
CAPÍTULO I
Se veía extraño, de verdad, parecía incluso una persona diferente. Percy Weasley había cambiado mucho en los seis años posteriores a la guerra; era un poco más delgado, algunas líneas cruzaban su cara; el cabello rizado que antes era de un rojo opaco ahora estaba teñido de un tono negro que lo hacía ver curioso, y para terminar aquel extraño cuadro, las gafas que siempre adornaron sus ojos azules ya no estaban.
Bill no pudo evitar que su mente se llenara de preguntas, ¿por qué se había ido? ¿por qué se veía tan distinto? ¿por qué no podía odiarlo e irse? Sin embargo, ahí estaban, en medio de un centro comercial muggle en la zona más turística de Londres, no era un ambiente cálido o privado, pero el mayor se imaginó que eso buscaba Percy, estar rodeado de gente.
—¿Qué hacemos aquí? — William fue el primero en hablar; no podía contener la molestia, ¿cómo podría? Después de todo lo que habían pasado y perdido, de no verlo durante más de la mitad de una década era frustrante, borrar a Percy de su vida fue difícil, después de la muere de Fred no quería perder a otro hermano, pero se había forzado a hacerlo, en lo que a él respectaba su hermano era un traidor.
Percy lo miró de manera extraña, podía deducir que se sentía incomodo, mordiendo su labio y evitando el contacto visual, pero las palabras que dijo... después de todos esos años, hicieron que su corazón diera un pequeño salto.
—Hermano... sólo necesitaba hablar contigo.
—¿Por qué?
—Quiero que arreglemos las cosas, por favor.
—¿No crees que es tarde para eso? ¡Lo intentamos hace seis años! ¡Y te fuiste! — ver a Percy sobresaltado lo hizo sentir una extraña satisfacción, una que pronto se convirtió en arrepentimiento cuando miró sus ojos heridos.
Mágicos o no, los humanos eran seres extraños, dispuestos a lastimar y arrepentirse después.
Allí estaba, un lustro después y sin poder superarlo, había sido un hermano mayor terrible, incapaz de proteger a ninguno, Fred había muerto, George perdió su oreja, Ron y Ginny casi mueren en Hogwarts, Charlie siempre arriesgaba su vida con los dragones y Percy…. Los abandonó dos veces.
El único consuelo que tenía era Fleur, su esposa, la que había estado ahí cuando fue atacado por un hombre lobo, cuando su hermanito murió, consolándolo en las noches que lloraba sin poder dormir, cuando por fin se quebraba tras pasar un día pretendiendo ser fuerte por sus padres y hermanos.
Habían pasado varios minutos en silencio, por un momento Bill pensó que Percy se iría (otra vez) e incluso (brevemente) considero irse el mismo, pero ninguno de los dos se movió, no hasta que el hermano menor habló.
⸺⸺Estoy consciente de los pecados imborrables que cometí, hay muchos errores que, aunque quisiera, jamás podré corregir…. Pero salir del ministerio fue difícil cuando era controlado por Voldemort… era peligroso; cuando volví Fred murió, Bill… yo no podía volver a ver a ninguno de ustedes a la cara, no podía enfrentarme a George o mamá ⸺⸺, las palabras salieron entrecortadas.
No fue fácil hablar de eso, aún media década después; pasó horas ensayando un discurso en el espejo, pero su cerebro estaba en blanco e improvisaba todo lo que decía.
⸺⸺¿Por qué aquí? ⸺⸺, fue incapaz de responder otra cosa.
¿Palabras de consuelo? ¿De apoyo? No las tenía, para ser franco, era demasiada información para procesarla de un golpe, necesitaba tiempo para encontrar las palabras adecuadas y no arruinar la reunión con reclamos o quejas impulsadas por el rencor.
⸺⸺Es un lugar tranquilo. Hay una cafetería cerca de aquí donde podemos desayunar, pero antes tengo que ir al banco para cambiar mi cheque, hay cuentas que pagar... además se acabó la leche. ⸺⸺, Percy estaba seguro que falló miserablemente al intentar ser casual.
Bill se quedó quieto, por unos instantes pareció que no había escuchado nada. ¿Cheque? ¿Banco? ¿Leche? Todo parecía ser tan normal, pero a la vez tan extraño. Incluso recordó que su hermano renunció al ministerio después de la guerra, justo antes de mudarse al Londres muggle.
¿Un trabajo común? Aquello no cuadraba con la vieja personalidad del pomposo y presumido Percival Ignatus Weasley, incluso pensó que estaba soñando, su hermano era terco, pero ¿tanto como para dejar la vida de un mago? Odiaba admitirlo, pero él era bueno en lo que hacía, tenía una buena carrera en el ministerio e incluso después de todo lo que pasó, sabía que podría vivir bien si se esforzaba, pero lo dejó todo ¿para qué? ¿un trabajo de mesero? No tenía estudios, al menos no muggle, y no creía que fuese capaz de conseguir algo demasiado sofisticado aun siendo él.
⸺⸺Soy dependiente de una librería; un lugar tranquilo, la paga es suficiente para poder comer y el dueño me da descuentos en los libros, ¿sabes? Es un anciano muy amable ⸺⸺, respondió la pregunte que no se había hecho.
⸺⸺¿Qué?
No obtuvo respuesta, lo único que vio fue a su hermano (ahora pelinegro), llamándolo. Exhaló todo el aire contenido en sus pulmones y comenzó a avanzar detrás suyo.
Miró el edificio, era un banco de gran tamaño… aunque nada comparado a Gringotts; escuchó de los bancos muggle de sus conocidos, incluso sabía que algunos tenían extrañas maquinas que daban dinero, pero sería su primera vez entrando a uno.
Percy empujó la puerta con suavidad, un aire frío los golpeó entonces creando un contraste con la temperatura de afuera, allí dentro estaba fresco y Bill se estremeció un poco.
⸺⸺Por favor ⸺⸺, Percy habló de repente, ⸺⸺te necesito para arreglar las cosas… los extraño mucho ⸺⸺recibió un golpe de nostalgia de repente, ¿Cuándo fue la última vez que su hermanito le habló así? Quizá nunca, al menos no desde que cumplió once años, cuando se transformó en un muchacho callado que nunca dejaba su cuarto.
Percy creció como un niño reservado, escondiéndose del mundo y de las bromas de sus hermanos menores, mientras que Bill era todo lo contrario, el chico perfecto que, con una sonrisa brillante, resolvía todos los problemas y se atrevería a decir que era el favorito de todos los demás.
Intentó hablar, pero no pudo. No sabía que decir, estaba enojado y quería gritarle, reclamarle y reprocharle por los errores que cometió, pero también aceptarlo, pedirle que volviera y que no les deje. Estaba experimentado sentimientos demasiado contradictorios, pero en el fondo sabía que quería a su hermano de regreso… a los dos.
Es extraño como las cosas cambian sin aviso, eso sucedió de repente; no hubo una señal mágica que les advirtiera lo que estaba a punto de pasar, ni una profecía leída en hojas de té, sólo alcanzó a escuchar una voz y un sonido metálico.
«Las manos arriba y denme todas sus pertenencias» la voz del tipo resonó en el banco; por unos segundos William pensó en sacar su varita y detener todo, pero sería romper de forma descarada el estatuto del secreto y no quería hacerlo. Sí bien su familia era considerada como “héroes de guerra”, no podía simplemente ir rompiendo leyes por ahí.
Percy tenía las manos arriba, así que decidió imitarlo, era mejor mantenerse seguros. Un escalofrío recorrió su espalda, era extraño tener miedo de los muggle, había sobrevivido al ataque de un hombre lobo, seguramente aquello no sería peor, ¿verdad?
El hombre medía más de un metro ochenta, con una presencia imponente, aunque ciertamente, cualquiera que te apuntaba a la cabeza con un arma lo era.
⸺⸺¡AL SUELO! ⸺⸺ordenó.
Todo paso sin advertencia, un guardia desfundó su arma y los disparos comenzaron a retumbar. Las paredes que eran de un blanco sobrio fueron manchadas de sangre; el cuerpo de un hombre cayó, a su lado una mujer estaba tirada y el guardia también, algunos clientes temblaban en el piso... pero Bill no prestó atención a ellos, sino al cuerpo que se desplomó frente suyo.
Lo primero que notó fue que su hermano soltó un gruñido extraño y después dio un paso atrás antes de caer, William consiguió atraparlo en sus brazos, mirándolo con una clara confusión.
¿Qué mierda acababa de pasar? Por un instante miró en cámara lenta el estómago de su hermano, la sangre comenzó a brotar y el tiempo se aceleró.
Todo ocurrió abrir y cerrar de ojos, ni siquiera se dio cuenta del momento en que llegó la ambulancia con los paramédicos, lo único que sabía es que corría detrás de una camilla en un hospital muggle de Londres, con su hermano herido de bala.
Era la primera vez que estaba en un hospital así, las paredes blancas y estériles le recordaban al banco, pero a diferencia de allí, estas no estaban manchadas de sangre. Quería tomar a Percy y llevar a Saint Mungo's, pero había demasiados testigos como hacerlo y dudaba seriamente que el mundo mágico supiera que hacer con heridas de ese estilo.
Siguió a las personas sin saber a dónde se dirigían, estaba asustado, se supone que sería un desayuno común y corriente con su hermano, lo regañaría, pelearían hasta que uno de los dos aceptara el error, después irían a casa para ser una familia otra vez.
⸺⸺Percy, aguanta ⸺⸺, murmuró. ⸺⸺¿En dónde mierda está el doctor? ⸺⸺rugió.
Un hombre de casi cincuenta años llegó a los dos minutos.
⸺⸺¿Qué sucedió? ⸺⸺preguntó a una enfermera.
⸺⸺Le dispararon en el banco ⸺⸺, respondió ella; la afirmación hizo que el estómago de Bill se retorciera.
⸺⸺Informes.
⸺⸺Tiene el pulso sobre sesenta y cayendo, doctor.
⸺⸺Muy bien, lo llevaremos al quirófano para extraer la bala ⸺⸺, indicó. —A la cuenta de tres lo mueven.
Todo volvía a pasar tan rápido, más gente se estaba arremolinando alrededor, una camilla diferente estaba a su lado cuando varios sujetos movieron a Percy que soltó un suave "ugh".
⸺⸺Tiene una herida de entrada en el pecho, una de salida en la espalda, necesito cuatro unidades de suero y que investiguen el tipo de sangre... vamos, ahora.
⸺⸺Sí.
⸺⸺Enseguida doctor.
No sabía que estaba haciendo, todo pasaba tan rápido, su hermano herido estaba siendo llevado a una habitación llena de aparatos. ¿Por qué eran tan lentos? ¿Por qué todos eran unos incompetentes? Merlín sabía que no odiaba a los muggle,pero ahora mismo quería estar en un hospital mágico, donde las cosas fueran más rápidas.
⸺⸺B-Bill... perdón.
La voz de Percy lo hizo volver a la realidad, la cruel, donde su hermanito estaba muriendo, donde la historia se repetía, pero ahora las cosas no eran mágicas, todo era diferente, no era una muerte rápida y no estaban en una guerra... se supone que el mundo era seguro.
⸺⸺¡No te disculpes! ⸺⸺ dijo con firmeza con la mano afianzada a la de su hermanito.
La gente alrededor veía aquello, el doctor insistía en que se apartara, pero Percy no parecía querer soltar.
⸺⸺Perdón por ser un mal hijo... un mal hermano... Bill, los amo. ⸺⸺murmuraba con un tono de voz cada vez más roto. —perdón.
⸺⸺Ya no hables Perce... te amamos... vas a estar bien, verás a papá y mamá y...
⸺⸺Hace mucho frío ⸺⸺, susurró. ⸺⸺Te amo... Bill.
El sonido de la maquina comenzó a escucharse, un pitido insoportable que quería detener.
⸺⸺Percy... no, por favor, no te mueras ⸺⸺, suplicó con voz rota.
No supo el momento exacto de cuando se puso a llorar, pero las lágrimas fluían como una cascada en sus mejillas, la mano de su hermano había caído, ahora estaba tendido en la cama cada vez más frío y no podía soportarlo.
⸺⸺Sentimos mucho su perdida, señor. Hicimos todo lo que pudimos ⸺⸺, habló el médico.
Se giró y miró al doctor con severidad, si tan solo hubieran sido más rápidos su hermano estaría vivo, si las cosas en su mundo fueran más agiles su hermano estaría vivo, intentaba decirse o eso quería creer.
⸺⸺¡LARGUENSE! ⸺⸺exigió.
Las personas iban a decir algo, pero Bill no dudaría en usar magia si trataban de separarlo del cuerpo de su hermanito, sin embargo, una enfermera les indico a todos que saliera... que lo dejaran solo.
El pelirrojo se limpió las lágrimas, manchando su rostro con sangre sin querer, miró el cuerpo de su hermano antes de caer de rodillas a su lado comenzando a llorar más agresivamente.
¿Ahora qué iba a hacer? ¿Cómo le explicaría a su familia que Percy murió? ¿Cómo podría vivir sabiendo que su hermano estaba muerto y no hizo nada para evitarlo?
Se inclinó tomando el cadáver en sus brazos, quitando cualquier aparato o cable y sollozando cada vez más agresivamente.