Parece que el sol volvió a salir

Naruto (Anime & Manga)
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Parece que el sol volvió a salir
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Summary
Los días lluviosos parecen todos iguales, sin embargo, el sol vuelve a salir para todos.
Note
Holii, se supone que esto sería para la KakaGai week 2024, pero pasaron ciertas cosas xDAnyway, que disfruten!

Hace rato que dejó de contar los días, meses y años, ya que eso no cambiará el hecho de estar completamente solo, de sentirse abandonado, de añorar el tiempo en el que estaba rodeado de todas aquellas personas a quienes aún atesora en su corazón.

Tal vez ese sea el motivo por el cual los días lluviosos parecen iguales. Llenos de remordimiento, de tristeza y desolación, sentimientos que solamente pueden ser limpiados de su ser con el gélido toque de las suaves gotas de lluvia contra su cuerpo. Igualmente, sentir aquel frío en todo su ser nunca dio buenos resultados, al final siempre recordaba aquellos tiempos mejores; aquellos cuando, contra todo pronóstico, era feliz, pero no era lo suficientemente consciente de ello.

Sus idas al cementerio no eran nada nuevo, ya que desde la muerte de su padre comenzó con aquella periodicidad, posteriormente se hicieron diarias al morir los otros miembros de su equipo y su maestro. Él aún se culpa de todas esas tragedias, todavía carga en sus hombros el peso de ser el sobreviviente de catástrofes que nunca iba a ser capaz de detener; desgracias que, aunque podían haber sido evitadas, no estaba en las manos de un niño hacerlo.

No importaba el tiempo, si nevara, lloviese o esté completamente desértico, es su deber, su castigo era visitar a los difuntos. Al menos debía expiar toda la culpa que sentía de esa forma, por ello, ningún aguacero fue ni será obstáculo para cumplir con su obligación.

Excesivas veces, en las que sin importar cuán sombrío estuviese el día o cuán congelado estuviese el aire, aparecía frente a aquellas lápidas, alegando casi siempre las mismas excusas, recibiendo reproches por parte de los otros ninjas, esperando a que lo dejen solo con su dolor, que lo dejen cumplir con su responsabilidad. Otras veces, son sus compañeros, quienes se encargan de cuidarlo, desde Kurenai jalándolo de su abrigo para dejar de estar parado en la lluvia como fantasma hasta Anko burlándose de él por parecer un esperpento y obligándolo a volver a su casa. Jamás olvida las ocasiones en las que Asuma y Genma lo llevaron a rastras a su hogar o que Gai siempre lo espera pacientemente salir del baño solo para cerciorarse de que no siga usando toda esa ropa mojada. Pero el día de hoy es diferente, sus antiguos compañeros de academia están realizando un estricto aprendizaje y otros en misiones fuera de la aldea. Eso significa que nadie lo molestará durante su estadía en el cementerio y tal vez ni se inmute en volver a casa.

- ¿Qué hay?

Kakashi saluda a la figura pétrea que contiene el nombre de su difunto compañero, esperando una respuesta que jamás encontrará.

- Fui a saludar a mi padre y a Rin... Ahora tengo un poco más de tiempo... 

Él ríe tristemente, ¿por qué volvía a recordarle a alguien que ya no existe en el plano terrenal datos inútiles sobre su vida? Como si le interesase que el Hokage lo obligó a culminar sus funciones en las fuerzas especiales ANBU y lo dejó sin nada más importante en lo que pueda enfocarse.

- Puedo leer las novelas de Jiraiya-sensei, otras veces voy a molestar a Gai cuando está con sus alumnos... Él dice que no soy una molestia, siempre está feliz de verme...

Kakashi experimenta una singular sensación con el roce de las gotas de lluvia contra su rostro sonrosado. Procura desviar la mirada, pues de nuevo está hablándole de él. 

- Kurenai y Asuma están en un entrenamiento especial, serán senseis pronto. Lord Hokage también desea eso para mí, pero no creo que sea lo mío... Gai dice que es una bonita experiencia, que tengo mucho conocimiento por impartir y madera de maestro... 

Kakashi ríe entre dientes, recordando épocas pasadas en las aún no había tantos nombres escritos en aquella piedra conmemorativa, tiempos en los cuales disfrutaba pasar el rato con sus amigos, aunque le costase aceptarlo.

- ¿Te acuerdas que Gai nunca sabía quién eras? Él ha cambiado bastante... Claro, todavía sigue con ese corte de tazón y sin ser capaz de reconocer el rostro de la gente, pero... Si lo vieras ahora... Estoy seguro de que también estarías... 

Nuevamente desvía su mirada, imaginando a Obito palmear su espalda, fastidiándolo, ya que volvió a hablar de Gai, molestándolo una y otra vez porque solamente a él se le ocurre enamorarse así; solamente a él se le ocurre enamorarse de su rival.

- Tardé un poco... - Kakashi se esfuerza en cambiar el tema. - Me disculpé con Rin... Estuve en una misión y no tuve tiempo de felicitarla en su cumpleaños... Traje flores, pero la lluvia las estropeó... - con amargura levanta la cabeza y suspira al sentir las gotas de lluvia caer con fiereza sobre sí. - A ella nunca le importaron esos detalles... No hace falta que te lo diga, después de todo, la conociste mejor que nadie... Ustedes hacían linda pareja, al igual que Minato-sensei y Kushina-san...

Kakashi traga saliva al evocar aquellos recuerdos, cierra con fuerza los puños y tuerce los labios con disgusto.

- Los shinobis no deberían enamorarse, tendría que haber algún reglamento relacionado a ello... 

Reglas, códigos, preceptos... Aún con todo lo sucedido en su vida, ¿Todavía piensa en ceñirse ante las ordenanzas de la aldea? 

- Ya sé lo que estás pensando... - habla ante la lápida esbozando una afligida sonrisa. - Soy un desastre para el amor, ¿no? Gai dice que todavía no encontré a la persona indicada, que aún estoy en la primavera de mi juventud, si supiera que...

Él posa su mano sobre aquel monumento, experimentando un cansancio sin igual, siente cómo sus párpados comienzan a pesar; cómo su vista se torna sinuosa; cómo su cabeza parecía entrar a un vertiginoso vórtice lleno de confusión.

- Siempre que llueve todos me llevan a casa... Supongo que no quieren verme enfermo. - él termina perdiendo el equilibrio y acaba de rodillas al suelo. - Me da la impresión de que creen que soy un caso perdido... Hace poco, Ibiki casi me da un puñetazo en las costillas, no pudo porque Gai se interpuso y recibió el golpe por mi culpa... Genma y Ebisu parecen no soportar verlo así. Hace poco los oí hablar con él, quizás hacerlo entrar en razón y que se aleje de mi lado, sin embargo, nunca se aparta. Sin importar las circunstancias él siempre...

Kakashi vuelve a tambalearse, apenas le es posible seguir medianamente erguido, toda la lluvia gélida cubría por completo su cuerpo. De forma inconsciente, se deja llevar y entrecierra los ojos, tornándose en un ambiente oscuro, ininteligible, confuso.

[...]

Unos murmullos y unas risas lo despabilan, al abrir ambos ojos encuentra a su antiguo compañero de equipo sonriendo alegremente ante la presencia de una risueña kunoichi.

- Trata de no tocar el vendaje, ¿sí? - habla tiernamente la chica al terminar de sanar las heridas del chico de cabellos parados.

- ¡Claro! ¡No te preocupes, Rin-chan! 

- ¡Luego será tu turno, Kakashi! ¡No me tardo! - habló la chica de cabellos castaños antes de retirarse.

Kakashi gruñe y se cruza de brazos. Él no era ningún bebé para curarle las heridas. Ya era un shinobi, un jounin, no un simple alumno de la academia ninja que aún necesitaba los cuidados de alguien más.

- ¡Oye! ¡Ni te atrevas a poner esa cara cuando la hermosa Rin cure tus heridas!

- Cállate, Obito.

- ¡No me calles, Bakashi! ¡Mi preciosa Rin no tendría que perder el tiempo contigo! ¡Si no fuera por su noble espíritu, tú seguirías por ahí tirado con la cara toda infectada! ¡Estoy seguro de que ni siquiera a ese cara de bestia le gustaría luchar contigo!

Kakashi entró en cólera al apenas escuchar lo último, sin embargo, prefirió no hablar porque sus discusiones siempre terminaban en peleas y no deseaba hacer trabajar el doble a su compañera. 

Obito continuó parloteando sobre Rin, lo maravillosa que es y como será la mejor ninja médico de la aldea. Mucho más que la tía de Shizune.

- ¿Cómo lo sabes? - inquiere Kakashi, ya harto de escuchar al otro chico.

- ¿Cómo sé qué? - pregunta Obito malhumorado, ya que fue ser interrumpido por su compañero.

- Que Rin también está enamorada de ti. - contesta Kakashi arqueando una ceja, pues jamás vio un ápice de romance entre ambos.

- ¡¿Qué insinúas?! ¡Obvio que sí! ¿¡No lo ves!? - exclama enojado. - Me cuida, sana mis heridas, me invita de su comida...

- Pero eso lo hace con todos... Conmigo, con Minato-sensei... - un gesto confuso se apropia del rostro de Kakashi. - ¿Entonces también está enamorada de nosotros?

- ¡Claro que no! Ella solo es amable... más que otras chicas. Además, sus cuidados conmigo son diferentes... - decía casi pavoneándose.

- ¿Ah, sí? - Kakashi volvió a arquear la ceja evocando sarcasmo en su expresión.

- Los cuidados de la persona que te ama son diferentes a los de tus amigos, se sienten distintos... - Obito se sonroja al momento de pensar en cómo Rin curó tiernamente sus heridas.

- Claro... Lo que digas... - Kakashi rodó los ojos hastiado de toda aquella cháchara.

- Lo entenderás cuándo seas tan alto como yo. - Obito habló burlón, sin embargo, su expresión se suavizó al ver a la chica volver junto a ellos.

- Pues, prefiero ser un enano a un baboso cursi.

Kakashi vuelve a cerrar los ojos y hace oídos sordos a los gritos de su compañero, mas estos aparentaban desvanecerse, parecían alejarse, persistiendo en un vacío infinito, quedando una sola frase al aire.

- Los cuidados de la persona que te ama son diferentes a los de tus amigos...

Al oír nuevamente aquella oración, comenzaron a proyectarse en su memoria escenas protagonizadas únicamente por la misma persona. Desde aquellas competencias de comida, hechas solo para que Kakashi pudiese comer algo más que las píldoras de alimento; competencias sobre beber agua o desafíos para averiguar quién duerme más. Retos que nunca lo abrumaron, pues siempre supo que eran más de lo que aparentaban.

Su memoria lo llevó a recordarlo tomando su barbilla y acariciando su rostro, cuestionando tiernamente su bienestar. Evocó aquellos momentos donde él lo tomó en sus brazos

para reconfortarlo luego de su ataque de pánico posterior a la muerte de Rin. Rememoró el ruido de una tela rasgarse, la sangre brotando de una de sus manos, una herida cubierta por su bufanda roja.

Otra vez sus ojos se cerraron ante los recuerdos, ante la reminiscencia de aquellas situaciones. Apenas fue capaz de abrirlos, pues aún se aferraba a ellas, aún no deseaba librarse de la añoranza sentida en su pecho.  De pronto, se encontró recostado contra un árbol, con uno de sus libros favoritos en sus manos, sin embargo, prefirió dejar de lado su lectura y optó por fijar su mirada en una tierna escena.

- ¿Sucedió algo, mi pequeña Tenten? - Gai pregunta cariñosamente al observar a su alumna sentada en el suelo y cubriéndose una de sus rodillas.

- ¡Sensei! - Lee enérgicamente lo llama. - ¡Estábamos entrenando y Tenten se raspó la rodilla!

- ¡No es cierto! - vocifera ella enojada. Prefiere seguir con el entrenamiento antes de mostrarse frágil frente a otros.

Gai sonríe ante el adorable puchero formado en el rostro de la niña. - ¡No hay nada malo en admitir que uno necesita ayuda, mis pequeños alumnos! Ahora... ¡Lee, Neji, 100 abdominales mientras veo la herida de su compañera!

Kakashi lo conoce, sabe que si su rival ordenó esos ejercicios a los otros dos chicos fue para que Tenten no se sintiera cohibida ante los cuidados de su maestro. Él observa cómo Gai limpia la pequeña raspadura y la cubre suavemente con una curita, trayendo a su mente recuerdos de batallas anteriores, guerras con las que lidiaron siendo niños, heridas siendo sanadas delicadamente, con afecto, cariño, amor.

Cuando Gai felicita efusivamente a su alumna por soportar todo lo que implica la curación de una herida, Kakashi no puede evitar sonreír con ternura, expresión que termina convirtiéndose en una llena de vergüenza al sentir cómo los ojos de su rival lo observaban con calidez.

- Kakashi, deja de merodear ¿No quieres ayudarme con los chicos un momento? 

Él camina a pasos pausados, dando una impresión aburrida, llena de hartazgo, mas cuando sus miradas se encuentran a tan corta distancia, estas se colman de complicidad, aprecio, amistad.

- Está bien... - habla encogiéndose de hombros. - Después de todo no tengo nada que hacer...

Tenten posa con desagrado los ojos en ambos maestros. - Ay, sensei, ¿de nuevo este tipo? - cuestiona ella irritada ante la presencia del otro jounin. 

- Me alegra mucho verte, rival...

Kakashi sonríe nuevamente, tentado a decir lo mismo, deseando actuar por impulso y exclamar cuánto anhela ser algo más que eso, ansía expresarle el cariño, el amor que siente por él.

Sin embargo, no puede.

No es capaz de hacerlo.

Si lo hace, Gai terminará siendo un nombre más en el cementerio, al que visitará todos los días, inclusive los lluviosos.

[...]

Kakashi abre los ojos lentamente, sintiendo todo el cuerpo adolorido, sin fuerzas para erguir su postura y sondear el ambiente en el que se encontraba.

Ese lugar no era el cementerio. Esto ya no era un recuerdo.

Pasó sus dedos por la superficie que lo rodeaba, experimentando calidez y tersura entre estos, con el pecho colmado de nostalgia y melancolía al comprender cuál era el sitio en el que ahora se hallaba.

Lo vio ahí, contra el margen de la cama, recostando la cabeza contra sus brazos, en una posición nada placentera, escuchándolo roncar y musitar frases sueltas mientras dormía.

- Nunca tengo pesadillas cada vez que apareces en mis sueños, ¿Cómo lo haces? - a pesar del dolor que sentía, Kakashi procura recostarse y así acariciar los cabellos azabaches del otro hombre.

Al pasar su mirada sobre su piel curtida por el sol cayó en cuenta de las magulladuras en esta, notó nuevas cicatrices, al igual que heridas aún sangrantes. Un sentimiento deplorable comenzó a apoderarse de su alma, ¿Gai se merecía esto? ¿Merecía vivir con angustia sin preocuparse de su propio bienestar? ¿Merecía olvidarse plenamente de su tranquilidad para ocuparse de un Kakashi desvalido?

Kakashi, invadido por estos pensamientos, decidió abandonar el lugar, prefirió que Gai se ocupase de sus propios problemas, se esforzó en huir para que nadie más deba sufrir por él, ya que no era digno de las preocupaciones de los demás. Nunca lo fue.

- ¿Kakashi? 

- Hey...

Ambas miradas se encuentran en ese mismo instante, igual de cansadas, igual de alegres por volver a pasar sus ojos en el otro.

- ¡Rival! - Gai rompe con el mutuo silencio al abrazar efusivamente al otro hombre. - ¿Cómo estás? ¿Qué sucedió?

Kakashi rehuye de sus preguntas, esquiva su mirada tierna, pero a la vez inquisitiva. No deseaba dar explicaciones, solo quería volver a hablar con su padre, con su maestro, con sus antiguos compañeros; regresar a ese lugar y seguir cumpliendo con su castigo, ignorando los cuidados del otro hombre, pues nunca se sintió merecedor de ellos.

- No hace falta que armes un escándalo, solo pasé al cementerio y perdí la noción del tiempo y...

- ¿Pero es necesario que actúes de forma tan imprudente? - preguntó dulcemente. - ¿Qué hubiese pasado si yo no llegaba a tiempo? ¿Quién sabe cuánto tiempo estuviste tirado ahí?

- Gai, no...

- Yo... ¿Acaso haces esto cada vez que no estamos en la aldea? Siempre que te llevamos a casa solo es porque nos preocupamos por ti.

"Los cuidados de una persona enamorada se sienten diferente..."

- ¿Por qué... ¿Por qué siempre lo intentas... Eres tú el único que no perdió la paciencia conmigo, con quien no termino a los golpes... - Kakashi intenta apartar la mirada para no tener que enfrentar a los tiernos ojos de su rival. - ¿Por qué siempre debes estar cuidándome?

- Porque eres demasiado valioso para mí y realmente me importas... - Gai esboza una sonrisa cargada de suavidad y amargura. - Tengo esta sensación... Este impulso que me insta a protegerte.

- Pero... ¿por qué? ¿Es solo porque somos rivales? ¿Porque conociste a mi padre? - Kakashi clava su vista en el rostro sonrosado de Gai, calmándolo, instándolo a relajarse y confiar en la respuesta del otro hombre.

- Nada de eso... Es solo que... eres mi amigo, me gusta mucho estar contigo. - el ninja experto en taijutsu comienza a juguetear con los cabellos de su rival. - Eres muy dulce, muy amable e inteligente... Estar contigo me hace sentir muy feliz.

Kakashi parpadeó incontables veces, sorprendido ante tal declaración, perdido en sus pensamientos, incrédulo ante la idea de que alguien tan maravilloso como Gai sería capaz

de sentir algo más que amistad por él.

- No es malo aceptar ayuda de los demás... No puedo dejar que cargues con todo solo, ¿sabes? - al decir esto, Gai pasó la vista dulcemente por el rostro de Kakashi y volvió a recostar su cabeza contra el colchón. - Así que mejor descansa y mejórate...

- Espera... - el ninja del sharingan procura levantar la voz lográndolo a medias. - Hace un poco de frío y sé que esa posición es incómoda... - Kakashi se hace a un lado, dejando una almohada libre y cierto espacio, haciendo énfasis en este al palmear el colchón. - Tú... Tú también debes descansar... 

Gai sonríe por lo bajo, acostándose lentamente, acomodándose de una forma tan familiar, que nada parece fuera de lugar, como si todo esto fuese una rutina para ambos, ajustándose a la figura del otro ninja hasta estar cara a cara contra él, acariciándole el rostro y enterneciéndose ante la reacción del otro hombre.

- Que descanses, mi querido rival.

- Tú también, Gai-kun.

[...]

- Hey... ¿Qué hay? - habló Kakashi de forma casi inaudible. - Pasó cierto tiempo desde la última vez que el clima se comportó así... - El ninja del sharingan dio un largo suspiro mientras las gotas de lluvia acariciaban su piel. - Esta vez no creo quedarme mucho... Ahora yo... Pues estoy...

- ¡Kakashi! - una voz fuerte interrumpió sus pensamientos. - ¡Te había dicho que me esperaras si comenzaba a llover! ¡No quiero que pesques un resfriado o algo mucho peor! - Gai rápidamente lo cubre con un paraguas y se coloca al lado suyo. - Me quedaré aquí hasta que termines de hablar con Obito, ¿está bien?

Kakashi se sonroja ante la iniciativa de su rival, se imagina las carcajadas de su antiguo compañero de equipo, al igual que las de su maestro, además del rostro sorprendido de su antigua compañera.

- No te preocupes, ya terminé de hablar con ellos... - el ninja del sharingan mira con ternura al otro hombre. - les estaba contando sobre nosotros... ¿Nos vamos? - Kakashi toma la mano de Gai y entrelazando sus dedos en un cariñoso agarre.

Gai observa dulcemente a su rival a la vez que este último sonríe a través de la máscara.

- Parece que el sol volvió a salir, ¿no lo crees?