
Esto va para largo
Por un lado, Kakashi era un Shinobi, independientemente de que oficialmente ya no lo hubiera sido por años.
Por otro lado, estaba retirado, independientemente de que siempre hubiera excepciones por misiones y/o asuntos urgentes.
El primer lado suyo quería levantarse ya de la cama y ponerse a entrenar su cuerpo para estar otra vez en forma. Dos años sin hacer nada hacía que el cuerpo se atrofiara. Usando Chakra, lo que tardaría años para un civil normal, se reduciría a un año como mucho. Y con su experiencia y cabezonería, seguramente reduciría ese año como mínimo a la mitad. Seis meses comparado con todo el tiempo que tenía para prepararse parecerían poco, pero estaba inquieto y si no hacía algo ya seguramente su mente se pondría a divagar por confines que seguramente no debería. No es que eso hubiera evitado antes que a veces su mente hiciera eso, especialmente después de la muerte de Minato-sensei y Kushina-san, y antes de tener él su equipo, pero evitaría la mayoría de esos intentos de su mente de dejarle incluso peor mental y emocionalmente.
Ese segundo lado suyo quería quedarse por un momento más en esa cama. El olor a hospital podría ser insoportable y el hospital en sí era algo a lo que prácticamente era alérgico, pero en ese momento, todavía no tenía que despertar, la realidad a la que se tenía que enfrentar todavía no había llegado a él. Sabía que en cuanto saliera de los confines de ese momento de tranquilidad, todo se pondría patas arriba, así que no le culpéis por querer disfrutar un momento más de eso.
Había aprendido a disfrutar de esos instantes después de su retiro (y con tiempo, mucho tiempo. Para qué iba a mentir. Le resultaba difícil relajarse) y estaba decidido a seguir esos consejos de su yo Shinobi-retirado. Además, en instantes como esos, su mente no divagaba... La mayoría de las veces. Eran en momentos como esos que la mente estaba aún mayormente en blanco y tranquila, donde ese asunto conflictivo entre quedarse un poco más ahí o levantarse eran más bien sensaciones subconscientes antes que pensamientos en toda regla.
"¿Kakashi?" Aunque, por otro lado, parecía que no iba a tener la opción de decidir qué hacer cuando Minato-sensei estaba ahí.
Fue solamente por un momento. Kakashi se volvió a despertar un poco (la primera, la verdad, no contaba realmente. Despertar como por cinco segundos, darse cuenta de su situación y quedarse inconsciente otra vez inmediatamente después no podía contar como 'despertarse') y, por un instante entre confusión y estar en un nuevo mundo y cuerpo, el monitor que mostraba la frecuencia de los latidos de su corazón hizo ver que sus latidos habían cambiado a los de alguien más... consciente, digamos. Una enfermera o doctora (no estaba seguro, pero el ruido de sus pasos indicaban que era alguien de género físicamente femenino en un principio) estaba justo ahí por casualidad y lo vio. No tardó en echar a correr, seguramente para informárselo a los oficiales correspondientes, uno de los cuales seguramente sería Minato-sensei porque no pasaron más de cinco minutos antes de que su presencia estuviera en la misma habitación que Kakashi.
Kakashi suspiró con cansancio mentalmente. Parecía que ya iba a tener que hacer esto.
Intentó abrir un poco los ojos. Los abrió. Pero los cerró inmediatamente después con una especie de ruido ronco y seco saliendo de su boca por la molestia de la luz en sus pobres ojos que no habían visto la luz en dos años. Aunque... Dos ojos. Eso significaba que no había perdido uno. De paso también notó sus reservas de Chakra. Las normales parecían ser tan grandes como las había tenido por última vez en su vida pasada. Aunque había extensiones que las multiplicaban que seguramente era por la presencia de Isobu en su barriga. Normalmente, ni él ni nadie podría notar la diferencia entre la extensión que le dio su vida anterior y la de la presencia de Isobu, pero Kakashi había vivido toda una vida sin un Bijuu sellado dentro suya, así que a lo mejor era por eso que podía distinguirlos.
Su control de Chakra iba a ser abismal. Ya se estaba viendo pasar horas y horas entrenándose, porque no iba a permitirse tener un control tan malo. Sabía que debería haberse quedado inconsciente un poco más.
Bueno, ya daba igual ese arrepentimiento, Minato-sensei le estaba mirando tan atentamente que Kakashi podía sentir su mirada y no precisamente por ser un Shinobi veterano que podía saber cuándo le estaban vigilando con sólo un presentimiento basado solamente en instinto.
Un civil podría sentir la mirada de Minato-sensei... O a lo mejor no era eso, porque podía sentirlo todo bastante más. Donde antes sus cinco sentidos habían sido afilados, muy especialmente su olfato, y tenía práctica y experiencia con sentir el chakra, ahora parecía sentir todo como si fuera un sensor de Chakra de nacimiento. Parecía que incluso podía hasta sentir intenciones, de ahí poder sentir la mirada de sensei. Por eso tenía un dolor de cabeza tan grande, suposo Kakashi, no solamente por el olor a hospital.
"No te esfuerces mucho. Toma, bebe." Kakashi no rechazó el vaso puesto en su mano, pero tampoco abrió los ojos. "Ah, espera. Apago las luces en un momento." Kakashi oyó el clic que indicaba que las luces estaban apagadas y ese sonido que hacían las cortinas cuando se movían. Decidió abrir lentamente un ojo, el ojo en el que había tenido el Sharingan en otra vida. Si se iba a quedar ciego, que fuera de ese ojo. Porque ya estaba acostumbrado a ir por la vida viendo solamente con el otro.
Bebió lentamente. El agua era como un río pasando por un desierto. Pero no bebió rápidamente, utilizó toda su fuerza de voluntad para evitar como un civil en un desierto sin agua. Quería disfrutar de esesentimientoo de no tener la garganta más áspera que no cactus.
"¿Cuanto tiempo?" Aunque sabía que había estado inconsciente por dos años, los demás no sabían que él sabía eso. Su voz seguía siendo áspera pero al menos era entendible y algo más que un gruñido como con los que hablaban los Uchiha (idioma que Kakashi había aprendido con el tiempo al estar alrededor de Sasuke).
"... Has estado inconsciente por dos años. Te despertaste por primera vez hace un par de semanas, pero caíste otra vez." Ah, así que habían notado la primera vez.
"¿Kyuubi?" Kakashi lo sentía, Kurama. No estaba bien no usar su nombre pero tampoco podía decirlo en voz alta cuando, en teoría, nadie sabía siquiera que los Bijuu tenían nombres.
Sensei suspiró con nostalgia y también algo que era como... ¿Alivio de que esta situación fuera tan familiar? Kakashi se tendría que acostumbrar a sus nuevos sentidos.
"Por supuesto que irías directo a eso, da igual que hayan pasado años." Susurró con la clara intención de que no fuera escuchado por nadie más, pero Kakashi ahora tenía unos sentidos que le hacían tener un gran dolor de cabeza y no fue ningún problema para él escucharlo. El problema era no escucharlo. "Fue sellado de nuevo... En mi hijo. Ah. No lo sabes todavía." Cambió de tema rápidamente. "... Kushina y yo tuvimos un hijo. Tiene un par de semanas." Sensei estaba intentando sonar alegre pero incluso él sabía que Kakashi entendía lo que había pasado. Kushina-san había muerto justo ese día del parto, ya fuera por el sellado o por el hecho de que le sacaran el Bijuu. Pero Kakashi le dejó cambiar de tema, era algo muy pesado y no era el momento.
Sensei siguió hablando un poco más. Dijo que Obito había sido encontrado. O, más bien, había vuelto. No tenía muchas memorias sobre qué pasó después de 'morir', pero no había muerto, un viejo le había curado de alguna manera al reemplazar parte de su cuerpo con materia de planta (¡Y ahora tenía Makuton! Dijo alegremente sensei) y había terminado de recuperarse después de varios cuidados médicos ya en la aldea (aunque eso fue más tarde cuando consiguieron traer de vuelta a Obito, Rin y Kakashi de ese desastre), había descubierto lo que pasó con el bijuu (Isobu, gritó internamente Kakashi. Naruto se había pasado horas dando un discurso a sus amigos sobre que los Bijuu tenían nombres y que no deberían usar más esos títulos si podía ser. Por cierto, Isobu estaba extrañamente muy callado), en un ataque de furia el Mokuton respondió a sus emociones y se encargó del resto de enemigos, y luego sensei llegó y los vio a los tres. El resto ya era historia. Volvieron a la aldea, Obito fue reincorporado casi como si no hubiera pasado nada. El Sharingan, al parecer, Obito no se lo había dado cuando 'murió', pero el resto pasó igual por lo que podía ver.
Oh. Y Rin no ocupó el lugar de Kakashi en este mundo, quien al parecer se había negado a matarse a sí mismo (por el trauma de su padre) o a suicidarse vía Rin (también por ese mismo trauma), pero no vio ningún problema en enfrentarse contra el resto de enemigos que les superaban en número estando ellos muy debilitados, lo cual era básicamente un suicidio porque además le pidió a Rin que se fuera hacia la aldea 'a por ayuda' mientras que él 'se encargaba de entretenerlos un rato', lo cual claramente ambos habían sabido que si eso hubiera pasado, Kakashi no hubiera sobrevivido.
Kakashi estuvo escuchando tranquilamente. Al menos en el exterior. Por dentro estaba histérico y con un ataque de pánico.
Minato-senseo estaba ahí. Vivo. Sabía que no era el mismo que el de su dimensión (porque, encima de tener un pasado ligeramente diferente, el Minato-sensei de su dimensión original ya nunca hubiera podido siquiera convertirse en este Minato-sensei. Porque este había vivido dos semanas más sin contar esos otros dos años que tardó en ocurrir el ataque del Kyuubi), pero Minato-sensei era Minato-sensei. Igual que Rin era Rin, Obito era Obito y Gai era Gai (la verdad es que eso último era la única forma de describir a Gai, independientemente de la versión de cada dimensión alternativa).
Eran diferentes pero seguían siendo ellos y seguían siendo suyos. No podría decir que estuviera demasiado convencido sobre lo de no sentirse culpable por ocupar el lugar de otro Kakashi que había dicho el shinigami, pero había aceptado que el tiempo de ese Kakashi ya había pasado. El mismo shinigami dijo que había muerto (había dejado de existir). Y ahora era él el que estaba ahí, para bien o para mal. Y si él estaba ahí, ciertamente no iba a dejar que el mundo fuera arruinado, diera igual que técnicamente esos no fueran su Minato-sensei, su Obito, su Rin y el resto de sus seres queridos. Seguían siendo ellos y Kakashi sabía que seguiría cuidando de cada una de las diferentes versiones de ellos que se encontrase.
"-Y justo hace unos minutos, Naruto sonrió con la sonrisa más adorable de toda la existencia-." Ah, espera. Que sensei seguía hablando. Aunque más que datos importantes, ahora estaba... No estaba seguro de lo que era eso. ¿Como alguna especie de siscon pero de un padre a un hijo? Kakashi sabía cómo se podían poner los padres, pero sensei ya se estaba pasando al contarle sobre 'la caquita chiquitita más adorable'.
Decidió fingir que se estaba volviendo a dormir, lo cual no sería extraño en cualquier otro caso si no fuera por que la energía que le daba tener todo un Bijuu en su interior le hacía imposible dormirse tan pronto incluso en su estado.
Dejó caer sus párpados poco a poco y controló un poco sus latidos como un buen Shinobi sabría hacer. Eso dio el efecto deseado cuando por fin sensei se calló y se fue.
Se sentiría mal por hacerle esto a sensei, pero de verdad que no quería saber tanto de bebés.
En cuanto comprobó con sus nuevos sentidos que ya no había nadie ahí, abrió ligeramente un ojo para mirar hacia el lado.
Efectivamente, el monitor de corazón estaba ahí, con un dispositivo-sello que llamaría al personal necesario si ocurría algún cambio inesperado.
Por suerte, Kakashi ya había tenido muchos encuentros con este aparato. No sería la primera vez que lo alteraba temporalmente para que no llamara la atención de alguien antes de que Kakashi pudiera escapar por la ventana.
Aunque sabía que no podía escapar por la ventana. Sus extremidades se habían atrofiado un poco del desuso y sus piernas definitivamente no podrían sostenerle.
Con Isobu ahí, no parecían haberse atrofiado tanto como uno esperaría, pero seguían siendo inútiles.
Era hora de la práctica. Podía con esto. Podía-.
Se cayó en su primer paso. Evitando hacer ruido sólo por la larga y extensa experiencia que tenía después de dos guerras y varios enfrentamientos contra alienígenas.
Puede que lo peor fuera haberse dado cuenta de que volvía a tener dieciséis años y, por ende, volvía a ser bajo. No había dado el estiróm hasta los diecinueve.
Así que entre sus inútiles piernas (y brazos también, aunque menos) y el haberse acostumbrado a tener extremidades más largas y a tener más altura, esto iba a ser un espectáculo.
Pero tenía una gran motivación y demasiada cabezonería como para rendirse.
No quería quedarse en el maldito hospital por tanto tiempo. Medio año le volvería loco. Tenía que reducir ese tiempo como pudiera.
Era desesperación.
Se cayó de nuevo al suelo.
... A lo mejor sí tardaría un poco más de lo que le gustaría. Esto iba para largo.