There is no perfect moment

Naruto
M/M
G
There is no perfect moment
author
Summary
Kakashi se da cuenta que nunca se ha confesado correctamente a Gai en toda su vida.
Note
If Spanish is not your first language, change it to yours in the google translator balloon that should appear. That being said, enjoy!-Espero que les guste! <3
All Chapters

Chapter 2

Una de las cosas que llegó a amar de Kakashi con demasiado devoción era cuánto su rival amaba molestar a la gente. Gai fue víctima de esta diversión de Kakashi muchas veces, y muchas veces las presenció. Ahora, formar parte de la actividad, eso era en verdad lo poco común.

Debido a todo el tiempo que actualmente comparten, las bromas internas se incrementan constantemente, y al ser Kakashi el nuevo hokage y Gai, obviamente, su mano derecha, se les abre un mundo nuevo y bastante aburrido para su sangre caliente; la burocracia y la política con las pilas de papeles que conllevaba cada una. En su primera impresión de ello, cuando solo conocía la definición de la palabra, Gai había estado entusiasmado de compartir ideas de cómo mejorar Konoha, pero después de la tercera reunión, Gai se dio cuenta que la única opinión que debería importarle era la de su hokage. 

Una vez al mes, Kakashi tenia que encontrarse con el Daimyō del País del Fuego y conversar sobre el comercio interno y externo del País del Fuego, ya que después de todo, como la parte militar de la nación y su protector devoto, Konoha era el punto focal del comercio y exportaciones e importaciones. La verdad es que el Daimyō, como hombre, decepcionó personalmente a Gai; no parecía tener más ideales que evitar conflictos internos o externos y mantener la economía de la nación estable, ni siquiera floreciente, solo lo suficientemente estable para mantener al país con sencillez. La mayoría de sus decisiones eran básicamente las opiniones combinadas de sus consejeros que parecían jamás haber tenido una pizca de juventud y cuyos corazones cerrados parecían no importarles para nada las condiciones de vida de sus habitantes.

Si alguien le preguntará sobre ellos, Gai se debatiría entre dar un largo discurso en el que simulará sus palabras desagradables hacia ellos o directamente diría que los odiaba. La única razón por la cual no trataba con más esfuerzo disuadir a su amado rival para dejarlo entrenar con Lee en su casa era porque sentía un cierto tipo de lealtad hacia esa tortura compartida y por lo cual no podía dejar solo a Kakashi en el aburrimiento y frustración.

De alguna manera, Kakashi podía, de todas formas, persuadir a esas injuveniles... personalidades y lograr un punto medio satisfactorio, siempre tirando a una mejora de la organización del País, porque a diferencia de esos pusilánimes, su Kakashi tenía firmes ideales y creía firmemente en el progreso de Konoha, como también tenía una paciencia inconmensurable para no estallar ante el aburrimiento o las quejas ortodoxas de los consejeros. Aunque, al poco tiempo, Gai se percató que en realidad Kakashi se divertía de una forma interesante para evitar caer en el ostracismo.

Los consejeros del Daimyō, y el Daimyō mismo, eran un grupo muy tradicional, y tenían una buena aversión ante todo lo que salga del rol que consideraban normal, y por ello, Kakashi le había agarrado el gusto a hacerle muestras de cariño a Gai frente a ellos, deleitándose con sus reacciones. Gai creía que era una especie de venganza por, técnicamente, obligarlo a tomar el manto de hokage, pero también creía que era porque ellos eran extremadamente fáciles de molestar, y justamente por ello Gai cayó al mismo nivel de moral que Kakashi al atreverse a molestar ancianos, pero era posiblemente lo más divertido que Gai hacia desde hace mucho tiempo.

Los discursos apasionadas de Gai alabando a Kakashi con afecto ardiente y hasta a veces con frases que podrían parecer fácilmente de doble sentido hacían el truco con humillante  sencillez. Kakashi tocando sus brazo y muslo con mucha acentuación hacia que la mayoría de los consejeros tartamudearán sus palabras, sonrojándose horriblemente por la ira o la vergüenza. O bien ambos podían soltar risitas entre susurros demasiado cercas uno del otro, tocar el dobladillo de las ropas del otro y observar con mucho deleite la incomodidad que reinaría la situación. Una vez hasta uno de los consejeros se levantó a tomar un poco de aire fresco, frunciendo la cara y apretando los puños, Kakashi y Gai riéndose disimuladamente de ello. 

Fue increíble. Y el sentimiento era mucho más afrodisíaco sabiendo que no le podían ordenar a Kakashi que no trajera a Gai a las reuniones; ser homosexual, técnicamente, no era un delito en Konoha, simplemente era la población anciana que daba castigos como la marginación o humillación a los que eran así, pero en verdad nadie podía demandarlos. Así que sería, técnicamente, una falta de respeto hacia el Rokudaime decir o hacer algo, no es que Gai o Kakashi les digan explícitamente que ambos estaban más juntos que la carne a la piel. 


 

Extrañamente, durante las dos últimas reuniones, Kakashi no lo lleva con él. Obviamente, no es que no le gustó quedarse en casa, yendo al trabajo y divirtiéndose enseñando hombro a hombro con Iruka-sensei, con quien llegó a congeniar muy bien por su similar pasión por la enseñanza. Usualmente, las reuniones duraban doce hora por dos días, así que en total era cuatro días que Gai aprovechó al máximo, uno de ellos al ir a nadar con Tenten, Lee y el pequeño Metal, pero no pudo evitar extrañar las bromas compartidas y las miradas fulminantes que habrían compartido si hubiera ido.

Cuando se volvió a hacer la fecha, Gai se acercó a Kakashi para pedirle ir con él, pero Kakashi se le adelantó, diciendo que empaqué sus cosas y que se marcharían a primera hora en la mañana siguiente. Ciertamente, había veces en las que genuinamente Gai creía que su querido rival era telépata. 

Al día siguiente, en camino a la capital del País del Fuego, Gai notó algo en Kakashi; estaba nervioso, muy nervioso. Al estar cinco minutos sentado en la caravana que los llevaba, su pierna comenzó a saltar sobre los dedos de sus pies, a mirar demasiado a la ventana y parecer demasiado pensativo, y cuando Gai le preguntó si estaba todo bien, Kakashi le respondía que sí, pero su tono sonaba perdido, así que Gai dejó de presionar; cuando Kakashi decidiera cualquier debate que tuviera en su cabeza, se lo diría. Y al rato, como Gai predijo, Kakashi ya parecía más determinado, listo para algo.

"Gai, te hago una pregunta."

Sin dudarlo, Gai cierra su libro casi acabado sobre entrenamiento especializado; si él podía luchar con una pierna, Takeru podría con su sordera, pero primero atendería lo que había preocupado tanto a su rival. "¡Por supuesto, mi querido rival! ¿Cuál es tu cuestión?"

Gai pudo ver como los labios de Kakashi se abrían bajo la máscara negra para rápidamente detenerse, la timidez llenando los pulmones de su Kakashi.

"Mira, yo, er bueno... Antes de mi pregunta, creo que corresponde una pequeña declaración, ¿no? No soy nada bueno en todo esto, aunque sé cuál será tu respuesta, pero de todas formas, yo... Llevamos muchos años juntos, vivimos muchas cosas juntos, y nadie me conoce, me ha apoyado más que tú. Eres mi mejor amigo y, obviamente," Un cálido sonrojo apareció en las mejillas casi completamente cubiertas de su rival. "Eres mi eterno rival, y siempre trato de mantenerme a tu par en todo, y tú conmigo también, y a veces nos miró  no puedo evitar creer en el lugar privilegiado en el que estoy, mis seres queridos felices y seguros, la misión de mi vida siendo solo sobrevivir al trabajo y volver a casa, y tener a alguien tan m-maravilloso a mi lado. Por eso, hoy quiero decirte dos cosas importantes. La primera es que yo... Gai, yo estoy profundamente enamor-"

"¡Llegamos, Rokudaime-sama, Gai-san!" Grita el conductor, y de repente, Gai vuelve a la realidad.

La caravana se había detenido, y Kakashi y él están inclinados hacia el otro, sus rostros cerca. A esa minúscula distancia, Kakashi susurraba con reverencia su romántico discurso hasta que el grito lo hizo saltar sobre sí mismo y sonrojarse furiosamente. 

"¡Y-ya vamos!" Kakashi grita de regreso, y después agarró una de las manos de Gai, mirándolo con sus intensos ojos negros, parpadeando un momento hacia abajo, volviendo a su timidez. "A lo que iba es que yo... yo estoy enamora-"

"¡Rokudaime-sama!" Con un fuerte estrépito, Shigero, uno de los consejeros más cascarrabias e insoportables, abre la puerta de la caravana con rabia. "¡Por qué está- oh!" 

"Estoy en algo importante aquí, Shigero- san." El tono dulce y tímido se había desvanecido por completo mientras desviaba su mirada, ahora irritada en vez de amorosa, a el cretino que lo comenzó sobre su nariz, como si de alguna manera creyera ser superior a Kakashi. Grave error.

"Hokage-sama, le recomendaría no perder tiempo en... tales indiscreciones," Al menos hubiera disimulado su disgusto mejor, Gai pensó viendo la mirada de ligera repugnancia con las que Shigero los observaba. "-con su tan distinguido compañero." 

Kakashi se levantó con la calma de un tsunami hasta rozar con su espinoso cabello el techo de la caravana, mirando al hombre con gélida preponderancia, y se acercó, arrodillándose para poder verlo directamente a los ojos, y Gai no necesitaba mirarlo para saber la cantidad de falsa amabilidad con la que miraba a Shigero-san. Desde donde se encontraba sentado, Gai pudo ver el comienzo de una gota de sudor en Shigero-san.

"Estoy tratando de declararme a mi futuro esposo, maldito bocazas." Kakashi comentó como quien diría el pronóstico del clima, posiblemente cerrando sus dos ojos con una arruga de enojo entre medio, y el significado de sus palabras dejan en un shock severo a Gai, quien casi pierde el amenazador tono de su rival. "Así que deja de estorbar, y dile a todos los blandengues de tus compañeros que estaré en quince minutos, o todo el día según Gai quiera, porque no pasé semanas trabajando para que aprobarán el matrimonio homosexual para que me arruinarán mis esfuerzos ahora y- Oh." Repentinamente, Kakashi se volteó a ver a Gai, quien ya estaba llorando emocionado. "Cierto que estabas ahí." 

"¡Oh, Kakashi!" Gai lloró, demasiado contento para hacer otra cosa. "¡Sí, acep-!"

"No, espera." Sin darle siquiera una segunda mirada, Kakashi le cierra con un fuerte golpe la puerta en la cara a Shigero, poniendo la trabilla inmediatamente. "Primero déjame terminar mi discurso. Lo estuve ensayando todo el día."

Gai río. "¡Si es así, adelante!"

Los ojos de Kakashi se enternecieron. Arrastrándose de rodillas hasta estar enfrente de Gai, lo vuelve a tomar de las manos, y Gai aprieta sus palmas. 

"Lo que quería decirte es que estoy terriblemente, demencialmente, atemporalmente enamorado de ti. De tu ridiculez, de tu obsesión con el entrenamiento y de tu endemoniado optimismo. De tu perseverancia irritante que nunca me dejo en paz.  De tu exagerada nobleza. De tu maldito corte de pelo y de tu sonrisa brillantemente molestosa. Del poder que siempre tuviste y del que mi padre nunca dudó. Te amo. Sé que tú también me amas, así que dejémonos de preámbulos, olvida el hecho que me olvidé el anillo en casa, y cásate conmigo porque fue un dolor en el culo legalizarlo." 

Gai estalló en una carcajada, su sonrisa tan grande que le dolían los músculos de su cara. Sin dudarlo, pasó sus brazos por los hombros de Kakashi y lo apretó con toda la fuerza que tenía en contra suyo. "¡Nunca en mi vida estuve más de acuerdo contigo, mi amado Kakashi!" 

Kakashi también lo abrazó, frotando su espalda mientras que Gai inundaba su hombro con cascadas de lagrimas. "Es bueno, porque no tenía un plan B por si me rechazabas."

Gai soltó unas risitas, ablandando su abrazo y mirando esos ojos negros en los que también se formaron pequeñas gotas de agua salada. "¡Eso, en cualquier realidad, es muy improbable, amado mío!" Con velocidad, bajó la máscara de su rival y estampó sus labios en contra de los de su rival, quien felizmente le devolvió el beso. Rompiendo su besuqueo por un momento, Gai presionó sus labios en el pómulo de Kakashi. "Te disculpo el hecho de olvidarte de los anillos, claramente."

El rostro desnudo de Kakashi se tiñó de rojo ligeramente. "Detalles. De todas formas, no importa tant-"

"¡Rokudaime-sama, esta falta de respeto es intolerable y- OH!" El Daimyō, junto con todos los demás consejeros, miraron impactados la escena. Gai, quien inmediatamente había tapado la cara de Kakashi, solo le sonrío brillantemente.

"¡Usted y Shijimi-chan están cordialmente invitados a nuestra boda!"

Sign in to leave a review.