Harrython 2011

Harry Potter - J. K. Rowling
F/M
Gen
M/M
G
Harrython 2011
author
Summary
Conjunto de drables y one-shots escritos para el 31 cumpleaños de Harry Potter en la comunidad Harrython de Livejournal.
Note
Disclaimer Los personajes no son míos pertenecen a Jk Rowling y no obtengo ningún beneficio más que felicitar a Harry en su cumpleaños.
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Mi insufrible valiente idiota

Mi insufrible valiente idiota

Paseaba de un lado a otro en la sala de espera del hospital, las suelas de sus caros zapatos estaban gastadas y casi se podía apreciar un surco en el suelo que pisaba una y otra vez con su repetitivo andar nervioso.

Al principio había intentado mantener el temple recurriendo a toda su aristocrática educación, pero había pasado una hora “¡Una hora! Estúpidos medimagos” y todavía no sabía nada.

Maldijo el momento en que volvió a encontrarse con Potter después de la guerra. No sabía por qué se preocupaba tanto, se merecía lo que le pasara “Insufrible idiota”. A ver, ¿quién le mandaba meterse en tantos líos? ¿No había tenido bastante con la guerra? Que alguien viniera y se lo explicara, porque él no lograba comprenderlo. Si tanto le gustaban los problemas que hubiese seguido siendo auror.

Había aceptado jugar para los Chudley Cannons llevándoles a la victoria hasta que había cumplido los treinta e incluso durante ese tiempo le había hecho pasarse muchas noches en esa misma sala puliendo el suelo. Y no, no se estaba quejando de las veces que le había dado una bludger o había sido tirado de la escoba, esas asombrosamente eran la menor de las veces. Se quejaba de todas las veces que había dejado escapar la snitch para devolver a un niño a su asiento que estaba por caer por la barandilla o que de hecho estaba cayendo. Ni que no hubiese seguridad que se ocupase de eso. Draco bufó ante el recuerdo. El muy cabrón además siempre acababa cogiendo la bola dorada pese a la distracción.

Tras retirarse había pasado un par de meses sin nada que hacer hasta que había exasperado a Draco y éste le había sugerido abrir una academia de defensa, vuelo y lo que hiciese falta (bueno, todo menos pociones, se había mofado en su momento), con tal de que le dejase trabajar en paz. El moreno era más inquieto que el ojo mágico de Moody, le había hecho pruebas por si era hiperactivo o algo, pero no, al parecer sólo le sobraba energía al poderoso mago. Harry había aceptado la sugerencia y Draco había recuperado la tranquilidad de su casa, pero si hubiese sabido que iba a volver a desgastar el suelo de San Mungo le hubiese dejado atado a la pata de la mesa o… a la cama y asunto resuelto.

Primero habían sido pequeños incidentes al insistir en construir por sí mismo el edificio, poco a poco, nada que no se curase con un rápido hechizo o una poción que el mismo Draco podía administrarle. Después habían venido algunos hechizos descontrolados de algún alumno, eso a veces le había tenido un par de horas en el hospital, pero Draco no se había preocupado sabía que a los medimagos les gustaba asegurarse de que su adorado héroe estuviese bien antes de dejarle marchar aunque no tuviese más que un chichón. Lo malo era cuando su imán para los problemas se activaba y entonces algo tan simple como volver andando de la academia a casa se convertía en él deteniendo un robo de un bolso a una abuelita y que cuando alcanzase al ladrón éste sacase una navaja tan rápido que ni con sus reflejos de buscador era capaz de esquivar, o, como en esa ocasión, en vez de esperar a que los bomberos muggles apareciesen para apagar el incendio decidiese meterse entre las llamas al oír los gritos de un par de niños.

“Estúpido gryffindor, estúpida valentía y estúpido complejo de héroe” pensó al tiempo que giraba sobre sus talones para volver sobre sus pasos una vez más. “Esta vez no se salva, vas a desear haberte quedado entre las llamas cuando te pille, Potter”

–¿Señor Malfoy? –le llamó una medibruja.

–¿Cómo está? –se apresuró a preguntar.

–Tenía quemaduras de tercer grado, pero gracias a que ha llegado tan rápido hemos podido reconstituir toda su piel. Estará unos días con la piel muy sensible y tendrá que aplicarse unas pociones en la piel, pero se recuperará por completo –respondió la medibruja.

Draco suspiró aliviado. –¿Puedo pasar a verlo?

–Sí, pero no puede tocarlo.

Draco asintió y siguió a la mujer hasta la habitación en que estaba su novio.

–Hola –susurró Harry con cierto temor y una tímida sonrisa.

Draco eliminó la distancia y le abrazó con todas sus fuerzas olvidando la advertencia de la medibruja.

–¡Ay, ay ay! Draco, no me quieras tanto. Duele –se quejó Harry.

–Valiente idiota.

–Pero aún así me quieres –replicó con una amplia sonrisa.

Draco le besó hasta que al recargarse sobre el cuerpo en la cama éste se quejó.

–Te lo mereces, la próxima vez te lo piensas antes de tenerme tanto tiempo ahí esperando a saber si estás bien –le regañó Draco–. Ni que no tuviese nada mejor que hacer.

–Te quiero.

Y con esas simples palabras se olvidó de todo lo que le había hecho sufrir y la bronca que tenía pensado echarle. Harry podía ser un insufrible valiente idiota, pero era su insufrible valiente idiota y eso lo compensaba todo.

Fin

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