Harrython 2012

Harry Potter - J. K. Rowling
F/M
Gen
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G
Harrython 2012
author
Summary
Conjunto de drables escritos para el 32 cumpleaños de Harry Potter en la comunidad Harrython de Livejournal.
Note
Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc. Nadie gana ningún beneficio económico con esta historia ni se infringen deliberadamente derechos de autor.
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Caminando al trabajo

Harry entra en el Caldero Chorreante y, como cada vez, saluda a Hannah Abbott, quién ahora regenta el bar. Pese al diferente propietario, la textura pringosa de las mesas observable desde la distancia y las manchas de Merlín sabía qué del suelo siguen siendo su marca de identidad. El único cambio observable es la mejora del menú, ya no pone tu estómago a prueba, aunque el puré de guisantes sigue siendo un icono del local, de cualquier forma Harry hace años que no come allí.

Con paso rápido, evitando que la gente le pare, llega a la pared que da paso al Callejón Diagon, de manera automática toca con su varita los tres ladrillos y el muro comienza a descomponerse para darle paso. Bajo el arco observa a la gente caminar con premura de un lado a otro, la gran mayoría con sus túnicas y sombreros y como siempre una emoción le invade por encontrarse en el primer lugar mágico que conoció. Casi con reverencia se adentra tres pasos en el callejón para detenerse un momento más y mirar a su alrededor hasta que se siente uno con el lugar y comienza a caminar despacio, por una vez no va con la hora pegada al culo para ir a trabajar.

A su izquierda encuentra la tienda de calderos y el boticario que constituirían el sueño de todo pocionista y recuerda a su antiguo profesor que dio tanto por la paz en que ahora vivían y con una sonrisa a Malfoy, con quien poco a poco ha ido formando una amistad desde que coincidieron en el andén nueve y tres cuartos el primer año de Albus y Scorpius en Hogwarts. El hombre sigue poniendo su paciencia a prueba, pero los insultos hace tiempo que son dichos en tono de broma, para no perder las “buenas” costumbres más que para herir.

A la derecha está el paraíso de Hermione, la librería Flourish y Blotts. Esquivando a la gente llega hasta la tienda y sube los peldaños que le separan de la puerta, intentando no pisar a unos niños allí sentados con la nariz metida en un libro, tan concentrados que ni se inmutan con su paso. El olor a libro nuevo y viejo se mezcla en un aroma que siempre le recuerda a su amiga y por ello ha llegado a amar. Rápidamente se pierde tras la primera estantería, el propietario siempre intenta interceptarle para ayudarle en su compra, pero él, más en esta ocasión que es en busca de un regalo, prefiere intentar encontrar lo que sea por sí mismo.

Observando los títulos salteadamente en las estanterías a sus lados, llega a la sección de curiosidades y pasando un dedo por las polvorientas baldas revisa cada libro, deteniéndose cuando uno llama su atención y amontonándolos levitando a su lado.

Al terminar su revisión, analiza los cuatro libros afortunados y, ante su indecisión, los hace rotar ante sí, cierra los ojos y atrapa uno. Sabe que da igual qué elija, Hermione se lo agradecería con una sonrisa y un abrazo antes de comenzar a ojearlo y con ello ilusionarse con nuevas cosas descubiertas y a la vez criticar todos los fallos que encontraría en esos artículos. A él le encanta, porque le recuerda cuando revisaba sus redacciones en Hogwarts e incluso sus discursos ahora y puede observar esa pasión por el conocimiento que siempre hace brillar a su amiga.

Paga el libro aguantando con una falsa y casi invisible sonrisa la admiración y agradecimiento del tendero, y se sumerge en la calle atestada de gente con el libro a buen recaudo en un bolsillo interior de su chaqueta.

Se detiene como un niño a ver las novedades en Artículos de calidad para el juego de Quidditch, la Storm 2020 está causando sensación. A su lado en el Emporio para Lechuzas Eeylops y tienda de animales, una lechuza parda de ojos amarillos no despega la vista de él, es como si sintiese que es un extraño mago sin nadie quien le lleve las cartas y le picotee de vez en cuando. Esa ave lleva comportándose así desde que había llegado al establecimiento días atrás, da igual cuán rápido pasase por el callejón siempre le sigue con la mirada. La curiosidad que va despertando en él le impulsa a comprarla, pero no sería ese día.

Mirando por el escaparate al interior del establecimiento, observa cuánto han ampliado su catálogo de animales. Ahora, además de lechuzas, gatos, ratas y sapos, hay otras aves, perritos, serpientes, peces, arañas exóticas e incluso hurones. Estos dos últimos seres serían los regalos perfectos para Ron y Malfoy, quizás así por una vez se podrían de acuerdo en algo: para matarle.

La Heladería de Florean Fortescue, aunque ahora la llevaba el sobrino, le llama como oso a la miel desde el otro lado de la calle, pero se contiene por ser demasiado pronto en la fría mañana londinense de mediados de septiembre, aunque ya está salivando al pensar en las deliciosas copas de helado.

Pasa de largo ante Madame Malkin, que cada vez tiene ropa con un corte más parecido al moderno muggle, y Gringotts, tan imponente como siempre. Observa con cariño la pequeña tienda de varitas Ollivander’s, y casi corre al pasar frente al Profeta finalmente llegando al acceso al Ministerio de Magia, esta vez relajado para tener más paciencia con las meteduras de pata de los aurores novatos y con la prepotencia de los más veteranos, que también se equivocan a veces pero siempre se sienten por encima de él aunque se tratase de su jefe.

Continúa en el reto #15...

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