Un regalo especial

Naruto (Anime & Manga)
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Un regalo especial
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Summary
Sasuke y Sakura quedan para ir a comprar juntos los regalos del Amigo Invisible. ¿Lo que empieza como una quedada amistosa acaba siendo una cita...?[Spanish version of: A special present]
Note
Lo prometido es deuda. Esto es una precuela de la parte 1 de esta serie. Si no lo habéis leído todavía os lo recomiendo.Disclaimer: Los libros que nombro son inventados, cualquier parecido con la realidad es puramente casualidad.

11 de diciembre – miércoles

Era la hora de descanso entre clases y los alumnos habían aprovechado para ir al baño, u otros simplemente se habían levantado para estirar las piernas y charlar con sus compañeros. Sakura, quien se sentaba en penúltima fila al lado de la ventana, estaba aprovechando el descanso para organizar sus apuntes.

- Sakura – la llamó Sasuke quien se había acercado a su mesa -. ¿Ya tienes el regalo de tu amigo invisible?

- No, todavía no he pensado qué regalarle. ¿Y tú Sasuke-kun, ya tienes su regalo?

- No – le respondió negando con la cabeza -. ¿Puedo saber a quién te ha tocado? A mí me ha tocado a ese de ahí – indicó con el dedo a un Kakashi que se encontraba detrás de él sentado en su escritorio de profesor.

- Ya veo… Pues a mí me ha tocado a ese otro de ahí – le respondió Sakura que señalaba a un Naruto que estaba siendo castigado por Kakashi e Iruka.

Sasuke miró disimuladamente a donde Sakura había indicado y volvió a su sitio mientras le preguntaba a Sakura - ¿Quieres quedar este sábado para comprar los regalos tú y yo? – Sakura se giró en su silla a mirar a Sasuke, que su sitio era detrás de ella -. La verdad, estoy teniendo dificultades para decidir qué regalarle a Kakashi, y había pensado que si íbamos juntos podíamos ayudarnos mutuamente.

- Me parece un buen plan – le contestó Sakura con una sonrisa radiante, iba a pasar el sábado con Sasuke -. ¿A las 11 en la entrada del centro comercial?

- Hecho. De aquí al sábado tenemos que intentar que el tonto ese no se entere o se querrá unir y no podremos comprarle su regalo – respondió Sasuke a la vez que ambos se fijaban en un Naruto que seguía siendo castigado por un Iruka furioso y un Kakashi tranquilo.

 

14 de diciembre – sábado

- Perdón por llegar tarde Sasuke-kun, el autobús iba más lento de lo normal. ¿Hace mucho que esperas? - preguntó una jadeante Sakura mientras se aflojaba la bufanda rosa que llevaba.

- No te preocupes, mi hermano me ha traído en coche así que he llegado hace poco.

Sakura iba vestida con un abrigo de color marrón y bolso bandolera de color rojo, debajo de ello llevaba un cárdigan ancho de color granate, una minifalda de color rosa y unas botas altas de color marrón. Llevaba una media coleta recogida con un lazo rojo y se había puesto un poco de maquillaje. Sasuke vestía una chaqueta azul marino, debajo de ella llevaba una sudadera de color beige y unos pantalones vaqueros junto con unas deportivas blancas. El centro comercial estaba lleno de decoraciones navideñas, con un gran árbol en el centro y por los altavoces sonaban villancicos.

- Y bueno, ¿tienes algo en mente para el regalo? – preguntó Sakura mientras entraban en el centro comercial.

- Pues… es un poco obvio, pero estaba pensando en un libro, pero no sé cuál.

- Para eso estoy aquí, para ayudarte a decidir cuál – le contestó Sakura con un guiño y Sasuke no pudo evitar sonreír.

- ¿Y tú, has pensado algo para Naruto?

- No – respondió con la cabeza baja -. Siendo Naruto, cualquier cosa le gustará pero quiero regalarle algo que le pueda ser útil.

Iban proponiendo ideas para ambos regalos mientras se dirigían a la librería.

 

Se encontraban dentro de la librería, concretamente en la sección de romance, buscando qué libro le podría gustar a Kakashi.

- ¿Estás segura de que esto le gustará a Kakashi? – preguntó un Sasuke escéptico mientras observaba los dos libros que llevaba en la mano.

- ¿A caso no has visto los libros que lee mientras estamos en clase? – le respondió una Sakura que estaba agachada buscando más libros en la estantería.

- Sí pero “La noche en la que nos enamoramos” o “Cuando te miro sólo pienso en desnudarte” ¿no parecen como muy mediocres?

- Veo que nunca has leído uno de estos eh, Sasuke-kun – le respondió la pelirrosa entre risas que había girado el cuello para mirarle, Sasuke pensó que se veía adorable y se le tiñeron un poco las mejillas de rosa -. Cuanto más cutre es el título, mejor es la historia, como este, va de dos hombres de mundos opuestos y que no pueden estar juntos porque se odian pero a la vez hacen lo imposible para estar juntos – le decía mientras le tendía otro libro.

- “Eres el rubí de mi corazón” – dijo murmurando para sí -. Sakura, ¿tú has leído alguno de estos?

- ¡¿Eh?! Bueno… tomo nota de lo que lee Kakashi-sensei por si alguno es interesante… - le contestó la pelirrosa que no se atrevía a mirarle porque estaba sonrojada.

- ¿Y qué tal ese de ahí?

- “Pasión desenfrenada”. No había oído hablar de él – Sakura se levantó del suelo y se dirigió a coger el libro que habían visto -. Parece que salió hace dos días – dijo mientras lo ojeaba y leyó la sinopsis -. “Dos profesores de instituto están enamorados pero no pueden dejar que el resto sepa que se gustan, así que para disimular fingen odiarse y cuando llega el fin de semana liberan todo ese odio en una pasión desenfrenada.” Bastante apropiado para Kakashi-sensei… Creo que tenemos ganador Sasuke-kun – afirmó Sakura con una sonrisa y se dirigieron a pagar el libro.

 

- Creo que junto con el libro le regalaré algo más – comentó Sasuke mientras iban paseando por el centro comercial en busca del siguiente regalo.

- ¿Eh?

- Naruto me comentó que Kakashi y Obito cuando eran pequeños jugaban a las tortugas ninja, o eso le dijo su padre, además Naruto vio que en su despacho tiene una figura del maestro rata.

- Pues vamos a la tienda de figuras, a ver si tienen algo.

 

Antes de llegar a dicha tienda, Sasuke se paró ante un escaparate, había encontrado el regalo perfecto para Naruto. Ahí, en el escaparate había visto una cazadora de invierno de un naranja fosforito, el final de las mangas con rayas negras, y el final de la capucha tenía unas orejas de zorro.

- Oye Sakura, ¿qué te parece eso de ahí?

- Definitivamente le va a encantar. Entremos, te la tienes que probar.

- ¿Uh?

- Naruto y tú usáis la misma talla, no quiero llevarle una que le quede grande, así que me harás el favor de probártela – le contestó con una sonrisa ante la cual Sasuke no podía negarse.

 

La dependienta les sacó varias tallas para que se las probara y los dejó solos.

- Por favor, Sakura, acaba rápido – dijo Sasuke mientras posaba para ver cómo le sentaba.

- Pero si te está genial – le contestó Sakura mientras deba vueltas sobre él -. Aunque no te queda bien – dijo entre risitas.

- Es horrible, es un color demasiado llamativo.

- Por lo que es perfecta para Naruto.

- ¿Y para mí? ¿Cuál sería perfecta? – le preguntó provocándola ahora que se había parado frente a él y sus rostros se encontraban a unos centímetros.

Sakura se puso como un tomate frente a esta pregunta. ¿Qué insinuaba con esta pregunta? ¿Quería que le contestara a esa pregunta en serio? ¿O estaba bromeando?

Por suerte para Sakura, llegó la dependienta antes de que le diera tiempo a contestar.

- ¿Lo tenéis todo claro? – les preguntó.

- Sí, nos llevamos esta de aquí – respondió Sakura con urgencia antes de que Sasuke volviera a insistir en su pregunta.

 

Cuando salieron de la tienda Sakura propuso que fueran a comer.

- ¿Qué te apetece comer? – le preguntó Sasuke.

- Si te soy sincera, me apetece ramen.

- A mí también, vayamos a comer ramen – con lo que Sakura asintió y se dirigieron hacia el restaurante.

* En esos momentos Naruto sintió un escalofrío, ¿alguien iba a comer ramen sin él? *

Mientras comían Sakura se fijó en que el móvil de Sasuke no paraba de iluminarse.

- ¿Sasuke-kun ocurre algo urgente? No paran de llegarte mensajes.

- Ignóralo, sólo son mi hermano y el tonto de mi primo que se aburren y llevan todo el día hablando por el grupo.

 

Terminaron de comer y se dirigieron a la tienda de las figuras pero resultó estar cerrada.

- Como todavía queda un rato para que vuelva a abrir la tienda, ¿te parece que veamos alguna película en el cine? – sugirió Sasuke.

- Sí, de esa manera podremos hacer tiempo.

Habían elegido una película de animación ya que era la de menor duración. En la sala no había mucha gente, solamente una familia con sus hijos, un matrimonio mayor y un grupo de amigas. Sasuke y Sakura se encontraban centrados de la pantalla, pero los más alejados de ella. Además se habían comprado palomitas pequeñas para compartir. Una vez apagaron las luces y durante los los tráileres empezaron a comerlas mientras comentaban en voz baja los tráileres que veían.

- Siento que Naruto nos obligará a ver esa película - comentó Sakura entre risitas.

- Tenlo por seguro, ¿acción y superhéroes? Desde luego que nos obligará - añadió Sasuke entre risas también.

Una vez se acabaron los tráileres empezó la película y el paquete de palomitas ya lo llevaban por la mitad. Debido a la forma cónica del recipiente cada vez sus manos se rozaban más cuando cogían la comida provocando que ambos se sonrojaran y se disculparan con el otro por el contacto.

Se acabaron las palomitas y dejaron el recipiente en el asiento que Sasuke tenía a la izquierda, que no había nadie. Pasaron diez minutos y Sasuke anhelaba el contacto de Sakura, no era gran cosa, pero esos roces involuntarios habían provocado que quisiera cogerle de la mano, pero ¿cómo lo iba a hacer? No eran pareja ni nada, ¿y si le rechazaba y se enfadaba y se iba de la sala? No podía jugársela.

Pasaron cinco, diez minutos más y Sasuke no dejaba de mirarla de reojo, estaba atenta a la película con los brazos apoyados en los reposabrazos, en cambio él no dejaba de pensar en ella. Así que decidió hacer lo que mejor se le daba hacer: hacerse el desinteresado.

Se inclinó hacia su izquierda y apoyó la cabeza sobre su mano izquierda, el brazo derecho lo apoyó sobre el otro reposabrazos, de manera que su mano estuviera cerca de la de Sakura, y se puso "a ver la película".

A Sakura no se le escapó este acto y pensó "Sasuke-kun me lleva mirando desde que ha empezado la película, ¿será que no le está gustando la película y quiere que nos vayamos? Pero ahora parece que le está prestando atención. Y su mano... ¡Está tan cerca de la mía! ¡Shannaro! ¿Qué pasaría si acerco la mía a la suya? ¡Oh no! ¿Y si lo espanto y decide levantarse e irse de la sala?"

Como si una Sakura interna la controlara, se quitó el miedo y movió su mano un poco hacia la izquierda. Este gesto no le pasó desapercibido a Sasuke y para sorpresa de Sakura, él imitó el gesto, pero hacia la derecha, hacia ella. Sakura lo intentó una vez más y esta vez sus meñiques se tocaron. Pero lo que pasó luego Sakura no lo esperaba. Sasuke entrelazó sus dedos provocando que Sakura casi se desmayase.

Si alguien les hubiera preguntado de qué iba la película ninguno de los dos hubiera sabido contestar ya que se pasaron el resto de la película así, con los dedos entrelazados, Sakura roja como un tomate y Sasuke con una ligera sonrisa en la cara con las mejillas un poco rosadas, ninguno de los dos llegando a prestar atención a la película.

 

Al salir del cine se dirigieron a por el regalo que faltaba mirándose ocasionalmente de reojo sin ninguno mencionar lo sucedido durante la película.

Al llegar a la tienda no sólo encontraron una figura que cumplía con los requisitos que buscaban si no que además Sakura encontró un monedero que sabía que a Naruto le iba a encantar.

 

- Qué alegría que ya tengamos los regalos – exclamó Sakura mientras se sentaba en un banco.

- Hn – asintió Sasuke.

- ¿Te apetece hacer algo más, Sasuke-kun?

- No - Sakura se puso triste -. Mi hermano ha venido a por mí, que quiere que le acompañe a un recado – mintió el pelinegro, desde que había salido del cine no había dejado de pensar en cómo escabullirse para comprarle un regalo a ella por Navidad y pensó que esta era la excusa perfecta.

- Ah entiendo – dijo la pelirrosa al levantarse del banco –. Yo me quedaré dando una vuelta que Ino me ha encargado que le compre una cosa – mintió también ella, que al igual que él, también le quería hacer un regalo por Navidad -. Nos vemos el lunes en clase – se despidió con una gran sonrisa y moviendo la mano mientras se alejaba en la dirección opuesta a Sasuke.

- Sí, nos vemos – se despidió el pelinegro con la mano y una sonrisa en la cara.

Sí, estaba enamorado. Debía encontrar un regalo a la altura de lo que sentía y fuera capaz de transmitirlo. Por suerte, sabía dónde encontrarlo.

 

Se dio varias vueltas por la joyería, desde luego eran adornos muy bellos, pero no estaban a la altura de Sakura. Hasta que encontró lo que buscaba.

- Buenas tardes caballero, ¿en qué le puedo ayudar? - preguntó el dependiente de la joyería.

- La pulsera de flores de cerezo, ¿me la puede enseñar? – preguntó el joven.

- Por supuesto, espere que la traiga - y el dependiente desapareció para buscar la pulsera.

- Sasuke. – le llamó una voz que conocía bastante bien.

- Kakashi, ¿qué haces aquí? – el peligris estaba apartado en una esquina de la tienda y el adolescente ni se había dado cuenta que estaba -. “Nuestra noche apasionada” – leyó el título del libro que su profesor llevaba en la mano – “Sí, definitivamente le gustará el regalo. Menos mal que los he guardado en la mochila y no los puede ver” – pensó Sasuke.

- Aquí tiene - les interrumpió el dependiente -. Como puede ver, tiene un cierre magnético y si lo desea puede grabar lo que desee. Le viene incluido con la promoción de Navidad. ¿Quiere que le grabemos algo? – le preguntó amablemente mientras Sasuke ojeaba la pulsera de cerca.

- Sí, ¿puede grabar la palabra “Gracias”? – el dependiente se quedó extrañado al ver que no le decía el nombre de ninguna mujer pero no puso pegas.

- De acuerdo joven, si espera unos minutos a que le grabe la palabra, ahí tiene un asiento – y el dependiente desapareció de nuevo a prepararle el regalo.

- Veo que si pregunto no me dirás quién es la afortunada – le comentó Kakashi con una ceja arqueada.

- No es asunto tuyo – respondió secamente el pelinegro.

- Seguro que no tiene que ver con una jovencita de cabellos rosas con los que te gusta jugar en clase mientras estás distraído, ¿me equivoco? – le contestó con una sonrisa burlona que escondía tras su máscara.

Sasuke trató de intimidarlo con la mirada pero las mejillas rosadas le delataban.

- Señorito Kakashi, ¿puede venir un momento? – le preguntó otro dependiente de la tienda -. El señorito Obito le reclama.

- Parece que me llaman – dijo exasperante Kakashi -. Nos vemos en clase. Ah, y, le quedará perfecta – se despidió con un guiño en el ojo.

A los minutos volvió el dependiente con la pulsera y se la envolvió para regalo. Finalmente Sasuke salió de la tienda y se dirigió a su casa andando con una sonrisilla en la cara.

 

Una vez en casa, fue recibido por su hermano y su primo que estaban tirados en el sofá con los móviles.

- ¿Cómo fue tu cita con Sakura-chan? – preguntó Itachi que se encontraba tirado en el sofá al lado de Shisui.

- No era una cita – respondió secamente Sasuke ignorando a los dos jóvenes que estaban con el móvil.

- Pero si habéis ido hasta al cine, eso sólo ocurre en las citas – le acusó Shisui burlonamente.

- ¿Cómo sabéis que...?

- Porque durante unas dos horas no tenías cobertura, y tú siempre que vas al cine apagas el teléfono.

- ¿Me habéis estado espiando, a base de si me llegaban mensajes o no? ¿Por eso hoy, estabais tan animados por el grupo? ¿Para controlarme? – preguntó Sasuke que empezaba a mosquearse con el dúo.

Shisui e Itachi se miraron de reojo evitando la mirada de Sasuke.

- ¡Oh Sasu-chan! ¿Qué tal tu cita con Sakura-chan? - preguntó Mikoto que acababa de entrar en el salón.

- ¡Oh venga ya! - exclamó un Sasuke harto de su familia mientras se dirigía a su cuarto.

- Según él, dice que no ha sido una cita - le contestó Shisui a su tía que no estaba entendido la situación -. Pero según nuestra investigación, sí ha sido una cita - dijo mientras mostraba la pantalla de su teléfono a Mikoto provocando una cara de felicidad en el rostro de esta mientras se acercaba a los jóvenes para que les contaran su investigación.

 

En su cuarto Sasuke recordó el día de hoy y sonrió al ver el regalo que le había comprado a Sakura que decidió guardarlo en un cajón de su cómoda para que nadie lo encontrara. Durante los próximos días, cada vez que se veían, ambos reaccionaban tímidamente. Recordaban esa “cita” en el cine y se coloraban. Sasuke deseaba que llegara Navidad para poder entregarle el regalo a Sakura y tener la valentía suficiente para confesarle lo que sentía. No solo Sasuke se encontraba en esta situación, Sakura se sentía igual.

Finalmente llegó ese día. Y esa noche, ambos se atrevieron a intercambiar sus regalos y a decirse lo que sentían.