![So Simp [Yandere! Uchiha Obito]](https://fanfictionbook.net/img/nofanfic.jpg)
viii. bento
La pequeña Shizune miró confundida a la niña frente a ella que le entregaba una pequeña bolsita con dibujos de conejitos y un bonito lazo rojo.
—¡Senpai, por favor, guíame en el futuro! —exclamó Jin con las mejillas sonrojadas y extiendo la bolsita llena de dulces y jugosos mochis rellenos de fresas con crema.
—Eh… —Shizune no sabía que responder, la niña era un año menor que ella, pero en realidad, la diferencia entre ambas era de solo unos meses…
—¿Mmm? ¿Jin-chan? —Ebisu miró confundido la situación y luego sus ojos se desviaron de la niña de cabellos azules a la azabache que nerviosamente dudaba en aceptar una pequeña bolsita de dulces— ¿Te estás declarando? —preguntó el niño con un poco de incredulidad.
—¿Eh? No, solo le pido a senpai que me guie como compañera Kunoichi con mayor experiencia —Jin ladeó su cabeza ligeramente confundida de porqué su inocente intento de acercamiento se vería como una especie de confesión.
—¿Realmente? ¿Entonces porque le regalas cosas? —preguntó extrañado Ebisu— Exteriormente, se ve como una confesión.
—Es un soborno —confesó directamente.
—¿Me estás intentando sobornar? —preguntó ligeramente ofendida Shizune, ni siquiera sabía por qué, pero lo sentía un poco ofensivo de alguna manera.
—Si —asintió Jin directamente—. Mi abuela me dijo que, para conquistar a las personas, primero debes darles comida —Jin asintió seriamente y miró a Shizune con pasión en sus ojos fucsias—. Eres mi senpai, primero debes tener cierto grado de afecto para que después de ayudes a mejorar de buena voluntad.
—Eh… no es necesario —rechazó ligeramente incomoda Shizune, Jin negó con su cabeza.
—No, me esforcé mucho en preparar estos dulces, ¡Senpai tiene que aceptarlos! —exclamó con voz firme y decidida.
—Esto… —Shizune miró nerviosamente a su compañero de clase y Ebisu se encogió de hombros.
—Si fuera tú, lo aceptaría —sugirió el niño y miró la pequeña bolsita de dulces—. Es descortés rechazar un regalo por el cual se esforzaron tanto —Ebisu señaló las banditas en los dedos de Jin.
En su defensa, el cuchillo era demasiado grande y sus manos demasiado pequeñas, no podía agarrarlo bien y sucedió lo que tenía que pasar, al final, su abuela la ayudó en gran parte de cortar cosas al ver su dificultad para hacerlo ella misma. Pensando en eso, Jin realmente tendría que enfocarse en entrenar su fuerza, si no puede ni cortar una papa o una zanahoria decentemente, ¿Cómo piensa sobrevivir en una guerra en donde cortan huesos?
—Eh… ya veo —Shizune miró comprensivamente a Jin al notar las banditas en sus dedos y sonrió ligeramente apenada—. Muchas gracias por tu regalo, supongo —Shizune nerviosamente se rascó la nuca—. Espero que podamos ser buenas amigas.
—¡Si! ¡Haré muchos dulces deliciosos si Shizune-san es mi amiga y me enseña cosas! —exclamó emocionada Jin y tomó las manos de la niña azabache entre las suyas haciendo que la chica sonriera nerviosamente.
Luego de su exitoso soborno, Jin partió a donde se encontraba Obito, babeando por Rin y lo miró con acalorados ojos pasionales antes de ponerse frente a él decididamente, tapando la luz que recibía el chico y llamando la atención del niño azabache y la castaña.
—Eh… ¿Jin-san? ¿necesita algo? —preguntó suavemente Rin con su voz aterciopelada.
—¿Eh? ¿Jin-chan? —Obito parpadeó torpemente mirándola sorprendido.
Esto no había sucedido nunca en su anterior vida, lo cual lo hace sentir un poco incomodo.
Claro, no recuerda mucho de su infancia aparte de Rin, su cabeza llena de cuerdos de Rin y cuando odiaba y envidiaba a Kakashi, pero no cree nunca antes haya notado a la niña de cabellos azules o dirigido su palabra.
—Obito-kun, ¿Trajiste almuerzo hoy? —Jin miró ligeramente sonrojada a Obito y le preguntó tímidamente.
Obito la miró como si estuviera en un viaje cósmico dentro de su cabeza y, su reacción más honesta ante esta situación inesperada fue responder con un simple y sencillo…
—¿Eh? —soltó tan inteligentemente como pudo, aturdido y mirando confundido a la niña nerviosa frente a él— Eh… no, supongo que no, no traje almuerzo ni bento… —respondió aturdido y parpadeando intentando procesar la situación mientras ponía una bonita cada de idiotez.
—Yo… yo… quería agradecerte por lo de aquel día en el mercado —Jin lo miró ligeramente sonrojada y apenada—. Y también por ayudarme en el pasillo ayer… y por ayudarme a llevarme a enfermería después del combate —Jin se removió nerviosamente en su sitio con las manos detrás de la espalda.
—¿Eh? ¿Sí? Eso no fue nada, no hay nada que agradecer, es algo que haría cualquiera —descartó Obito mirando aturdido a la niña que estaba tan nerviosa frente a él.
¿Acaso le tenía miedo o algo? ¿Por qué actuaba como una persona asustada de él? No podía comprenderlo, por lo poco que había visto en el receso del día anterior, ella era una persona muy amigable y abierta, tanto, como para acercarse a compañeros de otros cursos y hacerse amiga de ellos rápidamente.
—B-bueno… no cualquiera lo ha hecho por mí, así que quería agradecerle a Obito-kun por ser tan amable conmigo —Jin le sonrió suavemente y entonces lentamente, sacó un bento con conejitos detrás de su espalda y lo colocó frente a Obito, que miraba con incredulidad la comida frente a él.
Eh… nunca llevaba bentos ni comida y usualmente llegaba a la casa de su abuela a comer algo, a veces ni siquiera comía porque estaba demasiado concentrado en intentar volverse el mejor y todo eso… él… aparte de su abuela, ¿alguna vez alguien se preocupó por que comiera algo? Aturdido, miró a Jin desconcertado y ella le sonrió tímidamente antes de apartar la mirada y se despidió de él con un tímido adiós antes de correr hacia la salida.
Obito se quedó conmocionado mirando hacia la salida y luego miró fijamente el bento que le regalaron.
—Obito-kun, ¿No vas a comerlo? —preguntó Rin mirándolo con sus suaves ojos castaños llenos de curiosidad—. Jin-san pareció haberse esforzado mucho en cocinar ese bento para ti, será mejor que al menos le des un bocado.
—O-oh… —Obito salió de su aturdimiento y miró a Rin la cual lo miraba fijamente.
—También debes de decirle que estaba bueno, incluso si no lo estuviera —Rin lo miró casi como si fuera a regañarlo—. Jin-san tenía sus manos llenas de curitas y sus dedos no estaban así cuando la fuiste a dejar a enfermería, eso significa que se lastimó cocinando tu comida, ¡Tienes que valorarlo, Obito-kun!
—E-eh… si —asintió nerviosamente Obito y, por la mirada insistente de Rin, él abrió lentamente el bento.
Sus manos temblaban ligeramente, entonces, cuando destapó el bento, miró con incredulidad la bonita imagen frente a él.
Daba pena comérselo, era demasiado bonito como para romper los delicados dibujos de lo que creía que eran él y Jin.
Claro, Jin no tenía el pelo verde, pero dudaba que existiera un alimento azul brillante, al menos que no sea venenoso.
—Vamos, prueba un bocado, Obito-kun —instó Rin mientras comía su propio bento.
—H-hum… —Obito, casi con pena, tomó los palillos metálicos que venían junto con el bento y cuidadosamente rompió las orillas del dibujo para tomar un poco de comida y llevársela a la boca— ¡Mmmm!
—¿Sucede algo, Obito-kun? —pregunto Rin preocupada al ver como Obito abrió los ojos como platos.
—¡Está muy bueno! —exclamó Obito con incredulidad mientras tragaba su primer bocado.
—Me alegro, tendrás que felicitar a la cocinara, ¿No es así? —rio Rin ligeramente pensando en cómo podría reaccionar Jin.
Honestamente, Rin encontró a Jin un poco tierna, se preguntó mentalmente si así es como se vería ella cada vez que hablaba con Kakashi, un lío de nervios y timidez.
—H-hum… —Obito asintió y, ahora sin pena, empezó a comer el delicioso bento que estaba sobre su escritorio.
Podría rezar por el dibujo más tarde, ¡El bento estaba demasiado bueno!
—Estoy segura de que Jin-san estará muy feliz de escuchar que te gustó su comida —sonrió Rin felizmente, si ella le cocinara a Kakashi, ¿Él reaccionaría igual que Obito-kun?
—Estaba muy bueno —Obito se relamió ligeramente los labios sintiendo el sabor ligeramente dulzón de la salsa—. Rin-chan, ¿Crees que realmente lo cocinó ella?
—Tal vez tenga muy buenas habilidades para cocinar o lo haya hecho con ayuda de sus padres —sugirió Rin—. Se veía muy emocionada por entregártelo, dudo que no lo haya hecho ella misma a mano especialmente para ti.
Rin podía reconocer a leguas una mirada enamorada y dedicada. Jin, sin duda alguna, estaba colada por Obito. Aparte, no muchas chicas le regalan comida hecha por ellas mismas a algún chico cualquiera, no señor, a menos de que sean extremadamente cercanos como mejores amigos o hermanos, es casi imposible que una chica cocine para otros por su propio gusto de cocinar a los demás.
Claro, a menos de que tenga un antojo y de paso esté de buen humor y quiera cocinar para más personas.
—Mmm… ¿Realmente lo crees? —preguntó Obito distraído mientras se relamía ligeramente los dientes.
Su abuela no cocinaba tan bien y todos los ingredientes de este plato estaban muy frescos. Obito lo sabía perfectamente debido a que él había perdido a sus padres joven y su abuela lo cuidaba y, por ello mismo, no siempre podían tener las verduras más frescas del mercado con tal de ahorrar un poco más de dinero y conseguir más, pero todos los ingredientes que probó en este sencillo, pero bonito bento, eran, sin lugar a dudas, productos de la mejor calidad.
Era la mejor comida que había probado en mucho tiempo, sino la mejor comida en su vida… en ambas vidas.
Pensando en el pasado, Obito ni siquiera necesitaba comer ni dormir luego de que le transfirieran la mitad del cuerpo con Zetsu-Hashirama o lo que sea esa cosa blanca con la que lo fusionaron Madara y ese bastardo de Black Zetsu para que él lograra tener las aptitudes mínimas para participar y ser útil en sus planes y maquinaciones contra el jodido mundo para revivir a una perra con complejos de dios salvador y piadoso.
—¿Mmm? ¿Qué es eso, Obito-kun? —preguntó Rin señalando una bolsita mediana junto con el bento que, de alguna manera, Obito no se había dado cuenta.
—¿Eh? ¿Qué cosa? —Obito miró honestamente sorprendido de que se le hubiera pasado algo y levantó ligeramente el elegante bento, observando con interés y curiosidad como caía una bolsita con más conejitos— ¿Qué será? —Obito abrió la bolsita con curiosidad y miró sorprendido las cuatro bolitas de arroz glutinoso del tamaño de su pequeña manito.
Enserio odiaba lo diminuto que era, ¿Todos los niños eran así de enanos? Detestaba ser así de bajo, odiaba estar tan indefenso.
—¡Mmm~! ¡Muy dulce! —es lo primero que dijo Obito al dar un generoso mordisco a los mochis rellenos de crema— ¡Están muy buenos! —Obito casi gimió por lo delicioso que eran estos dulces— Rin-chan, ¿Quieres? —preguntó Obito mirando a Rin con brillos en sus ojos.
Honestamente, no quería compartir estas pequeñas dulzuras y rezaba para que Rin rechazara su oferta -como haría habitualmente a sus regalos o los aceptaría, para luego voltear a ver a Kakashi, ignorándolo completamente mientras él intentaba hacer avances tímidos y torpes con ella-, pero ofreció de todas formas porque si Zetsu lo viera ahora, tal vez podría dudar de él.
—Bueno —sonrió ligeramente Rin y tomó uno con sus pequeñas manitos, abriendo su boquita, ella probó recelosamente uno de los mochis y abrió sus ojos como platos— ¡Muy bueno! ¡Tiene fresas reales! —exclamó Rin sorprendida—. Obito-kun, tendrás que agradecerle realmente a Jin-chan sobre su generosidad, ¡Las frutas están muy caras últimamente! Ni hablar de frutas tan frescas, dulces y jugosas.
—Hum —asintió de acuerdo Obito con las mejillas llenas de dulce mochi de fresas, relleno con crema y fresas.
Dios, Obito siente que podría volverse adicto a la cocina de esta pequeña, ¿Por qué no mejor se volvía cocinera o repostera, abría su propio local y vendía su comida? Ser una cocinera sería mucho más seguro y fácil que ser una Kunoichi, aparte, si cocina así de bien siendo niña, ¡Obito no quiere ni imaginar como cocinará cuando sea adulta! De solo pensarlo, su boca se hace agua.
¡Si Jin quisiera, tendría asegurado su lugar como uno de los restaurantes más codiciados de toda Konoha!.