Chapter 1
Ronove se pregunta sobre la reciente avalancha de problemas en la que está ahogándose. No es que le desagrade la atención, no. Es que es la atención del tipo equivocado, si, eso es.
El evento que puede marcar o no el destino de babyls está a la vuelta de la esquina. Nadie en este mundo es tan valiente como un demonio deseoso de entregar su corazón y consumir el amor que consiga de este. Los demonios son seres de contratos y reglas, entre más grande sea la promesa que estés dispuesto a hacer hacia el amor; más grande será la fortaleza de estas uniones.
Ni Amduscias y Delkiria tuvieron un lazo tan fuerte en su momento.
"¡¿Cómo crees tú lograr doblegar los deseos de un demonio a tu capricho?! ¡¿Cómo?!" Robin se cubre con un sedoso edredón mientras Ronove continúa con sus gritos. En una situación normal, sería Robin buen acompañamiento de esta ola efusiva de ánimo, pero ese día no estaba muy seguro de si mismo y eso parecía molestar al estudiante."¡Aburrido, aburrido! ¡Eres un aburrido!"
"Yo no..." Robin se atragantó cuando otra ola de gritos comenzó, volviendo al refugio en las mantas.
"¡Aburrido!" Ronove tomó un suspiro. Lanzando al profesor Robin lejos del centro, al levantar la sábana con nada de delicadeza, en su gran santuario solo había espacio para uno bajo los reflectores. Ahora, sí se encontraba con la capacidad de tocar a un hombre, siempre y cuando esté fuera de su agrado, y Robin Bars si llenaba los lineamientos requeridos. "¿Eres o no eres un demonio? Buscas mi ayuda para pedirle al profesor Kalego compartir una vida juntos, buscas algo que los deslumbre y lo deje sin aliento. ¿Que es lo que enrealidad buscas Bars Robin?"
Cursilerías. Dependiendo de las respuestas que diera el diligente de la casa Barbatos, Ronove decidiría si ayudar en esta absurda búsqueda y hacer historia o ignorar por completo esta solicitud. Aunque claro, siendo Ronove un demonio con línea de sangre Carisma, necesitaba algo espectacular para no rechazar una solicitud tan desabrida como aquella, y no es que creyera que Robin era desabrido en lo absoluto; Robin en realidad se creía a si mismo desabrido, al punto de buscar ayuda en un estudiante.
Gracias a Devil, Ronove no era cualquier estudiante.
• • •
"¿Así que, Robin solicitó ayuda a alguno de ustedes?" Inquiriendo a los demonios presentes, Bachiko Barbatos se da por servida cuando la mayoría asiente en silencio. Que Robin no le haya solicitado ayuda primero, algo que hería su orgullo como hermana mayor, resultó ser sospechoso bajo los ojos expertos de Bachiko. "Quiero saber que solicitó de cada uno..."
"Man Chérie" inició Furfur, en inútil intento por disipar el mal humor de su amada. No vale la pena destacar que tan fuerte fue el golpe que recibió.
"Adelante, necesitó saber y tengo el derecho..." Robin era como un hermano para Bachiko, no diría algo tan obvio en voz alta.
Uno a uno, demonios de mayor edad a menor de edad, contaron todo aquello que se les solicitó en favor a Robin y un plan tan absurdo del que no sabían ni pies ni cabeza. Iniciaban por cosas tan normales como una gran cantidad de flores y terminando con algo tan extraño como un tipo de papel en específico. Honestamente, pensaba Bachiko, parecía estar armando una de sus pésimas fiestas. Tomando en consideración que Robin ya no era un novato y no tenía obligación más que de dedicarse por completo al aprendizaje de sus alumnos, ¿Qué estaba haciendo?
Robin empezó con estos comportamientos extraños desde el evento de "caza corazones", si, Bachiko se enteró del éxito de su muy querido alumno (humano cabe recalcar) sobre su hermanito muy bien disciplinado en el arte del arco y la fecha. Volviendo al punto; emprendía vuelo con más frecuencia, taciturno, inquieto, melancólico y, entrando en especulaciones, no pudo detener lo que pudo ser un ciclo de maldad ante la mínima provocación en su entrenamiento.
Bachiko y Robin entrenaban con frecuencia en la casa principal de la Familia Barbatos, nada fuera de lo usual, esa tarde tan fatídica encontró el escondite de Robin. En una situación normal, Robin se burlaría y hasta delataría su presencia a Bachiko por pura alegría, esa tarde no fue así: Robin, resolviendo no se atrapado, corrió y se internó dentro de los bosques.
Bachiko tenía la certeza que ese no era su Robin. Tomó tiempo que se calmará, tan alterado como estaba, y confesó estar a punto de lanzarse en un abismo oscuro, su miedo no era infundado y sus ojos delataban profundo arrepentimiento.
Bachiko no tenía miedo de esto, ella temía el horror que sufrió el pobre al verse desplazado por su faceta más malvada. ¿Y ahora le ocultaba cosas? Iba a patear el trasero de su querido primo.
"Está bien, procederemos de la siguiente manera..." Finalizó, apretando los puños con jubiló.