
A la mierda el orden natural de todas las cosas
“He seguido las reglas y tu voluntad, sin cuestionar ni una sola ves tus órdenes. He dado la mitad de mi obscuro corazón. Te llevaste a mi hijo. A Nicholas. Me postre ante ti, dejando a un lado mi orgullo, la grandeza del ser cósmico que soy” respira profundamente la Muerte para detener las lágrimas que intentan salir de sus ojos.
“Me arrodille ante ti maldita sea, suplicándote con todas mis fuerzas que lo dejaras vivir. ¡Y aun así no fue suficiente!” clama la vos angustiada y enfurecida de Rio a los cielos, donde sabía que su padre la estaba escuchando.
“Ahora te atreves a llevarte a mi esposa, el amor de mi vida, mi obsesión y toxicidad. Te atreves a tratar a quitarme la única luz que me queda en estas realidades que has creado” Rio baja la cabeza mientras su mano derecha quita con suma delicadeza los pequeños cabellos pegados a la frente sudorosa de Agatha “A ella no la perderé, no por el maldito orden natural de todas las cosas”
Recostando a Agatha suavemente sobre la alfombra de flores que construyo rápidamente por ella, se pone de pie y posa su mirada hacia el cielo con su verdadera apariencia. Su cara esquelética y esos ojos negros a simple vista vacíos, pero en ellos albergan una promesa de venganza que los diversos universos han visto jamás.
“Juro que si me la quitas, no habrá piedad. Haré que el mundo, el universo, el mismo cosmos sienta mi dolor, el rompimiento de mi ser y el desgarre de mi corazón. Haré que este dolor no sea solo mío” respira profundamente Rio tratando de contralar su vos “Me llevaré conmigo a la mitad de tus tan preciados universos” escupe desagradablemente La Muerte “destruyendo todo lo que has construido y amado más que a tus propios hijos” promete mientras lágrimas negras le recorren las mejillas.
Abruptamente la vida se paraliza.
La tierra deja de girar, el tiempo se detiene, la respiración pesada de Agatha se suspende, las personas desintegradas a su alrededor estáticas se volvieron, el caos en el ambiente se paraliza, el viento deja de moverse y los cielos se partieron.
Diversos seres celestiales, como son llamados comúnmente por los humanos, son los primeros en descender. Brillosos humanoides musculosos con alas blancas, vestidos con sus impecables armaduras doradas y sus espadas luminosas, formaron un círculo alrededor de Rio.
“Princesa” dijeron en unísono los 7 guardias reales del Rey. La Muerte solo asintió con la cabeza mientras seguía observando hacia arriba, esperando la llegada triunfal de su Padre, pero no sería el único, pues de esa misma grieta, descendieron cuatro seres cósmicos, encargados de mantener el orden y naturaleza de las cosas, Tiempo, Destino, Caos y Vida, hermanos de Muerte.
Reunión familiar, solo mi maldita suerte, pensó Rio mientras veía a los ojos de cada uno de sus hermanos. Sin embargo, no termino de contemplarlos, pues el azulado color de cielo se tornó en un dorado dolorosamente brillante, ardiente y segador para el ojo humano y eso solo podía significar una cosa, el creador de los universos y el Padre de la Muerte estaba descendiendo de su trono.
Poniéndose de rodillas los seres celestiales y bajando la cabeza en forma de reverencia, esta última acción realizada también por los hermanos de Rio, descendió lentamente hacia la tierra, el creador de los universos, de las realidades y del cosmos.
Un ser celestial de ojos dorados intensos, piel avellana, el cabello largo de un negro intenso, creando un verdadero contraste con su túnica blanca y sus pies descalzos.
“Hija mía” dijo aquel ser tan brillante, que si algún humano lo contemplara quedaría en segundos ciego, pues tanta grandeza no está permitida observarla con los ojos físicos.
“Padre” escupió Rio aun segada de dolor, pero aun consiente del respeto que merece, lo que la llevo a inclinar su cabeza renuentemente, pero sin dejar de mirarle con rencor y dolor a los ojos.
Por minutos nadie movió un musculo y ni se atrevieron a respirar, hasta que el Padre de Rio, sabiendo como era su hija, inicio la dolorosa pero necesaria conversación
“Muerte, sabes que no puedes interferir en los asuntos del tiempo de vida de mi creación. Aunque no me creas, fue el destino de tu hijo que muriera a la edad de 7 años y ahora a tu esposa le toca el mismo camino” decía calmadamente mientras sus ojos dorados se postraban con compasión en el cuerpo paralizado de la esposa de su hija.
“No me vengas con esas idioteces” reprocho con voz dura “¡Tú eres el creador de todo! Tú eres el único ser que puede crear, destruir y cambiar el transcurso de las cosas. No salvaste a Nicholas porque no quisiste, sé que su muerte fue una lección para mí, por haberme pasado por los cojones tu regla de “no te enamores de mi creación” dice con vos burlona y sarcástica Rio “Acepte su muerte, con perfecto conocimiento que mi relación con mi esposa se iría al demonio” se detiene, tragándose fuertemente el nudo en la garganta para no mostrarle a su padre, el dolor que aun albergaba su corazón al recordar a su niño pequeño “Acepte el trascender de Nicky y lo realice, pero el de Agatha, el de mi mujer no lo haré, no me quitaras la única luz que me queda. No te llevaras a mi única motivación para seguir existiendo en esta larga vida. No Padre. Si tengo que lastimarte para detener su muerte, lo haré, aunque muera en el intento” declaro con vos llena de odio, aceptación y promesa.
Gélido se tornó el ambiente.
Tiempo, Destino, Caos y Vida, se quedaron asombrados e impactados ante las palabras de su hermana hacia su Padre. Si bien, en muchas ocasiones no estaban de acuerdo con las decisiones de su creador, ninguno lo había retado, nadie se había atrevido a decirle algo así a su progenitor, ni siquiera Caos, que era, bueno Caos, y mucho menos Rio, la más lógica y fría de los cinco.
Los primeros en reaccionar fueron los centinelas, los cuales formando un círculo de barrera alrededor de Rio, desfundaron sus espadas y tomaron posición para atacar. Su princesa le había declarado prácticamente un duelo a su Rey, no deseaban asesinarla, pero si atacaba y se les ordenaban eliminarla, lo harían sin dejar salir ni un suspiro.
El creador observando el dolor, la resignación y determinación de su hija, las caras de conmoción de sus otros hijos y la convicción de sus centinelas para asesinar a su hija si lo ordenaba. Congeló el cuerpo de todos y alzando sus manos en forma de paz, declaro
“Muerte, Nicholas trascendió porque era parte tuya y de un humano. Su vida y su desarrollo no correspondía en este plano. Además, y seamos honestos, tu esposa, la asesina de brujas, no es la fichita más amable e inocente que digamos, pero aun así ella tampoco corresponde a este plano” revelo hacia una pasma Muerte “Cuando me fuiste a suplicar, pensé en ti y en tu futuro, debes de amarlos verdaderamente para arrodillarte ante mi cuando ninguno de tus hermanos lo ha hecho y mira que hubo momentos donde pensé que lo harían, pero fue más importante su orgullo” rompió contacto visual con Rio, para voltear a ver a cada uno de los ojos de sus hijos, y como lo esperaba, no encontró en ellos arrepentimiento. Mirando nuevamente a los oscuros ojos de su hija, continuo “Pero tú dejaste a un lado tu vanidad, soberbia y orgullo por dos mortales. Cuando Nicholas trascendió, yo personalmente lo recogí después que lo dejaste en el camino para renacer” el jadeo de sorpresa que dejo salir Rio, retumbo por toda la tierra “Él es tu hijo, es parte tuya y por lo tanto es parte mía, gracias a ello, el no rencarno, esta dormido, esperando por ti y tu esposa. Una vez que trascienda tu mujer, he creado para ustedes un hogar en mi reino, para que Nicholas pueda crecer, desarrollar sus poderes y decidir si se vuelve tu heredero o algo más” paró un momento para tomar aire, no porque lo necesitaba, sino para que su hija pudiera asimilar la información que le estaba revelando.
“En cuanto a Agatha Harkness” continuo “ella trascenderá, pero no reencarnara porque cuando unieron sus almas en matrimonio le concediste y le traspasaste parte de tu ser cósmico, usualmente eso no sucede, pero yo accedí y aprobé ese cambio en su destino” concluyo el creador para mirar a su hija anonadada y mirándolo en un estado de conmoción sin importarle que desde hace minutos sus lágrimas caían sin cesar por sus mejillas “Acepto que he sido cruel, contigo y tus hermanos Muerte, pero he tratado de rectificar esos momentos donde no estuve para ellos ni para ti. Muchas veces he estado atrás de ustedes apoyándolos y ni siquiera se han dado cuenta, pero eso es un padre, jamás le reprochara a sus hijos todas las veces que los ha apoyado y ayudando a enmendar un error”
Rio sin saber que decir, que pensar, solo se puede acercar a su padre sin importarle que las espadas de los centinelas se le estaban clavando en el cuerpo, haciendo que sangre negra se resbalara por su torso.
“déjenla pasar” proyecta en sus mentes el creador. Estos rápidamente enfundan sus armas y vigilan meticulosamente cada movimiento de musculo de su princesa, mientras se dirige a su padre.
Rio continúo cerrando la distancia que había entre su padre y ella, hasta estar cara a cara. Sus hermanos nerviosos y temerosos de sus futuras acciones rebasaron la posición de los centinelas, acercaron a unos centímetros de ellos, preparados por si debían de intervenir.
La Muerte mirándolo a los ojos unos minutos, lentamente se arrodillo ante El y abrazando sus piernas como si de una niña pequeña se tratase y desde el fondo de su ser, exclama con toda la gratitud de su corazón “Gracias Padre.”
Minutos, horas y milenios pudieron haber transcurrido y a nadie le importaba, porque era histórico este momento, cuando un hijo busca cobijo en los brazos de un padre sin importarle ninguna otra cosa, más que el amor y la seguridad de su figura.
El creador tomándola de sus brazos la levanta y pegando su cabeza hacia su pecho, la abraza y Rio es presa de un llanto tan desgarrados que, hasta Caos, el segundo más frio de los cinco, agarra la mano a Vida, la gemela de Rio, intentando consolarla al verle las lágrimas correr también por sus mejillas. El cómo sus hermanos, jamás creyeron que verían a su hermana llorando y mucho menos en el pecho de su Padre.
Décadas, siglos y milenios pudieron transcurrir y nadie se atrevió a interrumpir dicho momento. Finalmente Rio más calmada se separó de su padre y lo miró. Este le regala una sonrisa tan calmada y bella que nuevamente se le llenaron los ojos de lágrimas, pero esta vez, de paz.
“Hija, ¿estas listas para ir a casa con tu esposa?”
Rio mirando a su alrededor, le pregunta a su padre “¿y a tu creación que le pasará? Alguien deberá de recoger todas esas almas”
El creador volteando y viendo el escenario ante sus ojos le informa “seguirá el curso de trascendencia, no lo comprenderás ni tu y ni tus hermanos, pero algún día lo harán. Confíen en mi” declara el creador viendo a cada uno de sus hijos a los ojos “en un futuro próximo se los explicare y verán por qué deje que el curso siguiera. Y no te preocupes Rio, los centinelas se encargarán de transportar a todas las almas, es momento que vayamos a casa” dicho eso, se acercó hacia donde estaba recostada Agatha, levantando sus manos hacia el cuerpo postrado, irradio de la palma de sus manos una tenue luz dorada, la cual inundo por completo a la asesina de brujas, levantándola del suelo, completando nuevamente su cuerpo y dejándola con un aspecto brilloso, no tan radiante como la de sus hijos, pero si más luminoso que un rayo de sol.
“Agatha Vidal-Harkness despierta” le ordeno
Agatha abriendo los ojos de golpe, no podía creer lo que estaba viendo. Había un señor de cabello negro intenso con ojos dorados brillantes sosteniéndola en el aire con la mente, mientras que atrás de él, estaban más de siete personas observándolos. Cuatro de ellos con túnicas de distintos colores, irradiando la misma luz dorada brillante que Rio; y otros 7 humanoides, pues no podía distingue a ciencia cierta sus géneros, con armaduras que nunca en su larga vida había visto irradiando una luz más tenue, casi blanca. Pero lo que más le impacto fue el estado de su esposa, la cual, apareciendo en su campo de visión a lado del señor brillante, tenía los ojos rojos como si hubiera estado llorando desde hace horas y sus mejillas estaban mojadas de lágrimas y aun resbalaba una que otra gota de sus bellos ojos.
Agatha temblorosa de hablar pero reuniendo su enojo, preocupación y posesividad sobre su esposa exclamo “No sé si es un sueño o si he muerto, pero más le vale a alguien explicarme porque mierda mi esposa está llorando, antes de que empiece a succionarles sus lucecitas brillantes de sus cuerpos” rugió la antigua asesina de brujas. Solo ella podía hacer llorar a Rio, nadie más tenía ese privilegio y si lo tenía, ella se encargaría de pulverizarlos y borrarlos de la historia.
Caos, que había estado callado durante toda la escena dramática, algo sumamente inusual de él, y aun tomado de la mano de Vida, se carcajeo ruidosamente. “Hermanita, te encontraste a tu perfecta mitad. Esta igual de loca y obsesionada que tu”
Rio solo le lanzo una mirada asesina a su hermano y comunicándose telepáticamente con su gemela, le pidió que lo golpeara, a lo que Vida respondió rápidamente, soltando su mano y pegándole una palmada en la nuca, mientras los otros hijos del creador reían al intercambio. No sabían porque reían, probablemente de nervios, de incredulidad y aun en estado de shock por todo lo que había pasado ante sus ojos hace unos momentos.
Agatha solo giro los ojos y volviendo a ver a aquel señor que aun la tenía en el aire, le pidió amablemente si la dejaba en el suelo. Este último accediendo al pedimento, la coloco en la tierra, donde una ansiosa y enamorada Rio la tomo en sus brazos
“Mi amor” exclamo Vidal para darle un beso tan cargado de tantas emociones que Agatha no pudo hacer nada más que corresponderle, porque solo una cosa sabia con exactitud hace unos segundos se estaba desintegrando en cenizas y por primera vez en muchos años, estaba verdaderamente al borde de la muerte y Rio sorprendiéndola nuevamente la salvo.
Un gentil, pero determinante carraspeo las hizo separarse. Rio, teniéndose de rojo sus mejillas, solo pudo susurrar un “lo siento Padre”
“¿Padre?” Exclamo Agatha con sorpresa e incredulidad
“Hola Agatha Harkness, es un gusto al fin conocer a la esposa de mi hija” ríe suavemente por lo bajo el creador al ver la cara de su nuera
Gritando ahogadamente en un susurro le reclama a Rio “¡¿este es tu padre?!”
Su esposa aguantándose la risa, le explica “Si, es mi Padre, el creador de los universos. Y los metiches que están atrás de él, son mis hermanos, Caos, Tiempo, Destino y mi gemela, Vida. Los que están alrededor de nosotros son los guardias de mi padre, los centinelas” explica calmadamente Rio
“Estoy conociendo a tu familia con mi pantalón ensangrentado y despeinada. ¿Rio no me pudiste avisar?” Exclama con nerviosismo, molestia y pena Agatha
“oh lo siento” con vos de incredulidad y levantando las manos al cielo “la próxima vez que mueras, primero me cerciorare que estes impecable para trascender”
Solo Agatha Harkness podía lograr que la Muerte saliera de sus cabales y quererse arrancar el caballo uno a uno, de lo tan maniática que era su esposa.
Al ver el intercambio de ambas, Tiempo le susurra por debajo a Destino “si son tal para cual” mientras ríen los dos, al ver a su cuñada interactuar con su hermana.
“Agatha para contestar tus dudas” interrumpe amablemente el creador “hace unas horas estabas a punto de trascender, pero mi hija hablo amablemente conmigo” mirando rápidamente con el mismo brillo pícaro que Rio tenía cuando omitía una verdad “he decidido darte una segunda oportunidad, pero no vivirás aquí, lo harás en mi reino” proclama sin dejar lugar a alguna duda.
Agatha rápidamente, miro a su esposa para ver si lo que decía era verdad o una broma pero al ver la sinceridad en los ojos de Rio, la agarro la mano y entrelazando sus dedos, redirigiendo su vista hacia su suegro, exclamo “le agradezco señor, por omitir mis ofensas, errores y …” carraspea en vos bajo “asesinatos” regalándole una sonrisa de pena y subiendo más su tono de vos “Amo a su hija y estoy dispuesta a seguirla al fin del mundo” termina dándole una mirada de sinceridad absoluta a Rio, la cual volviéndole a llenar sus ojos de agua, derrama más lágrimas, porque por primera vez desde hace dos centenarios, vuelve a ver en los ojos de su esposa ese brillo de amor puro y pasional que se tienen la una por la otra.
Nuevamente interrumpiendo suavemente el creador proclama sus órdenes.
“Es momento de irnos. Hemos detenido suficiente el curso. Lo que me recuerda, niños” voltea a ver a los ojos de cada uno de sus hijos “Tiempo cuando nos vayamos necesito que descongeles la realidad. Destino observa solo los cambios por si hay algo fuera de la realidad, me lo indiques rápidamente. Caos y Vida hagan el trabajo de Muerte, los trabajadores de ella los ayudarán para que les indiquen a las almas donde dormirán. Y Caos, nada de catástrofes tan grandes, por favor”
“Si padre” responden en unísono.
“Muy bien. Vamos a casa” aplaudiendo una vez con sus manos y dándoles una sonrisa sincera “Hay alguien que está ansioso por verlas” Dándose la vuelta y dándoles una señal a los centinelas, estos se colocan rápidamente alrededor de su Rey “nos vemos en un momento y bienvenida a casa Agatha Vidal-Harkness” cerrando los ojos, el creador juntos a sus centinelas, ascienden hacia a los cielos.
“Rio, es hora” le informa Tiempo. Muerte, viendo a sus hermanos, les sonríe y les agradece por tomar voluntariamente sus actividades.
“¿Estas lista mi amor?” dice Rio mirando con una alegría en sus ojos a su esposa. Brillo que solo cuando se casaron y nació Nicky, han aparecido en los ojos de su Muerte.
“Contigo hasta el fin del mundo” declara
Dejando un suave beso en sus labios, Rio toma de las manos a Agatha, juntando sus cuerpos y sus frentes, las eleva para trascender a los cielos, al reino de su padre, a su nuevo hogar, donde las espera su pequeño fruto de amor, para vivir una eternidad felices por siempre.