So Simp [Yandere! Uchiha Obito]

Naruto (Anime & Manga)
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So Simp [Yandere! Uchiha Obito]
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Summary
[Serie So or Mine]Obito, víctima de sus errores y pesadillas, termina retrocediendo en el tiempo debido a que fue presa de un destino que nunca fue suyo en primer lugar.El sabio de Seis caminos sabe que sus hijos torcieron el mundo y lo destruyeron por culpa de sus acciones, decide que es hora de que las víctimas reciban su justa compensación.Jin reencarna en el mundo de Naruto, como Simp dedicada del trágico Obito y su horrible destino de mierda, Jin decididamente decide que va a seducir a Obito a como de lugar, ¡A la mierda Rin! ella será el crush de Obito.Porque en su mente, Jin sabe que Rin es una persona muy amable y no le debía nada Obito por su afecto incondicional, pero igual siente que Rin fue un poco mierdas al ignorar arbitrariamente a Obito y dejarlo de lado ante la primera oportunidad en pos de Kakashi, que ni siquiera le dirigía la mirada.
Note
ACLARACIONESHace años que no me veo Naruto, pueden haber incongruencias y meteré algunos headcanons a mi gustoPuede que no te guste mi contenido, así que, si no quieres leer mi historia, está bien, pero no critiques mi trabajo porque no es de tu gusto Esta historia contiene:ObsesiónDependencia emocionalMuerte de personajesViolencia canónica del universo de narutoAmenazasNormalización de comportamientos no saludablesMachismo y MisoginiaEtc.
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lxi. paseo

La próxima vez que Obito vio a Jin, luego de que tuviera un pequeño colapso sobre sus propios sentimientos, él observó como las molestas moscas se acumularon a su alrededor y esos asquerosos ojos llenos de anhelo por un trozo de Jin se triplicaron y propagaron.

Ya no solo estaba ese molesto rubio princeso, de pestañas ridículamente largas, ojos celestes cristalinos y piel perfecta con cara de niña, sino que ahora se incluía un chico con cabello azul celeste peligrosamente parecido al de su preciosa Jin, con ojos azules -en serio, ¿Qué demonios pasaba con los tíos de ojos azules? ¿Acaso toda persona que tuviera ojos azules se enamoraría automáticamente de Jin? ¿Tendría que aparecer nuevamente frente a Nagato y cambiarle los ojos por unos negros para evitar que otra persona se enamorase de Jin?- y un lunar de puta en la comisura de sus labios, junto con una chica de cortos cabellos morados, ojos del mismo color, sino no un poco más brillantes, con dos lunares, uno en su boca como la puta azul y otro debajo de su ojo como el padre de Jin, pero en su otro ojo.

Y ambas nuevas molestias estaban compitiendo por la atención de Jin, comiéndosela con la mirada de una forma más descarada que el rubiecito con cara de niña.

Obito quería negar que tenía sentimientos de Jin, realmente lo estaba intentando, pero una fea bestia maldita rugía debajo de su piel mostrando sus horripilantes garras en un aquereso sentimiento de posesividad y celos, casi gritándole paranoicamente que le estaban arrebatando algo que era suyo y exigiéndole que actuase en consecuencia matando a esas pequeñas basuras que se atrevían a poner sus manos en quien le pertenecía.

Lo cual era bastante irónico, porque él había sido quién había abandonado cobardemente a Jin cuando supo que ella estaba enamorada de él y se escondió precariamente en su hogar como una rata cobarde, él había sido quien no había tomado la oportunidad que se le presentó para tomarla como suya luego de follarla tan mal, por lo que no eran nada más que amigos.

Claro, si es que Jin quería seguir siendo amiga de alguien como él.

Obito siente sus uñas clavarse en su piel, sus ojos siguiendo al trío que rodeaba a Jin con molestas sonrisas y ojos apreciativos, dándole toda su atención a Jin, casi como si de alguna manera, dependiesen de la aprobación de la Kunoichi para seguir respirando.

-¿Y no era eso hipócrita de su parte? Obito era una perra necesitada de atención constante, que Jin no lo estuviera persiguiendo y presionando todos los días lo hacía sentir tan solitario y triste, lo hacía sentir que había perdido algo verdaderamente valioso por tonto, pero de nuevo, él nunca había sido la persona más inteligente del salón-.

Jin, honestamente, no le importaba que Sora y Kisho estuvieran casi colgando de sus brazos, aferrándose a ella y pegando sus cuerpos constantemente al suyo ya que uno, ellos no eran pesados, sino más bien, bastante livianos, dos daban una excelente charla, podría hablar con ellos durante horas de cualquier cosa que no sea misiones, asesinatos, pacientes, sellos o cosas shinobis/médicas y tres, ambos eran adorables.

Kisho con su cara de niña era una de las cosas más tiernas y adorables que había visto en su vida como un pequeño conejito inocente que hay que cuidar y Sora, a pesar de pintarse los labios de rojo -Jin odia ese color, odia el color rojo con pasión, cada gramo de su ser lo odia. Lo odia por Iwa, lo odia por los labios rojos de su madre, lo odia por la sangre que sus tessen derramaron, los odia por los pacientes que no pudo salvar durante uno de los extenuantes entrenamientos forzosos de Tsunade. Odia el rojo por muchas razones, algunas justificadas, otras infantiles, no le importa, pero odia el rojo- era simplemente muy hermosa con un toque de ternura en su cara ligeramente redonda.

El único problema que podría considerar tener con que ellos dos se aferrasen a sus brazos, era sentir que con ellos dos aferrándose tan firmemente como lo hacían, no podía moverse exactamente como quisiera y le resultaba bastante incomodo no tener su total movilidad considerando su carrera como shinobi y eso la ponía un poco de los nervios -¿Qué pasaba si alguien los atacaba? ¿Qué pasaba si un bastardo de Iwa se infiltraba?-

-Jin sabía que eso era poco probable e incluso irrealista, sobre todo considerando la reputación de Minato sobre las filas de Iwa y el terror que infundió en las tropas del país de la tierra, aun así, Jin no puede soltar el temor y rencor del todo. Incluso si borró la peor parte, eso no quiere decir que su cuerpo deje de reaccionar del todo.-

-Puede que con su familiares y amigos no esté reaccionando con temor cada vez que se alzan sobre ella, pero es más bien por la familiaridad con ellos, la con la confianza intrínseca y enraizada en su alma forjada por años de relación y familiaridad, por años de que sus acciones hablaran más de ellos que sus palabras, la forma en que sabe que ellos jamás la podrían traicionar, porque el amor en sus ojos al verla, la sinceridad de sus acciones son reales, quemadas en sus almas-.

-Jin jamás podría desconfiar de ellos a menos de que le dieran muchas razones horribles para hacerlo e incluso así, ella inconscientemente seguiría confiando en ellos… porque losamaba. Amaba a sus familiares y amigos, no podría dejar de quererlos y confiar en ellos por mucho que quisiera a menos de que la lastimaran tan profundamente, que todo su amor se volviese odio y temor, como un Uchiha acorralado por la desesperación-.

-Y sobre su falta de reacción con estas personas (Kisho, Sora, Atsushi) tan cerca de ella… Jin puede decir con brutalidad honesta que este fenómeno solo es provocado por el mero hecho de que ella es consciente de que podría matarlos a todos sin siquiera usar un gramo de su fuerza ni parpadear. Porque sí, aunque suene horrible, es bastante calmante de saber que puede arrebatarle la vida tan fácilmente como respirar. Jin no puede describir la sensación de saber que, si estas personas intentaran lastimarla como los bastardos de Iwa, ella podría tomar sus delicados cuellos y partirlos fácilmente-.

Atsushi y su hermana Sora la habían invitado a comer como agradecimiento por salvar a la chica de una caída dolorosa y posiblemente mortal, pero en el camino, inesperadamente, se les unió Kisho a la pequeña salida de tres, aferrándose a Jin mientras hacía pucheros por querer estar con ella, por lo que la salida de tres, rápidamente se volvió una salida de cuatro, en donde sentía cierta tensión entre el rubio y la chica… ¿quizás se gusten o algo? Ya saben, los opuestos se atraen.

-Jin se lamenta cuanto la ha cambiado el mundo shinobi, pensar que la chica que alguna vez tenía pesadillas al ver películas de terror y le daba asco la sangre ahora no dudaría en matar a alguien si se atreviesen a ir en contra de su integridad física o sus amigos la hacía estremecer. Aunque sigue intentando matar lo menos posible y meter a todos sus enemigos en Genjutsus o noquearlos con sus senbons, ya no es tan reacia como antes-.

Claro, podía ver que estaban peleando por su atención -no era tan tonta ni ciega, el derecho para ser tonta y ciega con alguien solo lo tenía reservado para Obito-, lo mismo sucedía con Atsushi, el cual no paraba de coquetearle y soltarle frases cursis de vez en cuando, Jin no era tan tonta como para no notar la actitud de las tres personas hacia ella, pero realmente Jin no quería aceptar que el pequeño Kisho pudiera sentir algo por ella, sería realmente triste que la viese como una posible pareja solo porque fue la primera persona en ser amable con él, tampoco quería lastimarlo, porque por mucho que le doliera, su corazón aún seguía latiendo por Obito.

Jin se deprimió ligeramente al pensar en el Uchiha, habían pasado poco más de dos meses, casi llegando a tercer mes, desde que no lo ve ni sabe nada de él -porque cuando Obito apareció para saludar a Rin, Kisho se había llevado toda su atención y ella ni siquiera lo vio en primer lugar-, ni siquiera sabe porque es tan tonta como para esperar que en todo este tiempo, él quisiera algo con ella, peor aún, que teniendo a personas que pareciera que realmente quisieran estar con ella más allá de solo su físico, no les diera una oportunidad porque su corazón es terco y tonto.

Pensando en ello, Jin frunció el ceño ligeramente antes de decidir seriamente que intentaría despejar su mente de Obito a como diera lugar -incluso si eso significara tener una pequeña aventura con alguien-. Él nunca la amaría y eso estaba bien, él no tenía ninguna obligación de corresponder a sus sentimientos al igual que Rin no está obligada a corresponder los sentimientos de Obito, un amor fallido es algo normal, un amor no correspondido lo sufren todos, es algo completamente natural y a todos les pasa, aunque sea una vez en sus vidas.

Aunque duela, a veces es mejor aprender a soltar y dejar ir.

Con esta nueva resolución en su cabeza, Jin decidió que tal vez, intentaría darle alguna oportunidad a alguna de estas tres personas, aunque a Kisho casi que lo veía como un adorable hermanito menor al cual hay que proteger, por lo que sería bastante difícil para ella aceptarlo como posible pretendiente en primer lugar, en especial cuando sentía que él era demasiado… menor para ella, ugh, ser una persona con recuerdos de tu vida pasada y tener un poco de moral realmente apesta, ¿Saben? No poder ver a los “chicos de tu edad” como posibles parejas era horrible, verlos como niños inmaduros, inestables y ridículos no aptos para una relación estable era realmente frustrante, lo peor es cuando sus ojos vagaban en esos guapos hombres casados o padres solteros que realmente se veían “maduros” y estables, ya sea financiera o emocionalmente.

Esto apestaba, reencarnar con tu memoria intacta y no parecer un depredador de niños era bastante difícil.

Jin desvió su atención de sus pensamientos hacia el presente, mirando a las tres personas frente a ella, Kisho era simplemente adorable y despertaba un instinto maternal y protector en ella, como si quisiera mantener su pureza intacta y ser su guardián para que siempre pueda permanecer feliz e ingenuo para toda su vida sin experimentar ni una gota de dolor.

¿Así se sentirá Kakashi cada vez que la veía? Se preguntó Jin al mirar al adorable Kisho haciendo un puchero mientras Sora le sacaba la lengua infantilmente y Atsushi rodó los ojos divertidos al ver a su hermana ser tan infantil con el pequeño rubio, entonces, él fijó su mirada en ella, la observó de arriba hacia abajo y el brillo en sus ojos cambió a uno malicioso.

—Iba a decir algo muy bonito… —Atsushi puso una cara de decepción dolorosamente fingida— pero cuando te vi, todo era insignificante ante lo bonita que eres.

—¡Atsushi, tú, cabrón! —exclamó Sora intentando darle una patada -en la cara, para que no usase su rostro masculino y atractivo para seducir a una mujer joven y bonita como lo era la Kunoichi-, pero Jin se sonrojó y Atsushi rio entre dientes esquivando hábilmente la patada de su hermana -La cual cambió de estrategia para intentar darle una patada en los huevos-.

—¿Qué? Solo digo la verdad —Atsushi elevó las manos inocentemente— ¿Acaso no crees que Jin es excepcionalmente bonita?.

—¡Jin-chan es la persona más bonita del mundo! —asintió de acuerdo seriamente Kisho apretándose más contra el brazo de Jin, como si intentase pegarse aún más a la chica para reafirmar y confirmar sus palabras dándole más efecto.

—¡Yo…! Sí, Jin-san es muy bonita, ¡Pero no es necesario que le coquetees cada tres minutos, cabrón! ¡Eso es acoso! —exclamó frustrada Sora mirando venenosamente a su hermano con el rostro rojo de ira y con promesas de ahorcar a su hermano.

Y tal vez de cortarle los huevos, sería beneficiosos que su hermano no se reprodujera, los pobres niños saldrían igual de idiotas que él, lo cual sería una tortura para el mundo mismo.

Si, Sora le haría un gran favor al mundo extirpando los huevos de su hermano.

—¿Acoso? ¿Pero no veo a Jin-chan~ molesta? —sonriendo zorrunamente, el chico se puso detrás de Jin y la abrazó por la espalda, sus labios peligrosamente cerca de su oído haciéndola sonrojarse aún más—. No es así, ¿J-I-N-Chan~?

Jin sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y los labios del chico besaron tiernamente su cuello antes de salir corriendo, porque tanto Kisho como Sora salieron persiguiendo al joven de cabellos azul celeste, el cual reía escandalosamente escapando de su hermana y Kisho, mientras Jin se quedaba sonrojada intentando procesar todo lo que acababa de pasar, quieta y pasmada en el sitio, con humo saliendo de sus orejas.

Claro, puso un montón de sellos sobre su cuerpo para que no la tocaran de manera inapropiado, léase, su trasero, boobis e intimidad, también sellos para que no la desmembrasen o decapitasen, mejor prevenir que un día llegar sin alguna extremidad o su cabeza fuera de su cuerpo. Siempre que hubiera intensiones peligrosas hacia ella y su bienestar, los sellos se activarían sin darle espacio a su atacante de hacerle nada, pero como en su cabeza nunca se le había ocurrido de que alguien intentara… besarle el cuello…

Bueno, no había sellos que pudiera evitar besos en su cuerpo.

Saliendo de su aturdimiento, Jin corrió hacia los hermanos y Kisho, socorriendo al pobre rubio que ni siquiera pudo correr una cuadra adecuadamente antes de caer de rodillas, jadeando, mientras su rostro sonrojado sudaba ligeramente y una mirada nublada se presentaba en sus hermosos ojos celestes.

—¿Estás bien, Kisho-kun? ¿Necesitas algo? ¿Agua, viento? —preguntó preocupada Jin mirando al chico el cual negó ligeramente con la cabeza mientras jadeaba sin poder responder— De todas formas, te haré un chequeo rápido, así que quédate quieto.

Kisho tragó saliva al sentir el chakra de Jin entrar en su sistema, cerró sus ojos a la vez que una gota de sudor caía por su rostro y soltaba un pequeño gemido.

—Bien, parece que solo estás cansado, ¿Te parece si te llevo en mi espalda? Esos dos parecen haber corrido bastante lejos —Jin miró hacia a dirección en donde corrieron los hermanos, si fuera un civil, ni siquiera podría empezar a sospechar donde estuvieran esos dos, pero como shinobi, sentir sus firmas de chakra era bastante fácil.

Bueno, en realidad no era tan fácil, sus firmas de chakra eran bastante bajas y corrientes, pero ella estaba acostumbrada a que las personas a su alrededor eran realmente buenas a la hora de detectar chakra y, por ende, se vea obligada a reconocer su chakra rápidamente si no quiere comerse un pastelazo sorpresa.

-Kakashi y Sakumo son sorprendentemente vengativos, solo les dio un pastelazo una vez y fue de broma en sus cumpleaños, les preparó dos tortas por arruinar la primera, pero no fue justo que durante sus cumpleaños recibiera dos pastelazos en la cara por parte de padre e hijo, tenía que prepararse seriamente porque en el menor descuido, su cara sería un bonito pastel. Su papá se lo tomó bastante bien y se rio, incluso con la cara embarrada de pastel-.

—B-bien —asintió tímidamente Kisho y Jin se agacho para que él pudiera subir a su espalda.

Kisho ocultó su rostro sonrojado en el cuello de Jin, un poco nervioso de que sus piernas rodearan sus caderas, sintiendo como las firmes manos de la Kunoichi agarrarlo de los muslos con suavidad mientras él se aferraba a su cuello ligeramente, indeciso con poner fuerza real en su agarre para no ahorcarla accidentalmente, pero él estaba increíblemente nervioso porque sus manos estaban tan cerca de sus…

Kisho echa humo de sus orejas al pensar en ello, no podía creerlo, lo cerca y pegado que estaba al cuerpo de Jin.

Claro, ella lo había cargado otras veces, pero la mayoría de las veces lo cargaba al estilo nupcial, por lo cual no se preocupaba mucho por demasiado toque y había escasas veces en donde lo cargaba como un costal en el hombro, por lo que él tenía que cerrar sus ojos o podría verle el trasero y él no quería ser irrespetuoso con ella, por lo que era la primera vez que ella lo cargaba en su espalda y él se sentía extremadamente tenso y nervioso.

Después de todo, seguía siendo un hombre y estar tan pegado a una mujer madura y guapa… ¡Kisho siente que se iba a desmayar! Sus ojos incluso se aguaron un poco por la vergüenza y sus piernas temblaban ligeramente contra las caderas de Jin, por lo que ella tuvo que dar un pequeño brinquito para subirlo más en su espalda y apretar sus muslos más fuerte para tener un agarre más firme en él y que no saliera volando accidentalmente.

El alma de Kisho empezó a salir por su boca.

Jin se removió ligeramente incomoda cuando sintió una intensa mirada sobre ellos, era un poco espeluznante y Jin no podría decir que sus intenciones fueran agresivas, pero tampoco podía decir que eran buenas, era extraño y escalofriante, por lo que aceleró su paso y empezó a correr por los tejados hasta que encontró a los dos hermanos peleando entre sí y se unió a ellos junto con Kisho, el cual, para ese entonces, ya estaba consciente.

Kisho miró con superioridad a Sora, la cual lo miró con furia ardiente mientras apretaba un puño hacia él, solo provocando que Kisho se ocultara más en Jin y la abrazara más fuerte.

—Maa… maa… no se peleen —habló pacifistamente Jin intentando que Sora dejara de ahorcar al pobre Atsushi, el cual ya se estaba poniendo morado bajo sus bonitas manos y delicadas manos—. Sora-chan, ¿No crees que estás siendo un poco dura con tu hermano?

—Tiene piel gruesa, hay que golpearlo fuerte para que lo sienta —descartó Sora y agitó a su hermano por el cuello, que ya estaba poniendo los ojos en blanco y parecía que estaba a punto de hachar espuma por la boca en cualquier momento.

—Maa… parece como si fuera a morir —Jin sintió una gota de sudor caer por su rostro y apuntó al chico.

—… es un buen actor —Sora se negó a reconocer a su hermano podría estar sufriendo de alguna manera.

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