Pijamada
Wednesday realmente odiaba las pijamadas, principalmente porque no lograba acomodarse entre la infinidad de cojines que se usaban a modo de cama.
Ella prefería su colchón rígido como un ataúd, simplemente era mejor para su espalda, sin embargo, Enid había insistido en que tuvieran una pijamada de la forma "normal", en otras palabras, dormir en un mar de cojines mullidos, peluches afelpados y frazadas algodonadas.
Totalmente a ciegas por la oscuridad del lugar, Wednesday se alivió de haber dado con al menos una almohada lo suficientemente dura para poder recostarse en ella, dándole un par de golpes para que agarrara puesto, la gótica finalmente apoyó su cabeza y entró a un sueño profundo.
Mientras tanto Enid, abrió sus ojos de par en par por las nalgadas que acababa de recibir.