
Bailando alrededor de esto
Empezar a mitad de temporada en otro país, liga y equipo, mató a Ingrid lentamente; la querían en verano pero decidieron ficharla en invierno para suplir una baja sensible. Todo la exige de una forma en la que nunca fue exigida antes, y tiene poco tiempo, pero demuestra todo su potencial y espera poder contribuir en el equipo y ayudar en la liga, en las copas en las que participan y también en la Liga de Campeones.
Le seguía costando un poco adaptarse a la nueva vida en un país tan diferente a los que estaba acostumbrada, y le estaba costando abrirse también con sus compañeras que son amables pero lejos de lo que era en Barcelona y echa de menos todo absolutamente. Habla con Esmee y Frido a diario y sabe de todo lo que pasa allí, y es como tener una especie de conexión con su antigua vida.
Extrañar a Mapi no estaba en sus planes, bueno, no en los del cerebro porque el corazón a veces tiene sus propios mandatos; pero la añoraba mucho al principio, tanto que dormía abrazada a aquella sudadera que nunca le devolvió; ahora, varios meses después, el asunto se calmó y su corazón entendió que debía seguir adelante. O eso se dice a sí misma.
Tampoco estaba en sus planes encontrársela en su visita fugaz a la ciudad días antes de su cumpleaños aunque secretamente lo deseara y esperara (y le dijera a Aitana que lo mencionara casualmente); no tenía nada para decirle a Mapi, tampoco podía contactarse cuando eso es lo que justamente la llevó a cortar la relación: que odiaba pensar en tener unas pocas horas con Mapi cada dos o tres meses; pero ahí fueron las dos como si les costara estar alejadas realmente, pasando una gran noche como esas que solían tener y después simplemente actuando con indiferencia sin un solo mensaje. Saber que es mejor así no lo hace más fácil.
Los sentimientos jamás deberían interponerse en medio de algo casual.
Que Esmee le diga que han visto a Mapi muy pegada a una modelo despampanante y que los rumores hablan de una relación parece una mala broma. Hay una vocecita en el fondo de la cabeza de Ingrid que dice “¿por qué conmigo no y con otra sí?” Y es el peor sentimiento. Es cierto que al principio eso no le interesaba pero se dio cuenta un poco tarde de que podría haber algo allí y que ambas se llevaban bien, no sólo en la cama.
Tal vez sea que con otra sí y con ella no, porque no le dio tiempo suficiente, se fue a otro país y priorizó su carrera profesional antes que nada desechando cualquier cosa; y también porque Mapi dijo desde el inicio que no buscaba una relación. No con ella. Entonces ¿hay culpables? ¿son culpables ambas o ninguna?
Ingrid se obliga a concentrarse, entonces, en la elección que hizo.
Y a veces se desconcentra un poco. Es justo decir que miró la final de la Liga de Campeones que Mapi y Barcelona perdieron; y usó la camiseta con el cuatro estampado en la espalda, y aunque quiso decir cualquier cosa, guardó silencio y se guardó el mensaje que estaba listo para ser enviado.
Ellas no son de las que se escriben ni hablan de lo bueno o lo malo. Ellas follaron y ahí quedó todo.
Pero unos días después llama a Mapi sin pensarlo mucho. Aitana le comentó que estaba muy afectada y se culpaba.
Mapi ni siquiera atinó a ocultarle su asombro y luego simplemente charlaron unos minutos acerca de la pérdida y la decepción, de la defensa mal posicionada y la superioridad inexistente, y aunque Ingrid no lo entendiera del todo, la apoyó desde el otro lado ofreciendo un oído atento y ajeno que le permitiera un escape; era mejor hablar de eso que de asuntos más personales e íntimos.
Ellas ya no tenían nada en absoluto como para preguntarse por su día a día; aunque sí tenían algo tan real como para que el consuelo existiera más allá de todo.
-Si agarras ese móvil con más fuerza, te va a explotar en la cara.
-Ve a molestar a alguien más ¿quieres? -Mapi mira ceñuda a Alexia un segundo y regresa la atención al móvil-consigue una novia o algo que te distraiga.
-Es más fácil meterse contigo-dice Alexia, aproximándose momentos después por detrás de Mapi silenciosamente para mirar sobre su hombro.
Alexia silba con burla y sacude la cabeza.
-Vaya, no sabía que eras adicta a Tik Tok.
-Vete al carajo-Mapi esconde el aparato rápidamente aunque ya sea tarde e intenta actuar con normalidad- ¿me recuerdas por qué somos amigas, por favor?
-Soy la voz de tu conciencia a la que más o menos haces caso.
Mapi está con las mejillas rojas y los ojos mirando hacia el piso porque su mejor amiga la pilló in fraganti.
- ¿Desde cuándo sigues a Ingrid Engen en redes sociales?
-No lo hago…mmm, ya sabes-Mapi se aclara la garganta casualmente-estaba aquí y me salieron estos videos suyos con esa chica turca. Hay montón de fotos de ellas juntas, con esa jugadora tan conocida…creo que se llama Sara o Serena o algo así.
El hecho de que a propósito quiera hacerse la desentendida sobre todo el asunto es que Alexia lo descubre todo siempre porque la conoce demasiado bien.
- ¿Te refieres a Zehra Gunes?
-Yo…tú… ¿la conoces?
-Claro-Alexia sonríe pensando en martirizar un poquito a Mapi-una chica hermosa, preciosa a decir verdad ¡y qué alta es! Me dejó realmente impresionada.
- ¿Y cómo la conoces? -Mapi se hace la que se arregla las cutículas distraídamente.
-Coincidimos en un evento de Nike en Londres el año pasado ¿o fue en Nueva York? No importa, el caso es que es monísima y tan atenta, charlamos un poco, justo el tipo de chica que hace suspirar a cualquiera-Alexia le sigue dando cuerda a Mapi- ¿así que piensas que ella e Ingrid…?
-Yo no pienso nada, no me importa-niega Mapi rápidamente-me apareció justo aquí, es todo, ni siquiera estaba mirando.
-Ajá, sí, claro. Y yo me chupo el dedo…
-No necesito saber eso.
-Mapi…
- ¿No pensarás que después de todos estos meses todavía pienso en ella? -resopla la defensora-por favor, eso es más que pasado.
Si tan sólo fuera fácil creer sus propias palabras.
Ingrid la llamó hace unas semanas. Fue de las cosas más inesperadas que podrían haberle sucedido jamás. Una sencilla llamada telefónica que organizó por diez minutos el caos en su mente y la alejó de la culpa por la derrota. No hablaron nada acerca de ellas, fue más un consuelo de deportista a deportista, pero lo fue todo. No se lo dijo a la noruega y tal vez nunca iba a hacerlo, pero lo fue todo. Un bálsamo sobre una herida latente.
-No le des importancia a las redes sociales, no dicen nada de nosotras-murmura Alexia decidida a no molestar más a Mapi.
-Yo no lo hago.
-Mapi, literalmente estabas apachurrando tu móvil recién.
-Nos emparejaron a Ingrid y a mi mucho antes…antes de ya sabes-Mapi corta abruptamente y menea la cabeza como alejando algo imaginario-no importa, ella es libre y yo también.
A veces los medios y las redes sociales mienten y sacan conjeturas erróneas de todo, pero hablaron de ella e Ingrid y nunca se equivocaron al respecto ¿por qué ahora sería diferente con esa compañera de equipo de Ingrid?
- ¿Hay algo de lo que quieras hablar? Porque puedes hacerlo-el tono de Alexia se volvió más suave sólo mirando la actitud casi indefensa de Mapi.
‘No, no puedo’, es todo en lo que piensa Mapi una y otra vez.
- ••••••
Ingrid terminó una buena temporada con un gran primer semestre. No hubo títulos pero ya llegarían.
Se va a Barcelona luego de pasar unos pocos días en Noruega y un par de semanas en Ibiza; y en Barcelona se reúne con sus padres y hermanos nuevamente.
Tenía invitaciones para París y para apoyar a muchas de sus compañeras que competían con Turquía, pero no le apetecía demasiado así que visitó su lugar de origen y luego, volver a la ciudad española siempre se siente bien, como estar en casa.
Acepta ir con Frido a uno de los amistosos del fútbol femenino con mucha reticencia y escaso convencimiento. Mapi no la quiso en un partido cuando preguntó allá por Abril (tal vez devolviéndoles sus propio golpes) y jura que acepta con el fin de ver a Aitana y preguntarle cómo está tras esa dura eliminación con España, no es como si fuera a ver a Mapi, eso ya es pasado, ahora sí está segura.
Y si a veces rememora parte de sus encuentros, es porque Mapi sabía cómo complacerla hasta lo inimaginable, algo que todavía no ha hallado en otra mujer. Pero los sentimientos que comenzaban a aflorar se han ido indudablemente o están yéndose un poco más lento que lo usual, eso no se puede alimentar por sí solo.
Sin embargo, no puede evitar toda la anticipación por verla así sea desde la distancia. Y así como hizo aquella primera vez que la vio jugar, se le hace difícil apartar los ojos de la defensora. Es toda concentración y fiereza; pero también a veces fue ternura y delicadeza. Combina todo eso en una personalidad arrolladora.
-Dicen que ella no está más con esa modelo-Frido se aclara la garganta sospechosamente.
- ¿De quién hablas?
- ¡Oh, vamos, por favor! -Frido la mira por sobre los anteojos de sol claramente poco impresionada por esa actuada indiferencia.
-Supongo que Mapi.
-Quién más-la rubia sigue hablando en tono bajo-así que parece que está soltera, si es que realmente estuvo con alguien.
-No me extraña, nunca dura mucho con ninguna mujer-responde Ingrid sin verse afectada.
-Tal vez porque tiene los ojos puestos en otra.
-Ya lo creo que sí, en muchas.
Frido sacude la cabeza y dirige la vista al frente. Los padres de Ingrid están una fila más abajo junto con Aitana que no juega al igual que ninguna de las que fue a los JJOO; y ellos se dan vuelta para charlar y preguntar por cada jugadora.
Ingrid se abstiene de señalar mucho a Mapi, sino podría escapársele algo vergonzoso como “esa pequeñita de allí es la que me dio los mejores orgasmos de mi vida” o peor aún “creo que me estaba enamorando de ella pero ir a Turquía fue la decisión correcta para mi carrera”
Seguro que nadie lo tomaría a bien.
-Ingrid ¿cómo estás?
-Hey, Mapi.
El momento es un poco incómodo. Intentan actuar con normalidad y no les sale. Se miran unos segundos en un sutil reconocimiento que únicamente ellas dos entienden. Mapi luce tensa.
- ¿Aprovechando las vacaciones? -la española se rasca detrás de la nuca como siempre hace cuando piensa, o cuando está algo nerviosa.
-Sí ¿tú? supongo que deseando comenzar la temporada pronto.
-Lista como siempre.
-No lo dudo.
-Sí, bien, fue bueno verte-Mapi sigue de largo por el túnel de vestuarios y Frido levanta las cejas mientras su boca forma línea tensa.
- ¿Qué fue eso? -quiere saber Aitana- ‘¿deseando comenzar la temporada?’ ‘¿no lo dudo?’
- ‘Fue bueno verte’-remeda Frido a Mapi con una voz aguda-ni vosotras lo creéis.
Ni siquiera Ingrid sabe bien qué fue eso. Como si no se conocieran ni se hubieran follado sin parar toda la noche unos meses antes, o no lo hubieran hecho durante tanto tiempo antes de eso.
Como si esa llamada en la que trató de consolar a la defensora y escucharla hablar de la culpa por sus errores en la final nunca hubiera pasado, ni hubiera habido algún tipo de consuelo, dulzura y cariño a través de un aparato móvil.
Ingrid se queda parada allí con una sensación extraña en el estómago y el centro del pecho.
Deja que los días pasen, rozando la indecisión, hasta que se arriesga la última noche. Sus padres ya se fueron y ella sólo quiere ver a una persona antes de regresar, suponiendo que Mapi esté en casa. Y allí va. Es una insensatez y qué más da.
Parece que siempre van a estar en la línea de las últimas noches. En lo que pudo ser y ellas no dejaron que fuera.
Mapi abre la puerta y no luce sorprendida. Saber que ella lo esperaba y con mucha suerte para Ingrid, quizá también estaba deseándolo, es más de lo que ha tenido en un largo tiempo.
-Traje vino-es todo lo que Ingrid dice levantando la botella y Mapi la deja entrar.
- ¿Para recordar viejas épocas? -más que burlón, el tono parece duro.
-Para crear algún nuevo recuerdo, María.
Al vino lo dejan olvidado en la encimera de la cocina.
Ingrid toma a Mapi de las caderas y la levanta con una facilidad inusitada chocando contra una pared, y ahí se quedan un buen rato entre besos, mordiscos y caricias por encima de la ropa que no satisfacen del todo el deseo abrumador que las desborda. Mapi tiene las piernas envueltas alrededor de Ingrid y parece no querer soltarla; y lo peor es lo que dice a continuación, completamente inesperado:
-Te extrañé mucho, Ingrid.
Lo deja escapar así como quien deja escapar palabras dulces cuando está lleno de ellas, como si sintiera cada una de esas palabras sinceramente. Y es casi seguro que no esperaba confesar tal cosa porque se queda con expresión confusa unos cuantos segundos, paralizada ante Ingrid.
‘Te extrañé mucho’ ¿en qué sentido? Quiere saber la noruega.
Ingrid sólo actúa, no puede responder nada que la comprometa, confesar que pensó en ella durante días y noches arrugando entre las manos una sudadera que ya no huele al almizcle de la española y deseando escuchar su voz y saber de ella; así que en lugar de contestar se aboca a la tarea de conducirlas a ambas hasta la habitación que conoce de memoria y besar, lamer, marcar y palpar cada centímetro de Mapi, toda su carne y su piel suave y bronceada, la huele y la adora porque probablemente no haya otro momento así en el futuro.
No tiene tiempo de recordar que eso mismo pensó esa noche en el Vela y en la habitación del otro hotel, y que, sin embargo, ahí estaban follándose otra vez, como dos imanes que se atraían de cualquier modo incluso involuntariamente.
-Córrete para mí, vamos, por favor-exige con dos dedos profundamente dentro de Mapi, el pulgar haciendo círculos suaves en su clítoris y la boca chupando y lamiendo los pechos sensibles-siempre tan bonita, tan preciosa-susurra.
Mapi se contrae, exhala suavemente y se estremece durante unos cuantos segundos mientras Ingrid hace todo lo posible por alargar el orgasmo y dejarla danzar en el éxtasis.
Abren el vino unas horas más tarde, luego de una breve siesta, muchos más gemidos y una ducha para dos.
La madrugada recién se está abriendo paso e Ingrid la mira a través del ventanal del balcón, absorta, hasta que llega Mapi y coloca una copa frente suyo.
Los pensamientos se agolpan uno tras otro y no la dejan disfrutar ese pequeño momento de reposo entre ellas.
- ¿Te gusta tu equipo? ¿es bueno allí?
Las preguntas la toman por sorpresa.
-Sí. Estoy cómoda y mi carrera es importante, ya sabes.
- ¿Cómo es la vida en Estambul?
-De verdad, no quiero hacer esto-Ingrid chasquea la lengua inusitadamente incómoda.
- ¿Qué cosa?
-Hablar de nuestras vidas.
-Tenías muchas ganas de hablar cuando me llamaste hace un tiempo.
-Quería que te desahogaras, que lo hablaras con alguien fuera de tu equipo.
-Oh, qué generosidad, buen Señor-el tono de Mapi escala lentamente.
-Mapi…
-Así que vienes buscando una follada, la obtienes y sólo…te vas-resopla Mapi con un dejo de ironía-pues felicitaciones, ya lo obtuviste, puedes irte.
Mapi no tendría que lucir tan ofendida cuando ella hizo exactamente eso no hace muchos meses. Ingrid jamás ha dejado de pensar en esa noche y en cada interacción que puede recordar. En la manera en que Mapi la abordó y planeó esa noche inolvidable, y se debate entre entender si únicamente se trató de lujuria o si hubo algo más que impulsó a la española a romper sus propias reglas.
-No quise decir eso, yo sólo…-Ingrid se muerde el labio inferior.
-Supongo que es lo justo luego de lo que pasó la última vez.
-No tiene tanto que ver con esa noche-la noruega elige con cuidado qué decir aunque al final dice lo que realmente pasa por su cabeza-no quiero hablar nada personal porque entonces podría preguntarte cosas que no tienes que contestar y tampoco quiero oír.
La expresión de Mapi pasa de descontento a desconcierto.
-Puedes preguntar lo que quieras, creo que nos conocemos lo suficiente como para que dejemos las reservas atrás.
- ¿Lo hacemos?
Mapi no aparta la mirada de ella pero tampoco responde nada.
-Es mejor si lo dejamos así ¿vale? -Ingrid sacude la cabeza para sí misma y se pone de pie para irse antes de hacer algo bochornoso como preguntarle si está en una relación con esa modelo o con quien sea, o preguntar si pueden ponerse en contacto para verse en algún momento de nuevo.
Mapi asiente con una media sonrisa que nunca llega a sus ojos y da unos pasos atrás para que Ingrid pase.
-Gracias por esto-dice la noruega y le sigue una mueca involuntaria-tú entiendes, no por el sexo, sino…
-Está bien, no hace falta que aclares-Mapi no hace ademán de ningún beso o abrazo de despedida y es mejor así.
-Fue bueno verte, en serio.
-Lo mismo.
La anterior vez fue igual de incómodo y tirante, y la anterior fue peor, tampoco le pueden escapar a eso.
Supuestamente no lo iban a hacer de nuevo pero allí estaban, decididas a ir en contra de todo lo que ellas mismas dijeron.
- ••••••
Alexia encuentra a Mapi sentada sola a un costado del campo de entrenamiento mucho después de que el entrenamiento haya concluido. Le ha dado espacio el tiempo suficiente.
- ¿Quieres hablar de ello?
- ¿Tú quieres escuchar?
-Siempre, Mapi, ya sabes eso.
Mapi hace el intento de hablar un par de veces pero todo está tan desordenado que nada sale al principio. Estar en contacto con el césped, algo tan sencillo como eso, la ayuda a meditar y se tira de espaldas.
-Hice las cosas mal, Ale. La cagué.
Alexia no parece sorprenderse y dice:
-Tienes sentimientos.
-Es posible que sí, verla y estar con ella estas dos veces me hizo sentir igual que como me sentía cuando nosotras…teníamos nuestros encuentros. Pero diferente. Es complicado.
- ¿Se lo dijiste ahora? Porque sé que en su momento no lo hiciste.
-A ella le gusta ir a la cama conmigo, follar, enredarnos un rato-Mapi sacude la cabeza con insistencia-no quiere nada más que eso para largarse a su vida soñada lejos de aquí. Lejos de mí.
-No es lo que me parecía.
-Es así, Ale. Y ahora yo me doy cuenta de que lo que pensaba que eran unos cuantos revolcones buenos significaba más. Y es tarde, y aunque no fuera tarde, ella se largó y terminó todo sin más.
-Mapi…
- ¿Cómo es que tú lo viste antes que yo? -pregunta Mapi sin entenderlo-te dije que ella se iba y no me creíste cuando dije que estaba bien y que terminamos bien.
-Porque te cuesta admitir las cosas, notarlas, y para los sentimientos eres igual-contesta Alexia sin inmutarse-te dejas dominar siempre por el fuego entre las piernas y nunca haces caso.
-Gracias por esa sutileza-la defensora se limpia los ojos sin entender cómo las lágrimas llegaron allí-caí en mi propia trampa, me lo dijiste también ¿eres bruja?
-Sólo observo. Observé lo de vosotras mucho antes de que os juntarais. Y también mucho después.
Mapi se sentía en un telaraña y lo peor es que no estaba segura de desear escapar, víctima de Ingrid, de caer ante ella ante la menor oportunidad como pasó hace pocos días, como pasó en abril y como seguiría pasando indudablemente si seguían encontrándose. Una cosa era decir que lo cortaban, a las palabras se las llevaba el viento. Otra cosa muy diferente era creer que llevaba el control de todo, no controlaba nada absolutamente.
-No sé qué hacer ¿esto va a pasar en algún momento?
-No tengo idea, depende de qué tan fuerte sea lo que sientes.
-No estoy segura. Ni siquiera nos vimos mucho, fue un encuentro rápido…ya sabes, pero fue como antes, como esas veces que se quedaba a dormir conmigo; eso era tierno, me gustaba despertar y que esté allí y no lo sé, simplemente estar juntas un rato hablando, aunque no quisiera verlo entonces. Y yo…la busqué en abril porque pensé que sentía deseo sexual y ganas de probarme que la podía superar luego de eso, de que yo decidiera que era la última vez que nos enrollábamos; también quería probarle que no podía resistirse a mí aun cuando decidió irse al carajo y me lo dijo a último momento, pero nada salió bien desde entonces. Ella…ella me llamó después de perder esa estúpida final, y hablamos y me hizo sentir tan bien ¡ni siquiera sabía que necesitaba hablar con ella pero me sacó de mi propia mente diciendo las cosas correctas! ¿y por qué lo hizo, por lástima, por cariño a mí o a lo que compartimos un día?
La expresión de Alexia es cómica, tiene los ojos muy abiertos y el labio inferior entre los dientes.
- ¿Qué?
-Es más de lo que me has dicho en meses, nunca quieres hablarlo.
-No quería hacerlo, pero no doy más, Ale
-Y supongo que nunca hablaste nada de esto con ella, que fue mejor ocultarte y fingir.
-Ingrid…jamás me dio indicios de que sintiera algo más allá de follarnos mutuamente. Y yo ahora creo que los sentimientos de mi parte estuvieron allí desde mucho antes de que se fuera.
-Yo también.
-Y fui tan estúpida.
-Ya veo-Alexia se toma un momento y la mira de reojo-no soy nadie para dar consejos, pero respira y piensa con calma ¿crees que ella se sienta igual? ¿cómo era cuando estabais juntas? ¿sientes que puede haber futuro? Y si consigues respuesta para eso, ya es bastante.
- ¿Esto se trata de la sabiduría de la capitana?
-Algo así-se ríe Alexia que contagia a Mapi, quien da una exhalación contenida y mira hacia el cielo tan celeste y claro.
Más tarde, cuando Mapi piensa en posibles respuestas para esas preguntas que proporcionó su amiga, para todas tiene rotundos no. Ingrid no siente lo mismo, nunca dio indicios, no hay futuro, fueron agradables momentos de sexo alucinante. Y eso acabó. Nadie muere de amor así que los sentimientos en algún momento van a irse y todo quedará como el recuerdo de lo que no fue porque Ingrid no corresponde o porque actuaron como dos idiotas desde el inicio de todo.
- ••••••
A mediados de Octubre Adidas lanza una colección retro y presenta su campaña en contra de la discriminación que sufren las mujeres dentro del deporte.
Ingrid sabe que será una de las caras visibles, y también, que Mapi será una de las otras. Solían serlo cuando jugaban ambas para Barcelona. La presentación será en Roma y debe tomarse algunos días libres para viajar, hacer un par de fotos y brindar una breve charla y algunas entrevistas.
No está segura de que vaya a encontrarse con la española, generalmente es muy raro que los deportistas coincidan, se trata más de Photoshop y ensamblar fotografías; ni siquiera mira la hoja del programa para saberlo.
Así que cuando se encuentran cara a cara para un backstage final muy corto del cual quieren sacar dos o tres fotografías de ellas junto a algunas jugadoras de básquetbol y handball, Ingrid debe recomponerse muy rápido y poner una sonrisa medio falsa en la cara.
Pasaron más de dos meses, todo silencio, y Mapi sigue teniendo un efecto devastador en ella.
-Qué gusto verte, Mapi.
Ay eso sonó tan formal como suena un anciano e Ingrid no contiene la mueca involuntaria.
-Sí, te ves…estás…muy guapa-musita Mapi mirándola de arriba a abajo y sin ocultarlo.
Vaya. Así que no es la única que se siente afectada en todo el asunto.
-Tú también, León-y ahí está, tal y como solían coquetear antes.
Pero antes era inofensivo, ahora cada una siente algo que no es capaz de revelarle a la otra.
Se hacen las fotografías, no se quitan los ojos de encima y el aire chisporrotea alrededor de ellas y en toda la habitación ¡qué demonios importa si alguien se da cuenta! Ingrid asume que está siendo muy obvia y qué más da.
Se encuentran para cenar, con más gente por supuesto, y todo sigue igual. Mapi bebe lentamente y la mira por sobre la copa; Ingrid come cualquier cosa y se relame los labios imaginando cosas que escandalizarían a más de uno por allí.
Ingrid se pregunta si Mapi irá a dar el primer paso o le tocará tomar la iniciativa. No está segura de que la última vez haya sido realmente la última. Es muy obvio que no pueden mantenerse alejadas…para meterse mano, al menos, eso es mejor que nada.
Y la tentación es demasiada grande.
-Habitación 234-susurra Ingrid tan bajito al oído de Mapi que teme que no haya escuchado, y sigue de largo dejándola con el trago y la sosa conversación que estaba manteniendo con una alta y sexi rubia. Si se hubiera dado vuelta habría visto las dagas furiosas que enviaba la mujer en su espalda.
Ingrid espera un buen rato, espera por horas. Y Mapi nunca llega.
Es probable que Mapi se haya ido a follar a la rubia de tetas enormes que no recuerda qué puto deporte practica; y pensarlo, le provoca una desazón increíble y un escozor en todo el cuerpo. Un cuerpo que ansía caricias sólo de una persona y que no las va a tener ni esa noche ni ninguna otra.
Al otro día se despierta mal dormida, malhumorada y con ganas de asesinar a quien sea que haya decidido arrancar el día a plenas seis de la mañana con música a todo volumen, o a un volumen que ella oía perfectamente desde el otro lado ¡a quién se le ocurre!
Baja a buscar algo de desayuno y para su gran mala suerte ahí está Mapi, mirando la taza medio llena de café negro con mucha decisión sin levantar la vista. Ingrid pide que le sirvan el mismo café fuerte y piensa en sentarse lo más lejos posible porque tiene en carne viva el gran desaire de la noche anterior. Sin embargo, sus extremidades se mueven solas porque se sienta al lado de la española y da uno, dos sorbos, hasta que las palabras también brotan irreflexivamente.
-Larga noche ¿eh?
-Ni me lo digas.
Auch. Mapi parece muy cansada, del tipo de cansancio por no dormir, con grandes ojeras y la voz pastosa.
Ingrid tendría que dejar el intercambio allí ¿cierto? pero a la mierda la dignidad.
-No viniste anoche.
-No.
- ¿La rubia estaba más interesante? Espero que te lo haya hecho pasar genial.
-Tú dime ¿escuchaste algo que te diga que me lo pasé genial? Nuestras habitaciones están pegadas.
Ingrid la mira finalmente y Mapi alza los ojos perezosamente.
- ¿Toda esa música a las seis de la mañana eras tú?
-No podía…dormir…necesitaba relajarme-Mapi traga saliva y sigue tomando café a pequeños sorbos.
Ingrid quiere preguntarle todo, saber su causa para no dormir, saber por qué no fue y tocó en su puerta. Tal vez ella leyó mal las señales y finalmente ya no provoca nada en Mapi. Finalmente todo terminó.
Así que continúan el resto del desayuno en silencio, nada muy tenso. Ingrid sólo desea que ese día pase rápido, dar la charla y un par de entrevistas, y largarse otra vez a Estambul para regodearse en la autocompasión.
Termina el café y apenas picotea un poco de fruta hasta que se levanta y sale silenciosamente.
-Ingrid-Mapi la agarra del brazo para darle la vuelta antes de que entre al elevador.
- ¿Qué quieres? -al instante se suaviza porque Mapi no tiene la mayor culpa de todo lo que ella siente.
-Saber qué vas a hacer durante el día.
-Entrevistas por la tarde y una charla en la noche.
- ¿Y ahora?
‘Subir a mi habitación y pensar en lo mucho que estoy enamorada de ti y lo estúpida que fui’
-Ir al gimnasio-no es del todo una mentira.
- ¡No puedes ser tan aburrida! ¡Estás en Roma!
-Sí, no tengo ningún interés en salir a recorrer calles atestadas de turistas y esas cosas-se encoge de hombros, lista para entrar al elevador y alejarse físicamente de Mapi.
- ¿Ni siquiera conmigo? -Mapi pone sus mejores ojos de cachorro y esa media sonrisa encantadora matando la razón de Ingrid y cualquier idea más o menos coherente.
- ¿Me estás invitando a recorrer Roma contigo?
-Sí-Mapi sonríe y la expresión se le suaviza- ¿vienes o no te apetece?
Ingrid no duda mucho más, cayendo siempre en cualquier antojo o cosa que Mapi quisiera; y se van a ver los lugares más turísticos y haciendo las cosas más clichés como tirar la moneda en la Fontana di Trevi y pedir un deseo cada una.
- ¿De verdad pediste un deseo o fue todo show para complacerme? -quiere saber Mapi.
-Lo hice-confirma la noruega sonriendo-pero nunca te diría qué pedí.
-Algún día voy a sacártelo.
Ingrid niega ante las implicaciones de esa afirmación y caminan algunas calles más.
- ¿Vamos por un gelato o te da demasiado frío?
-Guau, alguien practicó su italiano-se burla Ingrid.
-Acabo de traducirlo para impresionarte-la española levanta las cejas una y otra vez y ríen.
Es todo tan familiar, esponjoso y novedoso. Y a Ingrid le duele.
Mapi se adelanta prometiendo volver con el gelato y ella se queda haciendo fotografías. No puede evitar fotografiar a la española, charlando con el vendedor y riendo por cualquier cosa, tan ella en su esencia.
-Pistacho para ti-Mapi le tiende el gelato-fresa para mí.
- ¿Cómo supiste?
-Un día me lo dijiste, algo así como ‘montones de helado de pistacho cuando estoy triste’ -Mapi se encoge de hombros-no sé de qué hablábamos pero lo dijiste.
Ingrid traga saliva con fuerza e ignora la cantidad de cosas que parece haber entre ellas por hablar, quedándose sólo en la superficie, nada de profundizar; y da la primer lamida al helado y sabe increíblemente bien. Y evita mirar a toda costa a Mapi lamiendo el suyo porque es todo tan…sensual que le provoca ese calor de siempre en el bajo vientre.
Mapi la pincha mucho para ir a mirar el Coliseo desde afuera y como Ingrid no accede, se conforma con ir hasta el Foro romano.
-Pensé que eras deportista ¿y no quieres caminar hasta el Coliseo? Realmente vergonzoso-Mapi chasquea la lengua.
-Igual no vas a convencerme-la pelinegra pone los ojos en blanco.
-Bien, en un rato ya regresamos, no te preocupes.
Como Ingrid saca más fotografías, Mapi se pone delante de la cámara haciendo payasadas hasta que Ingrid la toma de la mano y se sacan un par de selfies.
-Las quiero después ¿vale?
Vuelven no tan animadas como salieron mirándose de soslayo y evitando acercarse mucho.
Ingrid mira el reloj en su muñeca y se da cuenta de que solamente tiene media hora para arreglarse.
Que Mapi esté en la habitación de al lado hace que las dos se despidan cuando ya están en la puerta de la noruega.
-Yo…no lo sé-Ingrid sacude la cabeza alejando lo que iba a decirle-me lo pasé muy bien, gracias, Mapi.
-Y dijiste que Roma es muy turística-ríe la defensora con un dejo de sorna-también lo pasé bien.
-Bien, bueno… ¿tal vez nos cruzamos más tarde? -es más un deseo que algo que vaya a suceder, no conoce la agenda de Mapi.
-Tal vez. Yo me voy mañana temprano.
-También yo.
Se quedan mirándose largos segundos sin decir lo que realmente quieren decir. Las profundidades de esos grandes ojos ambarinos van a hacer que pierda la poca cordura que aun conserva, así que Ingrid abre la puerta dispuesta a entrar. Y otra vez Mapi que la detiene tomándole el brazo. Ni siquiera pide permiso y entra también cerrando la puerta detrás suyo.
-Yo quería venir anoche-balbucea Mapi mirándola sinceramente-pero no pude.
- ¿Qué pasó?
-No pude, Ingrid-afirma otra vez-estuve toda la noche despierta pensando y queriendo venir a tocar tu puerta pero ¿qué ganaba con ello?
-No lo sé, nosotras…
-Nosotras nos vemos y no podemos mantenernos alejadas, pero ya no hay nada ¿verdad?
-No creo eso-dice Ingrid-creo que siempre va a haber algo.
- ¿Tú deseabas que viniera?
-Yo moría de ganas-exhala la pelinegra.
Se miran fijamente y eso basta. Se abalanzan la una contra la otra, enredando sus cuerpos y extremidades sin dejar un solo espacio, jadeando y murmurando palabras ininteligibles mientras no se sueltan. Mapi tiene restos de sabor del helado de fresa e Ingrid gime cuando la lengua tan demandante busca a la suya para iniciar ese baile tan conocido. Así se quedan batallando un largo, largo rato.
Las manos de Mapi se cuelan por debajo del abrigo de Ingrid y el tacto es tan placentero que la noruega se pierde allí un buen rato, sólo sintiendo a esas manos acariciarla de arriba a abajo.
-Mapi…
-Mmm-gorjea la española sin parar de besarla abrasadoramente.
-No puedo…ahora-hay un instante de lucidez, gracias a Dios, y ella lo recuerda-tengo una entrevista en un rato, debo prepararme.
-Mierda.
-Sí-jadea Ingrid, que sigue con los besos.
-Creo que también tengo algo de medios en una hora o algo así.
-Doble joder.
- ¿Estás libre esta noche?
-Siempre estoy libre para ti.
Parece que haber dicho eso hace que Mapi la bese con más intensidad y ahínco, e Ingrid se deja hacer, abandonada a Mapi y sus caricias.
-Nos vemos más tarde, entonces, preciosa.
Ingrid pensó en bajar a cenar y usar un buen atuendo sólo para atormentar un poco a Mapi y jugar con ella. Pero Mapi tenía otros planes.
Ingrid tiene una camiseta que usa más para dormir que otra cosa y está a punto de cambiarse cuando Mapi aparece en la puerta vistiendo una camisa a rayas holgada y un jean oscuro que la hace lucir más sexi de lo que alguien debería verse.
-Todavía no estoy lista.
-A mí me parece que sí.
-Vaya.
-Vamos a aprovechar cada hora hasta mañana ¿qué dices?
No hacen falta demasiadas palabras entre ellas. Ingrid salta sobre Mapi y la española la toma sin dudar y la conduce a la cama, los bíceps queriendo reventar la tela de la camisa. Ingrid lo nota y la baba se le cae sólo de verlo.
-Eres tan jodidamente caliente.
Ingrid cae a la cama y arrastra a Mapi presionando su mano en la nuca de la defensora para que no se aparte. Los labios de ambas quedan hinchados en cuestión de segundos y la humedad que comienza a sentir Ingrid en la entrepierna va a derramarse muy pronto si Mapi no hace algo.
Ingrid toma la camisa y más desesperada que lúcida no puede ni desabrocharla, así que sólo la jala con las dos manos y los botones salen disparados y Mapi queda en sujetador, tal y como ansiaba verla.
-Me gustaba esa camisa-jadea Mapi sonriendo.
Los besos siguen escalando en intensidad si es que eso es humanamente posible. Se quitan toda la ropa y ruedan por la cama una y otra vez sin despegarse. Quien esté arriba o abajo no importa, es placentero porque son ellas dos y tienen toda una noche por delante para deleitarse y gozar con las caricias y besos de la otra.
Mapi ahoga los gemidos de Ingrid con la boca pegada a la suya, los devora y guarda para sí misma mientras dos dedos talentosos y expertos no dejan de atormentarla al ritmo justo. Sabe en qué momento Ingrid se corre, lo sabe por cómo la aprieta y contiene una exhalación para después dejarse llevar sin reservas.
Ingrid no puede hacer más que mirarla a los ojos mientras el orgasmo llega en oleadas poderosas, y en sus labios quedaron temblando las palabras que no se arriesgaba a pronunciar; en cambio, sollozó su nombre y se dejó ir, con los ojos empañados.
Hay mucho más placer, diferente placer, cuando ve a Mapi chupar y lamer los dedos que acaba de sacar de su interior y no puede hacer más que consumirle la boca, comerla y reclamarla toda suya.
-Me fascina tu espalda-Ingrid ha estado besando cada recoveco de piel al alcance e hizo que Mapi se tendiera boca abajo para seguir del otro lado. Dos orgasmos, eso es lo que le debe hasta ahora y con gusto va a pagarle, comenzando por el primero.
- ¿Los tatuajes?
-No los tatuajes. Tu espalda. Cada cresta y músculo suave y marcado.
Mapi cierra los ojos y disfruta de los dedos largos y suaves que van de arriba hacia abajo tan sutilmente que apenas siente las caricias.
Charlar durante el sexo nunca fue algo que hiciera, pero Ingrid rompió cada maldita regla que ella sola se imponía.
-Te veía lamer el helado hoy y todo en lo que pensaba…-Mapi gime y da un respingo porque Ingrid mordisqueó detrás de su oreja y pasó enseguida la punta de la lengua-todo lo que quería era ser lamida así por ti, todo mi cuerpo.
Ingrid jadea ante esa confesión y se dedica a besar, morder y pasar la lengua otra vez, nunca va a cansarse, y sigue el camino hacia el sur hasta detenerse en aquella hermosa hendidura antes de que la espalda deje paso a los glúteos. Ingrid desea seguir pero se incorpora un poco y mira a Mapi que se gira desde su posición.
- ¿Quieres que siga? ¿Te gusta que…?
-No lo sé, nunca… -Mapi aparta la mirada y hunde la cara en la almohada, las palabras se entienden igual-hazlo, no pares, por favor.
Ingrid continúa inspeccionando con la lengua, gime por el inesperado sabor y Mapi gime a su vez por la sensación, y a partir de allí, es un coro de exclamaciones de placer, alaridos repletos de deleite y regocijo por ambas partes.
Ingrid toma un cojín y le dice a Mapi que lo coloque debajo del vientre. Las caderas se levantan y ella tiene más acceso, contempla la vista tan maravillosa y se relame los labios sin pudor. La punta de la lengua comienza desde el clítoris y sigue todo el recorrido juntando y rejuntando cada gota de Mapi llegando a ese orificio que, hasta ese día, no había sido tocado o besado. La hace sentir especial sólo pensarlo.
Se dedica a devolverle el placer a Mapi y dejar que se corra cuantas veces quiera.
Mapi se siente expuesta y al mismo tiempo tan jodidamente bien que apenas hay una idea coherente en la cabeza.
Alcanza el clímax con la lengua diestra y familiar, y el placer traspasa su cuerpo dejándola aturdida y satisfecha.
-Si pides comida te daré cualquier cosa.
Ingrid tiene la voz grave y sedosa y enseguida despierta en Mapi el deseo de siempre.
- ¿Cualquier cosa, eh? ¿incluye favores sexuales exóticos?
- Dime ¿qué hay que ya no hayamos hecho?
Ahí estaba la cuestión central, hicieron de todo durante un tiempo y aun así quería más de absolutamente todo, ya no era únicamente físico, estaba enamorada y no tenia idea de qué sentía Ingrid, en el caso de que sintiera algo aparte de lujuria.
-Se me ocurren una o dos cosas.
-No me gusta que me esposen ni nada de eso.
-Mal por ti-se ríe Mapi, deja un breve beso en los labios de la noruega y se dirige a pedir servicio a la habitación.
Ingrid la observa, se muere de ganas por seguir besándola pero se contiene de decirlo. Sabe que tiene una sonrisa tonta y la borra antes de que Mapi vuelva.
Al menos va a disfrutar toda esa noche y mañana ya se verá, siempre ha sabido capear esas mañanas o días en que Mapi se fue, o cuando ella misma fue quien lo hizo.
Despiertan una frente a la otra, no es un enredo de extremidades, pero están muy cerca. La mano de Mapi en la cadera de Ingrid y la mano de Ingrid, sobre la de Mapi.
Ingrid siente el cosquilleo cálido del aliento de la defensora golpeando su cuello. No sabe si eso podrían haberlo tenido más habitual porque Mapi desde el inicio puso el límite y ella la siguió. Así que ¿decirle a Mapi que está enamorada? Ni soñarlo. ¿Intentar algo más? Puede ser.
No sabe a qué hora es el vuelo de Mapi, pero el suyo sale en cuatro horas y tiene que ponerse en marcha.
Con mucha reticencia, sale de la cama y se da una ducha decidida a despertar a la española. Aunque Mapi ya está revisando el móvil y levanta la vista cuando ella entra.
-Oye-susurra con esa sonrisa de lado tan suya.
-Buen día-Ingrid se acerca y vacila un instante antes de besarla muy lentamente-me voy en un rato.
-De acuerdo-Mapi está desnuda y no hace nada por ocultarlo, es más, sonríe maliciosamente cuando la sábana cae un poco.
Ingrid no puede evitar mirarla y fruncir el ceño de forma burlona.
-Creo que sería mejor si te vistes.
- ¿Por qué? Puede que me apetezca algo de acción mañanera-Mapi se ríe, toda su expresión es de diversión y tranquilidad.
-No hay tiempo para eso…lamentablemente-Ingrid le toca la punta de la nariz con el índice y se vuelve para terminar de arreglar el equipaje-también tienes vuelo.
-Sí, extraño Barcelona-murmura Mapi casualmente sentándose en la cama.
Es curioso cómo no hablaron de nada, ni de Barcelona ni ninguna otra cosa. Ingrid tiene mil preguntas, sin embargo, follaron sin parar y no tocaron ningún tema personal. Tan típico de ellas últimamente.
Bien, es ahora o nunca.
-Yo…quería saber-Ingrid controla el tono tambaleante de su voz y lo intenta otra vez-quería saber si estás interesada en que nos veamos de nuevo cuando ambas podamos.
Mapi levanta las cejas interrogativamente y no dice nada.
-Ya sabes, como lo que teníamos antes.
-Lo que terminaste-dice la española secamente.
-Sí, a ver, míranos-Ingrid se encoge de hombros-nos hemos visto varias veces y parece que ambas queremos lo mismo ¿no sería mejor ponernos de acuerdo y retomarlo?
Mapi siente una pequeña decepción que oculta enseguida y niega muchas veces con la cabeza.
-Así que esa es tu genial propuesta: retomarlo…
-Sí quieres, claro.
-No quiero.
La afirmación tajante más el tono casi furioso hacen que Ingrid de un paso atrás sorprendida. Pensó que era todo lo que Mapi quería escuchar y parece que se equivocó.
-Bueno, de acuerdo, sólo creí…
-Lo que teníamos terminó, Ingrid, y ahora no me apetece para nada volver a eso.
Mapi sólo desea una pregunta que la saque del tormento para confesar cosas que es mejor tener guardadas para siempre en las profundidades oscuras del alma.
- ¿Estás con alguien?
-No ¿cómo podría estar con alguien más y…? -ahora parece ofendida vistiéndose a toda prisa, casi como aquella vez en febrero. Parece tan lejano ahora.
-Lo siento, lo siento ¿vale?
Ingrid se maldice por ser tan tonta y cagarla de forma descomunal. Lo que comenzó como una mañana tranquila llena de risas pronto pasó a una atmósfera cargada de chispas y pesadez y ella es la causa.
-Mira-Mapi se aproxima a Ingrid con una expresión tan triste que, por un momento, Ingrid quiere besarla y preguntarle qué pasa. Obviamente no lo hace-yo no puedo volver a lo que teníamos, ya no más. Y la noche fue muy, muy buena, y gracias. No sólo por el sexo, ya lo sabes. Pero aquí se queda.
-Mapi.
La española la besa en la mejilla muy sentidamente.
-Ojalá me hubieras preguntado por qué no vine la otra noche o por qué me cuesta tanto decir que sí a retomar lo que teníamos-susurra-pero tal vez es mejor así. Cuídate, Ingrid.
Se marcha como siempre, dejando el vendaval del desastre dentro del corazón de Ingrid.
¿Debería haberle dado otro enfoque a esa charla? Decir lo que siente y esperar a que Mapi se riera de sus sentimientos, o esperar a ser correspondida, atendiendo a la tonta esperanza que florece sólo pensando en cómo fue Mapi en todas esas horas compartidas, tan dulce y gentil y suave; recordando cómo ha sido desde que comenzaron su relación casual.
Ingrid aleja las ensoñaciones, da un vistazo a la habitación en la que fue feliz un rato y permite que una sola lágrima caiga libremente.