
Chapter 1
Al final.
Al fin es libre...
Al fin escapó.
Estaba tan feliz... Que apenas puede creer que sea real, incluso en un principio pensó que se trataba de otro de sus continuos delirios que lo atormentaban en una realidad falsa. Aunque se aseguró de saber que esto es real. De seguro solo imaginó a recuperar tanta fuerza como para huir del anciano y sus extrañas criaturas. Pero... es cierto. La realidad es... Mucho más dura y cruel que un delirio.
El volvió. Pero lo primero que lo recibe a la vista es a su compañera de equipo, Rin, metiéndose entre medio de Kakashi y un atacante, haciendo que el peliplata accidentalmente le incruste un chidori en todo el pecho. El Uchiha lo sintió como si él fuera el que recibió el ataque. Lo último que recuerda de eso es enloquecer y volverse loco, hacer una masacre sangrienta, llena de sesos y partes del cuerpo que Obito ciertamente no conoció hasta que se las arrancó a sus enemigos. Luego... Negro... Y después... Mucho blanco. Antes de lo mismo que estaba en un hospital, con toda su familia ahí.
Claro, una "familia" en realidad se refería a Bakakashi, Minato sensei, Kushina y... Rin. Pero Rin se fue. Rin ya no...
Antes de entrar en su cabeza llena de disociación, lo interrumpe un balbuceo. Es ahí donde se da cuenta de que sí, un integrante de su familia falta, pero mientras no estuvo, otro más se unió.
Minutos después, Obito descubrió que ese pequeño bebé bronceado, rubio y muy ruidoso se refería a Naruto, el primogénito de Minato sensei y Kushina sama. Eso es tan... ¡Hermoso! ¡Al fin! Obito estuvo tantos años esperándolo. Apenas lo conoce, y ya siente un vínculo fraternal con esa criaturita. Es tan adorable y dulce. Se parece tanto a Minato sensei de forma física, pero en personalidad es idéntico a Kushina. Al parecer tiene una futura adicción al ramen, ya que Obito puede jurar que el bebé aplaudía cada vez que alguien hacía una mínima mención sobre el plato.
Kakashi estaba... Sorprendentemente frío. Es decir, claro, Obito no iba a esperar que Kakashi reaccionara como una dramática que llora de emoción y lo abraza a mimos. Pero almenos esperaba eso antes que... Ver a Kakashi estar muy insistente en cuanto irse de ahí. Nisiquiera miró a Obito a los ojos en ningún momento. Incluso Obito tuvo que hablarle antes, haciendo un chiste sobre que Kakashi no se bañaba, lo cual provocó una pequeña discusión (el tipo de discusiones que rogaba por volver a tener). Aún así. Si Kakashi parecía antes criticarlo, ahora parece repudiarlo.
Pero claro, tuvo que venir el clan Uchiha a arruinar todo. Ellos lo único que hicieron fue interrogarlo de una manera brutal. Hablando de algo raro sobre "el único Uchiha que despertó el kamui en 50 años", o algo así. También lo interrogaron sobre ese extraño jutsu de madera que la verdad, nisiquiera Obito sabe cómo tiene. Hablaron sobre volver al clan, momento en el que Obito se mordió la lengua. Se supone que ellos mismos fueron los que dijeron que no querían volver a ver su rostro...
"Y, pronto comenzarán los trámites para lograr que el niño Hatake te devuelva tu ojo..."
La mente de Obito se puso en blanco, apenas pudo darse cuenta de que unos guijarros de madera, muy filosos y similares a los que salían en su pelea contra los anbus, emergieron del suelo alarmando a todos. Obito sintió las miradas en su dirección y lo puso tan nervioso. Él nunca tuvo ese tipo de atención de antes. Y ahora que la tiene, es por algo malo...
Obito logra disculparse vagamente y luego agregar de forma muy explícita que Kakashi de ningún modo v aa devolver el ojo. Si no fuera por Obito, Kakashi aún tendría su ojo normal. Pero claro, en esa misión, Obito no logró reaccionar a tiempo y Kakashi fue acuchillado en el ojo. Claro que Obito le dará el suyo. Kakashi es más digno del Sharingan que Obito. Kakashi es más importante en este mundo que Obito, si no fuera así, entonces ¿cómo es que la aldea está tan bien?
Lo interrogaron sobre Madara. Y Obito tuvo un... Shock. Cada vez que abría la boca con toda la confianza del mundo para explicar lo que pasó, simplemente se da cuenta de que las palabras se negaban a salir de su garganta. Lo intenté, varias veces. Y lo único que logró decir fue:
"M-Mad... Él... Él quiso atacar la aldea... Detenganlo"
Y es mientras las palabras se escabullen de sus labios que también se da cuenta de que no puede pronunciar su nombre. ¿Acaso así se siente un trauma? No. Seguro el anciano debió haber usado algún sello para que Obito no pueda pronunciar su nombre o lo que tuvo que pasar.
Ignorando el hecho de que no existe jutsu así.
En el hospital, Obito paso por demasiadas... Complicaciones. Cuando comía, sentía un dolor demasiado fuerte y vomitaba de inmediato. (Gracias a Kami nunca ha sucedido al frente de su familia). Incluso en una ocasión, sintió que su cuerpo se llenaba de escalofríos tan intensos que lo hacían tiritar, al punto de que no podía controlar cómo se movía su cuerpo. Fue recién cuando se calmó que se dió cuenta de que tuvo una convulsión. Algo que ciertamente nunca más quiere volver a sentir, fue extremadamente aterrador.
¿El diagnóstico? Síndrome de realización. Una enfermedad rara que se le da a la gente que está altamente desnutrida. Su cuerpo ya no está acostumbrado a recibir comida y en consecuencia trata de echarla a cualquier costo, provocando calambres y vómitos. En el mayor de los casos, convulsiones. Obito tuvo la mala suerte de llegar a ese punto, pero tuvo la buena suerte de tener solo una. Fue complicado, pero Obito se encargó de poner su mayor esfuerzo en todas las dietas y condiciones extrañas de los médicos para curarse.
Ese es solo el inicio, ya que aparte de ese asqueroso síndrome, también se dió cuenta de que el sello de Madara es mucho más fuerte de lo que imaginó. Ya que tenía unas pesadillas tan... Vívidas. Estuvo semanas sin dormir. Incluso cuando despertaba, podía ver al anciano en la esquina del cuarto, mirándolo con un bisturí en su mano y acercándose para volver a desarmarlo... Cortarle... Ver cómo era la regeneración de su brazo...
Asqueroso.
El problema era cuando eso pasaba afuera de la mente de Obito y llegaba al mundo real. Ya que resulta que ese jutsu extraño es muy fiel a sus emociones, porque cada vez que se despertaba por una pesadilla, había una cantidad incontable de espinas gigantes y puntiagudas de madera blanca. Obito se siente pena de la pobre gente de limpieza, está seguro de que no es el favorito de ellos.
Hasta que al fin, Obito es dado de alta.
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Este es solo un prólogo, así que disculpa si no es algo wow. Pero espero que lo hayas disfrutado para poder entrar en el contexto.