Mejor amigo

NCT (Band)
F/F
Other
G
Mejor amigo

Jisung nunca había pensado que alguien como Minjae aparecería en su vida. Se conocieron en una tarde cualquiera, cuando Jisung, agotado después de una práctica interminable, entró a una cafetería buscando algo de paz. Estaba distraído, demasiado cansado para darse cuenta de que había olvidado su libreta en la mesa, hasta que alguien lo detuvo en la puerta.

“Disculpa, creo que olvidaste esto.”

Jisung se giró, sorprendido, para ver a un chico alto, de cabello desordenado, sosteniendo su libreta. Sus ojos brillaban con una mezcla de amabilidad y curiosidad.

“Oh, gracias. Ni siquiera me di cuenta,” respondió Jisung, tomando la libreta.

“No hay problema. No suelo molestarme en hablar con extraños, pero parecía importante.”

Ese fue el inicio de una conversación inesperada. Minjae, como se presentó más tarde, era encantador de una manera relajada, alguien que parecía tener una respuesta perfecta para todo sin esfuerzo. Jisung, que a menudo se sentía incómodo al socializar fuera de su grupo cercano, se encontró bajando la guardia.

“¿Qué haces por aquí? ¿Vienes mucho?” preguntó Minjae, inclinándose ligeramente hacia él.

“En realidad, no. Solo vine a despejarme un poco. Mi horario puede ser... caótico,” dijo Jisung, sonriendo con timidez.

“Entiendo eso. Yo también tengo días en los que siento que el mundo me está empujando,” respondió Minjae, riendo suavemente. “Si necesitas un lugar donde esconderte, este es el indicado.”

La conversación fluyó con facilidad, algo que sorprendió a Jisung. Esa noche intercambiaron números, y lo que parecía un encuentro casual pronto se convirtió en algo más.

Con el tiempo, Minjae se volvió una constante en la vida de Jisung. Era quien lo escuchaba desahogarse después de un día largo, quien le enviaba memes absurdos para hacerlo reír, y quien siempre parecía saber exactamente qué decir para calmar sus inseguridades.

“No puedo creer que te consideren tan reservado,” comentó Minjae una noche, mientras paseaban por un parque. “Eres más divertido de lo que imaginaba.”

“Es porque no me abro con cualquiera,” admitió Jisung, riendo. “Supongo que tienes suerte.”

“Claro que tengo suerte,” respondió Minjae con un brillo extraño en los ojos. “No todos tienen el privilegio de ser tu amigo.”

Jisung se sintió halagado. Había algo en Minjae que lo hacía sentir especial, valorado de una manera que rara vez experimentaba fuera de su grupo. Incluso comenzó a llamarlo su mejor amigo.

“¿Sabes? Creo que nunca había tenido una amistad como esta,” confesó Jisung una tarde. “Siempre pensé que era malo haciendo amigos.”

“Eso es porque nadie más te entiende como yo,” dijo Minjae con una sonrisa. “Es fácil ser tu amigo, Jisung. Eres... único.”

Sin embargo, poco a poco, pequeñas señales comenzaron a aparecer. Comentarios malintencionados en redes sociales, publicaciones en comunidades en línea, todas centradas en criticar a Jisung de maneras que solo alguien cercano podría saber. Al principio, Jisung pensó que era una coincidencia.

“¿Te ha pasado que sientes que alguien te odia sin razón?” preguntó Jisung una noche, mientras cenaban juntos en el apartamento de Minjae.

“¿Por qué lo preguntas?” respondió Minjae, con aparente indiferencia.

“Es solo... he visto cosas en línea. Cosas que parecen demasiado personales, como si supieran exactamente cómo hacerme daño.”

Minjae lo miró fijamente durante un momento, antes de encogerse de hombros. “No le des importancia. La gente en línea siempre encuentra algo para criticar. Lo que importa es que ellos no te conocen de verdad.”

Jisung intentó convencerse de que Minjae tenía razón. Pero la duda persistió, especialmente cuando los comentarios comenzaron a sentirse más directos, más crueles.

Todo cambió una noche, cuando Jisung fue al apartamento de Minjae para pasar el rato. Mientras Minjae estaba en la cocina, Jisung vio su computadora abierta en la mesa. No era de su estilo husmear, pero algo llamó su atención: una pestaña del navegador abierta en una comunidad que reconoció de inmediato.

Los ojos de Jisung recorrieron rápidamente la pantalla. Había comentarios, largos y detallados, todos llenos de odio hacia él. Comentarios que mencionaban cosas que solo Minjae sabía. Su corazón se detuvo cuando reconoció el nombre de usuario: el mismo que había estado viendo durante semanas en las publicaciones maliciosas.

Cuando Minjae volvió con dos tazas de té, notó inmediatamente la expresión de Jisung.

“¿Qué pasa?” preguntó, dejando las tazas sobre la mesa.

“¿Eres tú?” preguntó Jisung, levantando la vista para enfrentarlo. “¿Tú escribiste esto?”

Por un momento, el rostro de Minjae pareció congelarse, como si estuviera calculando cómo reaccionar. Luego, sonrió, pero no era la sonrisa amable que Jisung conocía. Era algo más frío, más perturbador.

“Sí, fui yo,” admitió, su tono despreocupado. “Pero lo haces sonar más grave de lo que es.”

“¿Cómo puedes decir eso?” exclamó Jisung, levantándose del sofá. “Eres mi amigo. ¿Por qué harías algo así?”

“Porque te amo, Jisung,” respondió Minjae, su voz calmada pero cargada de una intensidad inquietante. “No entiendes lo que siento. Esto... todo lo que he hecho es porque no quiero compartirte con nadie más.”

Jisung retrocedió un paso, su corazón estaba latiendo tan rápido que apenas podía pensar con claridad. Minjae no era quien había creído. Todo el cariño, las bromas, los momentos compartidos… todo estaba contaminado por una verdad perturbadora.

“¿Qué estás diciendo?” susurró Jisung mientras la desesperación se filtraba en sus palabras.

“Estoy diciendo que nadie te entiende como yo,” respondió Minjae, dando un paso hacia él. “Es frustrante, ¿sabes? Ver cómo das todo de ti para los demás y no te das cuenta de quién realmente se preocupa por ti.”

“Esto no es preocuparte por mí, esto es… esto es una locura.”

“¿Locura?” Minjae dejó escapar una risa amarga. “¿Crees que lo que hago es locura? Locura es cómo te esfuerzas por complacer a todos esos fans que ni siquiera te conocen. Cómo tus propios amigos te toman por sentado. Yo soy el único que ve quién eres en realidad. Soy el único que te merece.”

Jisung se giró hacia la puerta, pero antes de que pudiera moverse, Minjae lo agarró del brazo con una fuerza inesperada.

“No puedes irte, no hasta que entiendas,” dijo Minjae, apretando su agarre.

“¡Suéltame, Minjae!” Jisung forcejeó, pero Minjae era más fuerte de lo que había imaginado.

“No quiero hacerte daño,” dijo Minjae, su voz más suave pero cargada de una intensidad aterradora. “Pero no puedo dejar que te vayas así. No después de todo lo que hemos pasado.”

Jisung sintió un escalofrío recorrer su espalda. Algo en la mirada de Minjae le decía que no estaba jugando.

“Por favor, Minjae, no tienes que hacer esto,” dijo Jisung, intentando mantenerse calmado. “Podemos hablar, pero necesito salir de aquí.”

“No,” cortó Minjae, su voz firme. “No puedes salir. Si lo haces, nunca me escucharás. Nunca entenderás lo que siento," respondió mientras la visión de Jisung se volvió negra.

Cuando Jisung despertó, se encontró en un lugar diferente. Sus manos estaban atadas con una cuerda que raspaba su piel, y la habitación era fría y vacía, apenas iluminada por la luz de una lámpara vieja. El aire olía a polvo, y el silencio era opresivo.

Minjae estaba sentado en una silla frente a él, con una expresión que mezclaba tristeza y determinación.

“Lamento tener que hacerlo de esta manera, Jisung,” dijo Minjae, inclinándose hacia él. “Pero no podía dejar que te fueras. No hasta que entiendas.”

“¿Entender qué?” preguntó Jisung, luchando por mantener la calma a pesar del miedo que lo consumía.

“Que te necesito. Que nadie más puede cuidarte como yo. Ellos no entienden tus inseguridades, tus miedos. Yo sí. He estado aquí todo este tiempo, y tú... tú solo me has ignorado.”

Jisung apretó los dientes, tratando de pensar en una salida.

“Esto no es cuidado, Minjae. Esto es control,” dijo Jisung, su voz firme a pesar del nudo en su garganta. “Si realmente te importara, no estarías haciendo esto.”

“¡Claro que me importa!” gritó Minjae, golpeando la mesa. “Por eso estoy haciendo esto. Para protegerte. Para que entiendas que yo soy la única persona que puedes confiar.”

En ese momento, el teléfono de Minjae vibró sobre la mesa. Lo miró con el ceño fruncido antes de tomarlo. Jisung aprovechó la distracción para analizar su entorno, buscando algo, cualquier cosa, que pudiera ayudarlo a escapar.

Minjae regresó su atención a Jisung. “No quiero que te asustes. Esto es temporal. Cuando veas que estoy en lo correcto, todo será más fácil.”

“Mis amigos vendrán por mí,” dijo Jisung, intentando sonar más seguro de lo que realmente se sentía.

“Tus amigos ni siquiera saben dónde estás,” respondió Minjae con una sonrisa ladeada.

Mientras tanto, en el dormitorio de NCT Dream

Mark estaba revisando su teléfono cuando notó algo extraño. Jisung no había respondido a ninguno de los mensajes del grupo, algo completamente fuera de lo común.

“¿Alguien ha escuchado de Jisung?” preguntó Mark, levantando la vista.

Chenle negó con la cabeza. “Pensé que estaba con su amigo, Minjae.”

“¿Ese tipo nuevo?” intervino Jaemin, con el ceño fruncido. “Nunca me gustó mucho. Hay algo raro en él.”

“Deberíamos llamarlo,” sugirió Renjun, sacando su teléfono.

Cuando los mensajes sin respuesta y la inquietud aumentaron, el grupo comenzó a investigar, usando todo a su alcance para encontrar a su amigo.

“¿Qué hacemos si realmente está en peligro?” preguntó Jeno, la preocupación evidente en su voz.

“Lo encontramos. Sea como sea,” respondió Mark con determinación.

El silencio en la habitación era asfixiante. Jisung mantenía la cabeza gacha, su respiración entrecortada mientras el miedo y la confusión lo paralizaban. Minjae lo miraba con una mezcla de frustración y obsesión.

"Te he dado todo, Jisung. Mi tiempo, mi atención... incluso cuando no lo merecías," dijo Minjae, su voz subiendo de tono. "Pero parece que todavía no entiendes lo que significa respetarme."

"Esto no es respeto," respondió Jisung con valentía, aunque su voz temblaba. "Es abuso."

Minjae se tensó al escuchar esas palabras. En un movimiento repentino, cruzó la habitación y, antes de que Jisung pudiera reaccionar, le dio una bofetada que lo hizo caer de la silla.

"¡No te atrevas a llamarme abusivo!" gritó Minjae, su rostro lleno de rabia. "Estoy haciendo esto por ti, para que entiendas lo que es correcto. Ellos no se preocupan por ti, pero yo sí. Yo soy el único que sabe lo que necesitas."

Jisung, en el suelo, contuvo un gemido de dolor mientras sentía el calor en su mejilla donde lo había golpeado. Se forzó a no llorar, a no mostrarle a Minjae cuánto lo había lastimado.

"Esto no es cuidado, Minjae," murmuró, mirando al suelo.

Minjae respiró hondo, tratando de calmarse. "Te prometo que un día lo entenderás, Jisung. Y cuando ese día llegue, sabrás que todo esto fue necesario."

Mark estaba caminando de un lado a otro, su teléfono apretado en la mano. La ausencia de Jisung estaba afectándolos a todos. El grupo se había reunido para discutir qué hacer.

"Esto no tiene sentido," dijo Jaemin, cruzado de brazos. "¿Por qué no nos habría dicho nada? Siempre nos avisa si va a estar ocupado."

"Tal vez ese tal Minjae tiene algo que ver," sugirió Renjun, con el ceño fruncido.

"Siempre pensé que ese tipo era raro," intervino Haechan, mirando a los demás. "Jisung confió demasiado en él."

Chenle asintió. "Jisung es demasiado confiado, debimos decir algo."

Justo entonces, el teléfono de Mark sonó. Era un mensaje de la compañía. Todos se acercaron mientras él lo leía.

"Es un informe de seguridad", dijo Mark, su voz seria. "Alguien vio a Jisung con un comportamiento extraño y notaron que estaba con un hombre que no reconocieron. Ya están investigando".

"¿La compañía lo sabe?" preguntó Jeno, alarmado.

"Por supuesto que lo saben", respondió Mark, su mandíbula apretada. "Voy a llamar a Taeyong. Necesitamos más ojos en esto".

Taeyong escuchó atentamente mientras Mark le explicaba la situación. Su rostro pasó de la preocupación al enfado.

"¿Por qué no dijeron algo antes? Esto suena grave", dijo Taeyong, levantándose de su asiento.

"No sabíamos que era tan serio hasta ahora", respondió Mark. "Pero necesitamos ayuda. Jisung podría estar en peligro".

"No te preocupes, lo encontraremos", aseguró Taeyong. Inmediatamente, llamó a todos los demás miembros de NCT. En cuestión de minutos, todas estaban al tanto, y el grupo comenzó a coordinarse para buscar cualquier pista sobre el paradero de Jisung.

Mientras tanto, en el escondite de Minjae
Jisung estaba débil, pero su determinación seguía intacta. Sabía que sus amigos no lo abandonarían. Mientras Minjae revisaba algo en su teléfono, Jisung aprovechó para intentar desatar las cuerdas que ataban sus muñecas.

Minjae, al notar el movimiento, se acercó rápidamente y lo detuvo. "No intentes nada, Jisung. No quiero lastimarte más de lo que ya lo he hecho."

"¿Por qué haces esto, Minjae? ¿Qué ganas con todo esto?" preguntó Jisung, su voz cargada de frustración y tristeza.

"Gano tenerte solo para mí", respondió Minjae con una sonrisa torcida. "Tú eres mío, Jisung. Nadie más te merece."

Taeyong llegó al dormitorio de Dream acompañado por Johnny y Doyoung. La preocupación en sus rostros era evidente.

"¿Alguna novedad?" preguntó Taeyong.

"Nada aún, pero tenemos que apresurarnos. No sabemos cuánto tiempo tenemos", dijo Jeno, apretando los puños.

"Dividámonos", sugirió Taeyong. "Algunos de nosotros revisaremos los alrededores del lugar donde lo vieron por última vez, y otros intentarán rastrear su teléfono o buscar cámaras de seguridad."

El equipo de NCT se dividió en dos grupos: uno dirigido por Taeyong y Mark, que rastreaba las señales del teléfono de Jisung, y otro encabezado por Johnny y Jaemin, que revisaba las cámaras de seguridad cerca del último lugar donde se le vio. Cada minuto que pasaba era una tortura para los chicos, especialmente para NCT Dream, que no podía evitar imaginar lo peor.

"Tenemos que encontrarlo, y rápido," dijo Jeno, su voz firme pero cargada de preocupación.

"Lo haremos," respondió Renjun, aunque su propia ansiedad era palpable. "No vamos a dejarlo solo."

Después de horas de búsqueda y con la ayuda de la agencia, lograron identificar un lugar sospechoso: un almacén en las afueras de la ciudad. La señal del teléfono de Jisung parecía provenir de allí.

Jisung estaba sentado en el suelo, sus muñecas atadas con fuerza y su rostro mostrando claros signos de agotamiento y golpes recientes. Minjae estaba de pie frente a él, su expresión era una mezcla de frustración y obsesión.

"¿No ves, Jisung? Ellos no te necesitan como yo te necesito," decía Minjae, caminando de un lado a otro. "¿Cuánto tiempo pasará antes de que te reemplacen? Pero yo... yo nunca haría eso."

Jisung lo miró, temblando pero intentando mantener la calma. "Minjae, esto no está bien. Nada de esto está bien. Si realmente me apreciaras, no me harías daño."

"¡Cállate!" gritó Minjae, golpeando una mesa cercana. "¡Todo esto es por ti, Jisung! Para que entiendas que solo yo puedo protegerte."

Justo en ese momento, se escuchó un ruido en la puerta principal del almacén. Minjae giró rápidamente hacia el sonido, mientras Jisung sintió una chispa de esperanza.

Johnny y Jeno fueron los primeros en entrar, seguidos de Mark, Jaemin, Renjun y Haechan. Taeyong lideraba el grupo, con una mirada severa que dejó claro que no iban a tolerar más abusos.

"¡Minjae!" gritó Jaemin, su voz resonando por todo el almacén. "Aléjate de él ahora."

"Minjae sacó un cuchillo pequeño que llevaba en el bolsillo, apuntando hacia el grupo. "No se acerquen. Esto no es asunto suyo."

"¿No es asunto nuestro?" respondió Haechan, avanzando un paso. "Jisung es nuestra familia. Es todo nuestro asunto."

"Minjae, no hagas esto más difícil para ti," dijo Taeyong con calma, aunque sus ojos estaban llenos de furia contenida.

Mientras los chicos intentaban razonar con Minjae, Jisung reunió el poco valor que le quedaba y logró deslizar las manos fuera de las ataduras. Aunque estaba débil, se levantó lentamente y se colocó detrás de Johnny y Jeno.

"¡Jisung!" exclamó Mark al verlo, corriendo hacia él. "¿Estás bien? ¿Te hizo algo más?"

"Estoy... estoy bien," murmuró Jisung, aunque las lágrimas comenzaron a caer al verlo allí.

"Te vamos a sacar de aquí," dijo Jaemin, abrazándolo con cuidado. "Ya estás a salvo."

"Minjae, al ver que Jisung estaba fuera de su alcance, perdió el control. Se lanzó hacia ellos con el cuchillo, pero Jeno y Johnny lo desarmaron rápidamente, usando su fuerza para inmovilizarlo.

"¿Cómo pudiste hacerle esto a alguien que confiaba en ti?" le espetó Jeno, su voz cargada de rabia.

"¡Ustedes no entienden! ¡Él es mío!" gritó Minjae, luchando contra ellos mientras Johnny lo sujetaba.

"Jisung no es de nadie," dijo Renjun con firmeza, mirando a Minjae con desdén. "Él no te pertenece, y nunca lo hará."

La seguridad de la agencia llegó poco después, arrestando a Minjae y asegurándose de que no representara una amenaza nuevamente.

En el camino de regreso al dormitorio, Jisung se quedó en silencio, acurrucado entre Jaemin y Renjun. Haechan intentaba aligerar el ambiente con comentarios graciosos, aunque su tono mostraba cuánto lo había afectado la situación.

"Sabes que nunca vamos a dejar que algo así te pase otra vez, ¿verdad?" dijo Jaemin, apretando ligeramente el hombro de Jisung.

"Lo sé... pero siento que esto fue mi culpa," murmuró Jisung, su voz apenas audible.

"No fue tu culpa, de esto lo fue Minjae era un monstruo. Nada de esto lo fue. Minjae era un monstruo, y tú confiaste en alguien que parecía ser un amigo. Eso no te hace culpable, Jisung."

Mark, que conducía, intervino también. "Lo importante ahora es que estás con nosotros, y vamos a asegurarnos de que recibas toda la ayuda que necesites para superar esto."

Jisung asintió, aunque las lágrimas seguían cayendo. "Gracias... por no rendirse conmigo."

"Eres nuestro amigo, Jisung," dijo Haechan con una sonrisa suave. "Es nuestro trabajo protegerte, incluso cuando no lo sabes."

El resto de NCT también se reunió en el dormitorio esa noche, ofreciendo palabras de apoyo y asegurándose de que Jisung supiera que nunca más estaría solo. Aunque la experiencia había sido traumática, el amor y la unidad de su familia le dieron la fuerza para comenzar a sanar.