Harrython 2011

Si su vida fuese una obra de teatro

Ron sería su fiel escudero que le seguiría en las más descabelladas y mortales aventuras, si decidía tirarse por un precipicio que acabase en un nido de dragones él le seguiría. Por suerte no lo era, y el pelirrojo además de ser un buen amigo tenía buen juicio, pensaba por sí mismo y no sólo eso sino que también era un buen estratega, de modo que podían estar a salvo de saltos por un precipicio sin sentido.

Hermione sería una ratona de biblioteca, no pararía de leer ni para comer, ducharse o andar por la calle e incluso sería sonámbula con tal de continuar leyendo dormida. Pero su vida no era una obra de teatro, y gracias a eso su amiga no vivía sólo en sus libros, comía conversando con todos, no necesitaba impermeabilizar sus libros, no se chocaba contra las farolas por ir leyendo por la calle ni tenía que asegurar las puertas de su casa para que ella misma no saliese a dar una vuelta en sueños. Realmente era un alivio porque sino no tendría una amiga, tendría una enciclopedia andante y Harry amaba sus largas conversaciones y sus buenos consejos.

Si su vida fuese una obra de teatro Draco sería un príncipe de sangre azul, rico, perfecto e inalcanzable para un plebeyo como Harry. Gracias a Merlín no era así y por ello podía verle amanecer cada día a su lado, podían amarse sin restricciones, podía reír, llorar y pelear con él. O como en ese momento podía vestirse de punta en blanco y dejarse arrastrar a ver una obra de teatro donde seguramente acabaría dormido por mucho que Draco dijese que esa le iba a sorprender, que con esa sí se divertiría.

Harry esa vez, como otras muchas veces, había asentido incrédulo y no fue hasta que llegaron a la puerta del teatro que tuvo que darle la razón, pues en ese momento la seguridad de que su vida no era una obra de teatro se había tambaleado. “Harry Freakin’ Potter” era el título de la obra que verían esa noche.

Fin