So Simp [Yandere! Uchiha Obito]

Naruto (Anime & Manga)
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So Simp [Yandere! Uchiha Obito]
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Summary
[Serie So or Mine]Obito, víctima de sus errores y pesadillas, termina retrocediendo en el tiempo debido a que fue presa de un destino que nunca fue suyo en primer lugar.El sabio de Seis caminos sabe que sus hijos torcieron el mundo y lo destruyeron por culpa de sus acciones, decide que es hora de que las víctimas reciban su justa compensación.Jin reencarna en el mundo de Naruto, como Simp dedicada del trágico Obito y su horrible destino de mierda, Jin decididamente decide que va a seducir a Obito a como de lugar, ¡A la mierda Rin! ella será el crush de Obito.Porque en su mente, Jin sabe que Rin es una persona muy amable y no le debía nada Obito por su afecto incondicional, pero igual siente que Rin fue un poco mierdas al ignorar arbitrariamente a Obito y dejarlo de lado ante la primera oportunidad en pos de Kakashi, que ni siquiera le dirigía la mirada.
Note
ACLARACIONESHace años que no me veo Naruto, pueden haber incongruencias y meteré algunos headcanons a mi gustoPuede que no te guste mi contenido, así que, si no quieres leer mi historia, está bien, pero no critiques mi trabajo porque no es de tu gusto Esta historia contiene:ObsesiónDependencia emocionalMuerte de personajesViolencia canónica del universo de narutoAmenazasNormalización de comportamientos no saludablesMachismo y MisoginiaEtc.
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lxxvii. resaca

Al día siguiente, Jin recordó porque odiaba con pasión el alcohol y beber hasta que se le olvidara porque empezó intoxicase con ese veneno de acción lenta. Jin podía sentir como su cabeza quería tomar sus propias decisiones y salir de su cuello, mientras que su cráneo partirse en dos y hacerse polvo a la vez que su cerebro quería declarar la independencia a través de una brutal y sangrienta guerra civil en donde todos sus músculos y nervios serían las desafortunadas víctimas de la rebelión de su cerebro fuera de su cráneo y cuerpo.

—¿Estás despierta? —Jin hizo un sonido agónico como un perro moribundo exhalando sus últimos suspiros de vida y la puerta se abrió lentamente acompañados por los chirridos de los lamentos de aquellos que están en el infierno pagando sus pecados— Te traje una pastilla para la resaca… —y entre los lamentos apareció un ángel—, un vaso de agua —un ser celestial—, jugo de naranja endulzado con miel —que iluminaba la habitación con su inmensa bondad— trozos de manzana cortados, una sopa ligera para que no te caiga mal en el estomagado y un pan —era simplemente un ser divino bajo las manos santas del Gran Señor.

Hayate apareció con una bandeja de comida tratando de hablar lo más suave que pudiera -sabía que las resacas eran de lo peor- mirando el lamentable estado de Jin y sus ojos se llenaron de una ternura y compasión inigualables, Jin parecía un paciente terminal dando sus últimos alientos de vida -cuando en realidad solo estaba experimentando una terrible resaca-.

Jin sentía como si Hayate le estuviera gritando en los oídos, incluso si el hombre estaba hablando tan bajo como un mosquito.

Jin odiaba los mosquitos, son tan molestos.

Solo que este mosquito era un ángel disfrazado del ser más molesto de la historia universal.

—Muchas gracias —Jin parecía pez agonizando fuera del agua, parecía realmente lamentable, totalmente apaleada, con la ropa arrugada y desordenada, por lo que Hayate la ayudó lenta y suavemente a sentarse en la cama para que pudiera beber el agua sin atragantarse y tragarse la pastilla para el dolor de cabeza sin morir en el intento—. Eres un cielo, Gekko-san.

—Puedes decirme Hayate, Habibi-san —habló suavemente Hayate mirando como Jin mordisqueaba un trocito de manzana con los ojos hinchados y cerrados, parecía tan lamentable, pero considerando cuanto lloró la noche anterior mientras fingía ser su pequeña yo, era comprensible que apenas pudiera abrir sus bonitos ojos de corazón.

—Llámame por mi nombre entonces —Jin comió los trocitos de manzana como un niño que no sabe comer, casi como si en vez de dientes tuviera encías y fuera un pequeño bebé baboseando toda la manzana.

Ah~ dolor de cabeza, mareos, náuseas, fatiga, sensibilidad a la luz y al sonido, su corazón latiendo molestamente rápido…

Si, Jin odiaba beber.

—Te traje chocolate amargo —habló Ebisu desde la puerta y Jin gimió miserablemente como un Zombie porque el hombre ni siquiera se tomó la molestia de hablar en un susurro como el ángel con ojeras—. Vamos, amante de lo dulce, sé que odias con pasión el chocolate amargo, pero esto es por tu resaca, así que come todo obedientemente, agujero sin fondo.

—¿Por qué me tratas tan mal? —Jin lloró lágrimas en su forma chibi y Hayate intentó consolarla nerviosamente, sus manos le daban palmaditas nerviosamente en la espalda a Jin y ella se aferró rápidamente en su forma chibibizada a su costado llorando lamentablemente en su camisa estándar shinobi, puesto que aún no llevaba puesto su chaleco antibalas.

—Recordé que le ganaste a Anko comiendo dangos, a menos de que los hayas metido en tus sellos de almacenamiento, no hay formas de que te los comas todos sin ser un agujero negro —Ebisu colocó el chocolate negro al lado de la cama, Jin rápidamente lo abrió y sacó un trocito metiéndoselo a la boca como una niña emocionada por el chocolate.

—¡Blaugh! ¡Amargo! — pero Jin rápidamente sacó su lengua asqueada como una niña mimada que nunca había conocido lo amargo en su vida y dejó el chocolate de lado como si fuera su peor enemigo del mundo mundial—. Eso no se puede llamar chocolate, ¿Estás tratando de envenenarme, Ebisu-kun? —lloró Jin y Hayate le ofreció un trocito de manzana que Jin tragó obedientemente de un bocado, Hayate se sonrojó ligeramente cuando la lengua y labios de Jin chuparon ligeramente sus dedos al tomar el trozo de manzana.

—No seas tan dramática —Ebisu se cruzó de brazos mirando con desaprobación a Jin y toda su postura gritaba la esencia de una madre regañando a sus hijos—. Vamos, come lo que te trajo Hayate-kun, si sigues perdiendo el tiempo, la sopa se enfriará.

—¡Sí, señor! —Jin se comió de tres bocados los trocitos de manzana y luego atacó la sopa con el mismo furor con el que los religiosos extremos cantan sus alabanzas a dios, remojando su pancito con devoción en el cálido y rico caldo hasta que se le acabó esa delicia esponjada y bebió directamente del plato—. Muchas gracias por todo, Hayate-kun, eres realmente un buen chico —Jin se relamió los labios felizmente mientras aparecía un aura dorada a su alrededor con cientos de brillitos.

—D-de nada —negó el joven ligeramente apartando la mirada, ¿Esta chica siempre era tan intensa?

Ebisu, que había convivido con Guy durante su periodo de formación Genin, simplemente negó con la cabeza a Jin.

Al menos no era tan intensa como Guy…

Jin, siendo la persona rencorosa que era, obviamente dejó de viajar al lado de su madre porque simplemente ya no la soportaba. Honestamente, fue divertido irritar a la mujer al punto en que estallaba de ira y se volvía irracionalmente agresiva, pero nunca la podía tocar en absoluto porque uno, era un “bien preciado” y dos, incluso si intentara golpearla, Jin podría someterla fácilmente.

Aun así, era un poco aburrido viajar durante más de una semana teniendo que lidiar con la mierda absoluta de su madre y sus pensamientos tan primitivos, por lo que, en vez mamarse esas asquerosas charlas de Ema siendo Ema, Jin decidió que era mucho mejor recorrer el camino con sus dos amigos a pie, que aguantar a esa señora neurótica.

Por supuesto, eso también irritó a la mujer ya que Jin desobedeció directamente a su madre sobre estar con ella en el mismo carruaje y, al mismo tiempo, haciendo que su veneno escurriera por los labios de Ema al ver como ella no era lo ella quería que fuera Jin.

Después de todo, lo que Ema una buena niña ama de casa que desfallecería por gritos fuerte, una dama perfecta e intacta que se horrorizaría ante la palabra sexo, que abofetearía a quien le dijera alguna obscenidad dejando su bonita y delicada palma roja e hinchada y que estallaría en lágrimas de impotencia sin poder defenderse en absoluto contra nadie. Ema lo que quería era una doncella pura que pueda ser incluso llamada santa piadosa, pero lo que recibió fue una Jin que no tuvo reparos en patear dos árboles y partirlos por la mitad para que el carruaje tuviera un puente improvisado.

Puede que no sea tan fuerte como la mayoría de sus queridos y genios amigos, pero eso no significa que no esté sobre el nivel de la media común de Shinobis Jounin, subestimarla sería una equivocación terrible. Si no fuese porque Jin se rodea de personas nivel Kage todos los días y estas personas adoran el suelo por el que camina, haciendo que no pueda mostrar muchas de sus habilidades aparte del sellado, Jin podría ser considerada otra fuerza a temer.

Aparte, para entrenar con potencias de Taijutsu como Guy, ella aun podía defenderse de su ataque y tenía lo suyo propio. Incluso si entrenaba en menor medida porque tenía que pasar horas, días y semanas, sino incluso meses o años, elaborando intrincados y finos sellos que requerían un nivel de concentración, dedicación y elaboración demasiado refinados y excesivos, encerrada sin vez la luz del sol durante el tiempo que tenga que pasar en un laboratorio específico para que no cause destrucción si algo sale mal, Jin no se quedaba de brazos cruzados esperando ser una débil presa, ¡Incluso las hormigas levantaban 10 veces su fuerza! ¡Jin se negaba a ser más débil que una hormiga!

Por eso mismo, Jin no dejaría que sus músculos se debilitaran con el pasar del tiempo y la falta de actividad física, por lo que ella tenía sellos de pesas y de gravedad en casi toda su ropa, haciéndole entrenar diariamente y, a su vez, podían complementar sus ataques aumentando o disminuyendo la potencia de sus golpes, utilizando esta ropa pesada para templar su cuerpo y hacerla esforzarse incluso cuando hace cosas sencillas como levantar una taza o preparar comida.

Puede que Jin no tenga la fuerza monstruosa natural de un Senju o un Uzumaki, ni tenga un cuerpo bendecido como el de los protagonistas, pero tenía su ingenio con el cual podía hacer su vida mucho más fácil y difícil a su vez.

Pensando en ello, Jin mira el humo que salía de los árboles golpeados, su pie aun levantado y con ligero humo, pero no le importó y sacudió simplemente su extremidad mientras daba pequeños brinquitos en su lugar. Su madre, por supuesto, la miraba con mucho asco y Jin se sintió renovada.

Aahh~ ¿Por qué no demostraba más su fuerza? Ema quería una princesita mimada y delicada, pero lo que recibiría sería un albañil de dos metros con estructura muscular de un oso adulto y feroz.

Jin ya podía imaginar el horror de su madre al saber que ella era un monstruo para sus débiles estándares civiles, de solo pensarlo, Jin estaba regodeándose internamente -y se imaginó a sí misma como una Hello Kitty mamadísima-.

Viajar en mar fue… interesante, había varias bestias marinas desconocidas que no habían sido mostradas en el anime y Jin casi que podía emocionarse hasta las lágrimas mientras anotaba todo tipo de descubrimientos en su diario, si no fuese porque sus dos compañeros eran un poco inútiles contra monstruos masivos y Jin tendría que intervenir para lanzar un sello bien acertado y hacer explotar en pulpa sangrienta a la hermosa criatura marítima.

Triste para sus ojos, feliz para su estómago.

—¿Realmente piensas comerte… eso? —Ema la miró con asco y apunto de vomitar mirando la carne de monstruo marino cruda.

—Por supuesto, tengo que saber a qué sabe —Jin recogió la carne con sus propias manos.

En realidad, le daba un poco de asco, pero al ver el rostro de desagrado de su madre, Jin podría bañarse en viseras marinas y decir que querría repetirlo por laeternidad, por lo que tomó la carne sangrienta y grasosa entre sus manos desnudas, manchando de sangre sus pálidos y delicados dedos antes de meterse a la cocina del barco y empezar a cocinar la criatura.

—¿Estás segura de que no es venenosa? —preguntó Hayate mirando a Jin empezar a sazonar la carne.

—No importa mucho, Jin tiene sellos de desintoxicación —Ebisu acomodó sus lentes como estereotipo personaje anime con lentes que quiere parecer cool—. También sabe bastante de venenos al ser el conejillo experimental de Shizune-san, por lo que es mucho más resistente a los venenos.

—¿Por qué están aquí, de todos modos? —preguntó curiosa Jin mirando al dúo sentado detrás de ella en el mostrador.

—Por la comida, por supuesto —aceptó descaradamente Ebisu, ya acostumbrado a que cualquier cosa que encontrase Jin pudiera saber a un bocado de cielo.

—Espera, ¿Realmente piensan comerse… eso? —preguntó Hayate removiéndose incomodo y mirando extrañado a estos dos fenómenos.

Hayate estaba bastante seguro que mientras más bioluminiscentes sea una mierda marina, más venenosa era, ¿Por qué estos dos imbéciles estaban hablando sobre comerse esa mierda?

—Por supuesto —asintieron ambos con caritas chibi de seriedad y brillos en sus ojos.

—Verás Hayate-kun, Jin y yo somos amigos de la infancia —habló Ebisu mirando al joven castaño enfermizo—. Nos conocemos desde hace muchos años, por lo que nos tenemos una confianza tácita. Estoy 100% seguro que si llamases a cualquiera de nuestros conocidos ahora mismo y le dijeras que Jin está cocinando, lo más probable es que correrían desde el lugar en donde estén para presentarse en la mesa y exigir comida.

—Esto… ¿Por qué? —preguntó extrañado mientras miraba a Jin tararear mientras cocinaba felizmente.

—Porque Jin tiene la mano de una diosa de la cocina, cada cosa que sus manos toquen y sea consumible, sabrá bueno —habló seriamente Ebisu y miró con intensidad la olla que estaba revolviendo Jin.

—Esto… ¿No es muy exagerado? —preguntó Hayate mirando a Jin decidir hacer una especie de estofado con carne de monstruo venenosa, en la olla estaban pegados varios sellos que Hayate supone que serán desintoxicantes o algo así.

—Solo aquellos que han probado su comida pueden ser testigo del alcance de sus habilidades culinarias —Ebisu miró con intensidad la espalda de Jin quien seguía cortando verduras y haciendo un montón de cosas de cocina que Ebisu no entendía.

Claro, había seguido manuales de cocina y él preparaba su propia comida, pero no sabía qué hacía Jin como para incluso vigilándola de cerca lograran perderse de algo que hacía su comida tan especial, era casi como magia.

—Si tú lo dices… —habló inseguro Hayate y al final, empezó a arrepentirse de dudar cuando un exquisito aroma empezó a inundar la cocina.

Media hora después, Jin había ganado otro esclavo de su comida, digo, fan.

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