So Simp [Yandere! Uchiha Obito]

Naruto (Anime & Manga)
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So Simp [Yandere! Uchiha Obito]
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Summary
[Serie So or Mine]Obito, víctima de sus errores y pesadillas, termina retrocediendo en el tiempo debido a que fue presa de un destino que nunca fue suyo en primer lugar.El sabio de Seis caminos sabe que sus hijos torcieron el mundo y lo destruyeron por culpa de sus acciones, decide que es hora de que las víctimas reciban su justa compensación.Jin reencarna en el mundo de Naruto, como Simp dedicada del trágico Obito y su horrible destino de mierda, Jin decididamente decide que va a seducir a Obito a como de lugar, ¡A la mierda Rin! ella será el crush de Obito.Porque en su mente, Jin sabe que Rin es una persona muy amable y no le debía nada Obito por su afecto incondicional, pero igual siente que Rin fue un poco mierdas al ignorar arbitrariamente a Obito y dejarlo de lado ante la primera oportunidad en pos de Kakashi, que ni siquiera le dirigía la mirada.
Note
ACLARACIONESHace años que no me veo Naruto, pueden haber incongruencias y meteré algunos headcanons a mi gustoPuede que no te guste mi contenido, así que, si no quieres leer mi historia, está bien, pero no critiques mi trabajo porque no es de tu gusto Esta historia contiene:ObsesiónDependencia emocionalMuerte de personajesViolencia canónica del universo de narutoAmenazasNormalización de comportamientos no saludablesMachismo y MisoginiaEtc.
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xxxvii. conflicto

Yoshito nunca dudó de nada de lo que hiciera ni se cuestionó sobre los métodos utilizados, después de todo, él era un ninja absolutamente leal hacia Konoha y todo su corazón y alma estaban dedicados en proteger la aldea. Por supuesto, había algunos días que eran buenos y otros malos, algunas veces podría cuestionarse superficialmente, pero nada en profundidad.

Proteger Konoha significaba proteger a una gran cantidad de personas, Konoha no eran solo los altos mandos ni el Hokage, Konoha era la aldea en donde vivían cientos de miles, sino millones, de civiles indefensos que solo querían vivir sus vidas con normalidad.

Con eso en mente, pedirle a Jin que recolectara suministros debido a que las raciones se estaban acabando incluso si era un gran riesgo separarse en mitad de tierra extranjera y hostil en una misión de espionaje, él lo hizo. El bien colectivo del grupo era mucho mejor que el de una sola persona, la mente ágil e inteligente del joven Nara deduciría rápidamente lo que pudieran estar haciendo los ninjas enemigos en base de fragmentos de lo que le dijera Nori.

Por otro lado, Nori era fundamental en la misión para esquivar asentamientos enemigos, vigilancia y demás, su Byakugan lo hacía demasiado preciado como para dejarlo ir a una misión en solitario como recolectar alimentos.

Aparte, Jin era la persona del grupo que más sabía sobre plantas y cosas comestibles incluso en naciones extranjeras, ya sea que sean comestibles o no, Jin tenía suficiente conocimiento en herbología como para neutralizar las partes venenosas de algunas plantas que no sea ingerible hasta volverá una comida adecuada, no ideal, pero adecuada.

Yoshito podía sentir un poco de sospecha de Ayumu y no pudo evitar sentirse irritado por dentro, tenía claro que su equipo estaba bastante ligado a Jin y la apreciaban bastante, por supuesto que el inteligente Nara sería el primero en darse cuenta de que algo andaba mal.

Son shinobis, incluso había entrenamientos para pasar algunos días sin comer y dormir, ¿No es extraño que le digan a una persona del grupo que recolecte suministros sola en tierra enemiga?

Yoshito hizo que Ayumu descartara su preocupación, por suerte, Nori estaba lo suficientemente desesperado por reconocimiento ahora que su hermana estaba en la academia como para seguirle la corriente e ignorar el hecho de que JAMÁS se debe de obviar o descartar un instinto shinobi.

Ayumu era el más cercano a Jin, por supuesto que tendría presentimientos sobre ella, pero incluso si el ninja enemigo la atrapara, no podrían simplemente ser descuidados e irla a rescatar, sería un sacrificio por la misión. Yoshito no se preocupaba con que le sacaran información de la aldea o sus planes, después de todo, él mismo amarró el cabello de Jin en una coleta alta con una cinta llena de sellos que le impedirían hablar de Konoha o traicionar a su grupo incluso si quisiera.

Jin no era una persona que soltaría la información, pero, aun así, Yoshito no perdía nada con asegurarse de aquello.

El mismo Ayumu tenía una cinta para el pelo atada en su muñeca con la misma clase de sellos al igual que Nori, al cual le costó convencer de aceptar su “regalo”.

Después de todo, desde el principio era una misión prácticamente suicida, Yoshito tenía que asegurarse que nadie hablara sobre los secretos de Konoha o sobre la misión, él mismo se puso algunos sellos de su clan con tal de protegerse y no ser injusto con su equipo.

¿Por qué Jin no encontró los sellos o le preguntó? Simplemente fue un juego de niños, ella era tan dulce que lo creería incapaz de hacer daño a su equipo y, en todo caso, él no lo haría a menos de que traicionaran a Konoha.

El sello se encargaba de que no traicionaran a Konoha.

Seguramente ella habrá descartado los sellos como algún nuevo tipo de sello protector o algo así, feliz de que le hubieran regalado algo luego de meses y años de prepararles almuerzos o algo así, a Yoshito no le interesa saber.

Cuando pasó más de una hora sin respuesta ni señal de Jin, para Yoshito era obvio que ella ya estaría en manos enemigas o muerta.

Lo más probable es que esté muerta.

Yoshito le ordenó a Nori que aumentara su vigilancia, si hubieran asesinado a Jin, lo más probable es que ya sepan que hay un grupo de ninjas de Konoha en sus tierras puesto que los ninjas de la nación del fuego nunca actúan en solitario, ni siquiera los Anbu.

Ya entrado casi a la tarde noche, Nori no podía más y lo dejaron descansar un poco, pero la paciencia de Ayumu se había acabado en el mismo instante en que sus estómagos rugieron suavemente exigiendo comida, la cual ya habían tenido que empezar a racionar según las ordenes de Yoshito, que Ayumu exigió que Nori utilizara su Byakugan para la búsqueda de Jin.

Nori, que estaba demasiado centrado en la misión se dio cuenta al fin de la ausencia de la chica y él se unió a sus preocupaciones. Con una mirada que le preguntaba si debería o no atender a las preocupaciones de Ayumu, Nori lo miró fijamente a los ojos, comprendiendo que tal vez su compañera fuera un cadáver actualmente y que lo mejor sería llevar sus restos a Konoha.

Yoshito aceptó a regañadientes, incluso si se puso una máscara bien elaborada de maestro preocupado y asintió con una mirada llena de pesar.

A esta hora, independiente de la hora a la que hayan tomado a Jin, ella seguramente ya estaría muerta.

En todo el tiempo que estuvieron vigilando a las partes de Kumo e Iwa, era bastante obvio que la nación de la tierra traicionaría a la nación del rayo, al menos por la gran potencia militar desmedida de Iwa para un solo encuentro con los ninjas de Kumo en el cual estaba el mismísimo Raikage.

Lastimosamente, para su desagradable sorpresa, Jin estaba viva.

No podía decirse que sana y salva, no cuando ella era un lienzo de moretones y sangre corriendo de su cabeza, nariz y boca, pero estaba viva. Jin simplemente se veía horrible, era como ver un moretón gigante y también tenía unos cuantos cortes en el rostro.

Yoshito meditó que quizás Jin se puso sellos protectores en su anterior cinta de cabello y es por eso que, en otras ocasiones, incluso si le golpeaban el rostro, Jin no saldría herida en lo absoluto o con solo unos ligeros rasguños en vez de cortes que le pudieran haber volado la cabeza.

—¡Sensei, tenemos que salvar a Jin! —susurró Ayumu en un tono urgente, sus ojos oscuros brillando en llamas desesperadas.

—Puedo estimar que al menos tres son Jounins y el resto está en un nivel de al menos Chunin, Chunin alto o Jounin especial —respondió en voz susurrante Yoshito con una mirada seria en su rostro.

—Jin derribó a algunos Jounin —aportó Nori mirando con descontento algunos tipos tirados—. Pero no están muertos, están bajo los efectos de ese Genjutsu de sellado. Ella derribó por su cuenta al menos tres a cuatro Jounins con esos sellos antes de empezar a matar con los venenos de sus Senbons, diría que inconscientes al menos quedaron diez a quince personas, el resto están muertos por envenenamiento por rozadura de sus Senbons, o muertos Kunais, Shurikens y Senbons en puntos vitales… es posible que también haya utilizado la punta afilada de sus tessen para cortar cuellos, pero no es definitivo.

—¡Ella por si misma se encargó de veinte a treinta ninjas solas, hay que salvarla! ¡No hay manera en el infierno que ella logre salir por su cuenta luego de hacer tal hazaña siendo solo una Chunin! —medio gritó en un susurro urgente Ayumu.

—Son diez de su lado, nosotros somos tres sin contar a Jin, quien debe tener bajas reservas de chakra y graves lesiones internas, no hay nada que podamos hacer —continuó Yoshito mirando seriamente al Nara que tenía un rostro afligido—. A veces, es necesario hacer sacrificios por el bien de la misión.

—… —Nori puso un rostro feo y ensombrecido—. Un asentamiento enemigo está cerca de aquí, este grupo podría ser de avanzada… el otro grupo posee al menos cuatro Jounin, más y un total de unos veinte a treinta Chunin.

—Siete Jounins y al menos unos cuarenta Chunin… —el rostro de Yoshito se puso feo—. No vale la pena el riesgo, una alianza de Kumo e Iwa sería demasiado perjudicial para Konoha, tomando en cuenta el odio que nos tienen los ninjas de Iwa por lo que hizo el Relámpago Amarillo hace algunos meses, no sería descabellado que se unieran a Kumo con la única intención de venganza.

—¡Pero sensei…! Si lo hacemos lo suficientemente rápido, ellos no tendrían tiempo para alertar a la base enemiga y podríamos rescatar a Jin —exclamó en un susurro desesperado el Nara y Yoshito negó ligeramente con la cabeza.

—Nara, piensa con la cabeza en vez de con los sentimientos —demandó fríamente Yoshito mirando al Chunin que se hundió en su lugar—. ¿Tenemos acaso oportunidad contra ellos? Son más, nos superan en número, tienen habilidades desconocidas y Nori ha gastado la mitad, sino más de la mitad, de su chakra para espiar las conversaciones entre Iwa y Kumo.

—…

—Jin se separó del grupo, tiene la responsabilidad de sus acciones descuidadas e imprudentes —habló con dureza.

—Fue a buscar provisiones para nosotros… —siseó ligeramente Ayumu y lo miró con los ojos brillando intensamente con rabia apenas contenida—. Nuestras provisiones se estaban acabando y ella lo hizo pensando en el bien del grupo…

—Fue sola y fue atrapada, que asuma la consecuencia de sus acciones imprudentes.

—¿Nos habrías dejado acompañarla si lo hubiéramos pedido? —preguntó duramente Ayumu.

—…

—No lo hubieras hecho, porque nos necesitabas, … —Ayumu lo miró con ojos fríos antes de casi caer sentado en un ruido sordo sobre la rama en uno de los árboles en donde se estaban ocultando cuando descubrió algo y luego lo miró con incredulidad—… Desde el principio…

—¿Qué quieres decir con eso, Nara? —preguntó Nori mirando con desconfianza al azabache.

—Desde el principio planeabas descartar a Jin —habló en shock Ayumu y miró con incredulidad a su sensei—. … tú desde el principio, desde incluso cuando éramos genin… tú no estabas centrándote en cuidar especialmente de Jin por su origen civil, tú la estabas entorpeciendo, metiéndote en su camino intencionalmente. No era una simple imaginación de que parecías ser más duro con ella que con nosotros… desde el principio nunca quisiste enseñarle realmente… ¿Es por eso que siempre insistías en que sería una buena esposa y que lo mejor sería que estuviera en casa con su familia?

—… —el rostro de Yoshito permaneció impasible, pero por dentro estaba ligeramente amargo.

—¿Es por eso que siempre intentabas burlarte de Jin para que se le declarara a Obito? ¿Es por eso que después de la muerte del Uchiha fuiste un poco más aprensivo con ella, pero la empezaste a empujar hacia nosotros? —Ayumu miraba a su sensei ligeramente pálido, como si nunca lo hubiera conocido en verdad.

Nori miró a su sensei con incredulidad.

—T-tú… tú solo esperabas que Obito y Jin se emparejaran, casaran y Jin se retirara del servicio activo, ¿No? Nunca esperaste ni siquiera ayudarla a conseguir su sueño de ser Jounin…

—Podría ser un Jounin especial dentro de las paredes de la aldea, segura —habló Ayumu—. Su habilidad con el Fuinjutsu ya la hacen una maestra del sellado, no hay necesidad de…

No te importa lo que ella quiera o piense… —jadeó con gracia Ayumu y le miró con una sonrisa divertida, desesperada, exasperada incluso y se llevó la mano a la frente—. Había oído hablar del descontento de los clanes shinobis con respecto a los ninjas civiles y el desprecio que reciben especialmente las Kunoichi civiles porque son fácilmente manipulables para doblegarse al no tener apoyo detrás de ellas… no creía que Sensei fuera uno de ellos…

—Nunca planee someter a Jin con mi estatus o clan, no abusaría de mi poder de esa forma si es lo que estás insinuando, Nara —habló fríamente Yoshito.

—Y, sin embargo, lo haces, entorpeciendo el entrenamiento de Jin, ocupando tus jueguitos mentales para hacerla incapaz de creer en sus habilidades como Kunoichi y que no sirve para nada más que cocinar e insinuar que debería estar en el hogar criando niños —siseó Ayumu—. Por el amor de Dios, Jin solo tiene catorce años, no es edad para siquiera pensar en tener niños, ella aun…

—Ella es una Kunoichi y es una adulta. Ella sabrá lo que haga. Según los estándares civiles, ella ya es legalmente una adulta y capaz de casarse.

—¿Y es por eso que planeas arruinar su futuro?

—No planeo arruinar su futuro, planeo darle uno.

—¿Dándole uno a tu lado, sensei? ¿Casándose con alguien mayor, eh? ¿Quitándole la juventud, convirtiendo a una niña en una puta máquina de cría, en una perfecta esposa sumisa, eh? ¿Quitarle toda la personalidad que conforma a Jin para hacerla tu muñequita perfecta, el ama de casa que siempre recibe a su esposo con una sonrisa mientras carga a los mocosos?

—Nunca planee casarme con ella.

—Ah, pero tal vez jugar con ella sí, ¿No, sensei? Después de todo, Jin es bastante guapa, más desarrollada que otras chicas de su edad, ¿No? Una chica “muy madura para su edad”, ¿No? Una bonita mujercita ingenua que cedería ante los encantos de un hombre mayor y “más experimentado”, ¿Eh? ¿Eran acaso esos tus planes, sensei? ¿Acostarte con Jin, obligarla a abrir sus bonitas piernas y recibir tu polla?

—Jamás planee acostarme con Jin, ni tener nada con ella. Solo me preocupa su futuro, seguir siendo una Kunoichi es un peligro para su propio bienestar. Como tú mismo dijiste, Jin es alguien que se desarrolló antes, tiene un cuerpo más curvilíneo de lo que debería a su edad, es más alta de lo que debería, parece mayor de lo que realmente es. Shinobis enemigos no tendrán compasión incluso si supieran de su edad, ellos…

—¡No! ¡Quítenme las manos de encima! —el grito de Jin distrajo la pelea de ambos.

Jin, en un acto desesperado, mordió a un ninja de Iwa con fuerza sacándole un trozo de carne del brazo, pero fue golpeada por ello y rebotó como una pelota antes de estrellarse contra una roca del puñetazo que recibió en el rostro, pero ella no se detuvo ahí, Jin pasó el anillo dorado que tenía en el dedo medio por la sangre en su rostro antes de hacer una serie de sellos y que del anillo aparecieran dos sets de Senbons nuevos.

Jin acertó a algunos ninjas de Iwa, pero aún así, la mayoría fueron esquivados.

—¡Maldita perra! —gritó enfurecido un ninja de Iwa casi chasqueando sus dientes de la rabia.

—¿Cómo lo que estamos viendo? —siseó Ayumu al ver como los ninjas de Iwa rápidamente utilizaron un Jutsu terrestre para aparecer debajo de Jin, pero ella esquivó torpemente sus manos, pero no un puñetazo en el estómago que la envió de vuelta a una roca.

—Esta perra entenderá por fin a no meterse con nuestros ninjas de Iwa —gruño uno de los hombres antes de que otros tres hombres tomaran sus extremidades.

—¡Suéltame! ¡Suéltame, suéltame! ¡No me rendiré hasta que logre estar a salvo! ¡¿Entiendes?! —exclamó Jin, pero recibió otro golpe que la dejó sin aire.

—Tks… me cansé de las payasadas de esta mujer estúpida, ni siquiera podemos matarla por alguna extraña razón —el hombre miró con desdén a Jin antes de tomar la mano que tenía el anillo entre sus grandes manos.

—¡Aaahh! —Jin gritó al sentir como el agarre aplastante del hombre se enraizaba en su antebrazo, casi rompiéndolo y luego tiró de su guante negro hasta los codos rápidamente, quitándole el anillo incluido junto con las bandas elásticas que alguna vez sujetaron los Senbons alrededor de sus antebrazos y uno de sus tenssen.

Lo mismo sucedió con su otro guante.

—Si no podemos matarla… ¿Por qué no nos divertimos con ella? —preguntó un hombre de Iwa un tanto regordete y Jin miró al hombre con pánico horrorizado.

—Es cierto, para ser una mujer de Konoha está bastante buena… —los ojos de un hombre alto y delgado recorrieron su cuerpo con lascivia y Jin tembló aterrorizada.

—No… —jadeo en un hilo de voz.

—¡Cállate de una vez! —el hombre alto y robusto que la había golpeado con anterioridad haciéndola rebotar como una pelota de goma la miró asesinamente antes de agarrarla por el cabello.

—¡¡Agghh!! —Jin cerró sus ojos, con fuerza.

—Tiene una piel muy suave —habló uno de los hombres que sostenía sus extremidades y, en vez de sujetarla por los tobillos como estaba haciéndolo antes, la sujetó por debajo de la rodilla, por el muslo, levantando una de sus piernas.

—Y unas buenas tetas… no enormes como las de la perra Senju de Konoha, pero bastante buenas —asintió uno hombre que la sostenía del brazo, bajando uno de los lados de su kimono turquesa.

—N-no… —Jin miró con horror como las figuras de los hombres se desdibujaban en sonrisas maliciosas y miró al hombre que la sostenía por el cabello con pánico— ¡N-no, no! —gritó Jin cuando separaron un poco más sus piernas— ¡Aléjense de mí, no me toquen! ¡No!

—Sería una pena que… —un hombre sonrió maliciosamente mientras tocaba juguetonamente el borde del cuello de su camisa de spandex negra— ¡Se rompiera! —Jin cerró sus ojos con fuerza, pero nada sucedió.

—¿Eh? ¿Por qué no se rompe? —preguntó desconcertado otro hombre e intentó romper la tela tirando, pero no sucedió nada.

Después de todo, luego de ver Kunoichis violadas al costado del camino en Kumo, Jin no sería tan estúpida como para no poner sellos de fijación a su cuerpo en su ropa esencial. Si su ropa exterior estaba pegada con pegamento a su cuerpo, entonces su ropa interior estaba soldada a su cuerpo como trozos de metal fundidos.

—Tks… esta perra y sus trucos de nuevo —gruñó uno de los hombres molesto y empezó a remover sus pantalones—. Pero su boquita no tiene protección, ¿No? ¿Y quién dice que no podemos follar sus tetas por encima de su ropa, eh?

Las risas maliciosas se intensificaron.

—Quizás podríamos romper esa delgada tela que cubre su coño, ¿Por qué no? ¿Eh? Las vendas que sostenían su armamento ninja duraron bastante, pero al final se rompieron después de todo…—sugirió otro maliciosamente y los hombres empezaron a rodearla de nuevo, haciéndola mirarlos con horror.

—¡No! ¡No! ¡No me hagan nada! —Jin empezó a gritar y pegar patadas, pero esos hombres estaban prácticamente intactos y ella estaba totalmente golpeada y agotada.

—Mira lo puta que es, ¿Traer solo un body de cuello alto debajo de ese kimono corto? ¿No está acaso pidiendo a gritos de que la violen? —rio entre dientes uno de los hombres mientras se metía entre sus piernas, haciendo que Jin odiara más que nunca no haberse puesto las calzas que siempre usaba a juego porque el clima de Iwa y Kumo variaba mucho, pero en esta época hacía más calor.

Y era un calor seco, casi tan seco como el de Suna, considerando que Iwa era un páramo de piedras, mientras que Kumo era un calor muy húmedo debido a que no era coincidencia que fuese llamada la nación del rayo, después de todo, había constantes tormentas eléctricas en todo su territorio.

Entonces, cuando los dedos del hombre estaban a punto de tocar el dobladillo negro de su ropa, casi apunto de rosar su zona sagrada, una sombra le partió el cuello y lo hizo caer muerto con el rostro golpeándose contra su hombro haciendo que ella soltase un chillido de terror y alivio.

—Si ustedes no van a hacer nada por Jin, entonces yo lo haré —siseó Ayumu al ver que su equipo estaba dispuesto a dejar a Jin morir o peor aún, ser violada grupalmente por los ninjas de Iwa.

—¡Imprudente! —siseó enojado Yoshito— ¡Nori, ponte frente a Jin y protégela, no sirve de nada escapar ahora que saben nuestra Ubicación!

Ayumu mató a los restantes que estaban desprevenidos y no pudieron escapar de su jutsu sombra estrangulante partiéndoles el cuello por la mitad, mientras que Nori mató a quienes se escaparon del jutsu de sombras del Nara y, con su puño suave, golpeó sus corazones matándolos en el acto.

Yoshito no pudo evitar maldecir internamente la imprudencia de Ayumu.

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