Amor en dos ruedas

tripleS (Korea Band)
F/F
G
Amor en dos ruedas
Summary
JiYeon nunca aprendió a montar bicicleta, pero con solo dos días antes de su cita con Kotone, está decidida a convertirse en una experta. Con la ayuda de sus unnies, se embarca en una divertida y caótica misión para dominar las ruedas y conquistar el corazón de la japonesa.
Note
Hey! Feliz 2025 aqui estoy con otra historia de TripleS.Tenia esta idea en la cabeza desde hace unos dias pero no habia sacado un espacio para escribir y cuando vi que estas dos parejas estaban nominadas a best couple decidi ahora si empezar a escribir y bueno aqui esta mi fic.Esta historia sucede en el mismo universo que el resto de mis fics asi que si quieren saber mas sobre este universo de TripleS que cree en mi cabeza pueden ir a leer las otras obras de mi perfil y dejarme un comentario :)Espero que disfruten esto...

Eran las 3 de la tarde y el día era fresco y relajado. Sin horarios esta semana, las chicas se daban el lujo de descansar. Seoyeon estaba recostada sobre el pecho de Yooyeon en el sofá, mientras Xinyu abrazaba los brazos de Nien al otro lado. Las cuatro estaban absortas en el nuevo episodio de un drama que habían comenzado recientemente.

—¿Cómo pueden enamorarse tan rapido?No tiene sentido —comentó Yooyeon mientras fruncía el ceño, claramente inmersa en la trama.

—Tú te enamoraste de Seoyeon cuando apenas se conocían hace unos meses —respondió Xinyu con una risita burlona.

—Eso es diferente —murmuró Yooyeon en un tono apenas audible, lo que provocó una carcajada colectiva entre las demás.

El sonido del aire acondicionado y los diálogos del drama llenaban la habitación en un ambiente apacible, hasta que el ruido de la puerta principal rompiendo la tranquilidad las hizo voltear. Una apresurada JiYeon irrumpió en la sala, con el rostro lleno de urgencia.

—¡Unnies! Gracias al cielo están aquí —exclamó mientras se dejaba caer en uno de los sillones individuales frente a ellas— Necesito su ayuda—

—¿Qué pasa? —preguntó Seoyeon, enderezándose en el sofá, con una pizca de preocupación en el rostro.

—Kotone me invitó a una cita —dijo JiYeon en tono nervioso, cruzando las manos sobre su regazo.

—¿Y cuál es el problema? Ustedes se han estado lanzando corazones con los ojos desde que empezó la subunidad VV —comentó Nien, ladeando la cabeza con confusión.

—Me invitó a una cita para montar bicicleta alrededor del Rio Han —continuó JiYeon, su voz cargada de preocupación.

—¡Eso suena tan romántico! —exclamó Xinyu con entusiasmo, aplaudiendo suavemente.

—Sigo sin entender cuál es el problema —intervino Yooyeon, arqueando una ceja.

—¡El problema es que no sé montar bicicleta! —dijo JiYeon, con un tono de exasperación que dejó a todas atónitas.

—¡Oh! —exclamaron al unísono, procesando la confesión.

—Y necesito su ayuda, unnies. Ya le dije que sí, y no puedo retractarme ahora. Decirle que no sé montar bicicleta sería... ¡demasiado humillante! —agregó JiYeon, cubriéndose el rostro con las manos.

—¿Tus padres nunca te enseñaron a montar en bicicleta? —preguntó Nien, arqueando una ceja en incredulidad.

—¡No! Mis padres estaban siempre ocupados, y yo estaba enfocada en el ballet. Nunca vi la necesidad de aprender... al menos hasta hoy —admitió JiYeon, rascándose la nuca con nerviosismo.

—¿Y cuándo es tu cita con Kotone? —preguntó Seoyeon con un leve tono de urgencia.

—Este sábado—

—¡¿Este sábado?! —gritó Xinyu, casi saltando del sofá—¡Eso es en dos días!—

—¡Lo sé! Por eso necesito su ayuda —replicó JiYeon, bajando la cabeza con un suspiro derrotado.

Yooyeon se levantó de inmediato, tomando las riendas de la situación.

—Bien, manos a la obra. Ve a cambiarte y ponte ropa cómoda. Nos vemos en el parque de afuera en dos horas —ordenó, con un tono decidido que no dejaba espacio para objeciones.

JiYeon asintió rápidamente y salió disparada del apartamento, dejando a las demás en una mezcla de sorpresa y entusiasmo.

Apenas la puerta se cerró, Yooyeon sacó su teléfono y comenzó a escribir frenéticamente.

—¿Qué haces, unnie? —preguntó Xinyu, observándola con curiosidad.

—Consiguiendo una bicicleta. Vamos a enseñarle a JiYeon a montar... esta misma tarde —declaró Yooyeon con determinación, sin apartar la vista de la pantalla.

 

Tal como Yooyeon había dicho, ahí estaban, en el parque dos horas después. Las chicas estaban sentadas en un banco bajo la sombra de un árbol, esperando a que JiYeon llegara.

—¿De dónde sacaron una bicicleta? —preguntó JiYeon mientras se acercaba, con ropa deportiva y el cabello recogido en una coleta baja.

—Es de un compañero de clase de Chaewon —respondió Yooyeon, sosteniendo una bicicleta de color naranja con rines negros que brillaban bajo el sol.

—Así que ni se te ocurra rallarla. Tuve que prometerle que lo invitaría a almorzar para que me la prestara —agregó Chaewon, alzando una ceja mientras señalaba a JiYeon con el dedo, con una expresión de advertencia.

Tras reirse las chicas caminaron juntas hacia una zona despejada del parque, perfecta para practicar.

—Entonces… ¿cómo vamos a hacer esto? —preguntó JiYeon, mirando la bicicleta con cierta desconfianza.

—Pues... —Yooyeon miró a Nien, que estaba distraída revisando su teléfono.

—¿Qué? —preguntó Nien, levantando la vista al notar que las demás la observaban—¿Esperan que yo le enseñe a montar? —añadió, arqueando una ceja.

—Eres la más atlética de nosotras —dijo Seoyeon como si fuera algo obvio.

—Y además eres buena montando—añadió Xinyu con una sonrisa traviesa.

—Está bien, está bien —respondió Nien, levantando las manos en señal de rendición—Ven, JiYeon, te enseñaré igual que como me enseñó mi padre—

Nien tomó la bicicleta con seguridad y comenzó a guiar a JiYeon. Las demás se acomodaron en un banco cercano para observar.

—¿Qué haces? —le preguntó Seoyeon a Chaewon, quien tecleaba rápidamente en su teléfono.

—Le escribo a Hayeon. Apostamos cuántas veces se va a caer JiYeon —respondió Chaewon con total naturalidad. Luego alzó la mirada y observó a JiYeon y Nien junto a la bicicleta—Yo dije que dos veces, y Hayeon dijo que cinco—

—Son crueles —comentó Yooyeon, rodando los ojos mientras se cruzaba de brazos.

—Muy bien, vamos a hacer esto —dijo Nien, sosteniendo firmemente la bicicleta—Súbete con cuidado.Te voy a sostener todo el tiempo. Lo primero es aprender a mantener el equilibrio—

JiYeon se subió con cuidado, tambaleándose un poco al principio. Sus manos temblorosas se aferraron al manubrio.

—Perfecto. Ahora coloca los pies en los pedales —indicó Nien

Cuando JiYeon lo hizo, Nien continuó explicando:
—Primero pedalea hacia atrás para entender el movimiento—

JiYeon obedeció, comenzando a pedalear lentamente hacia atrás, familiarizándose con el mecanismo.

—Muy bien. Ahora pedalearás hacia adelante. Yo seguiré sosteniéndote —dijo Nien, manteniendo una mano en el sillín y otra en el manubrio mientras avanzaban lentamente.

—Tengo miedo —confesó JiYeon, apretando el manubrio con fuerza.

—No te preocupes, estoy aquí —respondió Nien con calma.

La práctica continuó durante más de una hora, con JiYeon logrando avanzar lentamente mientras Nien la sostenía.

—Lo estás haciendo genial, JiYeon —gritó Yooyeon desde el banco, animándola.

—Ha pasado una hora y media, y aún no logra avanzar sola —comentó Xinyu, observándolas con los brazos cruzados.

—Pero esto ya es un avance. No voy a desmotivarla —respondió Yooyeon, dándole un leve codazo a Xinyu.

Finalmente, Nien decidió subir la dificultad.

—Ahora lo haremos diferente. Solo te sostendré por la parte de atrás, y tú irás un poco más rápido —dijo, posicionándose detrás de JiYeon y sujetando el asiento.

Con más confianza, JiYeon comenzó a pedalear, esta vez más rápido. La bicicleta se movía de un lado a otro, pero avanzaba con mayor fluidez.

—Unnie, no me sueltes, por favor —pidió JiYeon, con una mezcla de miedo y emoción en su voz.

—No te preocupes, aquí estoy —respondió Nien, corriendo junto a ella.

Sin que JiYeon se diera cuenta, Nien soltó el asiento. La bicicleta siguió avanzando sola, tambaleándose ligeramente. Al principio, JiYeon no notó la ausencia de Nien, pero cuando la bicicleta comenzó a perder estabilidad, se dio cuenta.

—¡Unnie! —gritó con pánico. Intentó mantener el control, pero era demasiado tarde. La bicicleta derrapó hacia un lado, y JiYeon cayó al pavimento con un fuerte golpe.

—¡JiYeon! —gritó Seoyeon, y todas corrieron hacia ella.

Encontraron a JiYeon en el suelo, en posición fetal, con lágrimas en los ojos y un gran raspón en su rodilla izquierda.

—¿Estás bien? —preguntó Xinyu, ayudándola a sentarse con cuidado.

—Me soltaste, unnie... —dijo JiYeon con un puchero, mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.

—¿Por qué demonios la soltaste? —reclamó Seoyeon, mirando a Nien con frustración.

—¡Así es como me enseñó mi padre! —respondió Nien, levantando las manos en defensa.

—¿Dejándote sola a toda velocidad? ¡JiYeon pudo haberse lastimado la cabeza! —dijo Seoyeon, con una mezcla de enojo y preocupación.

—No sabía que se iba a caer... Pensé que soltarla era la mejor idea —se justificó Nien, visiblemente afectada.

—¡Dejen de discutir y ayuden a JiYeon! —interrumpió Yooyeon con autoridad.

Entre Seoyeon y Nien, levantaron a JiYeon y la llevaron a un banco cercano.

—Necesitamos limpiar esa herida —dijo Seoyeon, examinando el raspón.

—Chaewon, ve a la farmacia y compra gasas, desinfectante y vendas —ordenó Yooyeon, sacando unos billetes y entregándoselos.

—Sí, unnie —respondió Chaewon antes de salir corriendo hacia la farmacia más cercana

 

Cuando Chaewon regresó con las cosas de la farmacia, Yooyeon y Seoyeon se pusieron manos a la obra para limpiar y vendar la herida de JiYeon.

—Listo, como nueva —dijo Yooyeon, dándole un beso al vendaje y dedicándole una sonrisa tranquilizadora.

—Toma, unnie, esto es para ti —dijo Chaewon, entregándole una botella de agua a JiYeon.

—Gracias —respondió JiYeon, devolviéndole una pequeña sonrisa.

Se quedaron un rato sentadas en la banca, todas las chicas tomando agua mientras disfrutaban del momento en un cómodo silencio.

—Podemos irnos a casa ahora, JiYeon —sugirió Yooyeon finalmente—No hace falta seguir practicando. Ya es algo tarde y creo que hemos tenido suficientes emociones por hoy Además…

—Quiero intentarlo de nuevo —dijo JiYeon con firmeza, interrumpiéndola.

—¿Estás segura? —preguntó Nien, mirándola con algo de preocupación.

—Estoy segura, unnie, pero necesitaré tu ayuda... y que me avises cuando me vayas a soltar —agregó con una pequeña risa.

—Lo prometo —respondió Nien, levantando una mano como señal de afirmación.

—Entonces, ¿qué estamos esperando? ¡Vamos! JiYeon necesita aprender si quiere impresionar a Kotone —bromeó Xinyu, levantándose con entusiasmo del banco.

El grupo se reunió alrededor de JiYeon mientras ella se subía nuevamente a la bicicleta. Nien se colocó detrás de ella, sosteniendo el sillín con una mano y apoyando la otra en su espalda.

—¿Lista? —le preguntó Nien, mirándola a los ojos.

—Lista —asintió JiYeon.

—Entonces, vamos—

JiYeon comenzó a pedalear lentamente, todavía algo insegura, mientras Nien la estabilizaba. Poco a poco, la bicicleta empezó a avanzar con más fluidez.

—¡Lo estás haciendo genial! —la animó Nien mientras aumentaban la velocidad.

La bicicleta descendía por las aceras del parque, ganando velocidad. A pesar del leve ardor en su rodilla y el miedo inicial, JiYeon se sentía confiada.

—Suéltame —dijo de repente, con decisión.

—¿Qué? —preguntó Nien, sorprendida mientras corría junto a ella.

—¡Suéltame! Estoy lista —repitió JiYeon, aferrándose con fuerza al manubrio.

Nien asintió con una mezcla de orgullo y nerviosismo, soltando la bicicleta. JiYeon avanzó tambaleándose ligeramente, pero rápidamente ganó estabilidad. Por primera vez, estaba andando sola en bicicleta.

—¡Lo estás logrando, JiYeon! —gritó Nien con entusiasmo desde atrás.

Las demás chicas observaban con atención.

—Oh, dios, va a chocar —exclamó Chaewon al ver que JiYeon se acercaba peligrosamente a un árbol.

—No, no lo hará —respondió Yooyeon, con los ojos fijos en JiYeon.

Para sorpresa de todas, JiYeon logró girar con éxito, haciendo una curva amplia y comenzando a pedalear de regreso hacia sus amigas.

—¡Lo lograste, JiYeon! ¡Estás andando en bicicleta! —gritó Seoyeon, dando pequeños saltos de alegría.

JiYeon sonrió de oreja a oreja, sintiendo el viento en su rostro mientras se acercaba a las chicas.

—¿Le enseñaste a frenar? —preguntó Xinyu, mirando a Nien con preocupación.

Nien negó lentamente con la cabeza.

—¡JiYeon, tienes que frenar! —gritó Yooyeon, agitando las manos— ¡Presiona las palancas del manubrio! ¡Frena!—

La bicicleta seguía avanzando a toda velocidad hacia ellas. Todas las chicas cerraron los ojos, esperando el choque inevitable. Pero en lugar de eso, escucharon un chirrido de las llantas y un profundo suspiro de alivio.

Cuando abrieron los ojos, vieron a JiYeon aún sobre la bicicleta, con una sonrisa de triunfo en su rostro.

—¡Lo logré! —exclamó, levantando las manos en señal de victoria... solo para perder el equilibrio de inmediato. Nien reaccionó rápidamente y la sostuvo antes de que cayera al suelo.

Todas estallaron en carcajadas.

—¡Lo lograste, JiYeon! —dijo Yooyeon con orgullo, abrazándola.

—Y solo te caíste una vez. Eso es increíble —agregó Chaewon, aunque su expresión denotaba cierta frustración por haber perdido la apuesta.

—Eres increíble, JiYeon. Estoy segura de que Kotone se enamorará más de ti al verte dominar la bicicleta —bromeó Xinyu, haciendo que JiYeon se sonrojara.

Entre risas y abrazos, celebraron el logro de JiYeon.

—Vamos, quiero seguir practicando —dijo JiYeon, volviendo a subirse a la bicicleta.

Siguió pedaleando con cada vez más confianza, mientras las demás la observaban desde el banco, sonriendo y animándola. Poco a poco, el sol comenzó a ponerse, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y púrpuras.

Cuando la noche cayó sobre el parque, las chicas, cansadas pero felices, comenzaron a caminar de regreso a los dormitorios, compartiendo risas y comentarios sobre el día. En la parte trasera del grupo, Nien llevaba la bicicleta, algo más callada que de costumbre.

—¿Estás bien? —le preguntó Seoyeon, acercándose a ella.

—Si si solo... me siento muy orgullosa de que JiYeon haya aprendido a montar en bicicleta y que lo hiciera tan rápido —dijo Nien, pasándose una mano por el cabello—Yo me tardé al menos dos semanas en aprender.—

—Bueno, JiYeon tuvo una buena maestra —comentó Seoyeon, sonriendo suavemente.

Nien se detuvo por un momento, sorprendida por el cumplido. Su rostro se iluminó con una sonrisa cálida.

—Yo, mmm... quería pedirte perdón por cómo te grité hace un rato. No debí hacerlo —continuó Seoyeon, bajando un poco la mirada, como si las palabras le pesaran.

—Ni lo menciones, está bien —respondió Nien, con tono despreocupado—Estabas preocupada por JiYeon, es normal. Tu reacción de mamá osa fue completamente válida.—

—No tengo actitud de mamá osa —protestó Seoyeon, haciendo un puchero infantil.

—Sí, sí que la tienes —rio Nien, deteniéndose un momento para mirarla—Eres la mamá osa de TripleS.—

Seoyeon hizo otro puchero aún más exagerado, lo que provocó que Nien soltara una carcajada.

—Oye, no hagas esa cara —añadió Nien, dándole un pequeño golpecito en el hombro—. Es parte de tu encanto. Además... extraoficialmente, y si me preguntas en otra circunstancia lo negaré fervientemente, pero... a todas nos encanta que nos cuides así y seas como "nuestra mamá"—

Seoyeon sintió un cálido hormigueo en el pecho. Una sonrisa grande y sincera apareció en su rostro mientras continuaban caminando. Por alguna razón, las palabras de Nien llenaron su corazón de alegría y orgullo.

 

Al día siguiente, Nien, Yooyeon y JiYeon bajaron al parque para continuar practicando. La menor mejoraba a un ritmo impresionante. El tambaleo al conducir poco a poco desaparecía, y cada vez se sentía más segura y confiada mientras pedaleaba por las aceras.

—Aprendes rápido —comentó Nien, recostada contra un árbol mientras bebía agua.

—¿Creen que lo haré bien en la cita? —preguntó JiYeon, con una sonrisa cansada, recostándose en el césped.

—Estoy segura de que impresionarás a Kotone —respondió Yooyeon con confianza.

—Yo... realmente quiero que esta cita salga bien —dijo JiYeon, pasando una mano por los mechones que escapaban de su coleta baja—. Me gusta mucho Kotone, y quiero que todo sea perfecto—

—Todo saldrá perfecto, estoy cien por ciento segura —aseguró Yooyeon, colocando una mano en el regazo de JiYeon.

—Pero para eso necesitas seguir practicando —intervino Nien, levantándose del pasto y agarrando a JiYeon por los hombros—¡Vamos! ¡Todavía queda mucho por hacer!—

Sin más, JiYeon volvió a montar la bicicleta y continuaron practicando durante toda la tarde. Con cada vuelta, JiYeon mejoraba y enorgullecía a sus unnies. Así como la bicicleta avanzaba a buen ritmo, el día también parecía volar. La tan esperada cita de JiYeon y Kotone era esa noche, y, además de las protagonistas, todo el grupo estaba emocionado por el gran momento.

En el dormitorio, Yooyeon, Seoyeon, Yubin, SoHyun, Xinyu y Nien estaban recostadas en los sofás de la sala común, supuestamente viendo un programa de variedades en la televisión. Sin embargo, su atención estaba lejos de la pantalla. En realidad, todas tenían los ojos puestos en la puerta principal, esperando con ansias la llegada de las dos chicas que estaban en la cita.

La impaciencia llenaba la sala mientras las chicas intercambiaban miradas cómplices y alguna que otra risita nerviosa.

—¿Cuánto tiempo más creen que tarden? —preguntó Yooyeon, rompiendo el silencio.

—No lo sé, pero espero que JiYeon nos cuente todo en cuanto llegue —respondió Xinyu con emoción contenida.

Después de un rato de espera, la puerta principal finalmente se abrió, revelando a JiYeon. Llevaba una gran sonrisa en el rostro y un pequeño oso de peluche blanco entre las manos.

—¡Llegué! —anunció con entusiasmo mientras entraba en la sala.

Las chicas, que habían estado fingiendo prestar atención al programa de variedades en la televisión, reaccionaron al instante.

—¡¿Cómo te fue?! ¡Cuéntanos todo! —exclamaron Yubin y Xinyu al unísono, con los ojos brillando de emoción.

—¡Oigan, dejen que al menos se siente! —dijo SoHyun entre risas, dando un pequeño empujón a las más impacientes.

JiYeon se dejó caer en uno de los sofás y miró a sus compañeras, que ahora estaban completamente enfocadas en ella. Tomó aire antes de responder, como si necesitara procesar lo vivido.

—Fue... increíble —dijo finalmente, su voz teñida de un tono soñador. Una sonrisa dulce se extendió por su rostro mientras giraba el pequeño oso entre sus manos— Fuimos al río Han, anduvimos en bicicleta y fue tan romántico… Después comimos ramen mientras veíamos el atardecer. Al final, me regaló este osito. —Levantó el peluche para que todas lo vieran.

—Awwww… —corearon todas las chicas al mismo tiempo, mientras algunas se inclinaban hacia adelante para observar mejor el osito.

Seoyeon, con una sonrisa traviesa, se cruzó de brazos y preguntó con interés:

—¿Y te besó?—

JiYeon, tomada por sorpresa, abrió los ojos como platos antes de asentir tímidamente. Sus mejillas se encendieron de un rojo brillante mientras jugueteaba nerviosa con una de las orejas del peluche.

La sala estalló en gritos y risas de emoción. Algunas de las chicas aplaudieron, mientras otras daban pequeños saltos en su lugar.

—Entonces… ¿ya son pareja? —preguntó Nien con curiosidad, intentando mantener la compostura entre tanta euforia.

—Creo que sí… —murmuró JiYeon, aún más sonrojada.

La declaración solo encendió aún más el entusiasmo colectivo. Las chicas volvieron a gritar, esta vez abrazándose entre sí como si fueran ellas quienes habían empezado una nueva relación. JiYeon, aunque avergonzada, no podía borrar la sonrisa de su rostro.

 

Semanas después, el ambiente relajado de la sala de prácticas contrastaba con la intensidad de los ensayos. Todas estaban sentadas en círculo, compartiendo trozos de pizza y charlas sin sentido. JiYeon y Kotone estaban juntas, como siempre, con las manos entrelazadas incluso mientras comían.

—Son tan cursis… —comentó Lynn, rodando los ojos mientras tomaba un sorbo de su bebida.

—¡Déjalas! Son una linda pareja —dijo Hayeon, uniéndose a la conversación con una sonrisa. Luego, como si recordara algo importante, añadió—: Pero Kotone unnie, creo que aún no le has agradecido a Nien unnie.

Kotone levantó la mirada, confundida.

—¿Agradecerle? ¿Por qué?—

—Por tu relación con JiYeon, claro. —Hayeon habló como si fuera algo obvio, pero al ver la cara de desconcierto de la japonesa, decidió explicarse mejor—.Nien le enseñó a JiYeon a montar en bicicleta. Si no lo hubiera hecho, JiYeon no habría podido ir a esa cita. Es como un efecto mariposa o algo así, ¿me entiendes?—

Chaewon, viendo hacia dónde iba la conversación, intervino rápidamente con un codazo en las costillas de Hayeon.

—¡Cállate! —murmuró entre dientes, con los ojos muy abiertos.

El comentario llegó demasiado tarde. Kotone ya había captado el punto clave.

—¿No sabías montar bicicleta? —preguntó, girándose hacia JiYeon con una mezcla de sorpresa y ternura.

JiYeon abrió la boca para responder, pero Hayeon, visiblemente avergonzada, se adelantó.

—¿Era un secreto? Oh, mierda… —dijo, llevándose las manos a la cara mientras Soomin, desde su lado izquierdo, le daba un codazo igual de fuerte que el de Chaewon.

Kotone, sin embargo, sonrió, mirando a JiYeon con una expresión suave y cariñosa.

—¿Aprendiste a montar en bicicleta solo para nuestra cita?—

JiYeon asintió tímidamente, incapaz de sostener la mirada de Kotone.

—Pudiste haberme dicho que no sabías montar bicicleta. Podríamos haber hecho otra cosa para la cita —dijo Kotone suavemente, colocando su mano sobre el regazo de JiYeon.

—Yo… es que… —JiYeon bajó la mirada, un leve sonrojo tiñendo sus mejillas—Estabas tan emocionada cuando me invitaste, y no quería decepcionarte. Quería que todo fuera especial.—

Kotone sonrió con ternura, inclinándose un poco más hacia ella.

—Las cosas son especiales solo con tu presencia —respondió con sinceridad.

Un sonoro "Awww" escapó al unísono de las chicas que observaban la escena, como si fueran un coro perfectamente sincronizado. JiYeon, aún más roja, intentó ocultar su rostro detrás de sus manos.

—Entonces… —Kotone ladeó la cabeza, uniendo las piezas en su mente—, ¿ese raspón que tenías no fue durante una práctica de baile? Fue practicando, ¿verdad?—

JiYeon asintió tímidamente.

—Sí. Me lo hice cuando Nien unnie me soltó sin avisar… —admitió con una ligera sonrisa.

—¡Oye! Ya me disculpé por eso —se quejó Nien, cruzándose de brazos. Luego infló las mejillas en un puchero adorable—Así fue como me enseñó mi papá.—

SoHyun, riendo, le pasó un brazo por los hombros para consolarla.

—No tenías que aprender a montar bicicleta solo por mí, pero… el hecho de que lo hicieras hace que nuestra cita sea mucho más especial —dijo Kotone conmovida, antes de inclinarse y darle un beso corto en los labios a JiYeon.

El rostro de JiYeon se encendió como un semáforo mientras las demas chicas en la sala soltaban gritos de emocion como si estuvieran viendo el desenlace de su drama favorito.

—¡Hey! Nada de besos frente a los niños —bromeó ChaeYeon, lanzándoles una servilleta mientras le tapaba los ojos a Yeonji. Las carcajadas inundaron la sala al instante.

—Gracias, Nien unnie, por enseñarle a JiYeon a montar bicicleta —dijo Kotone, girándose hacia la taiwanesa con una sonrisa de gratitud.

—No fue nada. Estoy aquí para ayudar siempre —respondió Nien, devolviéndole la sonrisa con calidez.

El ambiente en la sala era relajado y lleno de vida. Las chicas siguieron charlando y haciendo bromas mientras terminaban de comer la pizza. JiYeon y Kotone, ajenas al bullicio, parecían estar en su propia burbuja, riendo y sosteniéndose de la mano.

Desde un rincón Seoyeon observaba a la pareja con una sonrisa suave en los labios, hasta que Yooyeon se inclinó hacia ella, rompiendo el trance.

—¿Qué tanto miras? —preguntó Yooyeon, alzando una ceja mientras le daba un codazo suave.

—Nada, solo miraba a las chicas —respondió Seoyeon, colocando su mano sobre la de la mayor— Me alegra que estén tan felices juntas.—

Yooyeon asintió con una sonrisa mientras apoyaba su cabeza en el hombro de Seoyeon.

—Estamos viendo a nuestras niñas vivir su primer amor real. Es un evento importante —comentó con un tono nostálgico.

Seoyeon soltó una pequeña risa.

—Es lindo porque sabemos quiénes son sus parejas, pero si algún día HyeRin o alguna de la línea del '07 se enamora de un chico de su clase… no será tan divertido.—

—Disfrutemos este momento hasta que SeoAh o JooBin empiecen a tener citas —dijo Yooyeon entre risas, abrazando a Seoyeon con cariño.

Seoyeon miró a su alrededor, observando cómo las chicas reían y bromeaban.

—Me gusta esta familia —dijo con una sonrisa tranquila.

—A mí también —respondió Yooyeon, apretándola un poco más en su abrazo, mientras ambas contemplaban el cálido caos que las rodeaba.