
Chapter 13
Caitlyn está esperando impaciente en la cama de Vi, con el corazón acelerado.
No puede quitarse de la mente lo cerca que ha estado ese foco de golpear a Vi. Fue solo un accidente tonto, puede pasar en cualquier lugar. Pero no había esperado verlo tan cerca de Vi.
Su cuerpo se estremeció otra vez con el ruido que hizo el foco al estrellarse contra el suelo. Le recordó lo débil que es la vida humana, Vi no hubiera estado bien si eso le hubiera caído en la cabeza.
Sacude la cabeza con fuerza, deseando quitarse esas imágenes de ahí dentro.
Ahora su mente pasa a Powder, no parecía muy bien después de eso. Parecía en estado de shock, mirando hacia Vi como si no la viera.
Queriendo borrar esos pensamientos duros de su mente, juguetea con su teléfono. Decide mirar las fotografías, nunca antes lo ha hecho, y tiene algo de curiosidad.
No tiene muchas, por lo que puede ver, y la gran mayoría son de Vi. Hay algunas fotografías de ellas dos juntas, parecías a las que tiene por toda la casa. Aún es sorprendente verlas tan felices ahí, sin preocupaciones que puedan separarlas.
Se siente algo cruel ver esas fotos, ver cómo todo podría haber sido. Y sabe que ellas no podrán tener eso aún, no en un largo tiempo. Hay muchas cosas que tienen que solucionar antes de poder ser felices.
Además, una pequeña parte de ella sabe que aún Vi no la ha perdonado del todo.
Sabe que es fácil fingir aquí, olvidarse de todo lo que ha pasado fuera como si no fuera más que una pesadilla. Pero todo volverá cuando estén de nuevo en casa. La rabia, la furia, el odio...
Ojalá pudiera volver atrás en el tiempo y hacer las cosas bien. Hay tanto que cambiaría, especialmente estos últimos meses. Todo había empezado a ir cuesta abajo y Caitlyn ni siquiera había intentado evitarlo.
La puerta se abre con un crujido suave, y Vi entra con rapidez. Se ve algo tensa, pero viva y bien, qué es lo único que le importa a Caitlyn ahora mismo.
—Vi...
—Está bien —susurra Vi, pero su voz suena algo inestable.
Se deja caer al lado de la cama, con un suspiro. Parece cansada, y Caitlyn puede jurar que sus ojos están algo brillantes.
—¿Cómo está Powder? —pregunta con cuidado, ya que sabe qué Powder es un tema más fácil de tratar para Vi aquí que sus propios sentimientos.
—Ha sido... complicado.
—Se veía muy afectada.
—¿Alguien te ha hablado sobre el accidente de Jayce?
Caitlyn se siente confusa por un segundo, mientras piensa en ello. Su madre mencionó que fue en la explosión de su laboratorio, cuando Caitlyn era pequeña, pero no ha querido preguntar mucho más.
—No mucho, supongo que fue ese día de la explosión...
—Yo... no fue como esperábamos. Solo iba a ser un robo fácil, pero... al final, todo salió mal. Y fue culpa mía —susurra Vi, con la voz rota.
Los ojos de Caitlyn se abren sin que pueda controlarlo, ahora mirando a la mujer esperando que diga algo más.
—De qué estás...
—Iba a ser un robo fácil, ninguno esperaba que todo pudiera salir por los aires... —sigue diciendo Vi, parece que quiere evitar la mirada de Caitlyn.
—Vi...
—No sabía que sería peligroso. En nuestro mundo, nadie murió allí, pero todo empezó a ir mal desde ese momento —murmura, con tanto dolor en su voz que Caitlyn siente que se le rompe el corazón por ella—. Siempre fue mi culpa, incluso aquí que todo parece ir bien, conseguí joder algo.
—No, no. Sólo estabas haciendo lo que podías por tu familia —afirma Caitlyn, levantado una mano con cuidado para no sobresaltar a Vi.
Le pone una mano en la mejilla, acariciándola con suavidad. Por muy dura que siempre parezca Vi, Caitlyn sabe muy bien que adora ser cuidada. Y Caitlyn quiere poder hacer eso por ella ahora.
—Siempre lo jodo todo de alguna forma —dice Vi, pero se apoya más en el contacto de Caitlyn.
La piel de Vi se siente cálida contra la suya, y Caitlyn puede sentir un ligero temblor en su cuerpo. El corazón de Caitlyn se rompe por ella, sólo quiere darle algo de apoyo.
Vi siempre se siente como si fuera una carga, una persona que lo hace todo mal. Pero no es así, claro que no es así. Caitlyn casi puede decir que es lo mejor que le ha pasado en mucho tiempo. Y no culpa a Vi por nada de lo que ocurrió. Lo hizo en un primer momento, en los pocos minutos que tardó en darse cuenta de su error. Vi tiene un corazón bueno, y no se merece nada de eso.
—No podrías haber sabido que iba a pasar, Vi. No te culpes por ello —susurra Caitlyn, con la voz baja.
—No es tan fácil...
Con más cuidado aún, Caitlyn aparta la mano del rostro de Vi y la coloca por encima de su cintura, atrayendo a la mujer a un abrazo suave.
—Tienes un buen corazón, Vi. Eso es lo más importante sobre ti —dice Caitlyn, esperando que la mujer pueda confiar en ella.
Es totalmente cierto, cada cosa que Vi ha hecho, ha sido pensando con el corazón. Siempre intenta hacer las cosas bien, que todos estén felices, pero eso no acaba de funcionar. Y es por la cosa más obvia, Vi a veces también tiene que mirar por sí misma y ser un poco más egoísta.
Ha visto más acciones desinteresadas en Vi de las que debería. Todas esas veces que puso los sentimientos de Caitlyn por encima de los suyos, cómo siempre la cuido a pesar de que ella misma estaba lidiando con sus propios problemas.
—A veces eso no es suficiente...
—Escúchame ahora, Vi. Eres una persona maravillosa y todo lo que pasó no es tu culpa. Hay muchas cosas que afectaron tu vida, ¿vale? Lo único que puedes hacer ahora es mirar hacia delante y dejar el pasado atrás —dice Caitlyn, intentando sonar segura pero cálida—. Pase lo que pase, no voy a irme esta vez.
—Promete que no te irás esta vez —susurra Vi, en un tono tan bajo que a Caitlyn le cuesta oírlo por un momento.
El corazón de Caitlyn duele de nuevo, recordando la primera promesa que no le pudo cumplir a Vi. Pero esta vez será diferente, está muy segura de ello.
No hay nada que pueda separarla de Vi ahora, no a menos que ella misma Le pida que desaparezca de su vida. Y realmente espera que no sea el caso.
—Lo prometo, Vi —dice, totalmente seria—. Fui una tonta esa vez, no volverá a pasar.
Vi da un suspiro aliviado, aferrándose más al cuerpo de Caitlyn. No hay mucho más que decir, sólo espera que sus palabras lleguen a Vi. Que deje de culpar se por todo y vea lo mucho que vale. Que es mucho más que esa Vi que se quedó en su universo. Mucho más que una máquina de puñetazos.
Esta vez, cuando se colocan para dormir, sus cuerpos ya están entrelazados. Caitlyn mantiene el contacto con Vi durante todo el tiempo que está consciente, esperando poder transmitirle a la mujer que nada de eso es realmente su culpa.
Odia que Vi siempre piense lo peor de sí misma. Pensó que las cosas iban a mejorar aquí, pero es solo la impresión que Vi quería dar. Sigue igual de dolida por dentro.
—Todo estará bien, Vi. Aún puedes solucionar cosas —susurra Caitlyn, refiriéndose a Jinx.
Vi asiente, manteniendo su abrazo fuerte en Caitlyn. Aún tiene muchas cosas con las que tratar, pero espera que Vi pueda confiar en ella cuando vuelvan a casa.
No volverá a caer en el ciclo del odio ni en las manipulaciones de Ambessa. No, ya no.
Ahora sus prioridades son otras, unas que espera que pudieran hacer sentir a su madre orgullosa de ella.
— —
Caitlyn aún se siente incómoda mientras se pone la ropa más elegante que puede encontrar en su armario. Nada ahí se siente como suyo, por mucho que sea de otra versión de ella.
En su mundo, casi siempre usa el uniforme. O algunas camisetas básicas. Nada más allá de eso. Encontrarse con toda esta ropa nueva... es extraño. Tiene mucha ropa en su dimensión también, pero en su mayoría cosas para eventos que ya han elegido por ella.
Estos últimos días ha estado usando cualquier cosa que Vi tuviera por allí de su otra versión, no es que tuviera mucho donde elegir. No se sentía como lo hace todo este armario de ropa.
Vi... Ya la extraña y sólo ha pasado menos de una hora sin ella.
Suspira, eligiendo algo que parece lo suficientemente elegante para el consejo.
Después de eso, se sienta en el salón, enviándole un mensaje a su madre para recordarle que pasará por el consejo hoy para hablar con Mel.
Sus ojos se desvían hasta los cuadros colgados mientras espera una respuesta. Las imágenes que tiene con Vi están grabadas casi a fuego en su cabeza, no cree que pueda olvidarlas. Espera que en algún momento pueda tener eso también, tiene que convencerse de que podrá hacerlo.
Su madre le contesta pronto, diciéndole que puede pasarse sin problemas. También preguntas sobre Vi y cuándo van a volver.
No puede evitar sonreír cuando piensa en ello, la última vez fue mucho mejor de lo que ella había pensado. En ese contexto, al menos puede sentir que tiene la bendición de su madre para estar con Vi.
Le responde rápidamente, diciéndole que se pasarán pronto, aún que no tiene ni idea de ello en realidad.
Por lo menos, su casa no está muy lejos del consejo y Caitlyn sabe que el camino sigue siendo el mismo. No es que Piltover haya cambiado mucho realmente, el mayor cambio es Zaun. Piltover siempre ha estado bien, no puede negar esa realidad.
El acceso al consejo es fácil, Caitlyn casi olvidó que en este universo es parte de ellos. Bueno, ni exactamente parte de ellos aún, pero entrenando para serlo o algo así. No es que le haya puesto mucho interés a los planes que tiene esta Caitlyn. Ella nunca podría estar interesada en el consejo.
Saluda a un par de personas cuando entra, aunque no tiene ni idea de quién son. Su única preocupación es llegar hasta el despacho de Mel y poder conseguir esos papeles.
No sabe si están bajo el dominio de Mel de todos modos, seguramente sea Heimerdinger quien los tenga. Pero sería casi imposible conseguir permiso de él, siempre estuvo muy en contra de todo el Hextech, Jayce no paraba de quejarse de ello.
Los pasillos se sienten interminables por un segundo, todo parece igual. El lujo de Piltover no ha cambiado, pero al menos han usado muchos más recursos en Zaun.
No puede evitar sentirse mal por ello. Siempre supo que el consejo podría hacer las cosas mejores ahí abajo, que podrían ayudar, pero a ninguno le importo lo suficiente como para arriesgarse. Ni siquiera su madre lo hizo. Al menos se preocupó de que pudieran respirar.
Sus manos tiemblan un poco cuando se para frente al despacho de Mel, su corazón late rápido y siente que se le seca la garganta. Nunca ha sido demasiado buena mintiendo, ni socializando.
Es diferente cuando se trataba de una mujer para conseguir algo rápido o algo parecido, pero no es el caso, ni lo ha sido por mucho tiempo. No puede recordar la...
Sacude la cabeza, no es momento de pensar en eso ahora.
Tiene una misión hoy, y espera poder cumplirla. Necesita volver a casa pronto, para empezar a corregir todos sus errores.
Con decisión, golpea la puerta frente a ella, dando respiraciones profundas y pensando en todo lo que va a decir en su mente.
—¡Adelante! —escucha la voz de Mel por detrás de la puerta.
Abre la puerta con cuidado, con el corazón latiendo con fuerza. Nunca ha sido muy buena para socializar, y los mensajes de texto no le reveló mucho sobre la relación amistosa entre ambas. Sólo tiene que esperar para ver si puede hacerlo bien de verdad.
El despacho de Mel se ve tan elegante como siempre, incluso cuando tiene todo un desastre de papeles encima del escritorio. Aún así, hay pequeños detalles que faltan. Parece menos serio, menos elegante. Pero también más distante, cómo si no fuera un sitio en el que Mel disfrute estando.
Sólo hay un pequeño escritorio lleno de papeles y dos sillas a cada lado. No hay mucha decoración, unas flores por algún lado y poco más. Parece impersonal.
—¿Cómo va todo? —pregunta Caitlyn, intentando sonar lo más normal posible.
Mel da un suspiro, mientras deja unos papeles que estaba mirando sobre la mesa. Hay una pila de ellos bastante grande.
Ella parece agotada, ahora que la observa bien. Sus ojos se ven cansados, y no mantiene esa pose recta que siempre tiene.
Se ve diferente a cómo lo hacía en su mundo, pero muy ligeramente. Su cabello se ve más desordenado, mientras que su rostro se ve menos triste. Su ropa también parece más informal, por lo que puede ver.
—Cait, qué sorpresa. ¿A qué debo el honor?
Mel le dedica una sonrisa de medio lado, parece agradecida de tener una excusa para dejar todo lo que tiene que hacer a un lado.
Caitlyn se obliga a devolver la sonrisa, caminando con paso seguro. Tiene que sentirse confiada consigo misma para que todo esto pueda ir bien.
—Solo pasaba por aquí.
—Ah, claro. Porque tú eres de las que "pasan por aquí" —dice Mel, riéndose suavemente.
Caitlyn suspira, está claro que no iba a ser disimulado si iba de una manera tan obvia. No es que pudiera tener muchas más opciones.
—Quería hablar contigo.
—Lo supuse. Adelante, siéntate.
Se sienta en la silla frente al escritorio, con los nervios recorriendo su cuerpo. No sabe qué más decir, o cómo traer el tema de Jayce ahí mismo. Nunca fue demasiado cercana a Mel, lo único que sabía de ella era a través de Jayce, y aquí no tiene ese puente para poder usar.
El silencio entre ellas se hace más grande, mientras Caitlyn piensa una y otra vez qué decir. Debería sonar segura y cómoda, pero nada de eso es seguro y cómodo para ella.
—Siento mucho lo de Maddie —acaba diciendo Mel, sorprendiendo a Caitlyn.
—¿Maddie?
No entiende porqué Mel le está pidiendo perdón por otra persona, especialmente por...
Oh, se supone que esa era la novia de Caitlyn en este universo. O algo así.
—¿Por qué te disculpas? —pregunta Caitlyn, intentando entender la situación mejor.
—No sabía que estaba espiando para mi madre, y mucho menos que quería llegar al consejo a través de ti.
Caitlyn se tensa, procesando las palabras. Así que su ex novia estaba usándola para algo. No le sorprende, ha pasado por esa situación más veces de lo que le gustaría admitir.
Pero si tiene algo que ver con la Maddie que conoce en su dimensión...
Quiere asegurarse de que estén hablando de la misma persona que ella cree que es. Si es así, parece que tiene muchos secretos guardados.
Lo que le parecía más raro a Caitlyn es que no tenía ni una sola fotografía con la chica en su teléfono. Había visto muchas de Vi, incluso alguna de Powder y del resto de sus amigos. Pero ninguna mujer misteriosa apareció en esas fotos.
¿Caitlyn las borró después de la ruptura o ni siquiera se preocupó por la mujer? Tiene mucha curiosidad por ello.
—¿Tienes una fotografía de ella?
Mel la observa en silencio por un segundo, con una mirada curiosa, pero asiente de todos modos.
—Um, sí. Debo tener alguna.
—Bien.
Se queda en silencio en la silla frente a Mel, mientras desliza sus dedos por la pantalla de su teléfono con rapidez.
—Lo tengo —dice Mel, haciéndole una señal a Caitlyn para que mire la pantalla que acaba de girar.
Por desgracia, conoce bien ese pelo naranja y ese rostro. No porque quería, sino porque ha estado mirándola durante los últimos meses, luchando a su lado.
Maddie es de Noxus, eso podría explicar muchas cosas.
En un primer momento, cuando aún estaba demasiado dolorida por la pérdida de Vi por su propia culpa, tener a Maddie como respaldo la consoló. Eso solo duró hasta que la mujer intentó llevar su relación de amistad a más, y no se tomó bien el rechazo de Caitlyn.
Siguió intentándolo una y otra vez, Caitlyn no había entendido el motivo de su perseverancia. Pero ahora puede entenderlo, si es así como funcionan las cosas.
—Pero no viniste aquí a hablar de Maddie. Las dos sabemos que ni siquiera te gustaba tanto —dice Mel, sincera y directa.
Caitlyn sacude la cabeza, ahora sabiendo que es la parte más importante. No puede hacer que todo vaya mal ahora.
Caitlyn se obliga a relajarse. No puede permitirse dudar ahora.
—Sí, en realidad, vine por otra cosa —dice al fin.
—Adelante entonces —dice Mel, aún mirándola de forma curiosa.
Powder ya le dijo que está Caitlyn siempre está muy segura de sí misma y que tienen una relación estrecha con Mel. Toda esa interacción no se siente como una relación amistosa ni nada de eso, pero no sabe cómo hacerlo de otro modo.
—Quería preguntar... —empieza a decir Caitlyn, ahora con un tono más inseguro—. ¿Sabrías dónde están las anotaciones de Jayce?
Los ojos de Mel se abren, levantando la cabeza para cruzar sus ojos con los de Caitlyn. Parece sorprendida por la pregunta, pero también algo más. Caitlyn no sabría decirlo, pero parece dolida.
—Cait...
Tiene un tono suave y casi triste.
—Sé que ha pasado mucho tiempo pero... —empieza a decir Caitlyn, sin saber exactamente cómo ganarse el favor de Mel—. Necesito las anotaciones de Jayce.
El rostro de Mel cambia de inmediato, ahora viéndose preocupada.
—¿Otra vez con eso?
—Yo...
No había pensado que su otra versión ya hubiera preguntado por ellos antes, no había pensando mucho en nada en realidad.
—Cait, no quiero ser cruel, pero sabes que sus inventos no van a salvar la parte baja de Zaun.
Caitlyn asiente con rigidez, ahora pensando en las palabras de Mel. La parte baja de Zaun... casi había olvidado que seguían diciendo que era muy mala.
Se pregunta qué tan mal tiene que estar para que Caitlyn intentará conseguir las anotaciones de Jayce más de una vez. Al menos tiene una excusa para pedir las anotaciones con más fuerza.
—No lo sé. Quizás no. Pero quiero intentarlo —dice, intentando sonar segura, pero también sabe que Mel puede ablandarse con algunas emociones—. Yo sólo... lo extrañó.
Y eso es muy cierto. Todo esto empezó porqué Caitlyn quería encontrar de nuevo a Jayce, sólo puede esperar que esté en algún sitio bueno como ellas. O en su propia casa, pensando que Caitlyn está loca por hacer algo así sin avisar a nadie.
Mel suspira, como si estuviera teniendo una conversación que ya tuvo muchas veces. Al menos ahora parece un poco más suave, tal vez pueda presionar lo suficiente...
—Sé que eras muy cercana a Jayce, Cait. Pero el último que intentó replicar el trabajo de Jayce desapareció. Es peligroso.
Caitlyn siente un escalofrío que le recorre la espalda mientras procesa las palabras de Mel. Siempre supo que el Hextech tenía algo de peligro, pero hacer desaparecer a una persona no es algo que Caitlyn pensó que pudiera hacer.
—¿Quién?
—Un zaunita de La Academia. Viktor, si no recuerdo mal.
Los ojos de Caitlyn se amplían con esa nueva información. Es cierto que sus clientes en el bar parecían no tener ni idea de Viktor, pero no pensó que hubiera desaparecido.
Casi no está segura de que quiera tomar esos papeles ahora. No quiere poner a Ekko y Powder en peligro por la investigación. Pueden buscar una alternativa, o esperar... En algún momento volverán por sí solas a su dimensión, ¿no?
—¿Qué le pasó?
—Nunca lo supimos. Un día estaba aquí, al siguiente no.
Caitlyn traga saliva, pensando en ello.
Puede ser un peligro llevarse esos archivos, pero se asegurará de que Ekko y Powder sepan los peligros que conllevan esos papeles. Es casi la única esperanza que tiene Caitlyn de poder volver a casa.
—Mel, necesito esos archivos —vuelve a decir, esperando que eso ayude en algo—. Tendré mucho cuidado, lo prometo.
—Caitlyn, no van a hacer una gran diferencia —dice Mel, sonando algo cansada—. ¿Para qué los quieres realmente?
La mirada de Mel se estrecha en ella, como si pudiera ver más allá de lo que está diciendo. Cómo si supiera que todo eso no se trata de la parte baja de Zaun. Aún así, cree que debería echarle un vistazo a esa zona de todos modos, antes de irse.
—Para ayudar a alguien —responde, al menos es algo cierto.
Mel la mira fijamente, como si esa respuesta no fuera suficiente en absoluto. Sus dedos se mueven por el escritorio, haciendo ruido con sus uñas doradas. Ni siquiera se había fijado en ellas, le quedan bastante bien.
—¿Alguien o a Vi? —pregunta Mel, con otro largo suspiro—. Sé que Vi cree que puede servir para algo, pero...
Caitlyn la mira sintiéndose más rígida, sin entender que tiene que ver Vi en todo esto. No tiene sentido que pidiera esos archivos para ella, ¿por qué lo haría?
—¿Por qué sería para Vi?
—Cassandra me ha dicho que estás pasando el tiempo en Zaun con ella. Sé que quiere solucionar todo lo que ocurre en Zaun, y sé que quieres hacer cosas por ella, pero...
—No sabía que mi madre iba cotilleando sobre mí —dice Caitlyn, esperando llevarla a otro tema.
—Aquí se cotillea sobre todo, Cait. Ya lo sabes —se ríe Mel, ahora buscando unos papeles sobre la mesa.
—Mel...
—Es peligroso —vuelve a decir Mel, ahora volviendo a leer sus papeles.
—Por favor, es muy importante para mí. Es de vital importancia —insiste Caitlyn.
—Cait...
Mel suspira de nuevo y masajea sus sienes, parece estar pensando mucho en las respuestas de Caitlyn.
—Está bien, lo sé —murmura Caitlyn, pensando en toda la situación—. Sólo extraño a Jayce.
—Siempre dijiste que era un buen hombre —dice Mel, mirándola ahora con más simpatía.
—Era como un hermano para mí...
Mel deja sus papeles de lado de nuevo, ahora mirando a Caitlyn con algo de preocupación. Se ve sería mientras habla, todo su rostro más tenso.
—Sólo por esta vez... —murmura, y casi parece arrepentida en el primer momento en que lo dice—. Sólo te los puedo dejar unos días. Heimerdinger no estará muy contento si nota que le faltan archivos, ya lo sabes.
Caitlyn esboza una pequeña sonrisa, imaginando al pequeño consejero enfadado. A pesar de su tamaño, puede encontrar palabras muy acertadas para decir lo que piensa.
Aún así, no podría decir que Mel se hubiera preocupado nunca demasiado por las palabras de Heimerdinger antes.
—¿Y desde cuándo te preocupas por eso?
—Desde que mi asiento en el consejo depende de ello —murmura Mel, pero Caitlyn no entiende del todo sus palabras.
Mel se levanta con elegancia, preparándose para salir.
Caitlyn la observa en silencio, sintiéndose extraña.
No está segura de sí consiguió lo que quería o si acaba de meterse en algo mucho más grande de lo que imaginaba
Más tarde, cuando sale de la oficina con las anotaciones de Jayce bajo el brazo, sólo espera que todo sea para algo mucho mejor.
— —
—¡Cait, espera! —escucha una voz por detrás de ella, nada más entrar al bar de Vander.
No tiene muchas ganas de hablar hoy con nadie, si es sincera. Ya habló demasiado con Mel. Bueno, tal vez si quiere hablar con Vi, pero nadie más ahora mismo.
Se gira con un suspiro, sorprendida cuando ve a Powder acercarse a ella, con una expresión que no sabría descifrar.
No han hablado a solas en mucho tiempo, y ahora que sabe que no es la misma Caitlyn que recuerda, siente que todo es mucho más extraño.
—¿Puedo robarte un rato? —pregunta Powder, con algo de preocupación.
Caitlyn ahora tiene mucha curiosidad por ello. Powder parece algo mal, y después de cómo la vio por el accidente del foso... Puede dejar de quejarse un rato y hablar con ella si lo necesita.
—¿Tengo opción? —bromea, esperando que algo familiar alivie a la chica.
Tal como pensó, Powder sonríe algo más tranquila.
—Claro que no —responde ella, con su tono seguro de siempre.
Caitlyn se ríe, también más aliviada, siguiendo a Powder por el bar.
Esta vez, no la lleva por las escaleras que llevan a la casa, si no a la pequeña puerta del almacén que hay detrás.
—Nunca he estado aquí —susurra Caitlyn, nunca ha tenido la necesidad de coger algo de ahí.
Bueno, ella pensaba que era un almacén, pero es en realidad una especie de salón. Hay sillas viejas y, más atrás, se pueden ver algunos productos almacenados.
—Está era nuestra casa al principio, antes de reformar lo de arriba —explica Powder, notando como Caitlyn está sorprendida por lo que ve.
Se sienta en uno de los sofás, y Caitlyn se sienta a su lado. Aún tiene los papeles agarrados con fuerza, pero no cree que sea el momento para hablar sobre ello.
—Vi me contó lo que ocurrió... —murmura Caitlyn, esperando que eso sea un buen comienzo.
—Lo suponía —responde Powder, con una sonrisa suave—. Sois así de unidas incluso en otra dimensión.
—No es cómo crees —susurra Caitlyn, sintiendo el dolor venir con esa afirmación.
Powder la mira ahora con curiosidad, mientras sus dedos juguetean nerviosamente con el borde del sofá.
—Eso pensé... —contesta Powder, casi disgustada—. ¿Un mundo dónde mi hermana es lo suficiente valiente para eso? Claro que no.
—Fue mi culpa, le hice daño... —añade Caitlyn.
No fue culpa de la valentía de Vi, ni nada de eso. Fue ella misma quien acabó lo que tenían por no ser capaz de mirar hacia delante, por dejar que el odio y el dolor se confundieran con todo lo demás.
—Vi no quiere hablar de dónde venís, y lo entiendo... Pero sigo pensando que hay algo de mi allí que no está bien —murmura Powder, sonando inquieta—. Veo como me mira Vi a veces, como si no pudiera creer que esté aquí. Y tú... esa curiosidad, pero hay algo más.
—Eres muy diferente allí —admite Caitlyn, sin querer decir mucho más—. Ha sido difícil para Vi.
—¿Es egoísta querer pedirle que no se rinda conmigo? —pregunta Powder, mirando a Caitlyn con intensidad—. No puedo imaginarme una vida sin Vi en ella.
Caitlyn asiente sin saber cómo seguir. Su corazón late rápido, con todos los recuerdos volviendo a ella.
Sabe que Vi no la considera el motivo mayor por el que tuvo la pelea con Jinx, pero Caitlyn sabe más de eso. Fue su culpa enemistar a las dos hermanas en un principio, aunque nunca quiso que las cosas continuarán así.
—Siempre seréis hermanas —es todo lo que acaba diciendo, aún jugando con los papeles.
Siente que su odio por Jinx ha disminuido un poco ahora que conoce a Powder, a cómo podría haber sido todo.
Además, no es tan sencillo como culparle todo a Jinx, ya no. Zaun siempre fue abandonado, dejado de lado a su suerte. Jinx lo perdió todo de un día a otro, quedando bajo el mando de Silco... ¿Cómo podría haber acabado bien? Es obvio que aún tiene varios problemas mentales y...
Caitlyn suspira, no puede excusar a Jinx de la muerte de su madre, nunca lo hará. Es algo que destrozó su vida, pero entiende ahora que es lo que llevó a Jinx a hacer eso. Su vida tampoco fue fácil, también los perdió a todos.
No puede perdonarla, pero puede intentar dejar sus propios sentimientos de lado por el bien de Vi. Se merece recuperar a su hermana, y Caitlyn quiere seguir estando ahí para ella.
—Eso es suficiente para mí —susurra Powder, asintiendo.
El silencio se mantiene entre ellas por un segundo, ambas pensando en diferentes cosas. Toda la situación sigue siendo complicada e inestable, pero confía en que todo pueda salir bien.
Sus dedos juguetean con los papeles, hasta que decide que esa es la mejor forma de romper toda la situación incómoda que se ha formado entre ellas.
—Conseguí las anotaciones de Jayce —dice Caitlyn, aflojando su agarre en los papeles.
Powder gira su cabeza en segundos hacia las manos de Caitlyn, mientras su rostro se llena de emoción. Los papeles no tardan en acabar en las manos de Powder, que pasa las páginas con rapidez.
—Esto es genial, dejame llamar a...
Antes de que acabe la frase, Vander abre la puerta de la habitación, con Ekko asomando por detrás.
—Aquí estáis —habla Vander, con ese tono amable de siempre—. Ekko estaba preguntando, ¿todo bien?
—¡Sí, sólo algo genial! —responde Powder, aún leyendo los papeles—. Ekko, avisa a Vi para que venga, tenemos trabajo que hacer.
Vander se ríe mientras vuelve al trabajo, acostumbrado a las emociones cambiantes de Powder, mientras que Ekko asiente con la cabeza y desaparece por la puerta.
—Es peligroso y...
—Lo sé, lo sé —murmura Powder, y hace una pausa de sus papeles para volver a mirar a Caitlyn.
—Sólo quería asegurarme de que lo sabes.
Powder asiente, mirando a Caitlyn con una mirada dura.
—Lo que sea que le hayas hecho a Vi, que no se repita. Me caes bien, Cait, pero su felicidad va primero, ¿entendido? Puedo ser muy creativa con las explosiones.
Su tono se ha vuelto serio y duro, dejando a Caitlyn confusa por el cambio por unos segundos. Se inclina hacia ella unos milímetros, y parece mucho más intimidante desde esa perspectiva.
Pero no le extraña, sabe que se merece que alguien le diga algo así. Que a alguien le preocupe como tratan a Vi.
Está muy decidida a cambiar cómo acabó todo entre ellas, no piensa volver a cometer los mismos errores. No, piensa esforzarse por ser mejor para Vi, es todo lo que quiere ahora.
—Oh, sí. No volverá a pasar, Vi es muy importante para mí —responde Caitlyn, pillada con la guardia baja.
—Ahora veamos qué podemos hacer con esto —susurra de nuevo, centrándose en los papeles.