En las manos del Duque

Naruto (Anime & Manga) Fanfiction Nation (Podcast)
M/M
G
En las manos del Duque
author
Summary
A punto de cumplirse un año desde que la familia Uchiha llegó a su nuevo hogar, Itachi no lograba encajar entre todos aquellos habitantes. No lograba comunicarse con nadie al no saber su idioma y la insistencia de su madre por contraer matrimonio, lo hacían desesperar cada vez más.No tenía idea de quien era el segundo hombre que se había presentado a su hogar, pero por primera vez, intentó ser lo que su madre deseaba con tal de no arruinar aquella corta cita.*Si no es de tu agrado, por favor no leer.*No poner comentarios ofensivos.*Prohibida su copia.*La portada no es mía, solo la edité. Créditos a su respectivo autor.*Los personajes son creación de Masashi Kishimoto.*Historia 100% original.
All Chapters Forward

Chapter 3

Naruto mantenía su vista fija en el espejo de pie con marco de oro pulido frente a él. Podía escuchar a Iruka comentarle sobre lo que podría hablar y lo que no, pero no se encontraba prestando verdadera atención.

Sus pantalones algo ajustados se amoldaban a sus piernas, de aquel color azul oscuro que tanto le gustaba y franjas rojas en los lados expuestos de sus piernas.
Su camisa blanca no se veía al portar el saco ajustado a su cuerpo del mismo color que su pantalón. El cuello de la prenda se cerraba completamente y los botones dorados con pequeños detalles se extendían desde aquella zona hasta su estómago.

Las criadas colocaron su banda dorada, asegurándola en su hombro derecho con las hombreras de hilo dorado, hasta caer en el lado izquierdo de su cadera.
Permitió que enguantaran sus manos con aquellos guantes de tela gruesa y blanca y finalmente, se dio la vuelta para observar al beta.

Se ve perfecto, alteza.—Halagó a pesar de recibir un gruñido de parte del alfa.— No tiene nada de que preocuparse.—Comentó.— Puede marcharse cuando guste de la casa.

Naruto asintió, manteniendo en su cabeza aquella frase para recordársela a Iruka en el momento en el que la quiera cumplir.

Observó a su padre en el umbral de la puerta de su cuarto con un traje similar al de él, pero sin la banda y que marcaba su estrecha cintura. Suspiró con cansancio y caminó hacia su progenitor para salir de su cuarto.

El carruaje está esperándonos y ya tenemos listo a los guardias. Será mejor partir cuanto antes.—Comentó el mayor, recibiendo un asentimiento de parte de su hijo.

Yo... —Naruto dudó un momento, provocando que su padre tensara su mandíbula.— Lo lamento, pero no iré.

No estuvo muy seguro de si la mirada de su padre fue lo que provocó que su sentencia cambiara de un segundo a otro. Y es que, a pesar de ser un omega pequeño y tranquilo, sabía de lo que era capaz si se enojaba.

Refunfuñando, tomó la mano de Minato y caminó hacia el carruaje con pasos pesados, no queriendo subirse y teniendo en su cabeza, las actividades que debería postergar por esos momentos.

°

°

°

A medida que se adentraban en las calles de Luxemburgo, Naruto observaba en silencio a las personas a través de las finas cortinas. Todas y cada una de ellas, inclinándose ante la presencia de su carruaje al pasar.

Se detuvo de repente y observó a Iruka abrir la puerta del vehículo.
Su mirada azulina paseó por la construcción simple de dos pisos que se ubicaba justo frente a él.

¿Es aquí? —Preguntó señalando el lugar con su dedo índice y solo recibiendo un asentimiento de parte del beta, quien caminó con tranquilidad hacia la casa.

El moreno se detuvo de repente y Naruto presenció la salida de un hombre mayor de edad, quien se marchaba con el ceño fruncido y soltando improperios en uno de sus idiomas.
Sin embargo, el mayor abrió sus ojos con sorpresa y se inclinó ante él cuando estuvo a punto de chocar contra Iruka.

Siempre es un gusto verlo, alteza.—Habló con voz gruesa.

Igualmente.—Correspondió Naruto con un asentimiento.

Fue entonces, que el duque pudo observar el carruaje negro que se encontraba justo frente al suyo.
Le resultaba extraño que aquel hombre haya salido del hogar Uchiha, siendo que era de público conocimiento que no solía salir de su palacio.

Iruka, luego de incorporarse por haber reverenciado al conde, caminó nuevamente hacia la puerta y golpeó con suavidad.

Naruto apretó sus manos en un puño, sintiendo la mano de su padre dar suaves golpes en su espalda para tranquilizarlo.

No pasó demasiado tiempo cuando la puerta comenzó a abrirse y mientras lo hacía cada vez un poco más, la voz fina de un niño se escuchó.

Mi hermano no se casará con usted, vie...jo.—Dijo el infante en alemán, con sus ojos abiertos más de lo normal y las palabras algo atoradas en su garganta.

Iruka volteó a ver a Naruto, quien observaba con el ceño fruncido hacia donde se había marchado el conde momentos antes.

Buenos días, pequeño.—Saludó el beta con una sonrisa.— ¿Se encuentra la señora Uchiha?—El niño asintió y antes de correr al interior, agitó su pequeña mano indicándoles que lo siguieran.— Le recomiendo suprimir su aroma, alteza.—Comentó.

Los tres ingresaron y seguido de ellos, algunos guardias con la intención de proteger a su duque, consiguiendo que la casa parezca, incluso, aún más pequeña por la gran cantidad de gente.

Naruto y Minato ingresaron al hogar, siguiendo a Iruka quien caminaba con pasos seguros hacia donde el pequeño había corrido.

El duque olfateó el aire mientras buscaba discretamente la fuente de aquel dulce aroma. Aquel reconocido olor que tenía el té de hierbas que tanto le encantaba beber por las mañanas, mezclado con el chocolate más dulce que podría haber consumido. Una mezcla que para él le resultó perfecta, relajante y trajo demasiados recuerdos a su cabeza.

La cocina era pequeña, la mesa estaba algo inclinada por sus patas flojas y solo contaba con cuatro sillas. En el centro del lugar, se encontraba la dama que se había presentado el día anterior en el castillo, gritándole a una persona de cabello negro y largo atado en una coleta baja que caía por su espalda.

Solo te pedí una sola maldita cosa, Itachi.—Dijo Mikoto con molestia, sin percatarse de la presencia de los hombres.— Solo debías ser amable y vestirte acorde al lugar en el que nos encontramos.

Naruto posó su mirada en la persona que le daba la espalda. Su cabello negro caía sobre su espalda hasta casi alcanzar la altura de su cintura. Vestía lo que parecía ser un extraño y largo vestido con una fina cinta que lo mantenía sujeto a su cuerpo.

Estaba seguro de haber visto alguna vez aquella vestimenta, pero no lograba recordar en donde y finalmente, al oír al joven hablar, lo supo.

—No me hable en ese idioma, madre, porque sabe que no logro entenderla.—Dijo en un claro japonés.

Itachi sintió la mano de Sasuke tirar de su ropa y al mirarlo, el pequeño apuntó hacia atrás con su dedo índice, logrando que finalmente girara.

Naruto elevó sus cejas, sorprendido al ver su rostro finalmente. Los mechones de cabello negro caían a los lados de su rostro, enmarcándolo a la perfección y acentuando un poco más sus rasgos delicados.
Grandes ojeras se situaban debajo de sus ojos rasgados que no le quitaban el atractivo en absoluto y sus ojos negros lo enfocaron a él por un instante antes de recorrer con su vista su vestimenta y al resto de sus acompañantes.

El joven se inclinó ante él y se incorporó al instante, volteando a ver a su madre que se mantenía con la cabeza abajo en una profunda reverencia.

Lamento que haya presenciado todo esto, alteza.—Habló la dama y se incorporó para acercarse al omega.— Le presento a mi primogénito. Él es Itachi.

Naruto solo asintió sin saber realmente que hacer. Volteó la vista a su padre, quien le regalaba una pequeña sonrisa y volvió sus ojos azules hacia el joven de cabellera larga y negra.

El omega lo miraba con seriedad y aún así, el duque pudo observar la amabilidad en aquellos profundos ojos negros.

Su padre tuvo razón al no dudar de su belleza. Era muy parecido a Mikoto y al pequeño niño que aún se mantenía sujeto a su ropa.

—¿Puedo ayudarlos en algo, señores? —Preguntó en japonés y Naruto nunca estuvo más agradecido de que sus padres lo hayan obligado a estudiar aquel idioma, argumentando que podría necesitarlo al igual que el inglés.

No pasó desapercibido para él que el joven omega tenía conocimiento nulo sobre su posición jerárquica y observó a la dama apretujar su brazo con fuerza. Tampoco pudo ignorar el leve ceño fruncido que mostró en el momento en que sintió el fuerte agarre.

—Mi hermano ha preguntado si puede ayudarlos en algo, señores.—Repitió el infante en uno de sus idiomas.

Naruto observó al pequeño aún sin hablar y sintió en él, la mirada de Iruka y de su propio padre al no responder.

Itachi soltó un resoplido, consciente de que hablar en su idioma natal solo era un desperdicio de tiempo si los presentes no tenían idea de lo que quería decir.

¿Piensa casarlo con el conde Danzo? —Preguntó de repente observando a Mikoto al recordar las palabras del pequeño. La dama separó sus manos del cuerpo de su hijo y las apretujó entre si con nerviosismo.— Se que es consciente de que es mayor que su hijo, demasiado, pero quisiera saber...—Sus manos se colocaron en puño detrás de su espalda.— ¿Qué busca en realidad con hacerme venir hasta aquí para conocerlo, si al llegar me encuentro con que alguien más vino con la misma intención?

Mikoto se inclinó avergonzada.

De verdad lo lamento, alteza.—Habló con un nudo en su garganta.— Yo ya... había hablado con él previamente a tener conocimiento de que buscaba una esposa. Le ruego me perdone y le de una oportunidad a mi hijo para conocerlo.

Parece desesperada por entregarlo a cualquiera.—Susurró Minato con molestia y Naruto no pudo estar más de acuerdo con esa afirmación.

Sasuke abrió sus ojos con sorpresa ante las palabras de los adultos y al instante, su oscura mirada se enfocó en su hermano mayor que lo observaba confundido.

—Él me gusta más que el viejo.—Dijo Sasuke a su hermano, con su dedo apuntando al alfa y una sonrisa que se extendía en su rostro.

Naruto esbozó una pequeña sonrisa y fijó sus ojos una vez más en los de Itachi, quien ahora lo miraba desconfiado al no comprender lo que sucedía.

Se inclinó hacia su hermano menor y lo elevó en brazos, sintiendo las pequeñas manos de Sasuke envolverse al rededor de su cuello.

—Bueno...—Murmuró el omega rompiendo el silencio que se había creado.— Teniendo en cuenta que no se de que están hablando... ¿Qué te parece si vamos a prepararte un baño? —Preguntó observando al infante, quien asintió con una sonrisa, recibiendo el acostumbrado beso en su mejilla.

Naruto dio un paso al frente, ganándose la mirada de los presentes y obligando a un desconfiado Itachi a aferrarse a su hermano con fuerza.

—He venido para conocerlo.—Comentó el rubio, sorprendiendo al omega por el perfecto japonés que manejaba.— Soy Naruto Uzumaki, duque de Luxemburgo.—Se presentó formalmente con un asentimiento de cabeza.

Itachi abrió sus ojos sorprendido. No lo conocía en absoluto, pero conocía el estado monárquico que dirigía su nuevo hogar.

Miró con dudas a su madre, quien apretaba con fuerza la tela de su vestido y lo miraba con ojos suplicantes para que no sea descortés.

Tras soltar un suspiro, miró a su hermano menor y besó una vez más su mejilla, recibiendo una sonrisa de su parte.

—¿Qué dices, Sasuke? —Preguntó intentando no sonar intranquilo.— ¿Le damos una oportunidad? —El pequeño asintió repetidas veces mientras observaba al alfa que le sonreía.— Supongo que no hay problema. Puedo hablar en mi idioma con usted.—Habló mirándolo finalmente a los ojos.— Con el anciano no hemos podido comunicarnos.

—¡Itachi! —Reprendió la dama.

—Lo siento, madre, pero ha sido verdaderamente frustrante escucharlo hablar por una hora sin parar y solo tener que asentir o negar por no entender.—Confesó encogiéndose de hombros.

No iba a admitirle a su madre que se contuvo para no tirarlo fuera de su hogar cuando se presentó con un ramo de flores de aroma fuerte que ahora permanecía en la basura.
Suficiente regaño había tenido por no ser amable a la hora de despedirse y él, consideraba que suficiente tortura ya había pasado al estar junto al conde.

Indicándole a Naruto que lo siguiera, caminó hasta el patio trasero de su hogar y se arrodilló en el césped, justo donde la luz del sol llegaba perfectamente para iluminar por completo su cuerpo.
Naruto lo miró aún de pie, sin saber donde ubicarse realmente e Itachi, solo palmeó el suelo a su lado para que lo acompañara, logrando que el alfa se sentara en completo silencio mientras observaban al infante correr de un lado a otro con una figurilla de madera en sus manos.

Supongo que... Se dará la oportunidad.—Comentó Minato desde el interior del hogar Uchiha.

Así es, mi señor.—Respondió el beta, sintiendo la indiscreta mirada de reojo que Mikoto otorgaba.— ¿Pero como es eso de que el joven le dio la oportunidad? —Iruka se oía realmente ofendido ante tales palabras.— Su alteza es quien le está dando la oportunidad a él.

Minato sonrió mientras inspeccionaba el hogar con cuidado y de vez en cuando, posaba los ojos en la figura recta de su hijo.

 

¡MUCHAS GRACIAS POR LEER!

 

Forward
Sign in to leave a review.