Chapter 1
Franco siempre había sido de los que no llevaban la carrera al pie, prefería usar su tiempo en otras cosas, total siempre se las ingeniaba y lograba promocionar. Oscar por otro lado, era el típico chico aplicado que amaba su carrera y disfrutaba de sus estudios.
Una mañana, mientras el sol apenas asomaba, Franco tenía decidido pedirle los apuntes al más aplicado, y con ellos estudiar para el parcial que se les venía la próxima semana.
Estaban Alex y Franco (quienes tenian un enfoque parecido a la carrera) viendo como podian pedirle los apuntes al rubio
-Boludo, no me los va a prestar si sabe que soy re pajero
-Bueno, pero hacé el intento. Yo ya se los pedí la otra vez y me dijo que no me los prestaba más
-¿Y si me dice que no?
-Cagamos
A lo lejos, Franco logra ver a Oscar y dejando a su amigo atrás se acercó descaradamente al otro.
-¡Hola Oscar! ¿Cómo estás amigo?
-Chau Franco a vos no te presto mis apuntes ni en pedo.
-Daaa, es un rato. Los voy a fotocopiar y te los doy.
-No, y punto. Alguna vez tenés que hacer las cosas vos.
-Pero a Alex sí le prestaste.
-Sí, porque él me prestó antes unos apuntes y le devolví el favor. No creo que vos me lo vayas a devolver en algún momento.
-Daaale Piastri.
-No Colapinto. Chau, me tengo que ir.
Franco había quedado solo y sin los apuntes, llamó a Alex y se encontraron a la salida en la biblioteca. No todo estaba perdido; ellos tenían un plan.
-Bueno yo me quedo hablando con Piastri y vos vas y le sacas las hojas.
-Eh no, yo me quedo hablando con el y vos sacas las hojas.
-Dale Fran no es tan difícil.
-Si sale mal te asesino Albon.
Alex rodó los ojos mientras se acercaba a Oscar. Franco, por otro lado, rodeó la biblioteca y fue desde atrás a atacar la mesa del rubio. Cuidando que nadie lo viera, sacó los apuntes de Piastri y los metió en su mochila. Luego se unió a su amigo en la conversación que estaba teniendo con Oscar para saludar y escapar finalmente de ese lugar.
Alex solto una pequeña risa
-Viste que no era tan difícil nene
-Cállate, que gracias a mi esfuerzo tenemos apuntes
-No te agrandes que primero tenemos que fotocopiarlos y devolverlos sin que se de cuenta
-Uh mal, bueno yo los voy a fotocopiar y después se los dejo
-Te llegas a mandar alguna cagada y te mato
-Gracias amigo por la fe!! Vas a ver que me va a salir todo bien
-Más te vale, Colapinto, si no te dejo afuera del departamento y vas a tener que dormir con la vecina
-¡NO CON MARTA OTRA VEZ NO!
-Bueno, entonces antes de mandartela pensa en Marta y sus gatos. Chau
Franco rápidamente se encaminó al sector de la fotocopiadora. Al revisar su mochila se dio cuenta de que estaba abierta de par en par y, no solo eso, le faltaban los apuntes de Piastri. Como loco comenzó a buscar en todo el recorrido sin suerte alguna. Sacó su teléfono del bolsillo y llamó a su roomie.
-Me vas a matar
-Que hiciste ahora
-Perdí las hojas
-Jódete, vas a dormir con Marta y encima vas a tener que decirle a Piastri
-No le voy a decir ni en pedo, no se va a dar cuen...-A lo lejos ve que el rubio se va Acercando a él con una expresión de enojo-. Mierda creo que si se dio cuenta
El ruloso cortó rápidamente la llamada e intento escapar al baño.
Oscar nunca entendió cómo alguien podía ser tan vago y tan caradura al mismo tiempo. Estaba claro que los apuntes que desaparecieron no lo habían hecho solos. Franco, por otro lado, estaba más preocupado por encontrar una buena excusa que por el desastre que había causado.
Piastri entró al baño y freno a Colapinto.
-Vos te pensas que soy idiota flaco?
-Perdón?
-Devolveme mis apuntes ya
-Que apuntes boludo? yo no te saque nada
-Si, dale, hacete el pelotudo. Yo se bien que me los sacaste de la mesa en la biblioteca
-Que decis Piastri? Estas delirando. Si los perdiste hacete cargo.
Ahi mismo Oscar se abalanzó sobre el otro y comenzó a forcejear
-¡DEVOLVEME MIS HOJAS O TE HAGO MIERDA ENANO!
Como pudo el ruloso se reincorporó para separarse del rubio y comenzó a gritarle
-¡ESTÁS LOCO PIBE CALMATE!
-Me calmo cuando me des mis hojas
-No se donde están, las perdí
Franco sabia que en ese mismo instante lo mejor que podía hacer era huir. La cara de Oscar se transformó; nunca había visto al chico tan enojado, y tenía razones para estar así
-Te juro que voy a solucionarlo
Franco salió corriendo del baño, esquivando las miradas de los demás. Su mente iba a mil por hora.
“¿Dónde mierda están los apuntes? ¿Y si alguien los agarró? Oscar me va a matar”
Detrás de él, la voz de Oscar resonaba en el pasillo.
-¡COLAPINTO, VENÍ PARA ACÁ!
Franco dobló una esquina y casi se choca con Alex, que estaba apoyado contra la pared con una botella de agua en la mano. Alex lo miró con una ceja levantada.
-Y? Como va todo?
-Eh? que haces acá flaco
-Te vine a ayudar. Yo tengo los apuntes
Franco abrió los ojos como platos.
-¿¡QUÉ!?
-Los saqué de tu mochila cuando estabas boludeando. Me pareció gracioso.
-TE PARECIÓ GRACIOSO?! OSCAR ME QUIERE MATAR Y A VOS TE PARECIO ALGO CHISTOSO?!
Antes de que Alex pudiera responder, Oscar dobló la esquina y los encontró.
-¡EXPLÍQUENME ESTO AHORA MISMO O LOS MATO A LOS DOS!
Franco se escondió detrás de Alex, levantando las manos como si eso fuera a calmar al rubio.
-¡Pará, pará! No fue mi culpa. Alex los tiene
-¿No fue tu culpa?-Alex se cruzó de brazos, mirando a Franco con incredulidad-. No, no, amigo. Vos fuiste el genio que decidió robarlos.
-¡DÁMELOS YA! -Oscar dio un paso hacia Alex, pero antes de que pudiera acercarse más, otra voz interrumpió.
-¿Qué carajo está pasando acá Osc? -Lando apareció, con su típico aire relajado y con hambre de chisme, para ver que estaba pasando con su mejor amigo y los demás chicos.
-El vago de mierda de franco robó mis apuntes y este pelotudo los tiene - Oscar señaló a Alex, mientras Lando miraba a Franco, que parecía un cachorrito asustado.
-Chicos ¿todo bien? -George (presidente del centro de estudiantes) apareció atrás de Lando, con una carpeta en la mano y una expresión de confusión.
-No, no todo bien. Estos dos imbéciles me robaron los apuntes de la biblioteca y ahora se hacen los boludos. -Oscar los fulminaba con la mirada.
Lando suspiró, poniéndose entre Oscar y Alex.
-Che, Osc, bajá un cambio. Mirá la cara de Franco. Ya está, son unos boludos chicos.
George dejó la carpeta en el suelo y levantó las manos en señal de paz.
—A ver, ya están en la facultad no es la secundaria esto ¿podemos resolver todo sin que Oscar termine preso por homicidio?
Oscar bufó y se cruzó de brazos. Alex, con su clásica calma, sacó los apuntes de su mochila y se los extendió a Oscar.
-Acá están. Estábamos jodiendo un poco. ¿Viste que sos muy serio a veces?
Oscar agarró las hojas, pero su expresión seguía siendo de puro enojo.
-Esto no es joda. Necesito estos apuntes para el examen, no es mi culpa que sean unos vagos de mierda
Lando puso una mano en el hombro de Oscar.
-Tranquilo, gordo. Ya los tenés de vuelta. Vamos a comer algo antes de que sigas amenazando a todos
George asintió.
-Sí, además, seguro Franco ya aprendió ¿no?
Franco levantó las manos en señal de disculpas.
-No vuelvo a tocar nada tuyo Oscar, nunca más.
Oscar suspiró y, aunque todavía estaba molesto, asintió.
-Más te vale. Y vos… -Se giró hacia Alex-. La próxima vez, pensá antes de hacer una joda así.
-Dale viejo. -Alex le guiñó un ojo, pero rápidamente se giró hacia Franco-. Lo que sí aprendí es que vos sos malísimo para mentir.
-Bue y vos como comediante te cagas de hambre
George y Lando saludaron a los chicos y siguieron a Oscar para irse del lugar.
Franco y Alex se dirigieron a la casa de su amigo Max para contarle lo sucedido.