
Chapter 2
"Hola Nico, el Sr. White dijo que tenía que venir para hablar contigo".
El sonido de la voz de Luke pareció sacarme de la conmoción momentánea. Si el Sr. White lo envió, es porque él necesitaba algún tipo de ayuda académica. Sin embargo, no me sentía seguro de querer ayudar, ni tenía la intención de hacerle esto fácil. Me las arreglé para expresar un '¿Para qué?' y espere en silencio. Luke se aclaró la garganta y se frotó las manos sobre las rodillas de sus jeans, como si estuviera realmente nervioso.
"Eh, bueno", empezó a decir, "quiero decir, esto es, necesito algo de ayuda con la oratoria. No es lo mío y el Sr. White dijo que eras con quien debía hablar sobre cómo obtener un poco de ayuda".
Se quedó mirando al frente mientras hablaba. Ni siquiera me miró. Realmente no me gustaba este tipo. Finalmente volvió su mirada hacía mí. Seguro usaba todo el tiempo esa expresión lastimosamente esperanzadora con todos, con el fin de conseguir lo que quería. Mi cuerpo me traicionó y me estremecí afectado por sus suplicantes ojos azules. Odiaba que pudiera hacer que mi cuerpo reaccionara a él, de otra forma que no fuera para vomitar, por supuesto.
"Este es el primer día de clases ¿Cómo puedes ya necesitar ayuda?" le pregunté con una voz que esperaba sonara molesta. No era un tonto que podía conmoverse por unos cuantos movimientos de sus largas pestañas, incluso si mi cuerpo no parecía estar de acuerdo. Sin duda, era mi imaginación ese ligero rubor en sus mejillas.
"Um, si, lo sé, bueno, el Sr. White y yo lo sabemos, pero voy a esforzarme". Dijo un poco a la defensiva.
Luke siempre ha sido un buen estudiante. Había estado en algunas clases con él.
"¿Por qué ambos piensan que tienes que esforzarte? Claramente, no tienes miedo de hablar en frente de toda la clase".
Él negó con su cabeza y fijó la mirada al frente otra vez. "No, no es así".
Esperé, pero no dijo nada más. Era interesante, me había intrigado.
"En realidad, simplemente no entiendo por qué necesitas mi ayuda. Escribes ensayos para las tareas asignadas y luego los expones oralmente. Sencillo, sin ningún tipo de presunciones, ni rodeos o ecuaciones difíciles".
Volvió la mirada hacia mí con una sonrisa triste. "No es tan fácil para mí". Hizo una pausa y actuó como si quisiera decir algo más, luego sacudió la cabeza y se puso de pie. "No importa, olvida que te pregunté".
Lo vi pasar por delante de la mesa de su club de admiradores y dirigirse afuera por las puertas dobles. Por un momento, experimenté una punzada de culpabilidad, por ser tan frío con él. Había venido a pedir ayuda y yo básicamente acabé burlándome de él. Levanté mi bandeja, enojado conmigo mismo por actuar como un idiota. 'Idiota' era parte de su descripción, no la mía.
…
Mi mochila aterrizó en la mesa de la cocina con un ruido sordo, anunciando mi regreso. Me dirigí a la nevera. El jugo de granada en el que había trabajado ayer, tan arduamente, sonaba bien.
"¿Nico, bambino, eres tú?"
La voz de mi mamá se escuchó desde el pasillo. Estaba acurrucada en un rincón de su oficina con una gran taza de café, escribiendo en su computadora. No tenía que verla para saber esto. Mi mamá es escritora.
Ella vive detrás del monitor.
" Sí ". Respondí.
Antes de que pudiera servirme un vaso de jugo de granada, el sonido de sus zapatillas contra el piso de madera me sorprendió. Se trataba de un extraño acontecimiento. Rara vez se alejaba de su escritura cuando regresaba a casa de la escuela. Por lo general era cerca de la hora de la cena cuando emergía de su oficina.
"Bien, me alegro de que vinieras directo a casa. Necesito hablar contigo y luego tengo que arreglarme", hizo un gesto a su blusa holgada y vieja. "Voy a cenar con Paulo, pero no te preocupes, te dejé dinero para pedir una pizza".
Tiró de una silla para sentarse y su cara amable se puso seria. No era una buena señal. Esta seriedad era del tipo grave, lo reconocía, pero raramente lo experimentaba.
"¿Qué?" pregunté mientras colocaba mi vaso sobre la mesa.
La espalda de mamá se tensó mientras se aclaraba la garganta.
La mirada con ceño y ojos de Estoy-Decepcionada-De-Tí apareció mientras trataba de pensar en algo que podría haber hecho para molestarla, pero nada vino a mi mente.
"Recibí una llamada del Sr. White, justo en medio de un capítulo".
Oh-oh, ella sabía sobre Luke.
"¿El señor White?" pregunté, fingiendo que no sabía de qué se trataba. Mamá asintió, pero me miró inclinando la cabeza hacia un lado como si estuviera estudiando cuán sincero era.
Traté de resistir pero estaba a punto de empezar a hablar.
"Al parecer, hay un muchacho que tiene una discapacidad de aprendizaje y le dijeron que te buscara para tutoría. Te inscribiste para dar clases este año, por créditos extras. Mi pregunta es, Nico, ¿Por qué no ayudar a un estudiante que lucha con algo tan serio como la dislexia? El muchacho, según me dijeron, tiene la oportunidad de una beca por sus habilidades atléticas, pero por su discapacidad requiere ayuda extra en ciertas clases. Necesita a alguien que le ayude a poner sus discursos en un papel. Eso no parece mucho pedir. Dijiste que querías ser tutor este año. Explícame por qué elegiste decirle que no a este muchacho y, te lo digo ahora, más vale que sea bueno".
¿Luke sufría de dislexia? ¿Era esto una broma? Había estado yendo a la escuela con él la mayor parte de mi vida. Chicas, incluida Silena, sabían todo sobre él. Dio mio, Silena una vez me había dicho exactamente dónde se encontraba su marca de nacimiento.
¿Cómo podría Luke Castellan tener dislexia y nadie lo sabría?
Me acordé de Luke pidiéndome ayuda en la cafetería hoy y la forma en que me había comportado; La revelación de que él tratara con algo como la dislexia y se las arregla para tener tan buenas notas me molestó. No sabía porqué, exactamente, pero lo hacía.
Miré a mi mamá y negué con la cabeza lentamente.
"No tenía ni idea de que él tenía un problema de aprendizaje. Siempre es tan arrogante y seguro de sí mismo. Me sorprendió que se acercara en busca de ayuda y de inmediato me pregunté por qué él, de todas las personas, necesitaría ayuda".
La expresión de mamá se alivió un poco.
"Bien, puedes arreglarlo. Sé que he criado a un chico compasivo."
Asentí mientras alcanzaba mi mochila.
"Lo sé, lo siento. Voy a arreglarlo."
Sonreí y me volteé hacia ella. "Um, así que, ¿La segunda cita con este Paulo?"
Se ruborizó. "Sí y parece que somos capaces de hablar durante horas. Me gusta como piensa y ha viajado por todo el mundo. Mi mente siempre está pensando cuando habla de lugares y cosas que nunca he visto".
Levante las cejas y me acerqué a ella. "Y él es sexy".
Se rió, lo cual era algo que no había escuchado en un tiempo. "Oh, no es por eso que me gusta. Es su forma de pensar y la conversación."
Me reí divertido. "Claro mamá, sigue diciéndote esa mentira".
"Está bien, es bastante atractivo".
"Mamá, él es sexy y lo sabes. Es cierto es mayor, pero aun así es sexy."
"No es viejo. Tiene mi edad".
"Exactamente"
Ella se echó a reír. "Bien, soy vieja. El dinero estará en la mesa cuando estés listo para pedir una pizza".
Quedarme en casa solo no era algo que disfrutara.
Cuando estoy solo las almas que veo vagando sin rumbo me molestan. Especialmente desde que realmente había hablado con una hoy. Resultaba más fácil recordarme que eran inofensivas cuando eran mudas. Ahora, me sentía un poco asustado. Una vez que cerré la puerta de mi habitación, saqué el celular de mi bolsillo y llamé a Silena.
…
"A ver si he entendido bien", Silena se sentó en el sofá con un pedazo de pizza en la mano y una lata de refresco entre sus piernas, mirándome. "¿Luke soy-tan-caliente-como-el-sol Castellan te pidió que lo ayudaras con su discurso y te negaste? ¿Estás tan loco como creo que lo estás? Quiero decir, en serio Nico, pensé que la locura que tan a menudo veo en ti, era solo para mostrar de forma superficial, y muy en el fondo tenías algo de sentido común".
Arrojé un pedazo de pizza en el plato delante de mí, de la frustración.
"Voy a arreglarlo en la mañana. No es como si hubiera asaltado un banco. Deja de hacer un gran problema de esto. Sé que me equivoqué. Realmente necesitaba ayuda y se inscribió para clases de apoyo. Si quiero el crédito extra, tengo que ayudar a todo aquel que me envíe el Sr. White. "
Silena suspiró y me hizo un puchero. "No eres divertido, Nico, no tienes gracia en lo absoluto. "
Di otro bocado de pizza. "¿En serio? Entonces ¿Por qué sigues aquí?", pregunté.
"¡Porque te quiero!"
"También me agradas"
Silena se rio mientras se levantaba y se dirigía al baño rápidamente, ella siempre hacía eso, cuando necesitaba ir al baño, era una carrera para ella.
"Interesante amiga que tienes ahí. Es realmente bastante entretenida."
La pizza que llevaba a mi boca cayó a mi regazo. Reprimí un estremecimiento, me sorprendió pero reconocí la profunda voz con acento británico. El alma se sentó en una de mis sillas. Simplemente genial. El chico muerto, realmente sexy y aún escalofriante porque-puedo-hablar debió de haberme seguido.
"¿Por qué estás aquí?", exigí en voz baja, deseando que me dejara en paz de una vez y se fuera a vagar por la tierra a otro lugar. La intensidad de su firme mirada hizo que mi pulso saltara de los nervios, o tal vez una mejor descripción sería… miedo.
"No puedo decirte eso. Todavía no es el momento. Pero, puedo asegurarte que por lo pronto no me voy a ningún lado."
Después de un vistazo rápido para ver si Silena volvía, lo miré.
"¿Por qué? Si no hago caso de los-asuntos-de-las-almas siempre se van."
Frunció el ceño, se inclinó hacia adelante y me estudió con atención.
" ¿Qué quieres decir con 'asuntos de las almas'?"
No me sentía muy seguro en el suelo, empuje la pizza y me puse de pie para poder estar a la altura de sus ojos.
" No eres especial. He estado viendo fantasmas, almas, espíritus o cualquier cosa que sean, toda mi vida. Están por todas partes. En mi casa, en la calle, en las tiendas, en las casas de otros, puedo verlos. Simplemente los ignoro y se van."
Poco a poco, se puso de pie y dio un paso hacia mí. Su altura era intimidante, pero su cercanía me hubiera hecho retroceder, incluso si hubiera sido de menor estatura.
" ¿Puedes ver almas? "
" Puedo verte, ¿No? "
Asintió lentamente. " Sí, pero soy diferente. Se supone que debes verme. Es más fácil de esa manera. Pero a las otras… no se supone que las veas."
La puerta del baño se abrió con un clic. Giré mi cabeza para ver a Silena con una sonrisa. " ¿Hablabas solo?"
Me encogí de hombros y forcé una sonrisa. " Mmm, sí. "
Se río y volvió a sentarse en el sofá. Tomé aire estabilizándome y luego miré hacia atrás, al alma que había regresado a la misma silla de la cocina, y me miraba. La única manera de que pudiera terminar esta conversación y conseguir que se fuera sería… enviando a Silena a casa. Hablar con un alma que ella no podía ver, no iría muy bien. Mi capacidad de ver las almas no era algo que hubiera compartido con ella y no tenía intención de empezar ahora.
El alma parecía estar esperando que tomara una decisión.
La idea de estar a solas con él me asustaba. Puede que fuera sexy, pero era un muerto y me había seguido a mi casa. Escalofriante no era suficiente para describirlo. Puse un poco de distancia entre el alma y yo caminando hacía el sofá para sentarme junto a Silena.
"¿Quieres ver The Vampire Diaries? Tengo los dos últimos episodios grabados" pregunté, con la esperanza de que él entendiera la indirecta y desapareciera.
"¡Oh! Sí, me lo perdí la semana pasada."
Después de al menos diez minutos de escuchar a Silena suspirar por Damon y quejarse de Elena, casualmente eché un vistazo en su dirección. La silla donde había estado sentado ahora se encontraba vacía. Dejé escapar un suspiro de alivio.
…
Durante toda la mañana había estado repitiendo exactamente lo que le iba a decir a Luke. No me sentía seguro sobre decirle que sabía acerca de su dislexia, o que podía comenzar tan pronto como estuviera listo y omitir la explicación. También me preparé para que me dijera que ya no necesitaba mi ayuda. Si ya había conseguido otro tutor entonces todo este lío se habría acabado. No me vería obligado a ayudar a alguien que no me gustaba, pero sería un problema para mi crédito extra. De cualquier forma, perdería en esta situación.
Después de Química, esperé en el pasillo para que saliera de la única clase que compartíamos este semestre. Por suerte, caminaba solo.
"Mmm, Luke, ¿Podría hablar contigo un momento?" le pregunté tan pronto como salió por la puerta.
Me miró y el ceño aumentó de inmediato arrugando su frente. Parecía estar pensando seriamente en alejarse e ignorarme cuando, en su lugar, dio media vuelta y se encaminó hacia mí deteniéndose justo en frente. Apoyándose contra la pared, cruzó los brazos delante de su pecho y esperó. Tuve la sensación de que no iba a hacerme esto fácil.
"Respecto a lo de ayer, lo siento, fui muy grosero con lo de ayudarte. Me anoté para dar clases por el crédito extra y no debería haberte tratado de la manera en que lo hice", me detuve y vacilé, esperando que dijera algo. Él no se movió, o siquiera actuó como si fuera a responder. Tomé una respiración profunda y me recordé a mí mismo que era mi culpa. "Si todavía quieres que sea tu tutor, me encantaría ayudarte."
Puse en práctica todo mi autocontrol para no enojarme con él y alejarme.
Se enderezó y miró por el pasillo por encima de mi hombro, como si en realidad no estuviera escuchando lo que había dicho. Justo cuando pensé que no quería mi ayuda, concentró su expresión aburrida en mí y preguntó: "¿Te estás ofreciendo debido al Sr. White? ¿Te pidió que hicieras esto?"
Pensé en las palabras de mi mamá de que hiciera lo correcto; este popular, talentoso, y adorado chico me había confiado su secreto. No me gustaba. Maledizione, no lo conocía, pero por alguna razón quería ayudarlo.
"Actúe como lo hice, porque simplemente no me gustas. Me equivoqué y, sinceramente, ni siquiera te conozco lo suficientemente bien como para formarme una opinión sobre ti. Te estoy ofreciendo mi ayuda porque lo necesitas. Eso es por lo que me anoté y por eso estoy aquí. "
Parecía estar pensando en lo que dije y luego una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
" Así que… no te gusto, ¿Eh? "
Me puse un poco más derecho y acerqué los libros a mi pecho en actitud defensiva. Sorprendentemente, era algo difícil ser el destinatario de una de sus encantadoras sonrisas, sobre todo después de que acababa de admitir que no me gustaba. ¿Por qué tenía que ser frustrantemente lindo?
"Bueno, puede que tengamos que trabajar en cambiar tu opinión", acomodó su mochila sobre el hombro y esbozó una sonrisa más. "Te veré más tarde."
Se marchó dejándome un poco nervioso. Luché contra la urgencia de mirarlo alejarse. Un lento sonido de aplausos, me sorprendió y di media vuelta para encontrarme con el alma apoyada en los casilleros con esa maldita sonrisa torcida.
"Impresionante. Un hombre con las agallas suficientes para admitir que puede estar equivocado, pedir disculpas y ofrecerse a corregir la situación."
Puse los ojos en blanco y suspiré, sabiendo que el pasillo no se encontraba vacío, así que responder no sería posible.
" Aléjate de mí ", susurré de todas formas, antes de voltear y caminar en dirección a la cafetería.
…
…