
- ¡Jonathan pon atención! - Lanzó una patada que fué bloqueada por los antebrazos retraídos del menor - ¡Otra vez!
- ¡Si señora!.
Jon tragó saliva nerviosamente mientras se permitía volver a la postura defensiva a la que estaba familiarizado y su maestra tomó la suya analizándolo muy detenidamente, mirándola expectante sin perder la concentración en sus movimientos volvió a atacar con un puño alzado en su dirección aproximándose con un saltó que dejó la tierra agrietada a su alrededor. No es que fuera competitivo, ni abusivo con sus poderes bueno, tal vez competitivo si pero había una buena escusa en cuanto a desobedecer la orden estricta de su padre de reprimir su poder porque según las propias palabras de su maestra él tendría que saber lo que es atacar, ser agresivo y todo un estratega cómo todo un buen superhéroe.
Sin perderse más en sus pensamientos prosiguió. Superboy avanzó con su puño derecho cerrado apuntando a golpear el hombro de la de cabello rosa. Pero ella no se molestó en mostrarse aturdida por su arrebato sólo expectante bloqueando por su propia palma el pequeño puño del menor quién chilló cuando sintió que el mundo debajo de él se desvanecía y se derrumbó sin más en el suelo.
Otra vez.
El rostro de la dama comenzó a tornarse de un fascinante color rojo, Jon ya sabía exactamente lo que le iba decir - ¡Jonathan cuántas veces debo decírtelo! - Él niño mordió sus labios fuertemente - ¡En una batalla nunca debes darle ventaja al enemigo eso sería tú perdición. Siempre hay que tener los ojos puestos en él antes, durante y después! - Cruzó ambos brazos sobre su pecho a su par esperando algún indicio de que había entendido.
Saltando un bufido frustrado, el pequeño tomó una respiración profunda que agrando un poco su pecho crecido, acto que alertó a la de ojos esmeraldas, esté retuvo el aire por unos instantes casi como un Katon y soltó la bocanada comprimida que fuera de su sistema que tomó forma de hielo materializándose en segundos.
En el polvoriento suelo en el continente de Asia apartado del resto del mundo justo en una isla desolada. Era el centro de entretenimiento del hijo del famoso símbolo de la paz Superman. Que alrededor de siete meses había sido tomado en tutela por la brillante April Summers o bueno así era llamada en Metrópolis una bella mujer de tez nivea, rubia esbelta amarrado en una perfecta cola de caballo con una amplia frente despejada. Una de las mejores médicos de la ciudad que había sido llamada de intercambio y que deslumbró con sus habilidades y eficiencia, una buena coartada si es que no mirabas más haya de su disfraz.
Pero Jonathan no era cómo el restó. Llámala coincidencia o destino pero luego de lo que fué una noche de patrulla aburrida solitaria, su propia ciudad estuvo más tranquila de lo normal muy usual cómo se estaba acostumbrado.
Vigilaba todo con ojo crítico desde las alturas hasta que al descender su vuelo, zurco los edificios de la tranquila ciudad con su súper oído siempre alerta que de momento a otro captó un disturbio en lo que parecía un callejón abandonado, bueno el trabajó aguardaba. Dirigiéndose a toda velocidad llegó en menos de un dos por tres encontrándose a una mujer que estaba siendo intimidada por un agresor que la arrinconaba contra la pared con un arma de fuego en sus manos, un robo seguramente Jonathan tuvo la suerte de toparsela para su rescate pero grande fué su sorpresa cuando la mujer tomó con una sorprendente calma la situación, ella supo arreglárselas sola en cuanto fue apuntada con un arma ¿Se creía inmortal? ¿Fingía no tener miedo? No lo sabía pero aún así estaba por intervenir ante el sonido de disparó en su dirección que fue detenido con sus uñas que mantenía retenida la bala. Eso fué impresionante ante el menor de doce años de edad, nunca había visto semejante hazaña en su corta vida una ciudadana al parecer corriente detuvo la bala con un movimiento eso atrajo toda sus atención parecía que podía arreglárselas sola, pero seguiría ahí por si algo se tornaba más peligroso. Una sonrisa retorcida después y una humo disperso en los aire tomó por sorpresa a los varones en la escena que les reveló a una mujer completamente diferente a la anterior, desde un cabello corto rosado encendido y ojos verdes penetrantes le dejó anonadado en los aires mientras se escondía entre unos anuncios de un restaurante que había cerrado hace horas, rodeando al hombre que seguía disparandole sin éxito alguno fue apresado cómo un ave de presa, sus ojos se agudizaron y miró al hombre, vio que su rostro era un manojo de nervios al ser testigo de la habilidad de la mujer y con lo tan familiarizada que estaba a esté tipo de encuentros lanzó cada bala al muro que estaba a su espalda en el estrecho lugar tronandose ambos puños con un semblante fruncido arremetió con una patada lanzando una maldición que no comprendió dejando al abusador fuera de combate.
La curiosidad y la desconfianza picaron en su ser. Lo qué le llevó a enfrentarla y soltar un "Eso fué increíble me enseñas" de lo más eufórico levitando por sobre el suelo. Bueno eso no sonó tan inteligente de su parte, si Robin estuviera cerca le daría un zape por imprudente.
No lo había tomado bien al principio, la desconocida le dio la espalda y comenzó a alejarse por alguna razón esperando contra toda esperanza que su espectador no la llamara. Lo cuál no pasó él no lo dejó ahí cómo todo un Lane buscó la verdad y la obtendría sea cómo sea, pero lo único que vio realmente fué un borrón rosa correr a toda velocidad tocando un nervio en la parte más baja de su clavícula perdiendo el conocimiento cayó en unos brazos delgados y suaves sus ojos desorientados vislumbraron ojos jade y un perfume de alguna flor en particular que jamás había sentido antes, Jon se dejó ir al mundo de los sueños un hecho que cambiaría su vida para siempre.
Luego de ser noqueado y despertarse en una mullida cama dentro de cómoda habitación que no era su cuarto, la mujer de antes que reposaba a su lado sentada en una silla al costado de la cama en su rostro escéptico tomo la palabra.
La desconocida tuvo la confianza de contarle aquel secreto en el que fue obligado a guardarlo al igual que su verdadera existencia de su apariencia, hecho que le descolocó al principio pero que fué aclarado al descubrir que ella conocía todo de él sus padres, sus amigos, sus hobbies y bueno todo sin equivocarse. Parecía que había hecho su tarea muy bien; ambos parejos en aquel embrollo. Kent aplifico su oído en sintonizar el corazón de la mujer en buscá de mentiras.
Que nunca llegó.
Sus palabras fueron duras e insensibles pero sin embargo, por alguna razón no se sintió ofendido por ellas. No le afectaron en absoluto tal vez porque no les creía del todo su faceta de "Soy una chica muy mala chico y debes temerme". Muy seguramente fué eso, porque en algún lugar muy en lo profundo de él todavía quedaba curiosidad y simpatía sonaba loco pero ella le agradaba mucho.
Con una taza de té en la que verificó disimuladamente que no hubiera nada en ella bebió de ésta siguiendo su negociación en la que fué también amenazado por si alguna vez contaba su secreto le buscaría y se desharia de él. Orden que acató sin rechistar pero que con él pasó del tiempo el joven muchacho siguió visitandola algunas veces siendo rechazado pero dia tras día noche tras noche logró ser tolerado en su presencia, poco a poco fueron abriéndose con anécdotas de todo tipo Jon fué el primero en contar sus experiencias y aventuras cómo héroe que no fueron muchas y de ningún interés por parte de la mujer sin nombre pero que de alguna forma eso bastó para que ella a un paso moderado se abriera a su manera y luego pasaron días, semanas y meses y la escusa de entre a una pasantía de enfermería tomó validez en su hogar callando por ahora la curiosidad de sus padres. Hasta formaron por así decirlo un lazo de amistad dónde él tenía permitido visitarla en el Hospital de Metrópolis con su identidad de civil, sólo debía llamar a la Dra. Summers quien con una sonrisa le resivia y platicaba animadamente, hasta que un día ella le dijo su nombre.
- Mi nombre es Sakura Haruno Uchiha.
- Es un gustó conocerte señorita Sakura. Mi nombre es Jonathan "Jon" Samuel Kent como ya sabrás - Soltó una risa.
Siendo correspondida por la doctora - Es todo un placer Jon.
Por un momento, se atrevió a viajar al mundo de sus recuerdos echo un vistazo hacía la derecha y miró a su mentora que sin un rasguño ni pisca de cansancio u esfuerzo había esquivado su ataque mientras estaba en un extremo prudente de aquel campo de flores y escasos árboles que bailaban por las brisas de aire.
Hace un año y medio había conocido a Sakura y hace siete meses se sometió voluntariamente a esté entrenamiento en pro de sus poderes y mejoramiento de razonamiento, habilidades motoras y control de sus poderes. Si bien tenía dificultades antes por ser un buen héroe hoy en día había tomado esa decisión por una meta personal.
Quería convertirse en Médico cirujano, la admiración hacia las personas vestidas de azúl detrás de puertas plegables dieron cómo resultado prepararse en esa vocación, él al igual que la pelirosa poseía habilidades que podría compartir al mundo.
Con una larga noche de patrulla con su mejor amigo y ser él único capaz de reaccionar de la forma más razonable en cuanto Robin fue brutalmente herido por Bane detuvo la hemorragia externa que abundaba en su abdomen con presición bien podría decir que la pasantía no era tan falsa cómo decía ser, de alguna forma él había tomado encerio esa pasantía y estaba agradecido de haber puesto atención en cada clase y preguntar en cada mínimo detalle. Cuando la caballería arribó y se encargaron de robin Alfred llegó a la escena limpiando y neutralizando la herida con ayuda de su improvisado asistente Superboy, ese día se prometió a sí mismo que si estaba en sus manos cada persona, animal o metahumano él les mantendría con vida y a salvó de las garras de la muerte.
Razón que lo llevó a irrumpir esa misma madrugada con una idea en mente y una meta personal, cubierto de sangre ajena, lagrimas y rasgaduras. Una petición que cambiaría su vida para bien.
- ¡Por favor déjeme ser su aprendiz!
Y ella aceptó.
Con cautela, él super chico se puso de pie y volvió a adoptar su postura se aseguraría de no perder en esta sesión de entrenamiento con su mano retraída en su característico puño cerrado y su brazo izquierdo descansado en un costado de su contorno en su mirada reveló determinación, sentimiento que la portadora del Byakugou no Jutsu empatizo.
Para Jonathan cuando apareció la mujer de peculiar cabello y rombo en su frente supo sin duda alguna que estaba mirando a una de las mejores guerreras, cada anécdota y sabiduría que le brindó se lo confirmó, ella luchó con tanta valentía y aún cómo Doctora y ninja de Konoha no se opacó nunca no pudo evitar admirarla, su carisma, destreza e inteligencia aunque claro, no se podía descartar la fuerza descomunal en sus puños.
Todo en ella gritaba Heroína.
Prontamente el proceso de pensamiento del niño se detuvo cuando notó que la mujer corría en su dirección, él observó la forma en que le miraba y vio la chispa entre ambos "Diversión" esté sonrió y negó con la cabeza hoy le demostraría su valía.
Sus ojos se agrandaron esperando asimilar su visión y ver a cada detalle sus movimientos al estar cerca su primer instinto fue bloquear sus golpes, patada puño, patada puño bloqueo bloqueo y una última patada que la Kunoichi tomó cómo ventaja tomándola y haciéndolo girar alrededor de todo su cuerpo en el fondo ella tuvo que admirar en silencio su flexibilidad adquirida para poder manejarlo, su admiración por su pupilo se hizo más profunda cuando él comenzó a bajar su cuerpo al suelo y apoyando sus palmas en el suelo doblandose cómo un símbolo de infinito lanzó una patada en su mentón mandándole al aire con un quejido doloroso.
Haciendo uso de su velocidad llegó a su altura, Sakura aún recomponiendose del golpe abrió ambos ojos con dificultad mientras en sus oídos y cuerpo se acostumbraban a la presión del aire que le distraía, una sombra que crecía más y más le hizo reaccionar al ver al de mechones revoltosos dirigiéndose con rapidez hacía su persona con el movimiento favorito de su sensei Lady Tsunade.
- Nada mal niño - Expresó con sorna deteniendo con una mano el levantamiento de pierna que provocó una presión de fuerza de aire por el cambio abrupto. - Pero debes ser más certero ¡Ah¡ - Con un movimiento de muñeca tomó su tobillo junto al otro y al verse el inmovilizado de la mano con el cambio de gravedad al verse el suelo lo usó como amortiguador creando un gran cráter en el tierra, mientras polvo y pedazos de lo que fueron piedras y césped volaban por los aires.
Dando un saltó hacía la terreno más uniforme esperó paciente - Eso es todo Jonathan. ¿Ya terminastes? - Elevó una ceja de lo más juguetona.
Al no recibir respuesta está se preocupo un poco.
- ¿Jon?
Al disiparse la neblina no encontró a nadie lo que la llevó a ver detrás de su espalda reaccionando a tiempo ante el choque de puño con él menor.
- ¡Ah! ¡Esto aún no acaba Sensei! - Otra onda de choque hizo rugir y temblar la tierra en la que estaban parados. Su visión no estaba fallandole, estaba segura de que vio sangre goteando de sus labios seguramente el golpe le lastimó mordiéndose una mejilla.
Gemidos y jadeos por ver quién hacía retroceder más al otro se convirtió en algo más serio al ver el hundimiento de la tierra creando un cráter que los llevaba en lo profundo. No estaba mal para ser tan pequeño, podía ver lo que una vez vio en el espejo hace años a su edad, así misma reflejada luchando por superarse y demostrarle al mundo lo útil que era.
Sin duda alguna sería él mejor de su generación. Y ella se encargaría de eso talvez no le vendría mal enseñarle el Byakugou no Jutsu con eso sería imparable.
Jonathan con el ceño fruncido incrustado en sus labios hizo un movimiento hacía adelante con determinación aguantando todo el dolor, entumecimiento y cansancio de su cuerpo, encontró su visión repentinamente con los de Sakura en una batalla de miradas más por su parte que deseaba esto con todo su ser, usando su último esfuerzo finalmente lanzó aquel gritó de guerra que se había acostumbrado a decir.
Cerrando sus ojos y abriéndolos de par en par agitó su cabeza de un lado a otro hasta por fin presionar más- ¡SHANNARO! - Un fuerte eco resonó por aquel valle removiendo orgullo y sorpresa en la Haruno terminando finalmente con la destrucción de media vegetación alrededor revelando a un agitado Superboy y una orgullosa maestra que aplaudía los esfuerzos de su sucesor.
- Lo hicistes muy bien - Llevó su mano acariciando su cabello rizado y sueve. Para luego con dos dedos empujar un pequeño golpecito en su frente- Te has esforzado mucho, me has demostrado tus mejorías en tan poco tiempo- Dibujo una sonrisa sincera en sus labios- Te mereces un descanso, estoy muy orgullosa de ti pequeño botón de cerezo. - Colocó sus manos hacia cada lado de su costado respectivamente.
Devolviendole el gesto sonrió con sus mejillas febriles y sus ojos fijos en ella hasta que su expresión cansada pasó a una de preocupación - Señorita Sakura su mano - Anonadada ella volteó a su mano que sangraba ligeramente no le dio tiempo de replicar que no pasa nada, cuando su mano fue tomada con delicadeza y ver cómo su alumno la examinó con seriedad.
- No parece grave, pero es mejor curarla de inmediato - Levantó la mano, llevándose chakra a las yemas de los dedos un tono verdoso emergió sólo para que Sakura se sacudiera hacia atrás sorprendida de que fuera capaz de manejar el ninjutsu médico que sólo habían visto en teorías.
- ¿Cómo? - Cuestiono.
Jon parpadeó lentamente ante la sospecha en su voz - No es nada realmente. Sólo estudié cada libro e intenté practicar con el brote de un girasol en casa - Guió su mano hacia la herida que no fue tan grave como lo suponía - Obtuve resultado a los dos meses.
¿Dos meses? Ella tardó tres. Esté chico era todo un prodigio y no se daba cuenta.
- ¿Porqué no me dijiste?.
- No lo vi tan importante - Ladeo su cabeza en un gesto inocente. Cuando terminó de curarla, soltó su mano regalándole una deslumbrante sonrisa. Ella movió su mano sana aún muy sorprendida de arriba a abajo para comprobar la veracidad de sus acciones antes de asentir con apreciación hacia él - Bien hecho Jon.