Un bonito recuerdo

Naruto
F/M
G
Un bonito recuerdo
author
Summary
Un portal que se abrió en medio de la batalla le dará a Naruto una de las peores y, a la vez, una de las mejores experiencias en su vida. Ella no puede dejar a sus amigos en medio de la guerra, pero también debe buscar la forma de volver. Tal vez un poco de ayuda de un Shinobi habilidoso sea la respuesta correcta. Puede haber un poco de riesgo, pero la diversión nunca falta.Créditos de los personajes a Masashi Kishimoto | Historia hecha por AYOF | De fans para fans.
All Chapters

SIETE AÑOS DESPUÉS

Las risas llenaron el ambiente. Allí estaba ella, comiendo junto a sus amigas. Por fin habían tenido un momento para reunirse después de todas las misiones que tuvieron cada una. Naruto miró un poco a sus amigas mientras pensaba en cómo las cosas habían cambiado desde que tenía doce años. Sakura era la subdirectora del hospital de la Hoja, una gran médica y cirujana. Ino seguía siendo una habilidosa ninja, aunque muy chismosa, pero muy hermosa y siempre recibía a nuevos clientes de la floristería con una sonrisa. Tenten se había encargado de una nueva tienda de armas ninjas, que era muy popular, sobre todo para lo necesario en la Academia. Y Hinata, siendo antes una chica tímida, ahora siendo la mano derecha de su hermana.

La vida de Naruto cambió mucho después de la guerra. A pesar de seguir siendo una Genin, era tan respetada como el mismo Hokage. Todo el continente conocía su nombre. Le daban buenas misiones con buenas pagas, lo que hizo que pudiera comprarse un lindo departamento en el centro de la Hoja. Después de ello conoció a un primo de Hinata, y ya habían estado saliendo por cerca de tres años. Las cosas pintaban muy bien.

—Entonces Sai volvió a preguntarle a mi madre sobre cómo era posible que ella luciera tan joven —comentó Ino—. No pudo ganársela ni con eso.

—Puede ser porque aún tiene ese tono muerto —dijo Sakura mientras le daba un buen trago a su cerveza.

—Creo que eso podría ser un insulto, Sakura —murmuró Hinata.

Soltó una breve risa. Hinata siempre sería muy amable mientras que Sakura siempre insultaría a quien quisiera, aunque a veces lo dijera de forma muy disimulada. Dios, la había escuchado maldecir a algunos pacientes que era necios con los tratamientos.

—¿Cómo va todo con Sasuke? —le preguntó Naruto a Sakura para cambiar un poco la conversación.

—Pues… como siempre —respondió ella, luego suspiró—. Digo, no ha estado en la aldea por unas semanas y las cosas, bueno, no creo que vayan bien. Solo… quiero que sea menos frío.

Todas guardaron silencio.

Después de la batalla en contra de Kaguya, Sasuke seguía con su plan de cambiar el mundo ninja, pero ella lo detuvo. Fue horrible perder su brazo debido a esa pelea, pero Sakura y Tsunade lograron reconstruirle uno a base de células de Hashirama. Le ofrecieron uno igual a Sasuke, quien también había perdido su brazo, pero él se negó. Después de eso, él volvió a irse de la aldea, con la excusa de expiar sus errores. Él regresaba a la aldea de vez en cuando, y en esas ocasiones raras comenzó a juntarse con Sakura. En un principio todo parecía ir bien, pero con el tiempo se notó la distancia entre ambos.

—Dios, mejor hablemos de alguien más —gruñó Ino, luego su mirada fue a Hinata—. ¿Nadie ha atrapado tu corazoncito, cariño?

—No. Supongo que estar todo el día metida en asuntos del clan no me dan la oportunidad —murmuró Hinata, siendo lo más sincera posible. Ino era como un animal que podía oler las mentiras.

—Bueno, ya vendrá alguien bueno para ti. Pero ese tipo va a tener que pasar por un examen riguroso, tanto que Madara se quedará corto.

Sakura soltó una carcajada junto a Ino mientras que Hinata solo negó un poco con la cabeza. Luego todas las miradas fueron hacia ella.

—¿Cómo van las cosas, Naruto? —preguntó Ino, su sonrisa pícara mientras alzaba sus cejas en un gesto sugerente.

—Van bien. Lo normal —respondió Naruto—. Solo que hemos estado pensando un poco en lo difícil que va a hacer para su clan aceptarme.

Eso era lo difícil. A pesar de toda la fama y el poder que tenía Naruto, aún necesitaba la aceptación del Clan Hyuga. Al ser mujer, si se casaba, pasaba a ser una Hyuga por política, pero eso nunca había ocurrido antes. Durante un buen tiempo los dos habían discutido como avanzar con todo ese asunto. Una de las propuestas más locas de él fue abandonar su clan, pero eso solo generaría más problemas. Esperaban que Hinata y Hanabi pudieran hacer algo.

Después de media hora, las cuatro se fueron cada una para su casa. Era invierno, por lo que el aire frío le golpeó el rostro. Había muy poca gente debido al frío, así que se sorprendió un poco cuando vio a una sombra parada frente a ella. Casi lo golpea, sino fuera porque lo reconoció.

—Creí que irías a ver a Sakura antes —comentó Naruto mientras miraba a Sasuke a sus ojos irregulares.

—No he venido por mucho tiempo. Solo necesitaba verte —dijo él, su tono frío mientras la veía a los ojos.

—Sabes que eso suena mal, ¿verdad?

—No me importa.

Sasuke era mucho más alto. Siempre iba vestido de negro. Su capa ondeaba un poco debido a una ventisca. Él lucía tenso, lo que no era bueno. Durante sus viajes, también se había dedicado a rastrear más cosas sobre Kaguya y Zetsu para evitar un nuevo regreso. Quién diría que eso le traería problemas a su relación con Sakura. Ambos eran sus amigos, pero bien supo que ellos dos solo habían estado juntos por la pasión del momento, nada tan profundo en realidad. ¿Cuánto durarían? No lo sabía, pero esperaba que no fuera algo demasiado escandaloso.

Comenzaron a caminar por la calle. Todo era muy silencioso, lo único que se escuchaba eran sus pasos. Llegó a pensar en tantas cosas en ese instante, hasta que Sasuke habló.

—¿Recuerdas lo que me pediste hace un año? —preguntó Sasuke, a lo que asintió—. Lo encontré.

—¡¿Enserio?! —Casi gritó. Lo miró con un poco de euforia y esperanza.

—Sí. He dejado uno de tus sellos allí para que puedas ir cuando quieras.

—¡Iré justo ahora, bastardo!

Lo tomó del hombro y comenzó a buscar en su mente el sello con la pequeña firma de chacra de Sasuke. Sus sellos los había modificado un poco para que guardaran una huella de sus seres queridos para reconocerlos. A Sasuke le había dado uno cuando le pidió que buscara algo relacionado con un pentagrama. Le debía hacer un favor a ese tipo que la ayudó a regresar, y lo iba a cumplir.

Encontró después de unos minutos el sello. Rápido se teletransportó a él. En un segundo ya estaba allí, en un lugar oscuro. A su lado, Sasuke soltó un gruñido y luego prendió una linterna. La luz blanca iluminó un poco la pared. Sasuke le dio otra linterna, así que se puso a explorar este lugar. Las paredes de roca estaban llenas de polvo. En varios lugares había telarañas y animales muertos. El aire era muy difícil de respirar, quemaba en la garganta como si fumara. Sasuke la guio hasta una habitación muy alejada de donde aparecieron.

Cuando entraron a esa habitación, Naruto sintió un escalofrío cuando vio al frente el pentagrama. Era enorme, de cinco metros al menos. Ese símbolo le trajo el recuerdo de haber estado en el pasado y, por consiguiente, a su tiempo con Shisui Uchiha. Lo echaba mucho de menos. También había cosas escritas en una lengua extraña, como si fuese de un alien.

—Lo encontré intentando buscar más sobre Kaguya. Eso es muy diferente a los escondites de Zetsu, parecen mucho más antiguos. Puedo decir que, al menos, tienen unos cien mil años. Muchas de estas cosas fueron hechas por antiguas culturas, creo. No sabemos mucho de dónde venimos, pero esto puede darnos algunas respuestas.

Después de que Sasuke dijo eso, él activó su Sharingan. Él escaneó la pared en un minuto y luego se giró para verla. Se quedó congelado por un segundo, luego se le acercó, la sorpresa bien marcada en su rostro, aunque no pudo verlo.

—Estás embarazada —él dijo.

Lo miró y luego sonrió. Puso una mano sobre su abdomen mientras pensaba en su futuro hijo.

—Me enteré hace unos días —comentó mientras recordaba ese día. Había sido una sorpresa, pero una muy feliz.

—Tienes como dos semanas —él dijo—. ¿Ya fuiste al médico?

—Tengo una cita para mañana. Supongo que ahora tendré una familia a la que proteger con toda mi vida.

Sasuke solo asintió y continuó divagando en el pentagrama. Naruto hizo lo mismo. Sus ojos intentaron descifrar lo que decía la pared, pero no tenía lógica nada de lo que estaba escrito. Suspiró y decidió hacerlo a su modo. Puso su mano en el centro del pentagrama y lo activó como el sello de hace siete años. Sintió la familiaridad recorrerle cada parte de su cuerpo. Fue sorprendente, y recordó por un instante estar de nuevo en la colina. Vio al mismo hombre sentado en el árbol. Él le sonreía, su sombrero de copa baja haciendo un poco de sombra sobre sus ojos.

Luego todo su cuerpo se tensó. Sintió como si su sangre se hubiese congelado en sus venas. La colina desapareció. Todo se sumergió en la oscuridad mientras el sol se volvía un enorme ojo gris. El suelo se volvió como un líquido. Bajó su mirada para ver sus pies sumergidos en, lo que parecía, alquitrán. Luego miles de rostros se formaron de ese alquitrán. Rostros de niños, hombres, mujeres y ancianos. Aquel hombre al que le había hecho la promesa la miró, con una enorme sonrisa.

Volvió a la realidad cuando Sasuke la tenía sentada. Lo miró y vio que él estaba hablando, pero no podía escucharlo. Solo había un pitido. Y detrás de él, iluminado por una linterna en el suelo, leyó la pared. La escritura fue legible en ese momento.

 

«Quien juega a ser Dios, está destinado a conocer al Diablo»

Sign in to leave a review.