Prefacio.
Las manos de Ron barajaban suavemente las cartas. Cualquier persona pensaría que el ceño fruncido y las ligeras gotas de sudor que cubrían su frente serían señal de una alta concentración, Harry, por otra parte, estaba consciente de que estas se debían al alto esfuerzo físico que le generaba el no estallar en carcajadas.
Ron le ofreció la baraja y Harry se mostró bastante divertido cuando “arbitrariamente” las dispuso en la mesa, 12 cartas colocadas de manera circular, 3 delante de él, 3 en frente de Ron, 3 a la izquierda y 3 a la derecha. Tratando de aparentar nerviosismo le dirigió una rápida mirada a la profesora Trelawney, la mujer se veía bastante complacida y Harry supuso que las cosas estaban saliendo bien, tanto él como Ron necesitaban un Extraordinario en su prueba de Tarot para poder equilibrar el Troll que había conseguido en su clase de miomancia.
Ninguno de los dos tenía la menor idea de cómo habían terminado con esa lunática otra vez, pero cuando Sybill rompió en llanto en medio del Gran Comedor porque su clase de sexto año estaba a punto de ser cerrada por pocos asistentes, de alguna manera que Harry no era capaz de explicar, acabaron ofreciéndose como voluntarios.
Fue bastante curioso el que los aceptaran, a pesar de que ambos, con mucha dificultad, apenas habían alcanzado un Insatisfactorio en sus TIMOs de adivinación.
-Las cartas a la izquierda de Harry representan su pasado.- Dijo Ron con la esperanza de que Trelawney le asignara un par de puntos a Gryffindor pero la mujer ni se inmuto, tenía esa mirada frenética que siempre colocaba cada vez que algo se relacionaba con el destino de Harry. Con un ademán exagerado Ron volteó lentamente las cartas.-El loco, significa inocencia y espontaneidad.- Le dirigió una pequeña sonrisa a Harry, quien le sonrió de vuelta impresionado por el compromiso de Ron.- El diablo.- Dijo al levantar la siguiente carta, su rostro mostró una mueca de disgusto.- El chivo expiatorio… ¿Significa que crees que eres inocente de tus culpas? O… ¿Eres inocente debido a factores ajenos a ti?- Ron levantó lentamente la última carta, haciendo una expresión de asombro al ver la imagen de la muerte.- La carta XIII, el final… O cambio violento… Alguien que arranca la inocencia… Un asesino, el pasado de Harry está marcado por un asesino… Creo que se refiere al que No Debe Ser Nombrado…
Trelawney asintió con satisfacción mientras garabateaba algo sobre su pergamino, Harry por otra parte se encontraba bastante aburrido, él y Ron se habían esforzado bastante en preparar las cartas así que esperaba que la profesora se tragara todo ese teatro.
-Estas significan el presente.- Dijo Ron mientras señalaba las tres cartas delante de él, en el fondo se escuchó la voz de Lavender Brown que cuchicheaba algo al oído de Parvati Patil, a Harry le pareció escuchar la palabra “atractivo” entre los murmullos, pero no estaba realmente seguro. El pelirrojo volteo las tres cartas rápidamente, las siguientes serían las del futuro, las cuales darían un mensaje mucho más interesante.- Justicia, resultados positivos, el Emperador, estabilidad y estructura y el Mundo, éxito y victoria, el presente de Harry está lleno de esperanza y triunfo.- La cara de Trelawney mostró un gesto de incredulidad y comenzó a garabatear furiosamente sobre su pergamino.
-Viene el futuro…-Dijo Harry con algo de incertidumbre, si las cosas salían bien le restregaría esa calificación a Hermione en la cara.
-La primera carta.- Murmuró Ron, levantándola lentamente.- La Sacerdotisa, significa el misterio y altos poderes.- Levantó la segunda mientras mostraba una sonrisa.- La Estrella invertida… Normalmente significaría esperanza y serenidad, invertida quiere decir tristeza y desesperación… Parece que el universo no conspira a tu favor compañero.- Guiñando un ojo levantó la última- La Torre, destrucción, los altos poderes conspiran para tu destrucción… Tu futuro está marcado por la muerte Harry.
-¡Oh mi niño!- Harry se vio repentinamente asfixiado por un constrictivo abrazo, los senos de Trelawney se apretaban incómodamente contra su cara- Un destino tan horrible… ¿Cuantas veces no lo he visto yo antes? ¡Está escrito en las estrella Harry!- El resto de los estudiantes los observaban aburridos, ya acostumbrados a las tonterías de la mujer, las únicas preocupadas parecían ser Lavender y Parvati, Ron por otra parte, hacía lo posible para aguantar la risa, el chico aumentaba a tonos de rojo más oscuros con una velocidad alarmante. A esas alturas Harry sabía que tenía un Extraordinario asegurado.
…
-La hubieses visto Hermione, podría jurar que sus ojos casi se salían de sus cuencas, como si en cualquier momento fuera explotar de la felicidad, esa mujer quiere matarte más lo que lo quiere hacer el que No Debe Ser Nombrado, ¡Hombre!- Ron no había parado de reírse desde que terminaron la clase, Dean y Seamus habían escuchado dicha historia alrededor de tres veces ya, hartos los habían echado de su dormitorio, ahora, durante la cena, Hermione los escuchaba vagamente, sin despegar la mirada del libro de pociones.
-¿Estas insinuando que tú y Harry hicieron trampa en su examen de adivinación?- Dijo dejando de leer para dirigirles una mirada acusadora, Harry se hubiera sentido incómodo, pero Hermione le había estado dirigiendo esa mirada desde que iniciaron las clases hace mes y medio.
-¡Vamos Hermione! ¡No puedes estar diciéndolo en serio!- Dijo Ron con molestia, bastante indignado, a pesar de que la acusación fuera cierta.
-¡Lo digo muy en serio Ron! Eres un prefecto, debería acusarte con Dumbledore…- Su tono de voz fue disminuyendo hasta que lo último fue casi un susurro. Era muy evidente que estaba luchando contra el impulso de levantarse y salir corriendo a la oficina del director.- No puedo creer que te hayas prestado para esto Harry.- Sus ojos lo atravesaban como puñales, las palabras fueron escupidas con mucho rencor, pero Harry se encontraba bastante distraído viendo hacia la mesa de Slytherin, sentado cerca de una de las esquinas se encontraba Draco Malfoy, el adolescente que se caracterizaba por su postura arrogante se encontraba encogido en su asiento, las ojeras en su rostro eran profundas y su expresión un tanto maniaca solo aumentaba las sospechas de Harry.- ¿Harry? ¡Harry! ¡Harry Potter!
-¿Uhm?- El grito de Hermione apenas lo había sacado de su ensoñación, sabía que Draco estaba planeando algo, podía sentirlo en cada uno de los poros de su piel, y si Draco planeaba algo era seguro que estaba relacionado de alguna manera u otra con Voldemort.
-Por el amor de Merlín Harry, ¿Qué está sucediendo contigo? Podría esperar eso de Ron, ¿Pero de ti?- Le lanzó una rápida mirada al libro que Harry tenía sobre la mesa, su copia usada de Elaboración de pociones avanzadas.-O tal vez no debería sorprenderme tanto…
-No seas ridícula Hermione.- Harry tuvo la impresión de que el cabello de Hermione se erizaba al mismo tiempo que su cara se contorsionaba en un gesto de indignación.- Seguir las recomendaciones del príncipe no es hacer trampa, de todos modos, ¿Por qué te preocupas tanto? Sabes que adivinación es una farsa, solo marcamos las cartas que queríamos leer, es incluso más digno que ir adivinando mi muerte en tazas de té.
-¡Pero no esta bien!- Dijo agitándose en su asiento.
-De todos modos no lo entenderías, ¿No son tus manos arrugadas como los libros que lees o algo así?- Dijo Ron distraídamente mientras se concentraba en atragantarse con su cena.
-Por lo menos yo tuve la dignidad de salirme de esa clase, a diferencia de otros, yo si me tomo en serio mi educación mágica…- Su discurso fue interrumpido por un avión de papel rosa perfumado que aterrizó suavemente frente a Ron, el chico apenas se dio cuenta, pero Hermione notó inmediatamente que este estuvo acompañado por el cuchicheo entre Lavender y Parvati, su rostro rápidamente se tintó de un rojo espeluznante que hizo que Harry sintiera la repentina necesidad de hacerse bolita.- Eres tan soso Ron, apuesto que serías incapaz de adivinar cualquier cosa así pusieras todo tu esfuerzo en ello, ¡Ya que ni siquiera tienes la habilidad necesaria para ver dos centímetro más allá de tu nariz!- Dijo mientras azotaba su libro contra la mesa, atrayendo finalmente la atención de Ron.
-¡Soy perfectamente capaz de adivinar cualquier cosa! ¡Deja de tratarme como si fuera un idiota!- El tono de rojo de Ron competía con el de Hermione.- Trelawney nos asignó hacer un diario de viajes astrales, ¡Dentro de una semana te voy a demostrar que soy bastante bueno en cosas que tu ni siquiera eres capaz de hacer!- Y recogiendo sus cosas salió rápidamente del gran comedor.
La repentina partida de Ron instaló un silencio incómodo en la mesa de Gryffindor, Hermione se veía bastante angustiada y también un poco arrepentida.
-¿Un diario…?- Dijo Hermione tratando de retomar la conversación.
-Sí.- Dijo Harry mientras jugaba un poco con su comida.- Trelawney nos pidió que hiciéramos una entrada cada noche durante una semana, mientras estudiábamos nuestras vidas pasadas o algo así.
-¿Y qué pasa si tienen menos de 7 vidas pasadas?- Dijo Hermione con evidente aburrimiento, en respuesta Harry simplemente se encogió los hombros y se concentró en su comida.
-Buenas noches jóvenes…-Dijo Snape con esa particular manera de hablar, muy similar a un susurro que se escuchaba perfectamente a pesar del ruido, el hombre tenía una asombrosa habilidad de deslizarse en cualquier parte sin ser notado, lo que alimentaba las sospecha de Harry sobre alguna condición vampírica oculta.- Es bastante conocido por todos en esta escuela que soy la cabeza de la noble casa de Slyterin, pero a veces debo tomarme el molesto trabajo de encaminar a pequeños Gryffindors perdidos que confunden el Gran Comedor con la sala común de su casa.- El hombre hizo una mueca que Harry supuso que se trataba de una sonrisa burlona, pero era muy difícil de distinguir en el rostro inexpresivo de Snape.- 10 puntos de Gryffindor por cada uno de ustedes y 10 puntos por el señor Weasley, y les agradezco que la próxima vez no anden ventilando sus intimidades a la hora de la cena.
Harry hizo su mejor esfuerzo para contener cualquier respuesta grosera, el hombre era bastante vicioso, pero por lo menos su regaño estaba medianamente justificado, de hecho habían tenido bastante suerte de que el profesor no entendiera realmente el origen de la discusión, si hubiese sido así no hubiese descansado hasta sacarlos de la escuela.
…
El camino de vuelta a la torre fue muy silencioso, había mucha tensión entre ellos para poder hacer alguna conversación amistosa.
Se despidieron apenas entraron a la sala común y Harry corrió rápidamente a su dormitorio. Las cortinas de la cama de Ron estaban cerradas, pero la luz de la habitación dejaba entrever la silueta del chico, el cual se encontraba sentado abrazando sus piernas.
-Tock tock.- Dijo tratando de ser chistoso, pero Ron no dio ninguna respuesta.- ¿Puedo entrar?- La cortina fue abierta bruscamente dejando ver el semblante enojado de Ron.
-No puedo soportarla, es tan molesta y chillona, ¿Pero sabes qué? Se lo voy a demostrar, la voy a dejar en ridículo.
-No creo que sea la mejor manera…- Dijo tratando de calmar a su compañero.
-¡Si es la manera! Vamos a hacer ese trabajo y vamos a conseguir un Extraordinario sin la ayuda de ella, ¡Van a tener que inventar una nueva calificación para nosotros!
-No estoy seguro de que…- Pero Harry fue interrumpido por el repentino salto de Ron. El chico se movía frenéticamente cambiando su pijama por ropa de clase.
-¡Vamos a la sala de los requisitos! Ese debería ser un lugar adecuado para hacer lo que tenemos que hacer.- Abrió su baúl y sacó varios pergaminos nuevos.- ¿Qué estás esperando? ¡Busca tu capa de invisibilidad!
…
Si era sincero consigo mismo Harry no sentía sorprendido de encontrarse caminando por los corredores después del toque de queda, bien cubiertos por su capa de invisibilidad, ambos chicos hacían lo posible para no hacer ruido en los desolados pasillos, no querían atraer la atención de Filch o de Snape antes de llegar a su destino.
Una vez en el séptimo piso se pararon frente el tapiz de Bárnabas el Chiflado, Ron pasó tres veces delante la superficie despejada y una puerta apareció repentinamente, si Harry hubiese estado observando el mapa del merodeador hubiese notado que un chico con cabello platinado y con una barbilla demasiada puntiaguda estaba escondido detrás de una de las esquinas, observándolos atentamente.
Por dentro la habitación estaba decorada de muchas chucherías exotéricas que Harry no comprendía, era bastante similar al aula de adivinación, la única diferencia notable es que en vez de pequeñas mesas el único mobiliario consistía en dos camas gigantescas, colocadas en medio del lugar, justo debajo de un tragaluz que dejaba pasar la luz de la luna.
-Esto se ve muy bien amigo.- Dijo Ron, en el fondo una suave música se escuchaba, Harry no lograba distinguir la melodía, pero de alguna manera le hacía sentir letárgico y cansado.- Recuerda lo que dijo Trelawney, debemos recostarnos y tratar de recordar lo más antiguo que hayamos vivido.
Harry no tuvo la suficiente energía para contestar, se recostó en su cama sintiéndose profundamente relajado por la música, antes de quedarse dormido su último pensamiento consciente fue la imagen de una brillante luz verde y el desgarrador grito de una mujer.