Entrenamiento Privado

Naruto
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Entrenamiento Privado
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Sarada se siente insatisfecha sexualmente por Kawaki. Boruto, su mejor amigo le ofrece su ayuda, enseñándole como seducir a su novio.
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Primera clase

El reflejo en el espejo la confundía aun mas. Sus piernas eran largas y sus muslos carnosos, su cintura era estrecha y sus pechos firmes. Sarada siempre supo que su rostro se parecía al de su padre, lo que la hacia guapa, pero tambien tenia rasgos de su hermosa madre.

"Soy guapa y sexy, '¿Por que su novio no se lanzaba sobre ella cada vez que la veía?"

Dio media vuelta y miro su trasero. 

"Hasta yo estoy enamorada de este trasero"

Al quedar de frente, se pregunto si realmente debería ir sin ropa interior como  le dijo Boruto.

Arriesgándose a cualquier problema que causaría eso, se quito todo hasta quedar desnuda en medio su habitación.

La puerta se abrió de repente, dejando pasar a Kawaki, quien la miro con una ceja alzada.

-Bienvenido.-Sarada lo abrazo y se pego a el. Por suerte correspondió a su abrazo.

-¿Que haces sin ropa?.- le pregunto.

-Mmm me vestía, voy a cenar en casa de Boruto..- sus labios rozaron suavemente el cuello de su novio.- Al menos que quieras que me quede y nos divertimos.

Cuando la tomo de la cintura,  Sarada se emociono y pensó que finalmente Kawaki la follaria como quería.

-No.- respondió alejándola de su cuerpo.- Ve, luego no quiero a ese idiota fastidiando porque no fuiste.

Sin poder responderle a tal ofensa, se quedo inmóvil mientras el se encerraba en el baño.

La furia hizo que sus mejillas se calentaran y actuara de manera impulsiva. Se dirigió a su armario y tomo el vestido mas corto que tenia, se coloco sus zapatos , paso el cepillo en su cabello y un labial rojo en su boca.

"No merece ni que me despida de el"

Lo ultimo que hizo antes de salir de su casa, fue ponerse una buena cantidad de perfume.

No se despidió de Kawaki, pero tampoco esperaba que le importara.  

La noche ya había llegado a Konoha, por lo que seria mas cómodo caminar por las calles desoladas, no quería encontrarse con algún conocido que la viera con ese vestido tan corto.

-Hola hermosa.

Miro hacia su costado y pudo reconocer inmediatamente su silueta aun en la oscuridad. 

Al separarse de la pared de su casa, la luz publica lo ilumino.

-Boruto.- Sarada estaba sorprendida.

-Vine a buscarte.- dijo poniéndose a su lado.

El perfume de su mejor amigo parecía opacar el suyo, pero no le podía importar menos.

-Vaya que eres caballeroso para estas cosas.

-Dime cuando deje que andaras sola.

Sarada le sonrió coqueta.

-Bueno tienes razón. 

El rubio paso su brazo alrededor de su cintura y la atrajo a su cuerpo.

-Ese vestido cortito, te queda muy bien.- el agarre en la cintura de Sarada, la hizo dejar caer un poco de su peso sobre su amigo.

No pensó en que alguien podria verla, ni quiera en que Kawaki estaba dentro de su casa.

Boruto bajó un poco su mano, casi tocando su trasero.

-Gracias.- le dijo coqueta.

-Y dime, ¿Llevas algo abajo?.

Apretó sus muslos y sintió aire en su intimidad.

Mordió su labio y lo miró a los ojos.

-Compruebalo.

Su amigo sonrió de costado, instando una sensacion extraña en su vientre.

Todos sabian que Boruto Uzumaki era muy guapo, miles de mujeres darian lo que sea para pasar la noche con el, o tan solo besarlo. Sarada siempre lo consideró una de las personas más guapas de Konoha, y estaba acostumbrada a su belleza

Pero esta noche, estaba particularmente sexy.

-¿Quieres que lo compruebe aqui?.- la voz le salió ronca.

Y si Sarada tenia algo de autocontrol, este se esfumó por completo.

-Como quieras, el sensei aqui eres tu.

Boruto apretó su agarre y la arrastró hasta donde el la habia esperado.

En ese lugar, debajo de un inmeso arbol, donde la oscuridad los escondia, en el cual Sarada se sintió arrinconada.

Entre el arbol y el pecho de Boruto, no sabia cual era más duro.

-No sabia que eras tan atrevida, Sarada.- le susurró al oido.

Sin querer un gemido salió de su boca, y pudo jurar que Boruto sonrió trunfante, pero no dijo nada

No era hora de pelear como solian hacerlo.

-Solo sigo el entrenamiento al pie de la letra.

La respuesta de su amigo fue apretar con sus grandes manos el trasero de Sarada. Un agarre obseno, sucio y muy placentero.

-No sabes las ganas que tenia de tocar este hermoso culo.

-Si sé, te vi mirandome en varias ocasiones.

Sarada cerró los ojos y se dejó sentir en como esas manos que tantas veces le salvaron la vida en las misiones, la tocaban con tantas ganas.

Boruto por su parte, no queria dejar se amasar esos musculos que habian sido protagonista de un par de sus sueños.

Aunque aveces se sentia culpable de soñar asi con su amiga de toda la vida, realmente disfrutaba esos sueños.

Y no creia que esto fuera posible.

Sin pensarlo ni un poco, con su mano derecha levantó el bendito vestido, y Sarada solo apretó el agarre en sus hombros.

-Boruto...- susurró.

-Abre estas hermosas piernas para mi.

Obedeció, ansiosa por que la tocara.

Boruto se separó unos centímetros para volver a acercarse.

-En la oscuridad no puedo ver.

Sarada tragó saliva.

-Entonces...?

-Leccion uno.- dijo un poco más alto.- Si un ninja no puede ver, deberia comprobar la situacion o personas, con sus otros sentidos. Muestrame Sarada, con que quieres que lo compruebe?

Hacia calor, mucho calor.

Los recuerdos de cuando tenian 17 años, vinieron a su mente de repente. En como Boruto metió sus dedos dentro suyo y la hizo correrse.

No podia hablar, porque si lo hacia, solo saldrian gemidos de su boca.

Ella misma, tomandolo de la muñeca, hizo que interrumpiera la brisa que se colaba entre sus piernas.

-Mmm.- gimió al sentir esos dedos en su vagina.

Hábilmente Boruto posiciono los dedos de una manera que sus labios quedaran abiertos y el dedo de medio, tocaran débilmente su clítoris.

-Estas muy mojada, Sarada.- esta vez, Boruto gruñó.

Su dedo empezó a moverse en circulos y la pelinegra solo podia sostenerse del cuerpo de Boruto y morder su propio labio para no gemir.

Eso se sentia mucho mejor de lo que recordaba. Hacia años que nadie la tocaba ahi abajo.

-Asi como lo hiciste conmigo, hazlo con Kawaki, gime, toma su mano y llevala hasta donde quieras.

Sarada se retorció y Boruto sabia perfectamente que significaba, por lo que fue más allá y dos de sus dedos entraron en ella.

Solo fueron suficientes dos embestidas para que Sarada perdiera el control, gimiera fuerte y mojara la mano de su mejor amigo.

Boruto dejó que ella recuperara su respiracion, y sacó lentamente los dedos de su interior. Ademas de bajar su vestido, y acomodar su cabello.

-Dios... Hacia tanto que no me venia asi.

-Y lo hiciste en mi mano.- Boruto de repente la levantó en sus brazos.

-¿Que haces?.

-Esta vez no me dejaras asi.- le dijo.- No dejaras que yo resuelva mi problema solo, como aquella vez.

Boruto saltó muy alto y corrió por los tejados.

Esa urgenicia por meterse entre sus piernas, era la que a ella le gustaba, la que necesitaba.

Boruto vivia en una casa grande, digna del hijo del Hokage. Pero este aprovechaba ese tamaño para organizar fiestas u hospedar amigos de otras aldeas.

Como si fuera un extraño, se metió por la ventana de su habitación.

Sarada reconicia ese lugar, habia estado muchas veces alli, ya sea para cuidar de Boruto de alguna enfermedad o herida, para pasar la noche junto a Chouchou despues de una fiesta, o para dormir con Himawari en navidades o cumpleaños.

Boruto la bajó y se quitó la chaqueta que tenia puesta. Parecia estar dispuesto a quitarse toda la ropa.

Sin embargo era Sarada quien queria encargarse de eso.

-Hey.- le dijo para distraerlo y poder empujarlo hacia la cama.

La sorpresa lo hizo cerrar los ojos al caer de espaldas sobre el colchon, y al abrirlos se encontró con Sarada quitando su camiseta blanca.

Sarada lo miró detenidamente, y escogió quedarse mirando su rostro.

-¿Que pasa? ¿Te gusto que tanto me miras?.- La vanidad de Boruto estaba al máximo.

Sarada le respondió con un beso en el cuello y metiendo su mano debajo del pantalon.

El estaba erecto desde el momento en el que tocó el trasero de su amiga. No podia aguantar más, mucho menos cuando ella liberó su miembro de los boxers.

-Me encantaria que me la chuparas.- dijo sintiendo la lengua en su cuello.- Pero no aguanto más.

Con fuerza dió vuelta sus cuerpos y el quedó encima. Aún asi Sarada no soltó su pene, este se sentia increible en sus manos.

Sentia que se mojaba una vez más, con tan solo imaginar en tenerlo dentro.

-¿Desesperado sensei? ¿No folló a nadie anoche?.- esa falsa inocencia de Sarada lo hizo gruñir.

-No, porque cierta señorita espantó a mi presa llamandome por celular.

-Que mal...

Sarada abrió grande los ojos cuando Boruto le dió un golpe en la nalga derecha.

-Muestrame la posicion que más hacen con Kawaki.

-Esta.- abrió sus piernas.- el misionero.

Boruto miró entre sus piernas. Esa imagen era hermosa para el.

Queria quitarle el vestido, besarle y lamerle todo el cuerpo, pero su pene necesitaba enterrarse en ella cuanto antes.

-Date la vuelta.- le ordenó.

Sarada antes de hacerlo tuvo que observar bien ese pene erecto, lleno de venas, grueso y largo.

-Quiero chuparlo.- dijo sin aliento.

A Boruto le encantaron sus palabras.

-En otro entrenamiento, Sarada.

Unicamente mordió sus labios e hizo lo que le ordenaron. Se puso sobre sus cuatro extramidades, solo para sentir la mano de Boruto en su espalda.

-Baja un poco más.

Lo hizo, hasta quedar con su mejilla sobre el colchon.

-Asi debes ponerte para tu novio.

Segundos después tenia completamente a Boruto en su interior.

Por fin.

-Mierda.- dijeron al mismo tiempo. 

La tomo de la cintura y comenzó a moverse lentamente, intentando no terminar rápido. Boruto se odio por no tener mas control sobre su cuerpo, pero el estar con Sarada era algo increíble y asi no podia controlarse.

- Eres tan rica.-gimió alto, obteniendo un gemido mucho mas alto por parte de su amiga. Esto lo animo a darle una nalgada.- Estaria todo el dia pegado a este culo.

Sarada estaba en las estrellas, esas palabras y nalgada le encantaron.

-Mas rapido, Boruto.- grito.

Parecia un pedido, pero para el sonó como una orden que estuvo dispuesto a obedecer, aunque el fuera el "sensei".

Dejo de lado ese poco autocontrol que tenia, al escuchar su nombre en boca de Sarada. Sus movimientos eran duro y rápidos, certeros en donde ella quería sentir su pene.

La habitación se inundo de gemidos, y del sonido de sus cuerpos chocando.

Ninguno de los dos se imagino estar alli en esa situación.

Cuando supo que no aguantaría mas, se inclino hacia ella para poder morder el lóbulo de su oreja y mucho mas importante tocar su clítoris. 

-Termina para mi.-le dijo el antes de correrse dentro del condon.

Supo que Sarada también lo hizo cuando los musculos de su interior se contrajeron alrededor de su pene.

Se dejo caer sobre ella.

Escucho a Sarada soltar una risita y se aparto para verla, justo despues de dejar un beso en su hombro.

Dejándose caer de espalda a su lado, se miraron.

-¿Por que sonríes asi?

-Estoy feliz.- Sarada cerro sus ojos.- Deseaba tanto que me follaran así.

-¿Quieres repetir?.

-Obviante si, tengo mucho que aprender.

Boruto miro esos labios rojos, que siendo sincero, fueron lo primero que miro cuando salió de su casa.  Sus labios eran carnosos y deseables, se sintio un tonto por no besarlos mientras tenían sexo.

¿Seria muy extraña besarla ahora?

Se acerco lentamente, pero ella abrió los ojos y le sonrió aun mas.

-Gracias.- le dijo abrazándolo.-Eres el mejor amigo del mundo.

El abrazo duro unos segundos, mucho menos de lo que hubiese deseado Boruto.

-¿Tienes hambre? Puedo cocinar algo.-le dijo levantándose de la cama.

Se veia feliz.

-Claro, podemos ver una película.

-Ve a buscar la película y yo cocino algo.

Sin pedirle permiso, ella abrio su armario y saco un pantalón holgado y se lo puso debajo del vestido. Ese pantalón era el que siempre usaba cuando iba a su casa; pertenecía a Boruto, pero el sabia que a ella le gustaba mucho.

Cuando se lo puso pudo ver un poco mas de su cuerpo.

Sarada era extremadamente sexy, peligrosa para el.

-No te quedes haciendo el tonto y baja rápido.

Ella salio de la habitación, y el se mordió el  labio.

Como le hubiese gustado seguir tocandola.

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