
Chapter 4
El pequeño restaurante de ramen al que siempre asistían, se encontraba con las mesas completas de personas e incluso, había muchos comiendo sobre la larga y fina mesa en la que servía de mostrador.
Algo poco común, pero que su dueño agradecía de corazón.
Apartados del tumulto de gente, tres ninjas se encontraban revisando las fotografías de sus años en la academia.
Hana observaba con insistencia, pasando de una página a la otra sin lograr encontrar la imagen que quería. Aquel Uchiha no se hallaba por ningún lado y sus esperanzas de poder recordar como era su compañero cuando era niño, se alejaban como la brisa que corría aquel fresco día.
—Nada.—Lloriqueó la joven.— Ni una maldita foto de Itachi.
—¿Siguen con eso? —La voz de Kakashi los sobresaltó a los tres.
Guy sonrió con un brillo esperanzador y colocó el libro de fotografías abierto justo a la altura del rostro de su rival.
—Dime que lo ves.—Pidió el azabache casi en un ruego.—Dime que vez que a tu novio aquí, sólo señálalo.
Hatake dirigió su vista hacia las imágenes, notando que entre tantas fotografías, se hallaba él al igual que su amigo Guy y Kurenai. Comprendía el porqué, después de todo, Obito había aclarado que se conocían desde niños.
Algunos chiquillos de cabello azabache, se encontraban remarcados con un plumón en color rojo y algunas palabras se lograban leer.
"No era lindo."
"Imposible que este bravucón sea novio de mi rival."
"Posible buen candidato."
Su mirada se posó sobre la imagen de Obito, sonriendo mientras ubicaba aquellos lentes anaranjados que solía utilizar cuando era niño, por encima de su cabeza. La frase escrita debajo llamó su atención.
"Por supuesto que no. Se odiaban."
Kakashi volvió su vista al hombre de mayas verdes que observaba sus ojos con detenimiento a la espera de que el shinobi fijara su oscura mirada en el hombre que había robado su corazón.
Sin embargo, solo notó como leía cada frase y una suave sonrisa se asomaba por debajo de su máscara.
—Hay muchos que no están marcados.—Comentó Hatake.
—Es que no son ANBU, son jounin.
El hombre de cabello plateado comprendió la razón. Su amigo se mordía el labio con frustración mientras continuaba buscando a alguien que pudiera considerar apto para su mejor amigo.
Imagen tras imagen pasaba y no hallaba a un solo chico que pudiera hacerle creer que sería su candidato.
Entendía las razones por las cuales se guardaban sus nombres y ocultaban sus rostros tras las máscaras de cerámica ANBU, pero odiaba no poder quitar aquel tema de su cabeza y a pesar de que Kakashi no dijo ni una palabra más, sabía que estaba disfrutando ver como poco a poco caía en la locura.
Aquella mirada de reojo no engañaba a nadie, mucho menos a Guy que estuvo cerca de él desde que eran niños. Sabía que quería reír al verlo buscar en las fotografías como si su vida dependiera de ello, podía verlo por como sus mejillas se hinchaban en un intento por contener la risa.
—Es una verdadera pena.—Dijo con burla. Movió su pie con velocidad un segundo antes de que un kunai impactara sobre su empeine, amenazándolo con dejarlo clavado allí si hacía falta hasta quitarle información.— Estás demente, Mitarashi.
—Entonces no te burles. Estamos haciendo todo lo que tenemos a nuestro alcance por saber como lucen tu novio y Uchiha. Me mata no saciar mi curiosidad.
El grito del dueño del local, Teuchi, al saludar a un nuevo cliente, llamó la atención de los cuatro shinobis. Un joven de chaleco verde, se despedía de sus pequeños alumnos con la mano a la vez que ingresaba al restaurante.
—Es el papucho de Shisui.—Mencionó Hana mientras se mordía el labio. Guy y Kakashi la observaron con sorpresa.— ¿Qué? No tengo novio como para prohibirme de mirar a alguien más. Además, no soy ciega y deben admitir que Shisui es muy atractivo.
El azabache de mayas verdes miró a su amigo de inmediato, sacándole una carcajada a las féminas que presenciaron aquella acción.
—¿Qué demonios, Guy? —Preguntó Hatake.— Que sea gay no significa que me van a gustar todos, además, tengo pareja. No lo olvides.
El contrario asintió entendiendo y volvió su vista hacia el álbum de fotografías, antes de distraerse con el saludo del recién llegado.
—¿Cómo están? —Shisui preguntó con amabilidad, mostrando su característica sonrisa. Su ojos se posaron en Hatake antes de continuar.— ¿Ha estado con Oso esta mañana? Lo he estado buscando.
Kakashi palmeó su espalda de manera amistosa y cuando estuvo a punto de responder, Anko pasó por encima de la mesa hasta colocarse frente al azabache.
—¿Conoces al novio de éste? —Hatake la vio ofendido por como se refirió a él. Shisui, frotando sus manos por encima de sus pantalones en señal de nerviosismo, solo atinó a asentir.— ¿Cómo es?
Dirigió una rápida mirada hacia el jounin de cabello plateado que lo observaba con un brillo divertido en sus ojos y como si estuviera frente a un enemigo que lo estaba torturando para quitarle información de su aldea, hizo lo único que haría en ese momento.
Mentir.
—Oh, tiene cabello negro, siempre usa la máscara de oso y responde al nombre del mismo animal.—La mirada molesta de Mitarashi lo hizo casi sudar.
Si le preguntaran si prefería enfrentarse a un enemigo o a Anko, definitivamente elegiría a su enemigo. Sabía de lo que era capaz aquella mujer que pertenecía a la sección de tortura e investigación, como también, sabía lo despiadada que solía ser con sus "presas".
—Eso ya lo sabemos, tonto.—Respondió dándose la vuelta para volver a su lugar.— Creí que conocías su rostro.
Shisui negó con seguridad.
Nadie tenía porqué saber que conocía al hombre desde que era pequeño. Su padre era el mejor amigo del hermano mayor de Obito, Fugaku y cada vez que los visitaban, tanto él como Itachi solían molestar a Obito para que jugara con ellos.
Sabiendo que tanto él como su padre eran considerados miembros de aquella familia, Obito nunca se vio en la necesidad de cubrir su rostro al igual que Itachi.
Shisui había sido uno de los primeros en conocer la relación que Obito y Kakashi tenían. Uchiha necesitaba ayuda en la rama romántica y Shisui estaba allí para aconsejarle.
Eran muy buenos amigos a pesar de la diferencia de edad.
—Todo bien.—Habló Kakashi.—¿Esperas a alguien?
Uchiha abrió su boca para hablar, antes de que una mano posada en su hombro lo interrumpiera.
Hana saltó en su lugar, observando con una intensa mirada al joven de máscara que su posó al lado del muchacho atractivo.
—Oh, Comadreja, ya estás aquí.—Sonrió.— Vamos a almorzar. Adiós.—Se despidió del resto con una sonrisa, mientras que su acompañante solo agitó su mano con tranquilidad despidiéndose del resto.
Hatake sintió tres pares de ojo casi perforar su cabeza y al voltear, sus compañeros estaban esperando una explicación de su parte.
—Si van a preguntar, es inútil. Yo mismo les dije que no tenía idea de como luce.—Respondió en un suspiro cansino.— El único rostro que conozco es el de Oso, nada más.
¡MUCHAS GRACIAS POR LEER!