So Simp [Yandere! Uchiha Obito]

Naruto (Anime & Manga)
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So Simp [Yandere! Uchiha Obito]
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Summary
[Serie So or Mine]Obito, víctima de sus errores y pesadillas, termina retrocediendo en el tiempo debido a que fue presa de un destino que nunca fue suyo en primer lugar.El sabio de Seis caminos sabe que sus hijos torcieron el mundo y lo destruyeron por culpa de sus acciones, decide que es hora de que las víctimas reciban su justa compensación.Jin reencarna en el mundo de Naruto, como Simp dedicada del trágico Obito y su horrible destino de mierda, Jin decididamente decide que va a seducir a Obito a como de lugar, ¡A la mierda Rin! ella será el crush de Obito.Porque en su mente, Jin sabe que Rin es una persona muy amable y no le debía nada Obito por su afecto incondicional, pero igual siente que Rin fue un poco mierdas al ignorar arbitrariamente a Obito y dejarlo de lado ante la primera oportunidad en pos de Kakashi, que ni siquiera le dirigía la mirada.
Note
ACLARACIONESHace años que no me veo Naruto, pueden haber incongruencias y meteré algunos headcanons a mi gustoPuede que no te guste mi contenido, así que, si no quieres leer mi historia, está bien, pero no critiques mi trabajo porque no es de tu gusto Esta historia contiene:ObsesiónDependencia emocionalMuerte de personajesViolencia canónica del universo de narutoAmenazasNormalización de comportamientos no saludablesMachismo y MisoginiaEtc.
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li. codiciosa [NFSW/Lemon]

Jin miró aturdida la habitación en la que se encontraba, todo le daba muchas vueltas, aun así, miró con ojos entrecerrados que se encontraba en la habitación de Obito, fácilmente distinguible por el desorden en ella y los posters vagamente pegados alrededor de la habitación que ella le había regalado cuando el chico le decía que le gustaba alguna banda de música, película o libro.

—Jin, ¿Sabes en cuantos peligros te pudiste exponer? —exclama ligeramente enojado Obito y ella lo mira ligeramente aturdida— ¡No debiste emborracharte hasta tal punto y…!

Jin descartó el regaño, bastante hipócrita del tipo que hace unos minutos atrás estaba acariciando descaradamente su trasero y casi que metía uno de sus dedos debajo de su vestido apunto de acariciar su coño mientras la cargaba sobre su hombro.

Obito paseaba de un lado a otro dando un largo discurso de cuantas cosas pudieron haber salido mal y, con su pesimismo, había simplemente demasiado de lo cual sacar discurso, así que Jin se quitó los zapatos mientras Obito estaba inmerso en su regaño y se acostó en la cama, más interesada en mover sus tobillos y contraer y expandir sus pies por el incomodo dolor en ellos al hacer tantos movimientos con los tacones.

—¿Me estás escuchando? —preguntó Obito casi sin aliento por su largo discurso en el que Jin casi se queda dormida, si no fuese porque sus ojos estaban fijos en como Obito, al hacer sus bruscos movimientos al explicar, hacía que la ajustada camisa azul marino se pegase a su pecho y se le marcaran los pectorales o bíceps, contrayendo los músculos y dando todo un espectáculo a la vista.

Incluso su trasero se veía bien en esos pantalones de chándal grises.

—¡Dios! Jin, solo digo esto por tu seguridad, ¿Qué hubiera pasado si a quien le coqueteabas te entendía? Peor aún, ¿Qué hubiera sucedido si te hubieran quitado tu inocencia? No, sé, para ustedes las chicas esas cosas son muy importantes, ¿No? Algún día te gustará alguien y solo en ese momento deberías entregársela o que se yo, alguien que realmente tu corazón valore y… —Obito empezó con otro largo discurso y Jin se levantó de la cama mientras Obito quedaba inmerso en su siguiente regaño, si no fuese porque Jin lo abrazó.

—¿Entonces me la quitarías? —preguntó Jin con un tono suave mientras abrazaba su cintura firmemente y presionaba suavemente sus pechos contra el pecho de Obito, haciéndolo ponerse rojo al ver el amplio escote que inevitablemente lo hizo tragar saliva nerviosamente.

—¡J-jin! ¿P-pero que cosas dices? ¿Me estabas escuchando? ¡Cuando alguien te guste! N-no solo con… —Obito se quedó sin aliento cuando Jin se puso de puntillas y sus respiraciones se mezclaron.

—Pero Obito-kun no es un extraño… —Jin lo miró a los ojos y apretó ligeramente su agarre en él, aplastando un poco más sus senos contra su pecho—. Lo conozco muy, muy bien… —murmuró contra sus labios y sus ojos se desviaron a los labios del Uchiha, haciéndolo estremecerse ligeramente.

—P-pero… —Obito apartó la mirada hacia otro lugar, sintiendo los cálidos y húmedos labios contra su mandíbula.

—¿Es que acaso no lo entiendes? —Jin alejó su rostro y tiró de sus labios hacia abajo en una mueca molesta mientras fruncía el ceño—. Me gustas, no como amigo, estoy enamorada de ti —Jin casi rueda sus ojos con fastidio y lo suelta.

—¿Q-qué? —Obito la mira indefenso y aturdido.

—Me has gustado prácticamente desde que tenemos cinco años, ninguna chica le cocinaría a un hombre durante todos los putos días de la semana durante más de diez años solo porque son amigos —Jin pincha el pectoral de Obito con su dedo índice—. Me gustas mucho, me salvaste de caer y rendirme ese día antes de entrar en la academia, me motivaste a volverme la mujer que soy hoy en día y, si no fuese porque me inspiraste, seguramente seguiría bajo las estrictas reglas de mierda de mi madre siendo azotada por responderle porque “a los hombres no les gustan las mujeres que responden”.

Jin rodó los ojos.

—O estaría embarazada de mi cuarto hijo con un hombre odioso al que no amo —se burló cruzándose de brazos.

—… —Obito se queda sin palabras y Jin lo mira con el ceño fruncido.

—No tienes que corresponderme, es bastante obvio como no gustas en absoluto de mi… a pesar de que te he estado persiguiendo durante tantos años… —Jin suspira y se deshace caminando hacia una silla en el escritorio de Obito y se derrumba en ella—. Esta idea de Anko de ir al club fue solo para ayudarme a olvidarte. En este punto, me rindo.

—¿T-te rindes? —preguntó aturdido y confundido y Jin le miró con ligera irritación haciendo que Obito se encogiera ante la mirada de obvia molestia.

Jin nunca lo había visto así, ni siquiera cuando cometía errores muy, muy idiotas y Rin lo golpeaba haciendo que él pensara que Tsunade era una persona que influía demasiado en el carácter de las personas al punto de que daba miedo al convertir a sus alumnas en Tsunade 2.0.

Jin se levantó de la silla y nuevamente pinchó su pecho, mirándolo fijamente a los ojos.

—Me rindo en seguir intentando conquistar tu corazón y ser tu novia, es demasiado obvio que Rin es quien llena tu cabeza y corazón —Jin le miró con ojos tristes antes de apoyar la palma de su mano en el pecho del Uchiha—. Y es más obvio que yo nunca conseguiré tenerlo de la manera que quiero… es mejor dejar de hacerme ilusiones…

—Rin no me gusta —habló Obito sin saber que más decir y Jin lo miró con incredulidad

—¿Entonces porque siempre la observas desde lejos con añoranza, porque siempre que te acercas a ella e ignoras el mundo como si nada existiera aparte de ella? ¿Por qué cuando ella está ahí, te olvidas de todo y todos?

—Yo… —Obito se rasca la nuca y se sonroja ligeramente apartando la mirada— Yo… creo que es la costumbre

—¿Costumbre? —ríe con incredulidad Jin y mira Obito como si fuera el idiota más grande del mundo.

—Realmente no me gusta Rin, desde hace mucho tiempo me rendí con ella —Obito eleva las manos y mira a Jin, entonces traga saliva y su rostro pasa de nervioso a calmado.

Oh… nuevamente estaba lastimando a alguien que le importaba…

Pero era cierto que ya no le gustaba Rin, ¿Cómo podría seguir gustándole Rin cuando la veía prácticamente como un bebé a su lado? Simplemente no podría amarla como lo hacía en el pasado, no cuando se sentiría tan jodidamente mal por la enorme de diferencia de edades en cuanto a mentalidad.

No era un asalta cunas, gracias.

—No importa, de todas formas, nunca me vas a elegir —suspiró Jin cruzándose de brazos—. Lo superaré, no tienes que molestarte en intentar forzarte a algo que no quieres —Jin le dio la espalda dispuesta a irse sintiéndose demasiado cansada como para decir cualquier otra cosa.

Ah… quería llorar, estaba tan borracha que simplemente quería largarse a llorar como bebé en la calle, lejos de Obito mientras esperaba que llegara otro día, para que la resaca sea quien sofocara el dolor en su corazón.

—¡Espera…! —Obito la toma por la muñeca y mira en conflicto donde su mano entra en contacto con la piel de la chica.

Su mano era tan grande que abarcaba con facilidad la muñeca de Jin, era tan fácil como enviar un poco de presión y…

—No soy quién crees que soy… —Obito frunce los labios y mira casi con odio como su mano puede romper fácilmente la muñeca de Jin—. No soy el amable… Obito que tú crees que soy, no soy la buena persona que el mundo cree, yoyo soy algo mucho peor… solo…

—¿Eres quien estuvo para mi cuando tenía cinco años y me dijo que era bonita? —interrumpió Jin sin voltearse a verlo.

—… Sí…

—¿Y quién estuvo conmigo el día en que ayudamos a Sakumo-san?

—… Sí…

—¿Y quién me consoló en la academia cuando mi madre prácticamente casi me deja lisiada?

—Sí… —las venas en el rostro de Obito se asoman y su mirada se vuelve cruel, jamás podría perdonar a esa mujer por lo que le hizo a Jin.

—¿Eres quien me ayudó cuando nuestros amigos me ignoraban por el sello para olvidar lo de Iwa?

—Si…

—¿Eres con quién estuve una semana completa para escapar de ellos?

—Sí…

—¿Eres Uchiha Obito?

—Si…

—¿Entonces de qué mierda me estás hablando, Uchiha? —Jin se voltea y toma la muñeca de Obito entre sus dedos, delgados, finos.

Obito observa cómo ni siquiera su dedo medio y pulgar alcanzan a juntarse alrededor de su gruesa muñeca.

—No es eso a lo que me refiero… —habló Obito y frunció ligeramente el ceño, sin levantar la cabeza, sin dejar de mirar la diferencia entre ambos.

—Eres Uchiha Obito y eso es todo lo que importa, todo lo que me importa —Jin apretó más fuerte la muñeca de Obito.

—No soy una buena persona yo…

—Asesino, genocida, el trazador, embustero, la mierda que quieras, pero eres Obito, mi Obito, el Uchiha Obito que me salvó de tantas cosas que ni siquiera quisiera imaginar, ¿Caso sabías que algunos ricos desquiciados revisan los coños de sus hijas buscando si el himen sigue intacto para ver el “valor” de dicha niña? ¿Sabías que el Himen se puede romper, desgarrar o estirar fácilmente? Literalmente, esa mierda se puede ir al caño si corres, si andas en bicicleta o alguna mierda por el estilo, ¿Sabías que la “Virginidad” no es solo más que una estupidez social creada para ponerle un “valor” a la mujer o alguna mierda así?

Jin miró a Obito y mordió su labio inferior.

—Sin ti, sin la forma en que hubieras influido en mí, ni siquiera sería ninja, probablemente, como dije antes, no sería más que una maldita marioneta de mamá, papá nunca hubiera sabido que esa bruja me maltrataba, nunca habría sabido que no era feliz y probablemente me hubiera suicidado en algún momento de esa vida de mierda —Jin le miró con irritación.

Entonces, sus ojos se suavizaron al igual que la postura casi agresiva de su cuerpo.

—Eres el hombre que tiene mi corazón, al que le debo muchas cosas —Jin acarició suavemente la muñeca de Obito donde sus dedos habían apretado.

No había ni una marca ni rastro, por supuesto que sería así, Obito es demasiado fuerte, duro y resistente como para pensar en que su fuerza podría lastimarlo sin querer.

Tampoco es como si sus sellos de mejora física funcionaran para hacerle daño a Obito.

—… Soy un mentiroso y un farsante… —Obito se mordió ligeramente el labio afligido.

—Y yo soy una Kunoichi. Mentir, robar, asesinar, espiar, hostigar, acosar, seducir y dañar está en nuestra línea de trabajo —Jin miró suavemente a Obito que seguía con la cabeza gacha.

—… soy mayor de lo que crees…

—Me gustan mayores —bromeó Jin ligeramente divertida.

Obito suspiró ligeramente y miró en conflicto a Jin antes de que ella tentativamente lo abrazara suavemente y apoyara su cabeza en su hombro.

—Tan tonto —rio entre dientes Jin y besó el hombro de Obito—. Obito es mi hombre tonto y lo amo por eso…

—…

¿A-amar?

Obito mira a Jin sin saber si sigue borracha o se le pasaron los efectos del alcohol, si son solo palabras de borracho o…

Obito abrió sus ojos como platos mientras Jin besaba suavemente sus cicatrices de su rostro hasta que besó tiernamente sus labios haciendo temblar su corazón.

—Lo siento, soy codiciosa —murmuró Jin cuando se separó de sus labios—. Si no quieres, me alejaré y nunca más lo volveré a hacer.

Obito se quedó quieto mientras Jin volvía a besar sus labios a la vez que sus manos recorrían su espalda mientras se pegaba a él y daba un paso hacia su cuerpo, enterrando uno de sus suaves muslos entre sus piernas a la vez que una de las manos de Jin dejaba de acariciar su espalda y procedía a meterse debajo de su camisa y recorrer su abdomen hasta sus pectorales dándole un apretón.

Confundido, Obito miró aturdido a Jin y no se resistió cuando ella lo empujó suavemente a la cama antes de subírsele encima.

Los ojos de Jin aún estaban ligeramente vidriosos, pero ella lo besó tan dulcemente, tan llena de cariño cada una de sus cicatrices faciales, que Obito soltó un gemido lastimoso mientras sus ojos picaban ligeramente y una presión molesta se acumulaba en el puente de su nariz.

Las manos de Jin acariciaron su pecho codiciosamente, pinchado ligeramente su piel con sus uñas ligeramente alargadas y pintadas de un fucsia tan brillante como sus bonitos ojos. La chica continuó besando el rostro del chico con tanto cariño y dulzura, sus ojos vidriosos destellando una inundación de amor que Obito inconscientemente soltó un pequeño gemido roto y lastimoso.

Sus ojos no pudieron evitar lagrimear ante la mirada tantantan amorosa hacia alguien como él.

-una basura como él-.

Jin subió suavemente su camisa, marcando con sus labios cada parte de sus abdominales, delineando sus músculos con el ligero toque de sus uñas afiladas y haciendo que suaves espasmos contraigan su piel y luego la relajen. Obito, en este momento tan íntimo y privado, fue hiper consciente de su lado blanco más que nada en el mundo y detuvo una de las muñecas de Jin con fuerza, casi rompiendo su muñeca mientras sus ojos aun llorosos y empapados de lágrimas tenían una mirada era seria, pero débil.

Jin le sonrió suavemente y él debilitó su agarre, mientras que Jin se inclinó hacia su abdomen, en donde empezó a besar y mimar cuidadosa y cariñosamente cada parte blanca de su cuerpo, las ligeras cicatrices que lo recorrían por la apresurada unión para salvarle la vida.

A diferencia de lo que pensaba Obito, Jin no actuó con rechazo hacia la parte de su cuerpo, por decirlo de alguna manera, protésica y la acunó con gran cariño, mimando su piel blanquecina y pálida con tanta dulzura que otro sollozo escapó de sus labios mientras Jin mordía suavemente su costado.

Lo suficientemente firme como para dejar una marca, pero no lo suficientemente fuerte como para causar dolor o molestia.

Jin besó con dulzura y mimo la mordida dejando algunos chupetones en la piel blanquecina del Uchiha mientras sus manos se encargaban de subir la camisa del hombre y quitarla a la vez que sus traviesos dedos tocaban codiciosamente la piel del hombre, bebiendo con ímpetu cada deliciosa experiencia bajo sus dedos.

Obito soltó un ligero gemido mientras Jin atendía cuidadosamente su costado, su cuerpo no pudo evitar reaccionar a las atenciones y, para su vergüenza, su polla se endureció mientras Jin seguía apoyando su generoso busto en su regazo para atender su piel blanca que tanta inseguridad le generaba.

Sintiendo algo contra sus senos, Jin se removió ligeramente para acomodarse mejor, pero Obito soltó un gemido junto con un jadeo, por lo que ella observó lo que molestaba ligeramente sus senos al elevarlos suavemente y su boca se abrió en una perfecta “O” al ver que él realmente había reaccionado a sus atenciones.

Mordiéndose el labio ligeramente, Jin continuó su camino de besos hasta el pecho del hombre mientras le bajaba cuidadosamente los pantalones de chándal junto con el bóxer, una de sus manos acariciando lenta y suavemente la dura polla con cuidado evitando lastimarlo, sin querer apretar demasiado fuerte.

Dándole unas ligeras sacudidas, Jin lentamente bajó sus besos del pecho del hombre hasta sus abdominales para finalmente llegar a la base de la polla que se alzaba orgullosamente hacia arriba. Jin miró sorprendida la enorme y gorda polla que sostenía entre sus delgados dedos, era bonita.

Con curiosidad, Jin tragó ligeramente saliva mientras miraba la polla de Obito con atención, sus dedos no alcanzaban a tomarla toda porque era bastante gruesa y gorda, ligeramente curveada hacia arriba con una cabeza bastante intimidante que goteaba líquido preseminal entre sus dedos, haciéndola preguntarse si eso siquiera podría entrar en ella, pero rápidamente descartó esos pensamientos mientras se sonrojaba ligeramente con sus dedos recorriendo superficialmente con sus uñas las venas hasta mirar esa gruesa punta enrojecida que gritaba por atenciones.

Frotando sus muslos entre sí, Jin cerró sus ojos mientras besaba con suavidad y dulzura el grueso pilar de carne, haciendo que Obito contuviera la respiración y se sobresaltara.

—J-jin… n-no… yo… —Obito tartamudeó mientras Jin continuaba atendiendo con dulzura y suavidad su polla, haciéndolo tensar sus muslos y soltar gemidos.

Suavemente, Jin frotó los muslos tensos de Obito para relajarlo antes de abrir sus ojos y, con el rostro sonrojado abrir su boca haciendo que Obito tragara saliva cuando vio nerviosamente la boca abierta de Jin, la cual se acercó a su dura polla antes de chupar suavemente la punta enrojecida y furiosa, haciéndolo estremecerse aún más fuerte y gemir en alto.

Obito tembló ligeramente mientras Jin intentaba lentamente meter su gruesa y pesada polla entre sus bonitos labios rosados haciéndolo poner sus ojos en blanco.

Tan bueno…

La calidez de la boca, su humedad… sus suaves labios rodeando su polla, el interior de sus mejillas, como su bonita y pequeña boca luchaba tanto por siquiera intentar meter la punta. Obito puso los ojos de blancos soltando un gemido casi agonizante antes de que sus manos se pusieran en la cabeza de Jin y la hundieran hasta el fondo, haciendo que Jin abriera sus ojos ampliamente antes de que se aguaran con lágrimas.

Jin gimió contra la polla de Obito sintiendo arcadas, provocando que Obito gimiera y la presionara más abajo, haciendo que su barbilla descansara entre las gruesas y pesadas bolas hinchadas de Obito, el cual gemía extasiado por la sensación de esa apretada y húmeda garganta.

Se sentía tan jodidamente bien…

Lentamente, Jin se obligó a adaptarse hasta que se sintió más cómoda con esa enorme polla enterrada profundamente en su garganta, pero eso no evitó que sus ojos vidriosos se aguaran aún más y lágrimas escaparan mientras cerraba sus ojos y empezaba a mover su cabeza lentamente.

Las manos de Obito eran pesadas y firmes contra su cabeza, su rostro se sonrojó aún más mientras chupaba suave y lentamente la polla de Obito, subiendo y bajando su cabeza alrededor de ese grueso pilar de carne sintiendo como la humedad de sus muslos crecía al tener la polla de Obito en su boca.

Jin miró intoxicada a Obito, el aroma ligeramente salado y amargo mezclado con el olor del perfume que ella le compró y el aroma natural del Uchiha hizo que sintiera como perdía la cabeza lentamente mientras chupaba y ahuecaba sus mejillas, sacando su pequeña lengua rosada para lamer las bolas de Obito mientras sus manos se encargaban de acariciar sus pelotas.

Obito gimió casi desesperado por el lento ritmo, sus manos tomaron suavemente la cabeza de Jin y, tentativamente, empezó a mover sus caderas contra ella. Jin gimió suavemente contra la polla de Obito mirándolo ligeramente perdida y chupó un poco más fuerte, haciendo que él gimiera más fuerte y empezara a acelerar sus embestidas contra su suave boca.

Casi extasiado, Obito empezó a follar la boca de Jin con imprudente abandono, haciendo un lío desordenado de baba y semen corriera por la barbilla de Jin mientras goteaba a sus pechos.

—J-jin… m-me voy… ¡M-me voy…! —gimoteó Obito sintiendo su cuerpo temblar y sus músculos contrayéndose.

—Mmm… —gimió Jin contra la polla de Obito, su polla profundamente alojada en su garganta y el solo movimiento de sus cuerdas vocales fue suficiente para enviarlo a una ola de placer y éxtasis, descargándose en su garganta y haciendo que Jin tragara ese abundante y espeso líquido blanco.

M-mucho…

Jin puso los ojos en blanco mientras tragaba todo lo que podía y sus mejillas se hinchaban dejando escapar un poco de semen.

Cuando Obito gimió mientras terminaba de correrse, lentamente sacó su polla de la bonita boca de Jin, solo para que una pequeña carga rebelde pintara el rostro de Jin de blanco, haciéndolo gemir miserablemente al verla tan jodida por su polla.

—L-lo siento… —gimió Obito y buscó con qué limpiar el rostro de Jin, la cual tragó lentamente lo que quedaba en su boca y lamió los restos que quedaban en su polla, limpiándola con su lengua y poniéndolo efectivamente duro nuevamente.

Obito se sintió nervioso y limpió suavemente el rostro de Jin con las sábanas de su cama, quitándole el semen que manchaba su bonito rostro sonrojado.

Jin dejó que Obito limpiara su rostro hasta que él finalmente consideró que estaba lo suficientemente limpio, por lo que ella se levantó de entre sus piernas y se alzó en su estatura antes de quitarse lentamente el vestido bajo la atenta e incrédula mirada del Uchiha, el cual sintió una sacudida de su polla.

—J-jin… —tartamudeó sonrojándose ligeramente mientras Jin se sentaba sobre su polla aun con sus bragas puestas.

Jin no llevaba sujetador debajo del vestido.

Mirando las impresionantes tetas desnudas de Jin, Obito tragó saliva nerviosamente y, tentativamente, puso una de sus manos sobre las caderas de Jin, acomodándola en su regazo para que su dura polla rozara el coño vestido de la mujer. Al ver como ella no se negó a su toque ni rehuyó de él, Obito cuidadosamente tomó uno de sus senos entre sus manos, tragando saliva al tocar la suave carne y ver como Jin se apoyó en su toque.

Con lentitud, Obito amasó experimentalmente el seno de Jin hasta que su otra mano subió a acariciar el otro seno libre, haciéndolo soltar un gemido ante la suavidad y elasticidad, mirando impresionado como podía apretar la deliciosa carne y esta volvería a la normalidad rápidamente, siendo tan suave, tan deliciosa al tacto…

Jin miró las manos de Obito jugar con sus senos, acariciando y amasando su carne como si fuese un gato perezoso amasando antes de acomodarse en algún sitio, sus toques fueron cuidadosos y premeditados, buscando nerviosamente cualquier señal de incomodidad en ella si es que apretaba un poco más fuerte.

Obito tragó saliva y rodó ligeramente los pezones de Jin haciendo que ella soltara un gemido y arqueara su espalda contra sus manos, presionando sus pechos aún más contra sus dedos y ella lo recompensó acariciando suavemente sus hebras oscuras, raspando ligeramente sus cabellos con sus uñas.

—O-Obito-kun… —gimió Jin restregando un poco más sus pechos contra sus cálidas palmas, haciendo que Obito gimiera y apretara más sus senos mientras sus pulgares jugaban con sus sensibles pezones.

Jin empezó a moler sus caderas contra las de Obito, frotando su coño vestido a través de la tela de sus bragas húmedas y empapadas contra la dura polla de Obito, haciéndola gemir y suspirar por el delicioso placer directamente en su núcleo.

Nerviosamente e inseguro, Obito acercó su rostro a los senos de Jin y, casi pidiendo permiso, miró a Jin, la cual simplemente restregó sus senos contra su rostro y Obito, más seguro, besó y chupó la suave piel antes de chupar sus pezones y mordisquear ligeramente mientras su otra mano pellizcaba el otro pezón.

Jin soltó un gemido y se estremeció mientras molía aún más contra la polla de Obito casi buscando su orgasmo, sus respiraciones eran agitadas y entrecortadas, gemidos entremezclados con sus respiraciones, jadeos sin aliento diciendo el nombre de Obito y pequeños maullidos cuando Obito chupaba particularmente bien sus senos y el roce en su coño vestido era intenso.

Obito también empezó a agitar sus caderas contra Jin, gimiendo mientras chupaba esas bonitas tetas contra su rostro, sus dedos un poco más desesperados, impacientes por moverse, por apretar y pellizcar la dulce carne de Jin, de degustar el delicioso manjar que tiene frente a él.

Su boca empezó a salivar ligeramente y corrió las bragas de Jin hacia un lado para sentir mejor la sensación de ese húmedo coño contra su dura polla. Casi gimiendo, en una embestida particularmente desordenada, él metió la cabeza de su polla en los labios interiores de Jin haciendo que gimiera y rasguñara sus hombros.

—¡O-Obito-kun! —jadeó Jin con los ojos aguados alejándose ligeramente de él y haciendo que gimiera casi desesperado.

¿La cagó de algún modo? No sería sorprendente viniendo de él, ¿Acaso ya no lo quiere? Bueno, no sería de extrañar si de repente ella… oh…

—P-por favor… eres muy grande —Jin se sonrojó frunciendo el ceño con los ojos cerrados y las mejillas profundamente sonrojadas mientras tomaba una de las manos de Obito y las ponía sobre su coño lloroso—. P-prepárame adecuadamente.

—J-jin —tartamudeó torpemente mientras Jin hundía sus dedos en su lujoso coño y Obito miraba casi conmocionado como sus gruesos dedos entraban en esa dulce perdición tan fácilmente.

—¡O-Obito-kun! —Jin gimió ligeramente y se encorvo hacia él, ocultando su rostro en su hombro—. M-me prepararía yo m-misma, p-pero… pero tengo las uñas —Jin le muestra sus afiladas uñas fucias con algunos brillitos que Obito no se había dado cuenta haciéndolo tragar saliva—. P-por favor, prepara bien mi coño para que pueda recibirte —Jin gimió en su oído y Obito sintió que bien podría correrse por esas sucias palabras.

Joder, ¿Qué tan afortunado era?

Cuidadosamente sus dedos recorrieron sus gomosas paredes aterciopeladas y gimió sintiendo su suavidad y humedad, sus dedos resbalando fácilmente en su coño mientras era chupados más profundo dentro de ese agujero codicioso que anhelaba más profundidad.

¿Y lo mejor? Los deliciosos gemidos, jadeos y maullidos de Jin mientras se mecía contra sus dedos, alabando lo bien que lo hacía y lo bueno que era, diciendo su nombre como si fuese cánticos de su única religión mientras ponía un rostro tan erótico.

Sus dedos encontraron un lugar duro y esponjoso, tentativamente acariciaron haciendo que sus oídos se deleitaran con sonidos más intensos y, con algo de curiosidad, abrió sus dedos en forma de tijera, haciendo que los ojos de Jin se pudieran blancos mientras contorsionaba su espalda deliciosamente, acercando sus bonitos pechos a su rostro, por lo cual decidió no ser un cobarde y chupar el bonito manjar que se le servía de frente.

—M-más… más, O-Obito-kun, l-lo haces tan bien —gimió Jin y su coño se apretó en sus dedos, haciendo que Obito metiera otro cuidadosamente, gimiendo por lo apretados que estaban sus dedos—. T-tan bueno~ tus dedos son tan grue-gruesos y me llenan tan b-bien.

Jin babeó ligeramente mientras echaba su cabeza para atrás, su cuerpo temblando ligeramente antes de mirarlo con los ojos empañados de lujuria y besar su boca con hambre, como si esperase comérselo en el beso, absorberlo y fusionarse con él hasta ser uno solo.

Obito metió el cuarto dedo a la vez que iniciaba una lucha por el dominio que Jin fácilmente cedió mientras apretaba sus hombros y temblaba en su toque, una larga sesión de besos apasionados le siguió hasta que ella estuvo a punto de correrse, pero se alejó en el momento junto.

—P-por favor, por favor, déjame correrme sobre tu gorda polla —rogó en un maullido y Obito gimió nerviosamente mientras Jin se sentaba en su regazo, poniendo su coño lloroso contra su adolorida polla.

Y rozando un poco para humedecer su gruesa punta, Jin metió cuidadosamente la punta dentro de ella, gimiendo cuando se corrió y, por la intensidad de su orgasmo, sus muslos temblaron y sus piernas cedieron, haciendo que ella se enfundase completamente dejando su peso caer y enterrando la gruesa polla de Obito en su coño hasta que la punta tocó su cuello uterino haciéndola babear, jadear y gemir.

—¡O-Obito-kun! —chillo Jin con los ojos bien abiertos y sin aliento, aun sin procesar su orgasmo y como tiene la enorme y gorda polla de Obito enterrada profundamente dentro de ella.

—¡J-Jin! —gimió Obito abrazando sus caderas pegándola más a él sintiendo como ese delicioso coño enfundaba tan bien su polla.

Se sentía tan bien.

Obito babeó ligeramente mientras sentía esas deliciosas paredes engancharlo tan exquisitamente, rodeando de calidez su polla, mojándola con suavidad y sorbiendo, intentando que él llegase más profundo incluso de lo que estaba…

Podría correrse en ese mismo instante.

Jin gimió mientras babeaba ligeramente y miró con ojos cristalinos como la polla de Obito abultaba su vientre haciéndola estremecer ligeramente por la peculiar vista y tocarse suavemente el vientre, ahuecando la piel abultada con su mano, haciéndola gemir y poner los ojos en blanco al sentir como el sentimiento era tan intenso.

Obito no fue menos y gimió extasiado, mirando hacia abajo encontrándose con la erótica vista de que era demasiado grande y gordo, haciendo que el pequeño cuerpo de Jin luchase por tomarlo todo y se estirara al máximo, haciendo que su gorda polla sobresaliera del vientre de Jin.

Jin besó el cuello de Obito para calmarse ligeramente, pero Obito lo sintió como una confirmación para moverse y, antes de que pudiera pensar en algo, las firmes manos de Obito agarraron un puñado de su trasero y la levantaron antes de dejarla caer sobre su polla, haciendo un sonido acuoso y sacándole un gemido a ambos.

Jin gimió cuando las caderas de Obito empezaron a moverse mientras la hacía rebotar contra su polla, su cuerpo temblando débilmente contra su musculoso pecho sin siquiera poder decir una palabra a la vez que sentía como él la abría tan ampliamente, estirándola mucho más allá de los límites.

Obito tenía una polla muy gorda, ¡La iba a partir! Después de esto, Jin no puede evitar pensar que nunca más podrá acostumbrarse a nadie más, que su pequeño coño apretado se quedaría abierto y flojo por lo grande y despiadado que era Obito.

Muy grande, muy pesada… Jin gimió y rasguñó la espalda de Obito, casi ahogándose con la intensidad de todo, quedándose casi sin aliento por los espasmos en su cuerpo, pero él ni siquiera le dio importancia mientras estaba inmerso en esa sensación maravillosa que lo estaba consumiendo, Jin gimiendo al lado de su oído, sus cuerpos chocando, el húmedo sonido de sus cuerpos colisionando, la pálida piel de Jin sonrojándose en sus hombros, senos y glúteos, como su coño lo envolvía tan bien…

Obito gimió más fuerte, sus manos agarrando más fuerte el trasero de Jin, obligándola a aceptar más de su gorda polla a un ritmo más rápido y fuerte, sus ojos casi poniéndose en blanco cuando Jin decidió poner de su parte rebotar activamente en su polla, acercándolos a los dos al clímax una vez más.

Jin gimió cuando el agarre aplastante de Obito apretó sus caderas y la empaló profundamente en su polla, que ella arqueó su espalda sintiendo como la punta de su gorda polla casi hacía ceder su cuello uterino antes de que sintiera como él se corría dentro de su coño.

Primero fue lento, casi tan indeciso como él, como un pequeño y delgado hilo antes de que rápidamente se precipitaran grandes cantidades de semen por su coño y subieran por su cuello uterino depositándose pesadamente en su útero. Gruesas hileras espesas y pegajosas se semen entraron en su coño como una estampida impaciente haciéndola poner los ojos en blanco mientras Obito gemía contra su cuello, mordiéndolo.

—T-tantoo~ —babeó Jin ligeramente ida, llena por las sensaciones que explotaban dentro de ella.

—J-jin… —gimió Obito cuando terminó de correrse, pero su polla aún estaba dolorosamente duraP-por favor, déjame hacértelo una vez más, por favor —gimió casi desesperado.

Como persona que priorizaba gastar sus energías en otras cosas, sus bolas estaban completamente hinchadas y llenas de semen por años de no masturbarse al dar prioridad a otros deseos como sangre y muerte, ahora que ha probado de este paraíso carnal, no cree que pueda parar fácilmente.

—O-Obito… —gimió Jin antes de rodear sus brazos en el cuello de Obito y besarlo profundamente, sus dedos perdiéndose en la gruesa y espesa cabellera azabache del hombre, sus uñas rasguñando suavemente su cuero cabelludo.

Entonces, Obito la presionó fuertemente contra la cama y procedió a follarla con abandono imprudente, sin romper el beso, devorando sus labios con un hambre voraz, como una bestia que ha pasado milenios en hambruna devorando un festín.

Jin abrió sus ojos y gimió fuertemente mientras Obito no paraba de golpear sus caderas con un ritmo abrasador, sus labios prisioneros de los del Uchiha, que devoraba su boca con hambre de más, cada embestida golpeando su punto dulce, abrumándola, haciéndola desfallecer.

Su cuerpo temblaba, su coño revoloteaba alrededor de la gruesa polla que lo abría.

—Jin, Jin, Jin… —gimió Obito como matra mientras su frente se aperlaba ligeramente y seguía embistiéndola con fuerza y desesperación, sus caderas golpeando las de Jin como un pistón bien engrasado.

—¡O-Obi~! ¡O-obi~! —gimió Jin antes de correrse sobre la polla de Obito, pero eso no le detuvo ni por un segundo mientras seguía follando su coño sobre estimulado.

—Jin, Jin, Jin —continuó Obito como si su nombre fuese el nombre de la única y verdadera diosa, la única salvación que un pecador como él podría recibir.

—¡O-obi~! —Jin gimió sintiendo como la sobreestimulación la hacía temblar esta los huesos y nuevamente se corría antes de que Obito la llenara por segunda vez con su espeso y abundante semen.

Jin gimoteó cuando Obito la acostó de lado y puso una de sus piernas sobre su hombro mientras continuaba casi hipnotizado mirando el anillo cremoso se su semen mezclado con su corrida, en donde se unían su coño y su polla.

D-dios~ t-tan bonita —balbuceó Obito mientras besaba su cuerpo y lo acariciaba, mordiendo de vez en cuando, chupando con particular interés.

Los ojos de Obito se detuvieron en esas hermosas tetas antes de inclinarse a chuparlas y morderlas, sus manos apretando la tierna carne, masajeándola, estrujándola, moldeándola a su gusto y placer bajo sus gruesas manos.

—T-tan buena chica, si, tan dulce, tan linda~ —Obito gimió extasiado mientras su polla seguía golpeando el punto dulce de Jin sin detenerse—. Tomas mi polla t-tan bien, la tomas toda tan bien~ ¡Mmm! Que buena chica~

Jin casi sollozó de la sobreestimulación cuando Obito continuó luego de haberse corrido por tercera vez dentro de su coño.

Y él no se detuvo, solo que esta vez, decidió que quería follarla en cuatro, presionando todo su cuerpo musculoso y duro contra su espalda, sometiéndola perfectamente con su peso para que él pudiera follar perfectamente su coño, clavándola contra la cama mientras doblaba uno de sus brazos detrás de su espalda y apretaba sus senos con rudeza, tirándolo de sus pezones y rotándolos despiadadamente.

Luego vinieron las nalgadas, su culo rojo y adolorido mientras él acariciaba su piel enrojecida con fascinación morbosa, moldeando la carne bajo sus manos y haciendo sollozar a Jin por la sobre estimulación, sintiendo como sus fluidos mezclados con el semen de Obito se deslizaban lentamente de su agujero por sus muslos hasta tocar las sábanas humedeciendo sus rodillas.

Honestamente, Jin no sabe cuántas veces lo hicieron hasta que se desmayó, pero al menos sabe que en algún momento amaneció y ellos aún estaban haciéndolo intensamente sin detenerse, Obito ni siquiera aflojó ni una sola vez durante toda la noche haciéndola desfallecer una y otra vez, manteniéndola al borde de la conciencia e inconsciencia, apunto de desmayarse constantemente mientras seguía follándose su coño y llenándola con su semen una y otra vez.

Incluso para sus estándares de resistencia ninja, Obito fue demasiado intenso para ella.

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