Vedriti
Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto.
Summary: Sasuke y Hinata tienen una pequeña conversación mientras se refugian de la lluvia.
Pairing: SasuHina
xxx
Vedriti
("Refugiarse de la lluvia")
Uchiha Sasuke se encontraba paseando sin rumbo por las tranquilas calles de Konoha. Ya habían pasado un par de semanas desde los fatídicos exámenes chunnin, en los cuales solo demostró lo débil que era y lo mucho que le faltaba para poder enfrentarse a su hermano mayor.
Siguió caminando, sumido en sus pensamientos, hasta llegar a los campos de entrenamiento. Ya que estaba en ese lugar, decidió entrenar un poco, más que nada lo haría para despejar su mente. Se dirigió hacia donde estaban los muñecos de entrenamiento, cuando la vio, golpeando sin cesar a uno de los muñecos.
Sasuke bufó con fastidio, él quería estar solo, pero al destino le encantaba joderlo y hacer que ninguno de sus deseos se cumpliese. Realmente hoy no quería lidiar con sus molestas acosadoras, por lo que iría hasta donde la chica y le diría que le largara del sitio.
Camino con el ceño fruncido hasta posarse a espaldas de ella.
—Oe, voy a entrenar yo ahora, así que vete —ordenó con expresión seria.
Soltó un pequeño chillido de sorpresa y se volteó al instante.
—¡Uh-oh! —comenzó—. D-disculpé, pero y-yo estaba aquí antes, U-Uchiha-san.
«—Pero que kunoichi tan patética —pensó Sasuke—. ¿De verdad no había chillado como un ratón asustado y luego tartamudeado?»
—Hmp… —gruñó—. No me importa, lárgate.
—Umm… Bueno, v-verá… Yo… N-nosotros… —balbuceó mientras jugaba con sus dedos índices—. Nosotros podríamos c-c-compartir el campo de entrenamiento.
¿Compartir el lugar? ¿Acaso ella era demente? Los Uchiha no compartían y menos cuando estaban cabreados.
—No —dijo—. Y te diré esto por última vez, vete de aquí.
—L-lo siento, Uchiha-san —murmuró—. Es solo que… N-necesito entrenar.
Sasuke estaba en shock, nunca ninguna mujer se había negado a cumplir su voluntad.
—Tsk, bien. Puedes quedarte, pero quédate en tu lado y no me molestes.
—Cl-claro, Uchiha-san.
Estuvieron entrenando por un tiempo, cada uno en su respectivo extremo del paraje. Ellos estaban tan concentrados en lo suyo que no se dieron cuenta de que poco a poco el cielo se fue cubriendo de oscuras nubes. Estaban practicando sus golpes, cuando de repente, comenzó a llover con fuerza. Sasuke y Hinata detuvieron abruptamente sus entrenamientos, y empezaron a buscar un sitio para refugiarse de la lluvia.
A unos pocos kilómetros de allí había una pequeña estructura de madera, tenía techo por lo que les serviría hasta que la intensidad de la lluvia disminuyera. Y corrieron al punto para evitar mojarse.
Estuvieron allí en completo e incómodo silencio durante un par de minutos. Sasuke miró a Hinata de reojo, ella se veía algo nerviosa e inquieta. Sasuke sintió algo de curiosidad de las extrañas reacciones de la Hyūga, ya que ella no parecía feliz de estar allí a solas con él.
—Tsk, ¿qué te pasa? — pregunto con fastidio.
—¡Oh! N-no es nada —habló en voz baja—. Solo e-estoy algo cansada, Uchiha-san.
—Deberías ir al hospital cuando deje de llover —dijo Sasuke con indiferencia.
—¡E-eh! P-por qué… —comenzó, pero fue interrumpida por el Uchiha.
—Tus manos.
Hinata miro sus magulladas palmas, ni siquiera se había dado cuenta de que se había lastimado tanto durante su entrenamiento.
—¡Oh! —expresó sorprendida—. No se p-preocupe, e-estaré b-b-bien.
—Hmp… No creas que me importa tu salud, Hyūga —admitió con una sonrisa burlesca—. Pero, si quieres mejorar como kunoichi, no deberías entrenar hasta hacerte daño.
Se quedaron en silencio después de esa pequeña charla. Simplemente, se dedicaron a observar la lluvia caer.
La lluvia empezó a hacerse más fina, por lo que ya podían irse a sus respectivos hogares. Hinata fue la primera en salir del resguardo de la pequeña estructura de madera, solo dio unos pocos pasos, detuvo su andar y se volteó hacia Sasuke.
—G-gracias por el consejo, Uchiha-san —dijo con una amable sonrisa—. Ahora me iré al ho-hospital.
Hinata hizo una reverencia y rápidamente se marchó del lugar.
Sasuke se quedó allí observándola, este había sido un encuentro muy inusual.
—Hmp… Qué chica tan extraña —dijo con una media sonrisa.
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Notas: Esta idea me la dio mi queridísima amiga Leith de la página SasuHina Nos Plagió. Y este ya sería el penúltimo drabble que estoy editando y publicando.
Naoko Ichigo