
Rendido A Tus Pies
Harry cerró sus ojos dejando a Tom nadando en sus pensamientos.
Si todo fuera tan fácil, Tom sería el primero en decir todo lo que le pasaba. Harry hacía ver las cosas tan sencillas, tan... Reales. Sí, Harry hacía que el mundo real no fuera tan cruel. Hacía que Tom tuviera ánimos, tuviera una razón para que el día siguiente sea un mejor día, y si no lo era, al menos tendría a Harry a su lado.
¿De qué se trataba la vida si no era tener a alguien a tu lado que te acompañe en las malas y las buenas, pero sobretodo en las malas? Tom no lo supo hasta que llegó Harry. Hasta que se atrevió a besarlo.
Era demasiado pronto para él decir lo que sentía, quizá nunca podría, quizá esto no durara... Pero, si tenía la fortuna, si tenía la suerte, Harry sería la única persona en su mente, corazón y vida. Esa era la promesa que podía hacer. Harry es y será el único que posría hacerlo sentir todo lo que siente, el amor, el deseo y la necesidad de estar así. Uno junto al otro, en paz.
Tom podía prometer eso, podía jurar esa lealtad. No puede creer cómo en algún momento se le cruzó la idea de matar a Harry, cómo siquiera pensó que eso era una posibilidad. Lo miró y sonrió.
"Eres luz" murmuró y sintió cómo Harry se aferraba a su brazo, con fuerza.
Cerró sus ojos y se permitió descansar, se permitió ahogarse en la felicidad, paz y dicha que llenaba su cuerpo.
Se permitió soñar.
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Tal cómo pasó el día siguiente, pasó una semana, hasta que Tom salió de la enfermería con la indicación de no repetir aquella estúpida acción que casi acababa con su vida. Tom tenía a Harry siguiéndolo la mayoría del tiempo, exceptuando en sus rondas de Prefecto. Se juntaban en la Sala de Menesteres para hablar, besarse y leer lo que tanto le gustaba a Tom. Y, cuando no estaban juntos, pensaban en el otro.
Así, terminó Enero, dándole paso a un frío Febrero que traía consigo una caja de Pandora lista para ser abierta cuanto antes, y sí, esto se refiere a que había llegado el día de hacer oficial ante sus amigos que eran algo muchísimo más que amigos.
Harry sentía cómo sus rodillas temblaban, aunque no sabía si se trataba del frío o de los nervios, prefirió creer que era por ambos.
Su corazón latía con demasiada fuerza, sentía cómo sus manos eran puro sudor y cómo se le cerraba la garganta de los nervios, hasta que se le acercó Tom con una mirada de seguridad. La mirada que tanto admiraba de él, la mirada que llevaba a pesar de no sentirse seguro. Él tenía derecho a usarla, él podía usarla.
Agarró la cabeza de Harry e hizo que lo mirara, sonrió de forma tranquilizante.
"Va a estar todo más que bien, confía en mí." murmuró y lo besó con cuidado y Harry aceptó el beso con felicidad.
"Tengo miedo." murmuró y Tom asintió sonriente.
"Créeme, lo sé." murmuró y Harry suspiró. "Ahora, tranquilízate. Vendrán pronto, se los diremos rápido y ya está. Trata de ver el lado bueno, Harry, no tendremos que ocultarnos." murmuró y Harry realmente apreciaba que Tom se tomara el trabajo de ver el lado positivo de la situación por ambos, pero no estaba ayudando.
"¿Tom?" se escuchó la voz de Dione al otro lado de la Sala de Menesteres.
"Respira, saldrá todo más que bien." murmuró y Harry asintió. "Estamos al final de la Sala." gritó y el ruido de los pasos hacía que Harry respirase cada vez menos.
Llegaron y vieron a Harry preso del pánico, asustada, Dione se le acercó y lo abrazó preguntándole que qué le pasaba.
"Nada, sólo..." suspiró tratando de normalizar su respiración y sus nervios. "Estoy nervioso." murmuró.
Allí se encontraban Dione, Ferbus, Atlas, Abraxas (y según Ferbus porque son muy amigos de Tom), Mulciber, Rosier y Avery.
Tom sonrió al verlos a todos sentados y tranquilos, entonces, fue cuando empezó a hablar.
"Bien, gracias por venir." dijo y todos asintieron. "Quiero aclarar que no me importa en lo absoluto lo que piensen, lo que sientan o lo que sea. Pero están aquí para saber algo muy importante, algo que no pueden contar a menos que diga lo contrario, algo que si llego enterarme que se dijonpor afuera de esta habitación... Habrán muy serias consecuencias." dijo y Harry miró a un costado, sintiendo que algo estaba por salir mal. Ese costado, fue Avery. Avery lo estaba mirando fijamente. Demasiado y daba miedo.
"Suéltalo, voy a morir de la curiosidad." dijo Ferbus. Tom rodo sus ojos divertidos, pero sonrió y asintió. Se sentó al lado de Harry y lo miró con un brillo intenso en sus ojos.
"Yo, estoy total y completamente embriagado del sentimiento más preciado, por la persona más increíble que pude conocer jamás." dijo y Harry notó cómo sus manos temblaban, demostrándole a él y sólo él que realmente sí estaba nervioso. "En pocas palabras, estoy rendido a los pies de Harry." murmuró y Harry sonrió embodado.
Un aplauso ruidoso resonó en la Sala, ni Harry ni Tom los miraron, suc miradas eran entre ellos. Harry sintió lágrimas y las dejó fluír al notar algunas en los ojos de Tom. Se acercó aún más y lo besó, con lentitud y esperanza.
El aplauso fue mayor, pero tanto Avery, Rosier como Mulciber sólo se miraron y, en total silencio, se opusieron a aquella relación.
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Habían pasado entonces semanas. Los TIMO's habían sido ya un experiencia vivida para Harry, que disfrutó junto a su novio. Incluyendo, por supuesto, las sesiones de estudio como citas. Pero eso era algo que Harry no contaba con orgullo.
Trató de sincerarse consigo mismo, trató se ver que realmente era esta persona la que quería ser por el resto de su vida. Una de las formas de sincerarse que tuvo, fue confesarle a Tom su mayor secreto.
"Pársel..." dijo y Harry asintió. "No lo puedo creer..." murmuró y Harry sonrió penoso.
"Lo siento" murmuró.
"El hecho de que mi pareja hable Pársel es un orgullo Harry, no pidas perdón." dijo y Harry lo miró incrédulo.
"Creí que te molestarías..." murmuró. "Creí que sentirías que te estaba robando protagonismo..." susurró.
Tom se rió. "No, querido, jamás." murnuró y lo besó. "Eres protagonista de todos mis sueños y mis planes, nunca me robas el protagonismo porque no lo tengo." dijo y Harry se sonrojó.
"Idiota." murmuró y Tom se carcajeó. "Lo haces a propósito." dijo y Tom asintió.
"Sí, por supuesto. Me gusta ver cómo mí novio se sonroja, y me llama idiota." dijo y Harry suspiró para no reírse de lo tonto que sonaba Tom diciendo la palabra "novio".
"Me alegra que te guste, porque no pensaba dejar de hacerlo." dijo y Tom lo besó con ternura.
"Debo irme..." murmuró Tom, en medio del beso. "Tengo la última ronda antes de las vacaciones." murmuró enojado.
"Estaré aquí, durmiendo cuando vuelvas." dijo Harry y Tom asintió.
"Me parece perfecto..." dijo y lo besó otra vez. Ese beso duró hasta que los interrumpió Ferbus.
"Debemos hablar, Harry." dijo al entrar y entonces, notó que había interrumpido a la pareja, otra vez.
"Algún día te voy a matar, Ferbus." murmuró Tom mirando a Harry con irritación. Harry se rió.
"Ya, vete." dijo Harry y Tom asintió, yéndose de la habitación, dejando a un desesperado Ferbus con Harry.
"Necesito consejos para Vivian Rosier. ¡Está muy insistente y no sé cómo decirle que quiero salir con ella pero no parecer un loco al decirlo!" dijo y Harry asintió tratando de pensar en cómo decirle a Ferbus que sólo debía seguirle la corriente a Vivian.
"Y... ¿no pensaste en que, quizá y sólo quizá, lo mejor sería... seguirle la corriente?" preguntó y Ferbus lo miró con sus ojos saltones. Asintió.
"Sí..." murmuró. "De hecho, sí, tienes razón..." dijo y sonrió. "Haré eso mismo ahora." dijo y salió tan rápido cómo había entrado.
Sonrió y se acercó a la cama de Tom, encontrándose a la serpiente.
"Así que mi maestro ya lo sabe..." dijo y Harry asintió.
"Sí, ahora sabe mi secreto." dijo y la serpiente sacó la lengua y movió su cabeza, parecía estar negando.
"No puedes mentirme a mí, Harry Potter, o cómo sea tu apellido. Mi maestro hay cosas que no sabe de ti. O no aún." dijo con un extraño tono que parecía recriminador.
"¿Qué quieres decir?" preguntó Harry.
"A que cuando con mentiras comienza, en catástrofes termina." dijo y Harry sintió un escalofrío. "Algún día, mi maestro lo sabrá, y ahí no podrás escudarte en nada más que en la verdad que tú y sólo tú conoces." reflexionó, Harry asintió.
"Tienes razón, serpiente. Jamás creí que fuera a darte la razón, pero la tienes." murmuró y se tiró en aquella cama abrazando una almohada, imaginando que abrazaba a Tom.
Se durmió pensado que todo sería tan sencillo si él perteneciera a ese tiempo realmente...