Un slytherin muy peculiar
Un slytherin muy peculiar
Un chico de desordenados cabellos negros caminaba por los pasillos de Hogwarts como cada noche con pasos seguros y una ufana sonrisa en los labios, su capa negra y verde ondulaba a su paso.Harry Potter era un slytherin muy peculiar. A diferencia del resto de su casa, él solía llamar bastante la atención por meterse en numerosos problemas que no le incumbían. También era uno de los pocos slytherins con el que hasta los gryffindor evitaban meterse. Nunca sabías como iba a reaccionar, a veces te la guardaba para vengarse en un momento más oportuno como sería lo normal en las serpientes, pero otras impulsivamente te la devolvía en el momento. Nadie podría decirte qué actitud temían más, en ambos casos acababas en la enfermería tras enfrentarte al poderoso mago, la diferencia la hacía el tiempo que pasaba antes de que eso ocurriese.
El joven mago era temido pero también respetado por arriesgar su vida en más de una ocasión y por defender a quien pensaba que lo necesitaba independientemente de a que casa perteneciese y a qué casa se enfrentase.
Los primeros años recibió muchas reprimendas de otros miembros de su casa, cuando vieron que gracias a él los prejuicios que se tenían hacia las serpientes estaban desapareciendo acabaron aceptándolo y consintiendo sus desmanes, al fin y al cabo era el príncipe de Slytherin o el príncipe consorte nadie lograba decidir quién era quien.
Llegó al séptimo piso, se detuvo frente a una gran puerta de roble como se podían ver en la mansión Malfoy y la abrió encontrando en ella lo mismo que la noche anterior y la anterior… Un desnudo Draco Malfoy le esperaba en una gran cama de doseles verdes y sábanas grises de satén comiéndose sus chocolates.
–Llegas tarde –le reprendió Draco–. ¿Qué fue esta vez?
–Weasley –dijo por toda respuesta.
–¿Cuál de ellos?
–Ron. Intentó lanzarme una de esas bombas fétidas de sus hermanos, pero se la lancé de vuelta –respondió Harry con una sonrisa.
–No sé que fijación tiene contigo. ¿No se cansa de que le mandes a la enfermería?
–Creo que me la tiene jurada porque acabé en slytherin pese a todo lo que estuvo diciéndome en el tren el primer año.
–Para que luego digan que nosotros somos rencorosos.
–Ni que lo digas –coincidió Harry al tiempo que se desnudaba y caminaba hasta la cama donde cubrió al rubio con su cuerpo para besar sus labios.
Se separaron y el rubio aprovecho para llevarse otro chocolate a la boca, pero Harry lo interceptó.
–Deja de comerte mis chocolates –dijo arrebatándoselo para llevarlo a su propia boca.
–La próxima vez no tardes tanto –replicó Draco.
–Ya sabes como son los gryffindor no saben pillar las indirectas.
–Gryffindors, ¿quién les entiende?
–Sí, ¿quién les entiende? –asintió volviendo a tomar la boca del rubio y poniendo fin a la conversación.
Fin