Oscuridad (NaruIta)

Naruto (Anime & Manga)
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Oscuridad (NaruIta)
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Summary
En aquella profunda oscuridad logró hallar una luz que nunca tuvo la oportunidad de admirar.*Si no es de tu agrado, por favor no leer.*No poner comentarios ofensivos.*Prohibida su copia.*Los personajes son creación de Masashi Kishimoto.*Historia 100% original.
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Chapter 14

Los movimientos de los dedos del joven lo tenían completamente hipnotizado. Se movían con delicadeza sobre las teclas del piano, pareciendo que apenas las presionaba para que la melodía saliera del piano de cola.

Su espalda se mantenía recta, sus ojos cerrados y semblante relajado. Parecía realmente concentrado en la música, disfrutando de cada sonido que emitía el objeto.

Naruto intentaba volver su vista a la lectura, pero le resultaba imposible en ese momento.

Desde que había conocido a Itachi, se había acostumbrado a acompañarlo mientras el joven practicaba por horas. Nunca le había resultado una distracción a sus estudios, porque la música clásica que Itachi acostumbraba tocar le resultaba relajante.

Sin embargo, sus ojos azules giraban hacia el joven que se encontraba sentado a su izquierda. Se perdía por momentos en los veloces movimientos de los dedos del azabache. En la manera en que su cabeza bajaba de vez en cuando, como si fuera una forma de recordar cuando volver a tocar. Los mechones negros de su cabello que caían sobre su rostro, se movían con delicadeza danzando ante cada movimiento que hacía el contrario.

Naruto no podía dejar de verlo. No podía evitar admirar cada parte de aquel joven que cuidaba y aún cuando la música se detuvo de repente, su cerebro no fue capaz de comprender correctamente las palabras que habían salido de la boca de Itachi.

—¿Te gustó?

Con un suave carraspeo, Naruto volteó sus ojos hacia el libro de química que se encontraba entre sus manos, como si quisiera evitar que Itachi vea su mirada perdida sobre su rostro.

—¿Qué cosa?

—La canción, Naruto. ¿Te gustó la canción?

El rubio asintió con un rápido movimiento de cabeza antes de emitir un sonido con su garganta que le indicaría un claro "sí" a Itachi.

—Ha sonado increíble.—Mencionó en voz baja, como si temiera romper el ambiente relajado que había traído el piano.

Itachi sonrió. Una sonrisa sincera y amable que agradecía sus palabras.

Una sonrisa que Naruto no pudo evitar admirar por largos segundos con el deseo de poder mantenerla en sus labios.

Por días había deseado ver nuevamente ese rostro alegre en el contrario. Había pasado poco menos de una semana desde lo ocurrido con Shisui y Sasuke, y a pesar de que Naruto no había dicho palabra alguna, había notado claramente la forma en la que Itachi parecía querer evitarlo.

No más charlas entre ambos, al menos, no de parte de Itachi. Había comenzado a negarse cuando él le pedía que lo ayude a estudiar.
Lo había invitado a almorzar una vez más en la casa de sus padres, situación a la que se negó también y, no siendo suficiente con ello, no le pedía volver a salir juntos a algún lugar.

¿Había hecho algo malo? ¿Había sucedido algo que lo incomode?
Naruto no entendía realmente que estaba ocurriendo, como tampoco podía asegurar si Itachi aún se encontraba molesto con Shisui.
Lo dudaba, porque no habían vuelto a hablar del tema. Además, quería creer que si era así, él no saldría afectado por ello. Después de todo, Shisui e Itachi mantenían una amistad de mucho tiempo.

Naruto había esperado alguna invitación de parte de Itachi, quizás esperaba que siquiera se dignara en acompañarlo en busca de los helados que tanto le gustaban al azabache, pero aquellas palabras nunca salían de su boca.

Giró su mirada hacia el bolso de estudios que descansaba a su lado y sintiendo los nervios arremolinarse en su estómago, sacó de él un grueso libro que había conseguido después de esperar su pedido por tanto tiempo.

>>Tengo un obsequio para ti.—Itachi volteó hacia el lugar donde escuchó su voz, oyendo el suave sonido de la cremallera del bolso golpetear ante el zangoloteo.— Una vez dijiste que te gustaría estudiar Psicología. Supongo que es bueno que puedas leer algo como esto.—Habló con timidez.

¡Mierda! No pensó que algo como eso lo pondría como lo hacía. No solía balbucear con Itachi, mucho menos mostrarse tímido. No lo hacía desde que había comenzado a trabajar con él.

Itachi acarició con sus dedos una de las primeras hojas que sintió en cuanto la tapa dura del libro dejó de ser un obstáculo para él.

Allí, con pequeños puntos sobresaltados que identificaba como las letras, pudo leer "Lo siniestro" de Sigmund Freud.

Itachi abrió sus ojos sorprendido. Ciertamente, gustándole tanto aquella carrera, había oído audiolibros de distintos autores y la mayoría, eran de aquel psicoanalista.

Mordió su labio inferior con fuerza queriendo retener la emoción que ya se mostraban en sus facciones. 

—Yo... No puedo creerlo.—Susurró.— Te lo agradezco mucho, Naruto, prometo que te devolveré lo que te costó en tu siguiente salario.

Naruto empujó el hombro del contrario con el propio, mostrando una sonrisa divertida en sus labios.

—¿De qué hablas? Te dije que era un obsequio, no quiero que me devuelvas nada.

—Yo...—Itachi apretó el libro entre sus manos. "De verdad me gustas."— De verdad te lo agradezco.—Habló con una sonrisa.

No podía creer que Naruto realmente recordara lo que se había conversado en el único almuerzo que habían tenido con sus padres.

Apenas lo había comentado allí, solo para poder saciar la curiosidad de Kushina cuando le preguntó por sus estudios. Después de eso, la charla se había centrado en diferentes temas y no había vuelto a hablar de su gusto por la Psicología con Naruto.

Y a pesar de la emoción por haber recibido aquel maravilloso regalo, le hacía dudar sobre las verdaderas intenciones que podría tener Naruto.

Quizás se estaba ilusionando solo, tal como ya le había pasado luego de tantas salidas. Había sido dura la caída al entender que no eran realmente amigos, sino que el rubio solo hacía todo lo que hacía al estar comprometido con su trabajo.

Sin embargo, ahora no podía dejar de pensar en lo que le había dado. Porque podría comprender si le regalaba algún dulce, después de todo, muchos niñeros le obsequiaban dulces a los niños que cuidaban y si bien él ya era un joven, no se creía que estuviera fuera de ese grupo.

Pero Naruto habría gastado gran parte de su dinero en un libro que sabía que le gustaría y aquello solo lo hacía emocionar.

¿Cuántas personas gastarían parte de su salario en un objeto que tiene un precio elevado al ser especialmente creado para personas no videntes?

—¿No lo has leído, verdad?—La pregunta lo sacó de sus pensamientos al instante.— Porque si es así, puedo hablar a la librería para conseguir otro. Aunque deberemos esperar bastante tiempo para que lo traigan.—Itachi elevó sus cejas analizando sus palabras.— A este no lo tenían aquí, así que fue algo difícil encontrarlo.

Mordiendo la cara interna de sus mejillas y soportando la respiración para evitar soltar un grito de emoción, el azabache negó con su cabeza, permitiendo que el aire que estaba en sus pulmones escape lentamente para no perder la compostura.

—He oído de él, pero no lo he leído.—Respondió con una brillante sonrisa.— Freud habla de una contradicción donde lo extraño se nos presenta como conocido y lo conocido se torna extraño.—Hojeó el libro y acarició con sus dedos una página al azar.— Se pregunta como es posible que algo que a nosotros nos resulta familiar, llega con un sentimiento de terror que nos genera angustia.

Naruto lo observaba con los ojos brillantes, completamente embelesado al oírlo hablar tan emocionado. Sabía que Itachi era un joven inteligente al que le habían limitado demasiadas cosas, pero sin dudas, el escucharlo tan fascinado por un tema en el que él no podría haberlo entendido desde las propias palabras del autor, le encantaba.

>>¿Por qué has decidido obsequiármelo? Debe haberte costado una fortuna, Naruto. Te lo agradezco de verdad, pero no hacía falta que lo hicieras.

Naruto sonrió con alegría, como si supiera que Itachi lo vería por un solo segundo.

—Ya te lo dije, habías dicho que te gustaba la Psicología.—Respondió con tono cantarín.— Ahora, creo que mi chico debería agradecerme con un beso ¿No?—Bromeó.

Itachi soltó un suspiro con los nervios a flor de piel. Bien, le había respondido a su pregunta correctamente, pero no se esperó aquella frase.

Sabía que el rubio bromeaba, pero... ¿Qué pasaría si él daba el primer paso?

¿Se concedería su deseo de ser correspondido o sería el inminente final de su alegre compañía?

Elevó su brazo con cuidado de no golpearlo y acarició una de las mejillas del rubio.

Se acercó con lentitud, como si esperara porque Naruto se acerque a él o se aleje un poco para demostrarle que no estaba bien lo que estaba por ocurrir. Quizás esperaba poder sentir como volteaba un poco su rostro hacia el lado contrario para colocar su mejilla sobre sus labios.

Sin embargo, siendo Naruto quien esperaba pacientemente por el beso en la mejilla que Itachi le había dado una vez, sus ojos azules se abrieron con sorpresa en cuanto sintió la boca del azabache apresar la suya con delicada ternura.

Naruto se mantenía inmóvil en su lugar, intentando analizar que era el mismo Itachi quien había decidido besarlo a él.
El cosquilleo en su vientre se presentó en menos de un segundo y supo que sus mejillas adquirieron color cuando las invadió un ardor que no podía controlar.

Ninguno de los dos se movía. Itachi intentaba pensar con claridad en lo que había hecho y esperaba por una respuesta de Naruto que nunca llegó.
Uzumaki, por otro lado, se sentía sorprendido y sintiendo su corazón acelerado, elevó una de sus manos para poder tomar el rostro del azabache y profundizar el beso de una vez por todas.

Quizás había esperado que el contrario lo besara como lo había hecho en frente de su exnovia. Quizás había esperado porque lo tomara de aquella posesiva manera como lo había hecho en ese entonces, simulando marcar territorio.

A Naruto le habría gustado ser más rápido en sus movimientos. Le habría gustado poder reaccionar y profundizar el beso como esperaba antes de que Itachi se aleje de él apenas unos centímetros.

—Me gustas, Naruto.—Susurró el azabache.— Me gustas mucho.

Mordió sus labios sintiendo el calor envolver su rostro y parte de su cuello.
Sus ojos brillantes parecían a punto de nublarse por la bonita sonrisa que el chico le brindaba.

—¿Quieren comer algo?

La pregunta de Sasuke siendo acompañada por los suaves golpes en la puerta cerrada, los hizo sobresaltar a ambos.

El rubio aclaró su garganta, esperando porque su voz no suene estrangulada por los nervios que habían invadido su cuerpo.

—Vamos enseguida.—Habló en voz alta poniéndose de pie con rapidez del asiento del piano que compartía con Itachi.— ¿Vienes?—Cuestionó notando como el contrario no se movía.

Itachi asintió con suavidad.

—En un momento.—Respondió con tranquilidad.—Primero voy a acomodar esto.

Pudo escuchar los pasos del joven Uzumaki alejarse con velocidad hacia la puerta y por primera vez en su vida, Itachi esperaba que la tierra lo tragara.

Había sido atrevido con su cuidador. Quizás si hubiera buscado otras señales o tal vez, si hubiera decidido continuar con la broma de Naruto y solo otorgarle un beso en la mejilla como era lo esperado, las cosas no se pondrían incómodas.

Se odió porque ese beso solo marcaba el final de la confianza que había entre ambos y el comienzo de la incomodidad en su compañía.

Se odio porque lo último que esperaba era cometer tal falta como lo había hecho.

¿Si Sasuke no se hubiera anunciado, habría cambiado algo?
Siendo sincero consigo mismo, lo dudaba mucho. Naruto apenas pareció reaccionar a su toque, ni siquiera hubo correspondencia al beso que le había dado.

>>Soy un idiota.—Susurró, sintiendo la presión que hacían sus manos sobre el libro que aquel joven le había obsequiado.

Quizás, si hubiera entrado en razón antes, podría haber evitado todo eso. Quizás, si hubiera repetido en su cabeza a cada segundo que Naruto solo bromeaba con él, no se habría atrevido a darle ese beso y mucho menos a confesarse.

Un suspiro tembloroso escapó de sus labios. Eran demasiados quizás en su realidad.
Las cosas ya habían pasado y ahora solo le quedaba esperar para saber como demonios continuaría todo.

°

—Con permiso y muchas gracias.—Sasuke apretó el ceño al sentir como quitaban su taza de café de sus manos.

—¿Por qué no tomas el tuyo? Ahí tenías otra taza.—Naruto elevó sus hombros con las mejillas sonrojadas y una sonrisa alegre restándole importancia a sus palabras.— Pareces feliz ¿Puedo saber por qué?

Naruto mordió sus labios con la taza de café rozando su boca. No pensaba comentar nada al respecto, porque había visto las otras dos tazas preparadas para él e Itachi y sabía que si respondía con la verdad, era muy probable que una de ellas se estrelle contra su rubia cabeza.

—¿Tiene que haber un motivo para que esté feliz?

Sasuke volteó sus ojos fastidiado sabiendo que no le podría sacar ni una sola palabra al sujeto frente a él. Aún cuando conocía que era capaz de hablar hasta el cansancio una vez que entraba en confianza, rara vez Naruto dejaba escapar algo de su vida privada que no sea con respecto a sus padres o sus otros amigos.

Naruto, por otro lado, intentaba reprimir la sonrisa emocionada que no parecía querer dejar su rostro.

El simple y tímido beso se repetía en su cabeza, sintiendo las sensaciones que habían invadido su cuerpo y el cosquilleo que parecía permanecer en su boca aún pese al calor de la bebida.

Itachi era un chico atractivo, eso no lo dudaba y a medida que lo conocía, habían más cosas que le gustaban de él.
Desde el beso que había sucedido frente a Shion, lo había molestado constantemente con el hecho de que era su novio. Sin embargo, nunca se hubiera esperado la confesión de Itachi en tal momento de intimidad entre ambos y sinceramente, no pensaba dejar que su chico olvide todo lo ocurrido en esa habitación.


¡MUCHAS GRACIAS POR LEER!

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