
Ryomen Sukuna
──Buenos días.
Ojos se abren, un chico con una cabellera rosa aparece en pantalla, enfrente, un peliblanco con una banda en los ojos lo mira divertido, alrededor cientos de velas se observan junto con sellos en las paredes.
──¿Cuál de los dos serás ahora?
──¡Ese soy yo!
──Así que nos toca... ──comenta Fushiguro, preguntándose que tanto verían, por lo visto anteriormente solían ver desde muy atrás en los pasados ajenos.
──¿Por qué él es el protagonista? ──frunció el ceño Nobara, aunque ya se daba una idea del porqué.
──Me veo demasiado atractivo en la pantalla. Ya me estaba preocupando por el cómo me vería... ──exclamó Satoru, sonrisa zorruna en su rostro.
──Eso no se lo niego... ──murmuró Ino, ganándose una mirada de Sai, a lo cual solo se alzó de hombros. Ella reconocía un hombre atractivo cuando lo veía.
──De todas las cosas de las que puedes preocuparte y te preocupas por eso ¿enserio? ──alzó una ceja Megumi.
──De las tres cosas que me interesan ahora, ──subió cuatro dedos ──dos han sido explicadas, ──explicó el peliblanco, bajando dos dedos ──uno ya sabemos que es... ──para enfatizar se puso detrás de Itadori, manos en ambos hombros haciendo que el pelirrosa se confundiera ──y el otro sigue siendo desconocido. ──la mirada se posó hacia el grupo de exorcistas donde Rin parecía estar escuchando algo de una pelirrosa exhibicionista ──¡Así que no te preocupes y relájate!
──...Como sea.
──¿Ese es el mundo de los brujos? ──preguntó Kyouka a un Kenji quien solo estaba emocionado. Ambos ignorando el "Hechiceros" de Nobara a lo lejos.
──Creo que eras...
──Satoru Gojou. Estoy a cargo de los de primer año en la Preparatoria Jujutsu.
──Jujutsu... ¡Fushiguro está...! ──Itadori intenta moverse para darse cuenta de que, en realidad, este amarrado de sus manos con estacas en el piso.
──No puedes darte el lujo de pensar en otros, Yuuji Itadori. Tu ejecución secreta ya se calcula.
──Esto es tan familiar... ──hizo una mueca Rin.
──¿Por qué te están ejecutando? ──preguntó a Tanjiro.
──Bueno... digamos que me comi algo que no debía.
──Eso es una manera sencilla de ponerlo. ──pensó Fushiguro.
──¿Comer? ──se preguntó a sí mismo, pero no obtuvo respuesta del pelirosado.
Una casa aparece, el atardecer se observa desde los lados, la palabra "Itadori" se lee en el cartel.
──Hospital Sugisawa, ¿diga?
──Soy Itadori. Llamé hace poco. ──Itadori con una sudadera amarrilla y unos pantalones cortos aparece en la pantalla ──Sí. Perdón por llamar tanto, pero ¿cómo está mi abuelo?
La escena cambia al hospital donde la enfermera va a observar a su abuelo y le conecta la llamada. ──¡No molestes! ¡Que no venga! ¡Que vaya al club!
Itadori hace una mueca cansada y contesta que irá más tarde. La escena cambia a la escuela ya de noche donde un Fushiguro con cara de aburrido se muestra, al parecer buscando algo.
──¿Mantienen un objeto maldito en este lugar? ¿Podrían ser más idiotas?
──Oh... ¿tu abuelo está enfermo? ──pregunta Chopper acercándose al chico. Itadori solo observa al mapache frente a él, curiosidad inocente parpadeando en los ojos
──Lo estaba. ──respondió.
Chopper pareció captarlo porque rápidamente se disculpó con el chico, para diversión del otro quien solo alejó su preocupación y lo cargó, llevándolo a sus piernas para mortificación del menor, quien solo empezó a patalear. Le recordaba tanto a los peluches del director. Sin los golpes, claro. Todo siendo observado por una azabache, un peliverde y un capitán (el cual parecía listo para quitarlo de sus brazos), pero solo se abstuvieron al ver que, en realidad, Chopper parecía contento con la atención.
──Así que será ese día. ──pensó el pelinegro.
──¿Objetos malditos? ──pensaron los psíquicos, exorcistas y el dios, observando la pantalla con curiosidad.
Fushiguro abre el lugar, y no hay nada, así que busca alrededor, abre y cierra una y otra vez, buscó en el piso y nada.
──No hay nada. ¡Está vacío! ──recrimina, ya en llamada con Gojo.
──¿En serio? Qué gracioso. ¿Habrá salido de paseo?
──Te voy a golpear.
──Nada de irse hasta recuperarlo ¿de acuerdo? ──y cuelga.
──De verdad lo voy a golpear.
──Me recuerda a alguien... ──pensaron Atsushi, Kunikida, Chuuya y Edward al mismo tiempo. A su lado Dazai y Mustang sonrieron al mismo tiempo, les agradaba ese sujeto.
La escena vuelve a la escuela, al club de ocultismo donde una chica con lentes, un chico alto e Itadori jugaban a la Ouija. Aunque fueron interrumpidos por el presidente quien alegó que tenían que dejar la sala ya que no eran un club formal y les faltaban miembros.
──¿Sabes que clausuraron la cancha de rugby?
──Sí. Luego de que todo el club de rugby acabaría en el hospital.
──¡Exacto! ¿No te parece extraño? ¡Todos ellos son fuertes! Además, todos dijeron que oyeron ruidos extraños antes de enfermarse, y hace 30 años se habla de la desaparición del obrero Yoshida, cuyo último paradero conocido fue la construcción de esta preparatoria. ¡En otras palabras todo es obra del espíritu vengativo de Yoshida que fue sepultado allí!
──Dudo mucho que sea por eso. ──Ritsu alzó una ceja ante lo dicho en pantalla. Mob alzó una ceja en desacuerdo con su hermano.
──¿Un espíritu? ──preguntó Shiemi, la imagen del niño en el parque de diversiones vino a su mente.
──Por lo general esos demonios toman la forma y actitud de una persona para manifestarse, dudo que este sea el caso. ──dijo Izumo.
──Aunque si la gente piensa que es por eso, no me sorprendería que se manifestara algo. Las creencias pueden ser muy poderosas… ──exclamó Yato. Mob se mostró estando de acuerdo.
──No. Había garrapatas.
Los chicos reclaman ante todas sus actividades como club, pero el presidente los calla y les dice que aún así, Itadori está registrado en el club de atletismo por lo que no tienen los 3 integrantes mínimos. Él alega que sí escribió para ese club, hasta que aparece el entrenador y dice que, en realidad, él lo había reescrito porque tenia que ir a las nacionales a lo que la pelirosa se niega. Al final terminarán en una competencia.
──Ya sabía yo que era extraño que estuvieras en el club de ocultismo. ──dijo Nobara, el chico no parecía para nada alguien que estuviera en otro club que no sea de deporte.
──¡Lo estaría si no me hubieran reescrito la solicitud!
──Ese entrenador me recuerda a alguien. ──pensó Mob, por encima de las imágenes de Kurata y Mezato aparecen.
──¿Eso siquiera está permitido? ──preguntó Sero.
──Dudo mucho que lo esté... ──contestó Kirishima.
──¿Qué pasa con este campo de rugby? ¿Tiene un cadáver sepultado o qué? ──Fushiguro aparece observando el campo, mirando al suelo donde una cosa deforme parece estar nadando. ──Aunque así sea, esto es una muy alta. Ha de ser una maldición de clase 2. ¿Es por el objeto maldito? Maldita sea. Su presencia es demasiado amplia. Este objeto maldito especial es un fastidio. ¿Dónde estará?
Cuando sigue avanzando llega a donde la competencia está pasando.
La sala quedó en silencio en momento hasta que gritos llenaron la sala, algunos queriendo saber qué carajos era esa cosa, otros queriendo que guardaran silencio, en fin, muchos gritos.
──¡¿QUÉ CARAJOS ES ESO?! ──gritó Asta.
──¡Eres muy ruidoso, cállate! ──regresó Zenitsu, ese chico le mataría su audición a ese paso.
──¡Ambos cállense! ──silencio Bakugo.
──No me digas que esas cosas viven entre nosotros, ¡qué miedo! ──chilló Brook.
──Tal vez nos están observando justo ahora ¿eh? ──dijo Robin, y sin que lo supiera Hoyuelo se rio, ¡oh! Si supiera que estaba en lo cierto.
──Solo es una maldición ¿nunca han visto una? ──preguntó el pelirrosado. Recibiendo negaciones de la mayoría.
──No todos pueden ver las maldiciones, chico. ──Una voz grave recorrió la sala captando la atención de los presentes, buscando la fuente, una pequeña boca se abría paso de la mejilla del pelirrosado.
──Oh, estás despierto.
──Es difícil ignorar tanto ruido y a tantas mujeres hermosas.
Si antes estaban confundidos ahora lo estaban mucho más, algunos palidecieron por tal presentación y Chopper quien hasta el momento seguía en sus piernas se alejó tan rápido como pudo. Akamaru parecía estar en las mismas para consternación de su grupo. No le daba una buena vibra a Kiba.
──E-Es mi idea o ¿hay una boca y un ojo en su mejilla? ──preguntó Tanizaki.
──Definitivamente no lo estás imaginando ──respondió Ranpo impresionado.
──A lo mucho ──interrumpió Sukuna ──los que pueden verlas son los niños psíquicos, el grupo autoproclamado exorcistas y el grupo de tres de allá.
──Hmp. ──Nobara observó, ¿ese era el gran Sukuna? Realmente imponía, pero se escuchaba tan aburrido. Su maestro parecía estar bien con su presencia, así que confiaba en que podría llevarlo.
Regresando a la competencia, Fushiguro se acerca y observa a Itadori tirar una bola de cañón recorriendo 30 metros y superando el récord mundial, los chicos le dicen que no tiene que estar en su club si es tan bueno en atletismo lo que responde que en realidad Se metió porque no tenía que hacer nada.
──Vaya sujeto, y lo logró sin maldiciones ¿será parecido a Zen'in? ──piensa Megumi antes de seguir. Itadori parece recordar que es tarde así que se va también, pasando delante del azabache, pero cuando pasa, Megumi siente una presencia y la sombra de Sukuna se muestra. ──¡Siento el objeto maldito! ¡Oye, tú! ¡Qué rápido!
──Ese chico tiene una fuerza igual de sobrehumana que tú... ──dijo Sanji, inhalando el cigarrillo entre sus labios. Desde hace un rato habían regresado a sus lugares después de que Luffy acabara con la mayoría de la comida.
──¡Yo soy más fuerte que ese tipo roba nakamas!
──Claro...
──¡Quiero pelear con el! ¿Me pregunto quién será más fuerte? ──habló Kenji.
──Me pregunto lo mismo... ──pensaron Rin y Sakura al mismo tiempo. Emma estaba maravillada, esperando un día ser tan fuerte como ese chico.
Se observa a Itadori comprar un ramo de flores y caminar hacia el hospital. ──Te dije que no vinieras. Y deja de traerme flores.
──Siempre dices lo mismo. Y no son para mí, sino para las enfermeras.
──¡Mayor razón aún! ¿Y qué hay de tu club? ¡Ve a tu club!
──Cállate un rato. Termina antes de las cinco. Si te visito es porque tengo tiempo libre.
──Bien. Ya que te sobra el tiempo, escúchame un rato.
──No me interesa.
──Presta atención. Tengo que decirte algo antes de morir. Se trata de tus padres.
──Ya te dije que no me interesa. ¿Por qué no deja de hacerte el importante antes de morir?
El anciano se da la vuelta dándole la espalda a su nieto ──Yuuji. Eres un chico fuerte, ayuda a los demás. No tiene que ser a todo el mundo, pero ayuda a quienes puedas. Puedes dudar si quieres, pero nunca esperes nada a cambio. Solo te pido que ayudes a otros cuando puedas. Cuando mueras, deberías estar rodeado de gente. No acabes como yo.
Un silencio se instaló en la habitación hasta que fue interrumpido por el chico. ──¿...Abuelo?
──¿Sus padres? ──pensó Satoru, siempre pensó que Yuuji guardaba algo más, no era común encontrar a alguien que pudiera someter a Sukuna tan fácilmente, echando una mirada al chico, supuso que ni él mismo sabría algo, debía investigar eso.
Un silencio se formó de igual manera en la sala, por respeto más que nada. El pelirrosa tenía una mirada nostálgica en su rostro, extrañaba a su abuelo, al menos lo había visto de nuevo, se encargaría de no fallarle con su petición.
Se observa a Itadori empacar unas cosas y firmar unos papeles en el hospital, Fushiguro aparece y se presenta diciendo que necesitaba hablar con él, Itadori responde que está de luto, pero él regresa con que no hay tiempo y la maldición que lleva consigo es muy peligroso, cuando le muestra la foto él la reconoce, pero pregunta por qué es peligroso.
──Las muertes y desapariciones sin explicación en Japón superan las 10,000 al año. Y casi todo es resultado de las maldiciones.
──¿Maldiciones?
──Me da igual si no me crees, pero continuaré. La energía negativa se acumula fácilmente en escuelas y hospitales. Pesares, arrepentimientos, vergüenza... La negatividad humana es la fuente de las Maldiciones. Por eso, varias escuelas ocultan un objeto maldito como talismán protector. Lo que encontraste es uno de ellos.
──¿E-Escuelas? ¿La nuestra también? ──preguntó Hagakure.
──Me preguntó si habrá un talismán así en la UA... ──murmuró Tokoyami. Ojiro le dio una mirada larga.
──Eso es interesante. ──asintió Todoroki, a lo lejos Gordon asintió también.
──Me alegre de no haber ido a la escuela... ──murmuró Akutakawa, a su lado su hermana asintió.
──Estoy de acuerdo con el paliducho ──concordó Don.
──Quien sabe, tal vez pase lo mismo donde estamos. ──contestó Gilda.
──No digas esas cosas.
──Si nos protege es algo bueno, ¿no?
──Escucha hasta el final. Utilizar un mal mayor es como un veneno que ahuyenta a las demás maldiciones. Pero no es más que una mala práctica. Con el paso de los años el sello se debilita y se vuelve un atractivo que atrae a otras maldiciones y se las vienen. El objeto que encontraste es uno peligroso de categoría especial. Dámelo antes de que muera gente.
Itadori cede, pero dice que él no lo tiene, sino que sus amigos se quedaron con el para quitarle el talismán. ──¿Es malo?
──Es peor que malo. Van a morir.
Sabiendo que algo malo pasaría, se acomodaron y prestaron atención. Algo bueno se acercaba, lo presentían.
En un salón de clases a oscuras a luz de las velas, ambos amigos se encontraron quitando el sello, cuando al fin pudieron un dedo se reveló, las velas se apagaron y una maldición salió del techo.
De regreso con ambos chicos, Itadori pregunta si es fácil retirar el sello, a lo que el otro responde que no, pero al ser antiguo el sello debía debilitarse y ya es sólo papel. Cuando llegaron, un aura rodeaba la escuela. Dentro se ve a Sasaki escondiéndose hasta que aparece Iguchi, pero una maldición le carcomía la cabeza. Bajando la guardia, la maldición la toma.
──¡La maldición se desató! ¡Su aura inunda todo el lugar! ──Fushiguro sube las escaleras, pero se topa con una maldición ──¡Estorbas! ¡Perros demonios! ──dos lobos aparecen y empiezan a aullar ──Cómanselo.
──¡Mira cejillas, se parece a lo que haces! ──chilló Rin apuntando a la pantalla.
──¿Q-Qué? ──Izumo se sonrojó ante el apodo, pero se recompuso rápidamente ──¡Ya te dije que dejes mis cejas! Y no se parece. ──bufó, ignorando las miradas de sus compañeros.
Secretamente Izumo prestó atención ante eso, realmente eran muy similares a sus familiares, Kiba también se acercó queriendo saber más, cualquier cosa que llevara canes le interesaba.
──¿Cómo fue la pose...? ──murmuró Connie intentando hacer lo mismo. Para diversión de Ymir y Krista quienes observaban todo.
Itadori hizo una mueca, si no hubiera perdido tanto tiempo en el hospital preguntando cosas estúpidas probablemente no hubiera pasado nada.
En la pantalla se observa a Itadori preguntándose si debe entrar o no.
──Es verdad, percibo la muerte. Le temo a la muerte ──aparece una imagen de las flores ── ¿le temía entonces? No me dio esa impresión. No lloré porque estaría asustado. Estaba triste. Pero la muerte de mi abuelo y la muerte que tengo adelante ¿en qué se diferencian?
──Eres un chico fuerte. Ayuda a los demás.
La escena regresa a Megumi quien corría en el pasillo, los lobos destrozando la maldición al pasar.
──Las maldiciones aumentan en número, me acerco.
Al dar la vuelta en una esquina se observa una maldición gigante masticando al chico de antes y apretando a la chica, la escena vuelve a Itadori.
──Era terco e irascible. Nunca nadie lo visitó. "No acabes como yo" eh. Es verdad...
De regreso con Megumi, el chico se da cuenta que planea tragarse a la chica con la maldición. ──¡No llegaré a tiempo! ──piensa, en ese momento Itadori entra por la ventana de una patada rompiendo el vidrio.
──Maldito monstruo, espero no le haga nada a la dama. ──gruñó Sanji, ganándose un asentimiento de Finral y Zenitsu.
──Esa cosa me recuerda al demonio del examen. ──pensó Tanjiro con una mueca, el pilar del agua parecía pensar igual.
──¿Cómo carajos llegaron hasta ahí? ──preguntó Chuuya. El chico parecía muy normal para llegar a esa altura.
──Te respondería si supiera. ──bufó Tachihara, ganándose una mirada del ejecutivo que lo hizo callar al instante.
──¡Vamos! ¡Patéale el trasero! ──gritó Eren levantándose completamente emocionado e iniciando una ola de afirmaciones en la sala.
──Eren.
──Sí, señor. ──sólo una palabra del comandante más bajo hizo que castaño regresara a su asiento, un sonrojo adornando sus mejillas tras las risas de sus amigos.
──¡Itadori!
──Abuelo, tuviste una muerte digna ──Itadori da una vuelta en el aire ──¡Pero...! ──Y golpea con un puñetazo a la maldición lo suficientemente fuerte para hacer que suelte a Sasaki ──Nadie debería morir de este modo. ──¿Esa es una maldición? No es lo que imaginaba.
De una, Fushiguro termina con la maldición. ──Quisiera preguntarte que haces aquí, pero lo hiciste bien. ──a lo lejos, los lobos comiendo la maldición.
──¿Por qué suena tan engreído? Por cierto, ¿qué son las cosas que se comen a la maldición?
──Son mis shikigamis ¿los ves? Las maldiciones no suelen ser visibles. A menos que estés muriendo o en un sitio especial como este.
──Si tiene sentido. Nunca había visto un fantasma ni nada.
──¿No tienes miedo?
──Joder, yo ya estaba cagado del miedo amigo. ──gimió Kaminari.
──Idioma.
──Lo siento, sensei.
──Aunque lo que dice es cierto ¿cómo puedes estar tan tranquilo? ──preguntó Norman.
──No había tiempo para entrar en pánico, la vida de mis amigos estaba en riesgo. ──respondió.
──Supongo que siempre ha sido así... ──observó Nobara.
──¿Eh...?
──Sí tenia miedo. Pero había gente que podía morir de verdad. Lo mínimo que quiero para la gente que conozco es que tengan muertes dignas. En fin, ni siquiera yo me entiendo ──Itadori se levanta mientras carga a Sasaki, por reflejo tomando el dedo que estaba a punto de caer.
──Casi ¿es esto?
──Sí. Es el objeto maldito especial, el dedo de Ryomen Sukuna. Es un milagro que no se lo devorara.
──¿Y esto se come? ¿Sabe bien?
──No seas tonto. ──el dedo se muestra de cerca ──Se hace para obtener energía maldita. Es peligroso, damelo.
──Claro, claro. ──Itadori acerca su mano, pero de arriba aparece una maldición, Megumi se da cuenta y empuja al pelirosado, haciendo que la maldición caiga sobre él.
──Creo que todos sabemos a donde va esto ──exclamó Dazai viendo los eventos.
──Cállate y ponte a verlo. ──Regresó Kunikida. Chuuya observó la interacción, así que ese era el nuevo compañero de la caballa ¿eh?
──Eso se ve doloroso. ──comentó Alfonso.
Edward dio una mirada a la pantalla. ──He recibido peores.
──¿Por qué suenas orgulloso de eso?
Los shikigamis intentan proteger a Megumi, pero la maldición lanza al chico contra la pared, haciendo que estos se derritan. Una explosión volando llena la escuela, Fushiguro sale a la azotea, la maldición derrumbando todo a su paso. Intenta levantarse, pero es inútil, la sangre corría por su cabeza y no coordinaba bien sus movimientos.
──Demonios, no puedo pensar con claridad... ──Itadori aparece pateando a la maldición ──¡Itadori! ¡¿Por qué no huyes de una vez con dos esos?!
Itadori sigue esquivando los golpes ──¡Tú también estás en problemas! ──dice, antes de ser arrastrado por el suelo.
──¡Solo una maldición exorciza otra maldición! ¡No puedes ganar!
──¡¿Cómo puedes decirme eso!? ¡Corres el riesgo de morir! ¡Si me fuera a casa, luego tendría pesadillas! Además, ──aparece una imagen de su abuelo ──tengo mi propia maldición...
La maldición lo golpea mandándolo por los aires, haciendo que el dedo vuele por los aires.
──Dime que no se lo come, por favor. ──exclama Noelle.
──Eso es tan asqueroso... ──murmura Vanessa.
──No creo que se lo coma... ¿cierto? ──pregunta Hinata.─
─No. ──contesta Sai, haciendo relajar a la chica ──Creo que se lo tragará entero.
Hinata parecía querer vomitar, y no era la única, Uraraka parecía desalojar todo en cualquier momento.
La maldición atrapa al chico, él se impulsa con las piernas y atrapa el dedo entre sus dientes.
──¡Idiota! ¡Dame eso o te va a comer!
Dicho y hecho, la maldición intenta comer a Itadori, pero se resiste empujándose hacia arriba.
──¿Y esto se come ? ¿Sabe bien?
── No seas tonto. Se hace para obtener energía maldita.
Itadori parece saber que es la única manera, por lo que lanza el dedo ──¡Existe una manera de salvarlos a todos! ¡Necesito energía maldita, no, Fushiguro?!
──Para... ¡Para!
Itadori se traga el dedo.
──No me volveré a quejar sobre el cabello de All Might. ──pensó Izuku mirando la escena, mirando alrededor notó que la mayoría tenía una cara de asco. En especial un tipo bajito de las capas verdes y cuchillas ¿legión? Creía recordar que se hacían llamar.
──El dedo de Ryomen Sukuna ¡Es de categoría especial! ¡Es como veneno! ¡Morirá! Pero hay una posibilidad entre un millón...
Una energía morada empieza a rodear a Itadori y fácilmente se libera de la maldición. Cae en la azotea y unas líneas negras rodean su muñeca y rostro. La maldición intenta atacar y él lo destroza con mover un brazo, se observan pedazos salir volando, su brazo rodeado de humo, uñas largas saliendo de ellas.
La cámara se enfoca en su rostro, dos rendijas aparecen debajo de sus ojos, cuando se abren se revela otro ojo, el chico empieza a reír, una voz más gruesa sale, los colmillos se revelan. ──¡Lo sabía! ¡Que bien se siente la luz contra la piel!
Sukuna empieza a rasgarse la camisa, Fushiguro solo observa sorprendido. ── ¡Es el peor de los casos! ¡El peor resultado entre un millón! ¡La encarnación de un objeto maldito especial!
Se observa el cuerpo completo de Sukuna ──La carne de un espectro no tiene gracia. ¿Dónde está la gente? ¡¿Y las mujeres?! ──Sukuna se sube a la barandilla observando la ciudad ──Pero que buena época. Mujeres y niños se arrastran por doquier como gusanos ¡qué maravilla! ¡Será una masacre!
──Es jodidamente sexy. ──habló Shura. Ganándose una mirada incrédula de ambos gemelos.
──¡¿Acaso estás escuchando lo que está diciendo al menos?! ──comenzó Yukio.
──¡Prácticamente está jurando masacre! ──terminó Rin.
──Eso no quita que sea caliente como el infierno, lo entenderán cuando crezcan.
──Estás loca. ──dijeron los dos al mismo tiempo.
──Creo que ese chico podría llegar a ser un problema... ──murmuró Rengoku, los pilares asintieron, ese chico era un problema que tenía que ser vigilado, era demasiado peligroso.
──Chicos, no quiero que se acerquen a ese grupo. ──gruñó Aizawa, independientemente que parecía estar controlado ahora no se arriesgaría, solo confiaba en poder protegerlos si llegase a ocurrir algo.
──¿Qué son esas líneas en mi cuerpo? ──pregunta Itadori, ignorando los comentarios que rodean la sala.
──Ni idea... no recuerdo que eso sucediera ese día... ──murmura Megumi.
──Tal vez es una forma de este "ser" para que podamos diferenciarlos ──sonríe Gojo.
Una mano tomo la cara dándole la vuelta, sorprendiendo a Sukuna. ──¿Qué haces con mi cuerpo? Devuélvemelo.
──¿Cómo puedes moverte?
──Este es mi cuerpo ¿no?
Sukuna parece interesado ahora ──¿Me está conteniendo?
En ese momento Fushiguro decide medirse. ──No te muevas. Ya no eres humano. Yuuji Itadori, conforme a las normas de Jujutsu, ¡te exorcizare como una maldición!
Y la pantalla se apaga.
Hubo un silencio en la sala, por primera vez cayó la realidad de que no eran amigos y mucho menos se conocían. Había muchas personas poderosas en la sala, se sentían u observaban, pero había muy pocas peligrosas, hasta ahora todos parecían estar en control o conscientes de sus acciones. En cambio, con el chico pelirosa era diferente, ese tipo Sukuna era otra persona completamente diferente y eso lo hacía muy peligroso, nadie aseguraba que el chico podía mantener al margen. Algunos grupos empezaron a alejarse de ellos, como el grupo de héroes, el grupo de psíquicos con los huérfanos y el grupo de Yato, los demás no estaban lo suficientemente cerca antes así que solo se quedaron en guardia, a otros grupos no les importó como los magos o los piratas quienes siguieron a lo suyo haciendo preguntas entre sí. Pero todos sintieron la tensión en la sala.
──Esto es incómodo... ──murmuró Itadori al sentir las miradas sobre él.
──¿Qué esperabas? Incluso si no es su mundo, acaban de ver el poder de primera mano de Sukuna. ──respondió Fushiguro.
──Como si este idiota fuera peligroso. ──bufó Nobara picando la mejilla del pelirosado e iniciando una pelea entre ambos.
──Creo que deberían estar más preocupados por mí que por él. ──dijo Satoru ──Fue divertido e interesante ver las cosas que no pude ver antes... Como tus ganas de patearme Megumi. ──sonrió zorrunamente el albino.
Megumi se tensó, realmente quería patearlo.
──¿Me pregunto qué sigue...? ──pensó Mori divertido ante todo.