![So Simp [Yandere! Uchiha Obito]](https://fanfictionbook.net/img/nofanfic.jpg)
liv. desconcierto
Jin abrazó entristecida su almohada antes de que su puerta se abriera bruscamente y Kakashi entrara hecho una furia en su habitación. Jin podría jurar que el ruido de su puerta azotando la pared podría resonar en toda la residencia de lo descuidado que fue Kakashi a la hora de abrir con esa ferocidad su pobre e inocente puerta.
—¿Qué…? —Jin le miró con los ojos llorosos cuando él la sentó descuidadamente en su cama, apretando dolorosamente sus brazos con sus fuertes manos, posiblemente dejando moretones futuros y sus ojos furiosos la miraron, casi taladrando su cráneo haciéndola sentir mareada y aturdida.
Se sentía indefensa frente a la enorme presión que ejercía Kakashi sobre ella y, nunca antes había sentido tanto miedo a Kakashi hasta ahora.
Kakashi siempre había sido el hermanito que intentaría hacerse pasar por mayor, cuando en realidad era unos meses más joven que ella, pero Jin lo complacería y lo llamaría hermano mayor si es que eso lo ponía feliz. Su Kakashi no era más que un amor de hermano “mayor”, siempre velaría por ella, a veces convocaría sus invocaciones solo para verla sonreír, darían perezosos paseos por la aldea, sería su conejillo de indias a la hora de preparar nuevas comidas y, sobre todo, la ayudaría con los sellos, porque después de mil años de insistencia, él decidió doblegarse a sus caprichos.
Porque si, Kakashi fue débil a sus ojos de cachorro y terminó aprendiendo una o dos cosas de sellos, quizás no podría ayudarla mucho en crear un sello nuevo, pero pacientemente la escucharía cuando Orochimaru no estuviera disponible y aportaría débilmente alguna idea adicional a su idea principal.
También era muy atento, si veía que tenía frío sacaría una chaqueta extra de una pulsera de almacenamiento con un vasto sello de almacenamiento que le regaló para su cumpleaños número quince, a pesar de que ella podría encender fácilmente sus sellos para calentarse y él notaría incluso antes de que ella lo hiciera cuando tuviera hambre o antojo de algo en particular.
De hecho, Kakashi y Obito eran quienes más la sacaban de su laboratorio a arrastrar para que comiera algo y durmiera, muchas veces siendo Kakashi el encargado de custodiar su habitación con sus ninkens para que ella no volviera al laboratorio de pruebas que habían diseñado Orochimaru y ella para probar los sellos.
Sus ojos se aguaron ligeramente mientras su cuerpo temblaba ante la presión sofocante y los ojos asesinos y crueles que el albino dirigía a su figura temblorosa e intimidada.
—¿Te violó? —preguntó Kakashi entre dientes y Jin le miró aturdida mientras lágrimas corrían por su rostro, tenía un poco de miedo, porque Kakashi, a diferencia de ella, había matado a cientos, si no, miles de personas y no le temblaba la mano a la hora de derramar sangre.
Demonios, aun cuando tenía toda una red de apoyo emocional, amigos y un cariñoso padre, Kakashi aun tuvo una época, más específicamente desde los 14 a los 17, en la que fue apodado como “Kakashi sangre fría” por su despiadado trabajo en Anbu.
Sobre todo, por como asesinaba cruelmente a los ninjas de Iwa, se decía que sus muertes eran tan espantosas, que sus en sus rostros estaba reflejado el horror que sintieron antes de encontrar el alivio en la dulce y pacífica muerte.
—¿Q-qué? —preguntó en un hilo de voz, su rostro pálido y drenado de todo color mientras Kakashi apretaba su agarre y la hacía gemir de dolor, sus ojos volviéndose cada vez más feroces, el chakra a su alrededor condensándose y rezumando en luces chisporroteantes que amenazaban con electrocutarte y quemarte.
—¡Kakashi-kun… cálmate! —Rin apareció por la puerta jadeando y la cerró para evitar ojos indiscretos.
Jin miró a Rin buscando ayuda, no entendía porque Kakashi se estaba portando tan agresivo e intimidante, casi parecía que quería matarla de una forma extremadamente cruel y sanguinaria, lo que la estaba asustando hasta los huesos, porque incluso sus colmillos sobresalían de sus dientes apretados, las venas de su frente, cuello y rostro alzándose sobre su piel, abultándose desagradablemente mientras sus ojos enloquecidos en rabia perforaban su débil figura.
Este no era su Kakashi… no era su hermanito mayor.
¿Dónde estaba su tierno hermano “mayor” que siempre estaría despreocupado y sería dulce con ella? ¿El hermanito mayor que cedería cada vez que lo mirara con ojos de cachorro? ¿Dónde estaba su Kakashi-nii-san que la protegería? ¿Dónde estaba su Kashi-nii que la miraría con dulzura?
¿El Kakashi que nunca la lastimaría?
Jin mira un poco aterrada a Kakashi, ahogándose en sus lágrimas de miedo mientras tiembla bajo su férreo agarre de hierro, su garganta apretada mientras teme decir la respuesta incorrecta y que él le vuele el pescuezo de un mordisco de sus colmillos afilados o ceda ante sus manos clavándose en sus brazos y haciendo rechinar sus huesos.
¿Así se sentía ser su enemigo?
—¡Basta, Kakashi, la estás asustando! —Rin demandó con un tono más fuerte y autoritario, empujando a Kakashi lejos de ella y poniéndose enfrente de ambos como una barrera protectora para ella.
Por supuesto, Jin no dudó en ponerse detrás de Rin para que la castaña la protegiera.
—Jin, ¿Obito te violó? —siseó Kakashi con veneno en su voz, su mirada mortal mientras las venas de su rostro eran plenamente visibles haciéndola temblar.
—¿Q-qué…? —Jin los miró aturdida y confundida, Rin la envolvió en sus brazos protectoramente y la apretó contra su suave pecho mientras empezaba a aplicar ninjutsu curativo en donde las manos de Kakashi la apretaron tan fuertemente.
—Jin-chan, no tienes nada que temer… Obito-kun nos contó sobre lo que sucedió esa noche… —habló Rin suavemente y acarició su desordenado cabello azul, sus hermosos ojos castaños teñidos de tristeza, oscurecidos a tal punto en que su decepción los hacía parecer casi negros.
—¿D-disculpa? —Jin la miró aturdida y temerosa, casi como un ciervo bajo las luces de un camión.
—Quiero que sepas que siempre estaremos para ti, puedes contarnos lo que quieras y…
—¿Q-qué les dijo…? —preguntó Jin más aturdida procesando sus palabras lentamente.
—Nos dijo que una vez lo hizo, no pudo detenerse… —Rin miró con lastima a Jin y ella compartió miradas entre Kakashi y Rin intentando procesar.
—¿Creen que me violó? —preguntó aturdida Jin intentando comprender el alcance de las palabras sueltas que dicen estos dos e intentar explicar la ira de Kakashi para justificarla en algo razonable.
—¿Y qué más haría? ¿Pintarte las uñitas mientras te obliga a escuchar canciones desafinadas? Por supuesto que eso es lo que haría, un tío cachondo con una mujer débil y hermosa frente suyo, que está demasiado tomada como para comprender lo que está sucediendo aparte de que el mundo le da vueltas—habló con frustración Kakashi y golpeó una pared sobresaltándola
—Pero… Obito-kun no me violó esa noche… —Jin se sonrojó ligeramente y apartó su mirada cubriéndose parcialmente el rostro.
—No intentes encubrirlo ahora, Jin entiendo que estés muy enamorada de ese bastardo, pero esta mierda no tiene excusa redimible como para que intentes justificarlo o intentar encontrar un motivo mágico en tu pequeña y tonta cabecita que tú… —Kakashi iba a seguir parloteando, pero Jin lo interrumpió groseramente.
—Si alguien hubiera violado a alguien esa noche habría sido yo —interrumpió Jin secamente—. Me tiré encima de él toda la noche, le coqueteé obscenamente y cuando el intentó llevarme a casa para regañarme por mi comportamiento, simplemente lo callé a besos y luego me lo follé —bufó secamente Jin apartándose de Rin y cruzándose de brazos—. Admito que el día siguiente fue una mierda y me desperté como si los bastardos de Iwa me hubieran vuelto a dar una paliza y estaba más marcada que obra de arte abstracta, aun sí, fue cosa de dos y no de uno. Yo quería acostarme con Obito-kun y él accedió, que se haya pasado un poco al final no es su culpa.
—…
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—Si él no hubiera sido Obito y cualquier bastardo hubiera intentado hacerme algo que yo no quisiera ni autorizara, ese triple hijo de puta habría terminado con un destino peor de los imbéciles que Kakashi atraviesa con su Chidori y luego mea —bufó secamente Jin apartándose de ambos, cruzándose de brazos y mirándolos con una cara hosca.
No podía creer que ellos, los amigos de infancia de Obito, esos dos que han estado con él tanto como ella, ambos que han convivido incluso más que ella con Obito, pudieran tener una opinión tan baja y mala de Obito, quién no ha sido más que un dulce hombre respetuoso que es simplemente demasiado estúpido como para recibir indirectas aparte de las opiniones negativas que se forman sobre él.
Estaban pensando mal del mismo Obito-kun que crea varios clones para ayudar por la aldea a las ancianitas y no llegar tarde a sus compromisos, están pensando mal del mismo Obito-kun que de vez en cuando hace trabajos comunitarios completamente gratuitos para la comunidad con pocos recursos, el mismo Obito-kun que la acompaña a orfanatos nefastos para ayudarla a mejorar la vida de esos pobres niños a una mejor.
Claro, ella podría simplemente darles más dinero a los ejecutivos y toda esa mierda, pero, ¿Por qué los ejecutivos del orfanato estarían tan gordos mientras que los niños están desnutridos y con ropa de incluso diría que cuarta mano? Realmente algunos directores de orfanatos eran simplemente despreciables, por lo que Jin y Obito iban a ayudar sin cobrar nada, reconstruían, pintaban y Jin donaba algunos camas, mantas, ropas y peluches, solo para que luego junto con Obito hicieran un informe para la policía militar sobre los descubrimientos en dichos orfanatos, un recuento de algunas cosas incongruentes, la negligencia ejercida, las desapariciones y dieran una lista con boleta sobre todos los aportes que dieron a dicho orfanato para los niños en caso de que desaparecieran misteriosamente y los niños se quedaran sin sus cosas.
Lastimosamente, había casos en los que a los dos días, esas camas nuevas, juguetes bonitos y cosas buenas que le regalaron a los niños, ya no estaban y habían sido revendidos, pero eso solo les daba una excusa a la policía militar para vigilar cuidadosamente a los orfanatos y detener a los directores, por lo que cuando la policía militar les contactase para decirle que estaba todo en orden y que las nuevas personas que estaban a cargo eran gente decente, ambos volvían y reemplazaban todo lo que se les había robado a los niños.
—Dios, ¿Qué tan mal pueden llegar a pensar de Obito? —preguntó Jin mirándolos a ambos con el ceño fruncido— Ambos conocen a Obito desde prácticamente desde que estábamos en pañales, llevamos años juntándonos casi todos los días sin falta, hemos sido casi una familia con nuestro grupo de amigos durante años, todos sabemos uno sobre el otro, las direcciones, gustos, disgustos e incluso hasta si alguno de nosotros tiene alguna alergia, ¿Realmente piensan tan bajo de Obito-kun? ¿El mismo Obito-kun que te reemplaza de vez en cuando en T&I cuando tienes demasiada pereza como para asistir? —Jin apunta a Kakashi con el ceño fruncido— ¿El mismo Obito-kun que te recuerda cuando tienes que comer? ¿El mismo Obito-kun que ha luchado codo a codo y al que le han confiado sus espaldas para salir con vida en más de una ocasión?
—…
—…
—¿Qué tan putamente baja tienen la opinión de Obito-kun, como para sospechar que él hiciera algo tan atroz como eso en primer lugar, eh? ¿Qué pasa con el Obito-kun que arriesgo su vida por ustedes? ¿El que se sacrificó y vivió una pesadilla para que ustedes estuvieran a salvo, eh? ¿Qué demonios les sucede? ¿Acaso se olvidaron de la obvia tendencia autodestructiva de Obito? ¿Cómo siempre intenta autosabotearse? ¿Cómo solo puede creer en lo peor de él? ¿Cómo se niega a aceptar que hay algo bueno en él? ¿Lo indigno que se cree que es?
—J-jin-chan… —Rin tartamudeó y elevó una mano, pero los ojos furiosos de Jin los taladraron.
—¡Por el amor de dios! ¡No pueden confiar en lo que Obito diga de si mismo! ¡Siempre se pintará como el villano de la película! ¡Ah! ¿Se murió una mosca? Seguramente era del clan Aburame, pobrecita, ¡Obito tiene la culpa! Cuando claramente fue una araña siguiendo el ciclo natural de las cosas, ¡Obito no puede evitar culparse de todo lo malo que sucede! ¿Realmente no se dan cuenta de cuan autodestructivo es y como intenta aislarse de todos? ¿Cómo siempre dirá lo peor de sí mismo sin reconocer que es una buena persona?
Jin frunció los labios con disgusto antes de suspirar, sentarse agotada la silla de su escritorio y verlos agotada.
—Entiendo que se hayan preocupado por mí y realmente les agradezco que estén dispuestos a llegar a cualquier cosa por mí, pero espero que entiendan que yo misma soy bastante grande y sé defenderme, e incluso en las peores circunstancias, soy demasiado paranoica y estoy saturada de sellos —Jin apunta cansada a Kakashi—. Incluso si lo considero mi hermano, si Kakashi intentara tocarme los senos o el culo, lo más probable es que saliera cinco metros disparado hacia atrás por mis sellos y nunca lograría tocarlos, porque sus manos se detendrían cinco centímetros por encima de ellos por la barrera protectora que grabé en mi piel.
—Pero…
—Sigh, solo las mujeres, Orochi-san y Minato-sama pueden tocar mi cuerpo —Jin miró a Rin directamente—. Principalmente estos dos últimos porque son maestros de sello en sí mismo, Orochi-san podría experimentar con mi cuerpo abriéndome, pero dudo que haga eso a menos de que mis órganos se salgan de mi cuerpo por el fracaso de algún sello.
—Pero Obito te tocó…
—Porque desde hace tiempo que le traigo ganas —Jin rodó sus ojos—. Si no me gustara tanto, no podría ni tocarme, mucho menos abrazarme.
—…
—Han malinterpretado a Obito-kun porque es un idiota masoquista que quiere que todo el mundo piense que es malvado y un gran villano y le den una paliza. Vayan y discúlpense con él —Jin los miró fijamente a ambos y, cuando tanto Rin como Kakashi estaban por irse, habló nuevamente—. Agradezco mucho que se preocuparan por mí, eso significa mucho en mi corazón —su voz era suave, un toque de cariño amoroso en su tono—. El solo hecho de que estén tan dispuestos a protegerme, aunque los haga actuar imprudentemente… me alegro mucho de tener a personas tan valiosas y maravillosas en mi vida como ustedes.
Kakashi y Rin sintieron sus ojos aguarse, pero no se voltearon.
—Son muy buenas personas, realmente agradezco que estén conmigo…
Cuando Jin no dijo nada más, ambos se fueron.