
Las embestidas de el rubio lo hacían tocar las estrellas, era sabroso sentir como cada vez llegaba más profundo.
Tener sexo en la oficina era atrevido y travieso, algo que el pelinegro nunca se imagino llegar a lograr, pero fue el primer fetiche quie el rubio descubrio al momento de tener a sasuke tan sensual en su oficina mientras no los veian.
Desde el comienzo…
Había llegado la hora del almuerzo, y el azabache pasó a la oficina de su esposo para llevarle el almuerzo, ambos se acomodaron para comer, el azabache sentado entre las piernas del rubio cuando Naruto dejó caer una de las tapas.
El mayor se puso en pie y se agacho a recoger lo que se había caído, pero cuando se dispuso a volver a su lugar las manos de su esposo que agarrando su cadera y espalda en esa posición se lo impedían.
- N-Naruto que haces?- la voz de Sasuke era neutra, no contaba con que esos toques atrevidos pasarán de allí.
El rubio por su parte tenía deseos de saciar su fantasía sexual en ese momento, se dejó llevar de las sensaciones y apretó los testículos de su esposo, de manera gentil pero lo suficiente para que el de cabellos ngros jadease.
Incorporó a sasuke y lo beso con demanda, los labios de ambos no se encontraban desde que había despertado, y sentían eso ahora como un alivio, sentó al pelinegro en sus piernas no sin antes aflojar la corbata, se acercó a su oído y lamió la extensión fina de la orilla de su oreja.
- cerraste con seguro?- mordió el inicio de su mandíbula
- a-ah sí, claro que lo hice jefe- el descaro de sasuke ponía a Naruto al cien.
Las prendas fueron terminando en el suelo y ambos también iban desnudos.
- Ven siéntate en el escritorio- guió al azabache al dicho mueble y acto seguido bajó su cabeza y empezó a lamer sus pezones, esos botones rosados que ya estaban erectos por el aire acondicionado y la saliva del de ojos azules.
Bajó hasta llegar al miembro erecto y empezó a lamerlo, el sonido que provocaba era excitante para sasuke y ver como esa boca color melocotón subía y bajaba por su falo lo ponía a mil, y su entrada se desesperaba rogando por ser penetrada.
Sentía las palpitaciones de que el orgasmo estaba cerca, iba a terminar y eso naruto lo sabía, soltó el pene en ese instante lo cual hizo que el disgusto tronchara el rojo rostro de Sasuke.
-Perdoname pero debía cobrarme algo- era cierto Sasuke le había hecho eso unas semanas atrás.
Metió dos dedos en la entrada húmeda de sasuke, era una de las cosas buenas de ser doncel, odiaba serlo solo en el momento que tenía que hacerlo con condon, prefería mil veces sentir la nitidez de la piel de naruto a la sensación coartada del condón.
Sus lenguas se unieron nuevamente en una danza mas erotica que las acciones mismas, el rubio dejo el músculo bucal afuera haciendo así que el doncel tomará este y lo succionara nuevamente, beso su cuello y empezó a retirar sus dedos, puso a sasuke boca abajo apoyado en el escritorio y entro en este, fue lento, pues no quería lastimarlo aunque a su hermoso azabache le gustara jugar sadico.
Empezó a embestir deliciosamente lento, entraba y salía con suma delicadeza para entonces entrar con toda la fuerza, arrancando así un alto gemido de la garganta de su amado.
Aceleró las embestidas y así mismo aceleraban los jadeos y gemidos inestables de sasuke, amaba ser apretado por sasuke, hizo un poco más de velocidad -A-allí!,~ oh~, si...~
Tentó hacer de nuevo más fuerza en ese mismo lugar- aquí?- su voz ronca era lo mejor para los oídos del doncel.
~A-Ah si, si!!~ más porfavor... jefe!~ hágalo de nuevo!!!.- cada una de esas palabras era coronada con una cara coqueta de parte del pelinegro.
Aceleró las embestidas y en todas daba su punto dulce, ambos se corrieron.
El azabache llevó a su rubio al sofá que había allí, y se sentó de golpe sobre su miembro.
Empezó a saltar sobre este, pero Naruto lo interrumpió no tenía ganas de detenerlo sabía que Sasuke era casi insaciable, pero quería ver su trasero rebotar en su pelvis y para ello lo giró de manera rápida.
Tomo el pene del pelinegro y empezó a masturbarlo al ritmo de las embestidas impartidas, ambos sentían que podían llegar a las estrellas, sasuke aumentaba sus saltos y se dejaba caer de manera más brusca, tomando así una velocidad deseada, llegaron ambos al clímax.
Sasuke arqueó su espalda y terminó por gemir en un casi grito, apretando con su entrada a Naruto, ambos se miraron con ganas de seguir pero el almuerzo se acababa y todavía no habían comido nada.
El guardia de seguridad que le tocaba vigilar las cámaras tenía un sangrado nasal, su camisa decía : Neji hyuga.