso-

-Atrévete y tú serás el que se vaya sin pierna de aquí Hoshigaki-

Kisame se detuvo al oír las heladas palabras detrás de él, la mirada atónita del niño cambiando a una de alivio puro al reconocer quienes estaban detrás.

Sin perder el tiempo la mujer desapareció y apareció frente al rubio, Zangetsu ya desenvainada chocando con Samehada, las energías demoniacas luchando por someter a la otra. Zangetsu tomo ventaja por unos segundos los cuales su portadora aprovecho para hacer retroceder a su oponente, tomar a su hijo y volver a teletransportarse junto a su pupilo con su niño a salvo.

-Suishō Bunshin no jutsu­-

Tres clones de cristal se formaron ahí mismo, hace tiempo que Chieko perfecciono el jutsu al punto de no tener que crear su espejo de jade.

-Sasuke, Naruto, prepárense-

Ambos menores asintieron en su dirección, un brillo inentendible para los demás cruzando por sus ojos. Dos de los tres clones desenvainaron sus espadas, corriendo en dirección al hombre tiburón; el tercero fue directamente con el cuervo, iniciando así una batalla de taijutsu. Naruto realizo unas señas más que conocidas, Sasuke preparándose para realizar su movimiento.

-¡Kage Bunshin no jutsu!-

Cinco clones de sombra aparecieron bajo las nubes de humo, todos recibiendo palmadas en sus espaldas de parte de la pelinegra. Los cinco clones fueron en ayuda de los clones mayores, tres contra el espadachín y dos contra el usuario del dōjutsu. Ninguno de los ninjas desertores se dio cuenta del cuarto clon de cristal en la habitación.

La verdadera Chieko corrió a su encuentro con Kisame, Zangetsu zumbando emocionado ante la pelea que se avecinaba. Naruto creó diez clones mas, la mitad yendo a respaldar a su madre y la otra yendo a distraer al Uchiha mayor.

Todos sintieron el cambio de aire dentro del pasillo, una electricidad que antes no estaba allí inundando todo el lugar, el Chidori en la mano de Sasuke chillando ante las poderosas cargas que emitía.

El azabache avanzo sin miedos en dirección a su hermano, su mano zumbando ante el poder de los rayos. Cuando Kisame quiso intervenir más de veinte clones le aparecieron en frente, dificultándole el camino. Justo cuando el Chidori estaba por impactar contra Itachi este sin mucho esfuerzo atrapo la muñeca de su hermano, dándose cuenta tarde sobre lo que ocurría cuando sus ojos miraron fijamente la figura sonriente de su hermano.

A sus espaldas otros destellos iguales brillaron, casi recibiendo de lleno el ataque si no fuera por sus hábiles reflejos, aun así no pudo lograr que todo su brazo izquierdo saliera ileso, la mayoría de su antebrazo quemado ante el ataque.

El Sasuke que detuvo al principio se quebró en mil pedazos, demostrando así que solo era un señuelo todo el tiempo, el verdadero Sasuke mirando con orgullo como fue capaz de dañar a aquel que hace tiempo no pudo combatir, sintiendo resonar en su cabeza las palabras que hace tiempo su tutora le dijo, cambiando las flechas de su destino al quitar la venganza como su única prioridad.

‘En este camino no te veras obligado a romper con tus lazos por un falso poder, sino que mientras más lazos construyas mas fuerte serás ¿Sabes por qué? Porque mientras más personas tengas para proteger, mas fuerte te harás por la imperiosa necesidad de querer protegerlos, de querer solo su bienestar; incluso en los momentos más duros serás capaz de encontrar el coraje y la fuerza para hacerles frente, porque sabes que hay personas que desean verte bien, desean verte convida y tu deseas protegerlos con todo tu ser’.

Ahora mismo estaba viendo los frutos de su esfuerzo, de no dejarse llevar por la oscuridad, de no transitar un camino solitario y desolado, de dejar que aquel par de madre e hijo entraran a su vida y a su corazón convirtiéndose en sus personas preciosas las cuales desea proteger por siempre. Sabe que solo porque contaba con la ayuda de Chieko y Naruto logro tomar desprevenido a su hermano y poder causarle daño, sintiendo como el orgullo inflaba su pecho en vez de vergüenza por ser ayudado, hace tiempo dejo atrás aquellos pensamientos donde le decían que había vergüenza en recibir ayuda.

Sasuke desapareció de ahí, apareciendo de nuevo al lado de la pelinegra y el rubio, respirando un poco más rápido de lo normal. Su plan salió perfecto.

Antes de que llegaran Chieko creó un clon de cristal con la forma de Sasuke y  otro suyo, el verdadero aplico un genjutsu sobre sí mismo y el clon con ayuda de la mayor, haciéndoles creer al par de ninjas que ese era el verdadero mientras él se mantenía oculto junto al otro clon. Cuando Chieko y Naruto salieron a pelear su idea era la de distraer ya que sus dos chakras en si eran densos y unidos bloquearían los sentidos de los demás. El clon gracias al genjutsu les hizo creer que había preparado un ataque poderoso para ir directo contra el Uchiha mayor, siendo que el rayo era el elemento que la mujer no dominaba. Cuando fue a su encuentro directo tanto la madre como el hijo tomaron toda la atención del espadachín, dejando salir ráfagas de chakra para camuflar al azabache que estaba realizando su técnica. Cuando Itachi bajo la guardia Sasuke se escabullo a su espalda con el Hiraishin del clon que se deshizo al instante, logrando atacar en la guardia baja del mayor.

Los ninjas de Akatsuki fueron totalmente engañados por aquel par de niños junto a su guardiana. El Uchiha mayor vio con unos ojos extraños a su hermanito, su mirada carmesí yendo al instante al encuentro con unos dorados. Un brillo de orgullo cruzo aquellos soles, sonriendo sinceramente en dirección a su amigo, sabiendo que capto su mensaje. Itachi le asintió muy levemente, apenas siendo captado por la kunoichi.

``Realmente lo cuidaste Chieko, los ojos que alguna vez destilaron traición, odio y venganza contra mí ahora me miran con raciocinio e intención de justicia. Entiendo… realmente puedo contar contigo Onēchan´´.

-Tsk, ustedes dos son una molestia. Hagan esto más fácil y entréguenos al Kyūbi de una vez-

Kisame hablo molesto, irritado al ver como un par de mocosos junto a una mujercita lograron engañarlos al punto de poder dañarlos un poco, el corte en su mejilla aun ardiendo.

Chieko desenvaino a Shūsui cuando vio las intenciones del ninja renegado de Kiri, la Samehada desenvolviéndose de sus vendas provocando que cubra a los niños con su cuerpo por puro instinto. Estaba por cubrirlos con su cúpula de cristal cuando un chakra conocido llego a sus sentidos, relajándose un poco cuando un sapo de casi su estatura se poso a su lado con el sannin sentado arriba.

-¿Estás bien Chieko-chan?-

Jiraiya tomo nota de cómo la mujer cubría los niños, siendo el azabache el que más cansado parecía. El rubio tomaba el hombro del muchacho pasándole un poco de su chakra, el uso de genjutsu de alto nivel junto al Chidori le cansaron un poco, sumándole el hecho que estuvo corriendo sin parar hasta que fue hallado por la mayor.

-Estoy bien Jiraiya-san-

El peliblanco asintió, bajándose de su sapo y parándose al lado de la pelinegra, así ambos cubrían a los menores de cualquier ataque. Kisame sonrió ante esto, reconociendo al nuevo invitado.

-Esto se pondrá divertido-

Antes de que pudiera abalanzarse contra ellos el sannin realizo una técnica propia, cubriendo todo el lugar de un tejido blando y rosáceo, dejando sin escapatorias. Estaban dentro del esófago de alguna invocación del peliblanco.

- Kuchiyose: Gamaguchi Shibari (Invocación: Unión con la boca de sapo)-

El espadachín se dio cuenta de inmediato del objetivo de esta técnica, viendo como aquella cosa le absorbía parte de su espada y pies. Antes de que quedaran sin escapatorias Itachi utilizo el Amaterasu, quemando con sus llamas un agujero por el cual escapar; la fatiga llegando a su cuerpo al haber utilizado el Tsukuyomi y el Amaterasu en un mismo día.

Mientras huía con Kisame un chakra conocido se dio a conocer, dejando que les siguiera durante todo el camino. Llegaron a un lugar sin dueños ni problemas después de horas corriendo, encontrando una cueva lo suficientemente amplia para los dos. Itachi se desplomo contra la pared, cerrando sus ojos debido al cansancio. Kisame le miro de reojo, sintiendo que debía dejar a solas al cuervo.

-Iré a buscar agua-

El Uchiha asintió mínimamente a su dirección, demostrando que le había escuchado. Cuando el chakra de su compañero desapareció de su radar abrió sus ojos, encontrándose de lleno con unos dorados. Sonrió, su corazón llenándose de calidez ante la presencia protectora de su amiga.

Sin decir nada Chieko se acerco a Itachi, sus palmas brillando en chakra dorado en vez de verde. Su mano derecha se poso en el antebrazo quemado y su mano izquierda sobre sus ojos, arreglando un poco con su chakra aquella ceguera que poco a poco amenazaba con consumirlo. Se dejo llevar por aquella añorada sensación, dejándose hacer cuando una vez el proceso termino la mujer le abrazo con fuerza. Correspondió el abrazo con la misma intensidad, sintiendo que todo estaría bien mientras ambos se conservaran así.

Su brazo dejo de doler como el infierno y sus ojos veían con una claridad que hace mucho tiempo dio por perdida, ahora si bebiendo de cada detalle nuevo de su amiga, como el hecho que sus pecas ya casi eran inexistentes a primera vista o como ambos era casi de la misma altura. Aspiro profundamente de su aroma floral, dejando que sus brazos se cierren por su cintura acercándola aun más a su cuerpo.

Chieko le acaricio con ternura aquellos negros cabellos parecidos al ala de un cuervo, disfrutando de la suavidad de estos contra sus dedos. Inhalo el aroma a bosque de su amigo, dándose cuenta cuanto extraño tenerlo de vuelta en sus brazos.

Se separaron lo suficiente para unir sus frentes, retomando aquella promesa bajo la luz de la luna. La pelinegra tomo la mano de su par, besando el dorso y dejando allí una pequeña esfera de cristal dorado bajo la palma áspera del pelinegro.

-Cuando necesite que vayas el cristal se romperá, esa será mi señal para que vuelvas-

Itachi asintió en silencio, sintiéndose miserable cuando Chieko se separo de su cuerpo al sentir como el chakra de Kisame entraba a sus radares. Con rapidez maestra desato el nudo del hitae tae del Uchiha, dejando un casto beso en la frente descubierta para luego desaparecer en un destello dorado, dejando allí a su hermano saboreando la sensación fantasma sobre su piel.


Después de terminar de sellar el resto de aquellas llamas y despedirse adecuadamente el par de pelinegros caminaban con dirección de nuevo a la aldea, la mujer dándose cuenta como el muchacho hacia un gran esfuerzo en mantenerse a su ritmo, el cansancio llegando implacable ante la bajada de adrenalina.

Chieko se detuvo, provocando que Sasuke se detuviera también. Sin decir nada ella se agacho, haciéndole señas con las manos al niño para que se subiera allí. Sin protestar el Uchiha menor se subió a su espalda, rodeando su cuello con aquellos finos brazos mientras la cabeza encontraba lugar entre la unión de su hombro con su cuello, aspirando aquel aroma de lavandas y fresias permanentes de la pelinegra.

El corazón de Sasuke iba a mil por horas, por unos segundos realmente se preocupo de que Chieko fuera capaz de oír los latidos erráticos en su pecho, solo para relajarse por completo al ser inundado con su fragancia. Se dejo llevar por el suave balanceo en su caminar, dejando que el sueño le reclamara al sentirse completamente seguro en la espalda firme de la pelinegra, sonriendo un poco al sentir la cálida presencia del chakra familiar.

La respiración suave de su carga le indico que ya estaba dormido, justo cuando los recuerdos de su clon le llegaron a su mente.

No importa el precio, ella volvería a unir a estos hermanos cueste lo que cueste.


Después de ser bombardeada de preguntas por el consejo y amenazar sutilmente que si no la dejaban en paz lo suficiente para poder dejar a su pupilo descansar correctamente en su cama el cristal adornaría el cuerpo de algunos, tuvieron la charla tan esperada.

-Si Jiraiya y Naruto no son capaces de convencer a Lady Tsunade de aceptar el puesto tú deberás hacerlo por el bien de la aldea-

Homura y Koharu estaban sentados frente a la pelinegra, esta tenía el rostro descansando en sus manos entrelazadas con sus codos apoyados en la mesa, su mirada indescifrable para los ancianos.

-Confió en que mi hijo junto a Jiraiya-san lo conseguirán, aquí la duda presente es que si seguiré como mi puesto de consejera una vez Lady Tsunade asuma como la Godaime-

-Aunque sea nuestro deseo, y en caso de que tus instintos no te fallen, todo dependerá de ella si es que desea contar con uno-

-Mmm-

Un sonido reflexivo resonó en su pecho, asintiendo débilmente en dirección a los ancianos.

Para aquel par de ninjas retirados la imagen que la pelinegra daba en estos instantes era digna de un líder; a pesar de su postura su espalda seguía recta igual que sus hombros, denotando poder, sus ojos dorados derrochaban una sabiduría que solo las personas que han vivido y experimentado lo suficiente portaban, su figura imponente siendo respaldada por la imagen de los Hokages anteriores talladas en la montaña. Nadie podía negar que aunque sea joven la mujer derrochaba poder.

Lástima que no quiera recibir más.


-¿Cuál es su estado?-

-Todas sus heridas sanaron correctamente, su red de chakra no fue dañada y responde a los estímulos del exterior-

-¿Hay alguna forma de predecir cuándo despertara?-

-No-

Chieko asintió en respuesta, sus ojos dorados detallando la figura dormida en aquella habitación, su sensei terminando de hacer su revisión. Hayate no daba señales de querer despertar, aun así sus esperanzas no disminuían.

-¿Qué harás con la nueva Godaime?-

-Le contare todo como lo hice con usted y mi equipo-

La castaña le miro fijamente, asintiendo. Cuando su única discípula llego un día a su consultorio y le pidió por favor que le acompañara a la torre Hokage jamás se espero que era para contarle uno de los mayores secretos en las cinco naciones ninjas. Al principio dudo, nadie podía juzgarla por eso, pero al ver la cantidad de información exacta que manejaba la pelinegra junto a lo que conocía del pasado de casi todos fueron suficientes para convencerla, además su equipo y el Hokage le creían ¿Por qué ella no?

Aunque después de escuchar el resumen de la vida anterior de la de ojos dorados muchas piezas empezaron a encajar en su lugar. Su madurez suficiente para hacerse cargo completamente de un bebe siendo ella una niña, sus horarios de sueño inamovibles, sus rigurosos entrenamientos, sus conocimientos básicos de convivencia solitaria, su concepto sobre la vida y la muerte; todo encajaba sin problemas una vez conocida esa información faltante.

A pesar de que nunca les dijo la edad mental que poseía verdaderamente podía darse una idea al ver como trataba a los demás, viendo como incluso a su jōnin-sensei trataba de vez en cuando como un niño le daba un indicio de que seguramente era mayor que Kenshin.

-Creo que Lady Tsunade debería echarle un vistazo-

-No podemos negar que sus capacidades en el arte medico superan las expectativas, deberías pedirle que te enseñe un par de cosas-

El ceño levemente fruncido en molestia le saco una sonrisilla, no importa cuántos años tenga realmente Chieko ella actúa la mayoría de las veces acorde a la edad que posee ahora.

Siguieron hablando, Daiki entrando a la habitación trayéndoles refrescos, ya casi era costumbre el venir todos los días por un momento a la casa del moreno a verificar como estaba su paciente.

Chieko agradecía todos los días al que está a cargo por los tan buenos amigos que le toco en esta vida. Sonrió radiante al ver como Shinobu-sensei reprendía a su amigo por casi ahogarse con su bebida al reírse de algo que dijo ella, dejando que sus ojos se ablanden ante tan nostálgica escena.

Los extrañaba, pero sabia en su corazón que sus amigos y familia en su otra vida estaban a salvo. Ahora tiene que cuidar de ellos, intentando no cometer los mismos errores otra vez.

Lo hará, sin importar el costo.


Ahora mismo estaba en las puertas de Konoha, Sasuke y Haku a su lado esperando al miembro más hiperactivo de su familia.

Los dos muchachos se dieron cuenta de su nerviosismo al ver las insistentes caricias a sus cabelleras, no es que se quejen tampoco. Estas mismas pararon de repente cuando aquel chakra conocido entro en los sentidos de la pelinegra, solo para segundos después poder ver a lo lejos aquellos característicos ropajes naranjas junto a una cabellera amarilla tan vibrante como su portador.

Aquellos ojos azules captaron a las figuras en la entrada de su aldea, sonriendo radiante y apresurando su paso hasta correr con entusiasmo hacia aquel encuentro tan esperado.

-¡Okāchan!-

Naruto saludo mientras corría en su dirección agitando su mano derecha para llamar aun más su atención. Cuando estuvo muy cerca salto con todas sus fuerzas, siendo recibido con gusto por aquellos brazos que tanto ama. Madre e hijo rieron al encontrarse, fundiéndose en un abrazo cargado de amor, los guardias y los pocos transeúntes que pasaban por el lugar sonriendo con ternura ante tal escena.

-Estoy en casa-

-Estas en casa-

Los dos sonrieron radiantes, sus corazones rebosantes de alegría al estar unidos de nuevo.

Las dos mujeres que acompañaban al niño con su maestro miraron confundidas la escena, cuando el niño les hablo de su hermosa y adorada madre no esperaban que fuera la famosa espadachín de tres espadas y actual héroe de Konoha.

Jiraiya observo con cariño la escena, sonriendo suavemente al ver como el hijo de su alumno consiguió una familia amorosa en la cual crecer, viendo como los tres azabaches le recibían con abrazos, palmadas y sonrisas cálidas.

``Espero que estén viendo desde el otro lado Kushina y Minato, su hijo es más que querido y apreciado´´.


Hace pocas horas el anuncio de asunción de Tsunade Senju como Godaime Hokage acabo de terminar, relevando a Chieko Ena de su puesto temporal y declarándola ante toda la aldea como su consejera oficial, para sorpresa de todos.

Ahora ambas mujeres se encontraban en silencio en la que sería la oficina de la rubia, las cosas de Hiruzen siendo llevadas hace tiempo. Tsunade trataba de procesar lo que sus ojos leían, la caligrafía perfecta impresa en el papel relatando su historia completa, así como un futuro incierto según las mismas palabras de la que le dio esto.

-¿Mi maestro lo sabía?-

-Fue la primera persona en saberlo, permitiéndome quedarme y tomar a Konoha como mi hogar-

-¿Quién mas lo sabe?-

-Mi equipo, Jiraiya-san y la doctora Shinobu Satō-

-¿Cuántas cosas has cambiado hasta ahora?-

En silencio Chieko le paso una carpeta, Tsunade la abrió asombrada al ver lo organizada que era la mujer, con razón su maestro la conservo a su lado. En dicha carpeta había una línea cronológica de los hechos, estando con tinta roja lo que debía ocurrir y en tinta negra lo que en realidad ocurrió. Leyó cada palabra sin perderse ningún detalle, fascinada ante las cosas que cambio hace doce años, empezando por el simple hecho de criar a al hijo del Yondaime Hokage.

-¿Cuál es tu próximo movimiento?-

Ahora otro documento pasó a sus manos, abriendo sus ojos hasta su límite al leer lo que decía el papel:

‘Traer a Uchiha Itachi de vuelta a casa y desenmascarar a Shimura Danzō, demostrando la inocencia del heredero Uchiha y demostrar la culpabilidad de Danzó de los hechos conocidos como la Masacre Uchiha e invasión de Konoha, conspiraciones en contra el Sandaime Hokage, Hatake Kakashi, Uchiha Shisui y otros; experimentos con humanos, funcionamiento de RAIZ y conspirar con el ninja renegado Orochimaru’.

-¿Cuánto tiempo?-

-Un mes-

-Tienes mi apoyo-

La tensión en el cuerpo de la pelinegra al fin desapareció, sonriendo suavemente ante lo que predecía un futuro brillante para todos.

Así las dos mujeres quemaron las pruebas, debatieron planes de estrategia y se pusieron al día con las cuestiones de la aldea. Podemos decir que una nueva amistad acaba de forjarse en esas cuatro paredes como lo fue hace doce años, donde una soldado recién renacida empezó a escribir su destino cambiando en de los demás, haciéndose de amigos y aliados poderosos en el camino, formando una familia en el proceso.

Era hora de poner sus cartas sobre la mesa, el juego final contra el destino estando a la vuelta de la esquina.

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