El Lirio de fuego
Lily Joy Evans siempre fue una niña que trataba de sacar su máximo potencial. No le gustaba cuando alguien la consideraba incapaz o débil.
La primera vez que mostró ese fuego en su interior fue a los siete años, Billy Tauper un niño que vivía en su vecindario la llamo gusanito y le dijo que no era capaz de subir un árbol.
Lily rápidamente se quitó los zapatos, y a pesar de las protestas de Sev, compitió en una escalada árbol viejo que estaba cerca del río. Billy resbaló rápidamente, pero Lily no se detuvo hasta que alcanzo una rama muy alta.
Tauper se fue con las rodillas raspadas y Lily se abrazó al tronco cuando se dio cuenta que tan alto era y se mareo levemente.
—¡Lily!— escuchó el grito de Petunia. Miró hacia abajo y vio a su hermana con las manos sobre su cintura con mirada seria. —¡Baja de ese árbol en este instante o te acusare con mamá!
Lily negó con la cabeza, no sabia como bajar.
—¡Lily, baja por el amor a Dios!— volvió a gritar Petunia. —¡¿Por que la dejaste subir, Snape!
—A mi ni me mires, ella no me escuchó— se defendió Severus
—¡No se como! ¡Tengo miedo Petunia!— chilló Lily aferrándose al árbol.
Petunia exhalo molesta y arrastró a Severus del cuello en busca de una escalera. Minutos después, Lily estaba sobre la hierba, su cabello siendo acariciando por Petunia mientras era abrazada.
Al menos, Lily venció a Billy y nunca más fue llamada gusanito.
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—"La hija de la serpiente"— dijo el sombrero dentro de su mente, Lily miro a Severus desde el taburete. —"El legado del sol y la luna" "¿A dónde te envió?" "¿Donde tu sangre se volvería más fuerte o al lugar que canta el fuego dentro de ti?"
—"¿Donde pueda ser feliz?"— respondió Lily.
—¡GRYFFINDOR!
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Lily camino hacia uno de los pasillos ocultos, su ultimo año y con ello los exámenes. Se había alejado un poco de James para poder concentrarse en sus estudios, notas que definirían su futuro laboral.
Bien era sabido que los Potter podían vivir plenamente sin la preocupación de trabajar. Lily no había crecido así, con su padre trabajando hasta por diez horas en la fabrica de Cokeworth y su madre como costurera, la noción del trabajo era algo que con que había inoculado.
Lily tendría una carrera profesional, no se quedaría a ser la ama de casa como había decidió Petunia. No es que Lily satanizara la elección de vida de Petunia, pero si algo pasaba. ¿Si Vernon resultará un mal marido al cual Petunia dependería económicamente? ¿O quedará viuda muy rápido?
Petunia tuvo la oportunidad de asistir a la Universidad York St Jhon, para seguir especializando en contabilidad (materia que era muy buena) pero se termino confirmando un curso de mecanografía y ser una secretaria.
Lily no la juzgaba, pero tenia fe que Petunia deseará más. No es que no le agrade Vernon, pero Petunia merecía más.
—Yo te he visto antes— dijo una voz a sus espaldas. Lily se giro para encontrarse con la Dama Gris, el fantasma de Ravenclaw.
En su rápido movimiento se acercó demasiado a Lily y la miro con esos ojos fantasmales.
—Esos ojos, me recuerdan a alguien muy querido— dijo la Dama Gris— Mi pobre amiga, tan joven. él debió haber quedado muerto en vida al saber que perdió a su alma.
—¿Que estas diciendo?
—Que veo fuego dentro de ti.
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Lily se sintió mareada, se tuvo que apoyar a una pared.
¿Que fue lo que la hizo marear? Solo tomó esa taza de café y su botella de agua.
Luego de su curso de mecanografía en la noche salio a tomar un café con los chicos del curso, incluyó a un chico de Hufflepuff que conoció en Hogwarts.
—¿Qué haces?— preguntó Lily, no sentía sus piernas y el mundo le daba vueltas. El chico la llevó a un callejón, se estaba oscureciendo y él estaba metiendo sus manos dentro de su blusa.
—Algo que disfrutaremos juntos.
—Aléjate— lo trató de apartar. ¿El drogó?¿Como? — Dije que te alejes de mi.
—Shhh, seré rápido.
—¡Dije que te alejes!— con algo de fuerzas, Lily sacó la daga que compró en el callejón Knockturn (disfrazada para no ser reconocida). En un movimiento rápido se la clavó el pecho y la arrastró hacia el pescuezo abriéndolo como un pez.
El chico cayó al piso cubriéndose el corte y Lily se cayó de rodillas mareada. Un pop se escuchó en el lugar.
—¡Lily!— escuchó a James llamarla. Ella alzó su mirada y vio a prometido acercándose a ella.
—James— susurró antes de caer desmayada.
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A la mierda la moralidad. A la mierda lo que es correcto.
Pensó Lily mientras tallaba runas en las piedras madre, Dumbledore expresó que era magia muy oscura que la Lily tallaba en las piedras, pero esto era lo que mantuvo con vida a sus amigos y esposo.
Detonado con un poco de magia estas piedras podrían inmovilizar a los Mortífagos por horas, suprimiendo levemente por unos minutos su núcleo incapacitándolos de usar magia.
Lily tocó el pequeño bulto en su vientre. Haría lo que fuera necesario para protegerlo. Ya había matado a dos mortífagos, un ligero piquete en el cuello con su alfiler para el cabello, cuya punta estaba empapada de veneno los hizo caer como moscas.
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Lily se miro en el espejo de mano. El cabello rubio maíz y ojos castaños se reflejó imitando sus gestos
Podría haber usado poción multijugos o un encantamiento de glamur para pasar desapercibida en el callejón Knockturn, pero con un sencillo movimiento de varita seria puesta al descubierto. Así que consiguiendo una buena peluca rubia y lentillas de contacto podría escabullirse por el callejón Knockturn.
Lily quería darle un golpe a Sirius, tenia la biblioteca Black a su alcance pero se negó a facilitarle un libro de Runas de Sangre. En dos días, ella, James y Cordelia se esconderían en Godric Hollow bajo un Fidelio, pero Lily quería más.
Con la cabeza en alto, vistiendo un vestido negro salido de un relato de Poe entro a una librería. Dumbledore podría ahogarse con sus dulces de limón, ella usaría magia oscura por su familia.