![So Simp [Yandere! Uchiha Obito]](https://fanfictionbook.net/img/nofanfic.jpg)
lxxv. flores
Atsushi y Sora se quedaron durante una semana completa con Jin y Kakashi. Durante toda su instancia en la mansión no hubo incidentes que pudieran alertar sobre un posible intento de asesinato, por lo que Atsushi y Sora experimentaron de primera mano el trato de la gente rica, maravillándose con experiencia de ser atendidos, tratados con respeto y comer de las mejores comidas -por supuesto, sus pupilas gustativas nunca volvieron a ser las mismas luego de probar la comida de Jin, era demasiado bueno como para no lamer hasta los platos-. También aprovecharon para meterse en la piscina de Jin, ya que no tendrían que pagar ni un centavo por entrar y no estaba llena de gente.
Honestamente, Atsushi y Sora quedaron muy impresionados por el estilo de vida de Jin y Kakashi, cualquiera ya se habría podrido hasta la médula con la asquerosa cantidad de dinero invertido hasta en las cosas más pequeñas y calidad de todo a su alrededor. Incluso en pequeños paseos por los jardines de la mansión, lo cual debería ser algo no tan ostentoso, en realidad era como entrar en una zona de lujo que debería extremadamente difícil de observar, como un campo mágico de ensueños.
Ni hablar de los seis invernaderos que había, Jin les tuvo que detener ya que dos de ellos poseían netamente plantas venenosas, pero les dejó entrar a los otros invernaderos para que observaran las diversas plantas que había, de las cuales incluso reconocieron plantas nativas de las otras naciones ninja.
Dejando de lado que los hermanos se sentían como un par de indigentes comparados con una diosa de la fortuna, Jin cosió sellos protectores en cuatro pares de ropa y les habló seriamente sobre los beneficios de andar llevando esa ropa que estaba con sus sellos. Claro, no podrían cambiar de looks todos los días, pero al menos preservarían sus vidas y, entre la moda y la vida, Jin supone que es mucho mejor conservar tu cabeza sobre tus hombros y tu integridad intacta que arriesgarse a una muerte horrible por parte de shinobis entrenados.
Incluso el suicidio es mejor que morir a manos de los shinobis.
—Jin, lo siento, justo te tienes que ir con esa zorra loca y me mandan a una misión —gimió lastimosamente Kakashi y apretó los hombros de Jin mirándola con dolor en sus ojos.
Kakashi había intentado negarse a ir a la misión, realmente lo hizo, incluso le explicó las circunstancias espaciales a Minato, pero el rubio le miró con lastima y arrepentimiento, explicándole que se necesitaban de sus servicios exclusivos de asesinato, búsqueda y rastreo, una misión de rango S que necesitaba de sus habilidades junto con un pequeño grupo Anbu bajo su mando, Kakashi no podía negarse ni poner excusas.
—Está bien, es algo fuera de tus manos —Jin apoyó su mejilla en la mano de Kakashi y el albino sintió aún más arrepentimiento en su corazón.
Su hermanita era tan dulce y desinteresada… Kakashi maldijo aún más a la zorra loca de Ema.
—No está bien, te dije que estaría ahí para ti y, sin embargo, me tengo que ir por culpa de esta estúpida misión —habló Kakashi mirando a Jin con ligera impotencia y resignación, pero Jin negó ligeramente con su cabeza y le sonrió suavemente.
—Oh, vamos, ¿Quién te crees que soy? Soy la alumna de las mujeres más fuertes de toda Konoha, dame algo de crédito, ¿quieres? No hay mucho que pueda hacer esa neurótica que pueda funcionar contra mi —Jin le mostró un rostro confiado, Kakashi rodó sus ojos.
—Eres muy fuerte —aceptó Kakashi, aunque Jin se centraba muchísimo en los sellos, no se olvidaba de entrenar con sus Tessen´s, afinar aún más su aterradora puntería y jugar con venenos al lado de Shizune, por lo que la mayoría de sus armas si bien tienen venenos paralizantes, aún tiene al menos un set de distintos tipos de veneno de tortura, muerte lenta o muerte instantánea.
Y Jin era casi inmune a la mayoría de los venenos por ser el conejillo de indias de Shizune a lo cual él había mostrado varias veces su descontento.
Jin arqueó una ceja.
—Pero me voy a seguir preocupando por ti, eres parte de mi manada, mi querida hermanita —Kakashi le dio unas palmaditas en la cabeza a Jin como se las darías a un cachorro—. Y no vas a ir a una misión donde enemigos te van a atacar a diestras y siniestras, sino que vas directo a una trampa que te tienden personas que conoces, personas a las cuales dudas en matar.
—… —Jin agachó la mirada y apretó sus labios ligeramente.
—Si ya te cuesta asesinar a otras personas que no conoces, ¿Cómo podrías levantar la mano fácilmente y apuñalar a alguien que conoces? Incluso con lo mala que ha sido Ema, sé que sigues esperando que ella recapacite y cambie, esperas que sea una buena madre para ti —Jin hace una mueca y parece desmoronarse un poco por sus palabras, Kakashi la sostiene entre sus brazos en un apretado abrazo.
Sintiendo la angustia de Jin, Kakashi siente sus ojos bajos y la aprieta más fuerte contra su pecho, como si intentara fundirla en su abrazo y protegerla de todo mal.
—Mi pequeña Jin es muy fuerte, pero tiene un corazón demasiado grande para su propio bien —Kakashi cierra sus ojos apoyando su nariz en el cabello de Jin—. Mi hermanita es demasiado buena para este mundo cruel…
—Kashi-nii… —Jin enterró su rostro en el pecho de Kakashi.
Kakashi y Jin se abrazaron durante un rato más hasta que llegó la inevitable hora de que Kakashi tenía partir.
—Bueno, ahora tengo dos días antes del juicio final… —Jin murmuró por lo bajo con un suspiro pesado.
Caminando de regreso a su hogar, ya que fue a despedir a Kakashi a la puerta y se dieron un último abrazo de despedida, Jin ahora tenía que volver a su hogar sin saber si seguir trabajando en sellos o empezar a entrenar nuevamente en sus tessen.
Pensando en el sádico maestro albino que tiene, Jin se detiene a mitad de sus pasos y se da la vuelta, sí, es mejor entrenar sus tessen en el campo de entrenamiento común, no vaya a ser que Sakumo-san decida que sus habilidades de autodefensa no son suficientes y este rudo maestro espadachín desarrolle aura o alguna mierda de shonen de espadachines y le parta su madre para que luego ella tenga ese episodio de epifanía al borde de la muerte o que debió hacerle caso al Hatake y tomarse su entrenamiento con sus tessen más enserio.
Bueno, puede que esté exagerando un poco, pero Sakumo-san es realmente aterrador a la hora de entrenar, ¡Jin preferiría incluso ser hija y hermana de los fanáticos del entrenamiento, Duy-san y Guy-kun!
Deteniéndose nuevamente y cambiando de dirección, Jin va hacia la floristería para conseguir algunas flores mientras su rostro se oscurece. Hacia algunos meses que no iba a la tumba de Duy-san a presentar sus respetos y entregarle flores, realmente era una mala alumna y amiga, ¿Verdad? Muy ingrato de su parte no ir a visitar la tumba de una de las personas que la ayudó a ser quien es hoy en día.
Pensando en ello, Jin llegó a la floristería Yamanaka y miró a una linda niña rubia de unos bonitos ojos turquesa, la adorable y pequeña niña de piel lechosa estaba ayudando a su madre con las plantas, por lo que Jin al ver esa adorable apariencia y esa deslumbrante belleza, supo de inmediato quien era la pequeña.
Yamanaka Ino, la próxima líder del clan Yamanaka, la esposa de Sai y, por sobre todo, la intrépida Kunoichi del famoso trío Ino-Chika-Cho que aprendió conceptos básicos de Ninjutsu médico.
También, un personaje canónico.
Pensando en ello, Jin sacude ligeramente la cabeza y sonríe suavemente. Ella no vino a buscar posibles secuaces, vino por flores -pero sería realmente divertido ser una mala tía y desviar el camino de Ino para que domine el mundo con sellos, tal vez, si Danzo siguiera haciendo sus cosas detrás de escena, ella podría salvar a su pequeño marido inexpresivo y educarlo como un hombre ejemplar-.
La madre de Ino al verla la saludó cálidamente y le preguntó que quería, Jin sin pensarlo mucho pidió Geranio, que denota la alegría y el positivismo, margaritas azules que significan la fidelidad, lirios amarillos que simbolizan la felicidad y claveles blancos que significan la amistad.
—Vaya, las flores que elegiste hablan muy bien de la persona a la que se lo vas a regalar —habló la mujer con suavidad mientras creaba el ramo de flores para ella.
—Si, él era realmente un buen hombre —Jin ríe suavemente—. Él y su hijo me han hecho más fuerte, me ayudaron a entrenarme y me hicieron más fuerte. Duy-san realmente era un gran hombre y un excelente maestro… me alegro que no golpeara mujeres como a su hijo, de lo contrario, yo ya no estaría aquí —Jin rio alegremente recordando las dramáticas palizas entre esos dos.
—Ya veo… ¿Tu sensei? —preguntó la mujer mirándola divertida.
—Bueno, cuando era pequeña realmente era bastante… débil físicamente, ¡Debo de admitirlo, ante las personas que estoy rodeadas, soy bastante débil! Pero él me ha ayudado mucho, de hecho, es por eso que en mi ropa hay sellos de gravedad, para seguir entrenando incluso cuando descanso como él lo hacía —Jin pagó el precio de las flores fácilmente y dio un poco más de propina, después de todo, no andaba escasa de dinero y la señora Yamanaka había logrado que todas las flores se vieran especialmente exquisitas a pesar de sus diferencias.
—Ya veo, pero la señorita no parece realmente débil —la señora Yamanaka la mira de arriba abajo con un ojos cerrado mientras la evalúa silenciosamente intentando medir su fuerza.
—Hehe… soy fuerte —admitió avergonzada Jin, el regaño de Kakashi incrustado en su cerebro sobre no subestimarse ni menospreciar sus habilidades—, pero no puedo compararme con los genios con los que estoy rodeada. Kakashi, Obito, Rin, Kushina-san, Orochi-san, Sakumo-san… —Jin suspira mientras un aura azul la rodeaba.
Si, podría derrotar fácilmente a algunos “talentos menores” de sus amigos, pero realmente todos con los que se rodeaban eran genios por derecho propio y los Canónicos daban miedo, Rin incluso ahora podía utilizar la Bijuudama sin siquiera transformarse en una especie de Rasengan o algo así bajo la guía de Minato, Kushina y un chingo de sellos para no causar destrucción innecesaria.
Tks, malditos bijuus, hacen que hasta un pollo débil se vuelva una figura op.
Pensando en ello, Jin suspira.
Incluso sabiendo esta información tan crucial, ella nunca querría ser una Jinchuriki, el solo hecho de que los aíslen tan mal es una cosa, ¿Pero tener a alguien dentro de ti? ¿Conscientemente?¿Qué ve TODO lo que haces? Jin se estremece de solo pensarlo, ¡No podría hacerle cara a un Bijuu cuando ella se casara y empezara a tener bebés! ¿Cuánta burla recibiría si tuviera un Bijuu? ¿Qué sucede si el bebé y el Bijuu comparten espacio mental? ¿No sería básicamente hacer que su bebé irrumpiera en el territorio de su Bijuu?
Claro, no sería peligroso si fueran amigos ella como Jinchuriki y un Bijuu, ¿Pero…? Jin suspira, hay tantas cosas que podrían pasar, ¿Y si al final sus bebés vieran como sus verdaderos padres a los Bijuu? Jin no podría soportar eso, se derrumbaría al instante.
—Suena como algo duro… —la señora Yamanaka la mira con compasión, ¿Quién no ha oído hablar de esos nombres? Ciertamente cualquier Chunin o Jounin común no podría compararse a esas figuras tan prominentes, estar rodeada de personas tan poderosas y famosas con un talento común debe ser simplemente asfixiante, por no decirlas expectativas que tendrán puestas en ti al asociarte con semejantes figuras.
—Lo es… pero los quiero, así que por eso aguanto —Jin rio ligeramente—. Son mis preciados amigos, casi hermanos de otra sangre, ¿Cómo podría soportar alejarme?
—Señorita… ¿Usted es Kunoichi? —preguntó la pequeña Ino mirándola con brillos en sus ojos.
—Si, lo soy, pequeña —Jin le sonrió cálidamente a Ino.
—¡Eso es genial! ¡Cuando crezca también seré una gran Kunoichi! —exclamó emocionada Ino— ¡Seré un gran ninja como mamá y papá!
—Ese es una buena meta —Jin le revolvió suavemente el cabello a Ino—. Estoy segura de que lo lograras, ¡Pero tendrás que esforzarte mucho si realmente quieres ser muy, muy fuerte! Para proteger a quienes amas, debes tener la suficiente fuerza para nunca rendirte y perseverar, aunque las cosas se pongan difíciles.
—¡Me volveré muy, muy, muy fuerte! —exclamó Ino casi brillando y Jin pensó que se quedaría ciega por tanta luminosidad y ternura infantil.
—¡Ese es el espíritu! Esfuérzate mucho y no te olvides de comer tus tres comidas, una Kunoichi gasta muchas calorías cuando entrena seriamente —Jin advirtió con una cara infantil de seriedad, claramente recordaba a la pobre Sakura haciendo dieta para estar bella, cuando toda esa dieta podría habérsela ahorrado si entrenaba más fuerte—. Y recuerda descansar seriamente tus Ocho horas diarias de sueño. Si quieres crecer alta, fuerte y hermosa, realmente necesitarás tus nutrientes, ejercicios y descansos adecuados.
—¡Hum, hum! —Ino asintió con las mejillas rojas y ojos brillantes.
Jin siguió tonteando un poco más con Ino y su madre hasta que finalmente llegó otro cliente y la señora Yamanaka tuvo que atender, por lo que Jin se despidió de la emocionada Ino y fue a la piedra conmemorativa.
Duy-san se había quemado a tal grado que ni sus cenizas quedaron, el precio de las ocho puertas internas es demasiado grande como para esperar un cadáver al cual enterrar.
Presentando sus respetos a Duy-san, Jin procedió a contarle todas las cosas que habían pasado en estos meses, a veces incluso contaba alguna que otra cosa que ya “le había contado”, pero de todas formas, Jin estuvo un tiempo en la piedra conmemorativa hasta que finalmente tres palitos de incienso se quemaron y Jin decidió irse a entrenar.
Después de todo, Duy-san la colgaría de un árbol si supiera que dejó de entrenar por visitar su tumba. Bueno, primero se conmovería hasta sus lágrimas y seguramente la impulsaría a cometer un entrenamiento tan atroz que su alma saldría de su cuerpo.
Jin rio ligeramente con una gota de sudor y azul al pensar en ello.