Carta aprisionada

Harry Potter - J. K. Rowling Harr
M/M
G
Carta aprisionada
Summary
Todos se merecen segundas oportunidades, incluso Draco.Una carta sin esperanzas, dirigida a nadie removerá los cimientos del mundo mágico...Bueno eso será si alguien la lee porque la gente es reacia, ciega y los errores no se perdonan. Al menos no a los mortífagos.Efecto mariposa. Una pequeña acción que puede desencadenar grandes consecuencias.Una carta sin esperanza que puede reabrir grandes heridas y cerrar otras.La escritura es como una mariposa, tan frágil pero tan llena de contenido y que puede mover al mundo a cambiar. Para bien o para mal.Los personajes pertenecen a J.K Rowling pero la historia es mía.
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Time Flies

Existe un dicho repetido en cientos de ocasiones. "Es que las noticias vuelan" era empleado cada vez que algo sucedía como una manera de justificar esa vena cotilla presente en todas las personas, lo rápido que estas se extienden y por ende se acrecientan. De ahí provienen los llamados rumores más dañinos que ciertos, pero no por ello exentos de verdad oculta por capas y capas de exageración.

Desgraciadamente eso no ocurre en Azkaban donde los gritos son silenciados, las torturas ocultas, las noticias destruidas... ¿Cómo entonces podría esperar Draco que la carta llegara a su destinatario?

Sabía que jamás lo haría porque nada puede salir de allí sin ser revisado y posteriormente cambiado a fin de distorsionar la realidad haciéndola más bello, pero no por ello más verdadera. Eso sí, suficiente para la gente que ingenua o estúpida no decide buscar respuestas, ver más allá, desconfiar... ¿Es que no han aprendido que la ignorancia es el peor error del hombre? Un error causante de guerras y desastres con pobres justificaciones y aún más pobres retoricas intentando cambiar a su favor la mente de la población, cosa que, desgraciadamente ocurrió. Por todo ello Draco era consciente de que su misiva sería leída y burlada, que probablemente sería torturado una vez más y se acurrucaría esperando el final, no de la tortura, sino de su vida.

Lo que este no sabía es que la suerte es muy cambiante y el destino caprichoso pues lo que un día es visto como blanco mañana sea negro. Entonces con un poco de suerte tal vez la carta no será leída en el momento en que se la arrebaten, tal vez haya una ventana abierta y tal vez ese día sea ventoso, llevándose así lejos esa carta esperando ser leída, ansiando la aprobación como su dueño, rezando para no convertirse en una mera hoja al viento.

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En un día con grandes vientos huracanados, preludio de una tormenta y el cielo tan negro como la noche, la carta voló rauda atravesando kilómetros de pradera, sobrevolando decenas de pueblos, tanto muggles como mágicos, hasta finalmente llegar a una gran ciudad donde el destino le señaló parar, frente a un joven que frenó su caminar al ver aquella carta llegar. En ese momento el chico salió de su ensoñación y con un extraño giro de cabeza miró el reloj de la pastelería de la cual acababa de salir para darse cuenta del gran retraso que llevaba y de la regañina que le esperaba. Culpando a su insaciable curiosidad agarró la carta y la guardó procediendo en el mismo momento en que estuvo segura en su bolsillo a correr buscando un lugar en el que aparecerse.

Ardua tarea resultó encontrar un lugar así en el centro de Londres en hora punta lo que aumentó aún más su demora ya que no sería hasta 20 angustiantes minutos que por fin hallaría el tan codiciado sitio y se aparecería ante un edificio en aras de reparación.

— ¡¿Dónde has estado?! Te llevo esperando desde hace cuarenta minutos. El discurso ya ha empezado, idiota—. Una joven de largos cabellos largos recogidos en una trenza con mechones sueltos gritó enfurecida mientras agarraba al joven por la oreja arrastrándolo a través de una marea de pasillos que no parecían tener final

— Perdón Herms. Es que había oferta en la pastelería y esa bomba tenía tan buena pinta que... —En medio de la diatriba el joven fue acallado con un gesto de la castaña. Del enfado le había salido un tic en el ojo haciendo estremecer al contrario de miedo.

—Vamos a llegar tarde al evento más importante que se ha celebrado en años en el mundo mágico... ¡¿por un maldito pastel?! ¡¿Te has vuelto loco, ¡¿Ron?! — El pelirrojo susurró un lo siento y salió corriendo en dirección a la última puerta del pasillo.

Ron había cambiado a lo largo de estos tres años. Los entrenamientos como autor lo habían curtido volviendo más fuerte y seguro desprendiendo un aura de confianza nunca antes vista. Físicamente había crecido y sus músculos era notables aún bajo las túnicas. Lucía también una barba bastante descuidada producto de la última redada y de largas horas de espera de algún movimiento por parte del criminal. Hermione por el contrario había permanecido invariable a excepción de su cabellera que arreglaba mediante una poción volviéndola a veces lisa otras ondulada, según su estado de ánimo y quizás su cara había perdido los leves rastros de niñez que aún le quedaban.

Esa misma Hermione que ahora perseguía a Ron con un rostro del cual el mismo demonio estaría orgulloso. Persecución que finalizó cuando un audible murmullo comenzó a escaparse tras la puerta más grande del Ministerio, la llamada sala de audiencias. En sus inicios había servido como paliativo para un pueblo mágico que aún vivía con miedo a que la caza de brujas iniciada en tribunales como la Inquisición en España les alcanzara. Allí el pueblo acudía en rogatoria pidiendo solución a los problemas más acuciantes que les aquejaban. Actualmente fungía como salón de fiestas o para nombramientos, entregas de premios... Eso sí, se había mantenido casi toda la estancia como a sus inicios, con su enorme puerta blanca excesivamente decorada pero desgastada por el uso. La tarima donde se daban los premios permanecía con la misma madera bajo fuerte hechizos de conservación, incluso las paredes amarillas sujetaban cuadros que en su momento podrían haberse considerado nuevos. El suelo cuyas baldosas se asemejaban al ajedrez era apenas visible dada la cantidad de personas que abarrotaban la sala buscando colocarse lo más cerca posible de la tarima y por ende del ministro.

Ron entró tras Hermione en la sala esperando pasar desapercibidos cosa que ocurrió gracias a la gran ovación dada por el fin del discurso del ministro.

—Nos lo perdimos por tu culpa—susurró Hermione dándole un golpe a su novio en el hombro. "Al menos llegamos para el discurso de Harry" pensó esta con un suspiro. Justo en ese momento el ruido se acallo dando paso al momento más esperado de toda la gala, el discurso del Salvador del Mundo Mágico, del Elegido entre otros nombres, Harry James Potter.

—"Hemos sido testigos del fin de una era, la del miedo y somos también testigos del inicio de otra, una llena de esperanza, de futuro. La luz como vosotros lo llamáis ha vencido, pero no debemos olvidar lo que tal victoria ha conllevado: Sacrificios. Personas con nombre y apellidos que han dado su vida luchando por el fin de esta guerra. Debemos pues honrarlos viviendo cada día con ilusión, recordándolos si, pero sin dejar que su recuerdo nos frene, sino que sea la moto con el que nos levantamos cada día. Deseo de hoy un cambio para todos. Que no caigamos en los mismos errores del pasado, que superemos los sentimientos fútiles como la venganza. Porque nuestro ideal ha de ser la justicia y porque no somos ellos comportémonos como lo que somos, humanos. Demostremos nuestra humanidad dando un juicio a todos aquellos que han cometido crímenes y dando también una condena objetiva, no influida, justa. No hagamos a los demás lo que no queremos que nos hagan. Por ultimo diré que esta no es mi victoria, es nuestra. Todos hemos contribuido al desenlace final. Nunca dejamos de luchar, ni que la desesperanza nos consumiera. Gracias al cuerpo de aurores por vuestra lucha activa pero también a todos aquellos que a su manera lucharon rebelándose contra la oscuridad y permaneciendo firmes a sus ideales. Por eso quiero que escuchen atentamente: Se acabó. Voldemort ha muerto, la guerra ha finalizado. No tiren piedras contra sus tejados, dejen que las rencillas mueran como murió el villano y disfruten de aquello que han ganado. Centrémonos todos en reconstruir lo roto, no solo las casas sino a nosotros mismos y hagámoslo con ánimo. Vamos a hacernos más fuertes porque la guerra ha finalizado y nosotros hemos sido el bando vencedor. Muchas gracias" —una ovación aun mayor surgió en cuanto las últimas palabras fueron dichas, resonando en los corazones de un pueblo roto que necesitaba un motivo para despertar y darse cuenta de que todo tiene un fin. Y mientras Harry bajaba una marabunta de periodistas se acercaban buscando algo más para añadir a la historia que de seguro aparecería en todas las portadas de Inglaterra. Por suerte fue rescatado por Ron quien rápidamente agarro su túnica ceremonial para después arrastrarlo hacia un lugar más privado lejos de todos los ojos.

—Felicidades tío, has estado muy bien—le soltó Ron en cuanto se alejaron lo suficiente para no ser escuchados.

vGracias espero que le mensaje haya calado en la gente. Han pasado tres años desde que todo ocurrió, pero es como si no se dieran cuenta. Hemos estado ocupados reparando todo lo roto, pero, aun así, viviendo con miedo y con odio, juzgando sin juzgar dando los crímenes por hechos. Me repugna pensar que somos como ellos parciales, subjetivos. Que no les estamos castigando con justicia, sino que la venganza es nuestro motor. Porque si eso es cierto ¿Qué nos diferencia del bando contrario? — Un suspiro se escapó de los labios de Harry quien buscaba arduamente en su mente un alivio a todas esas dudas que lo carcomían desde hace mucho tiempo.

—¿Cómo puedes compararnos con ellos? Esos bastardos mataron, Harry, torturaron por placer. Se merecen pudrirse en Azkaban, todos. Estamos haciendo justicia devolviendo sus daños, pagándoles con la misma moneda— gritó Ron con el rostro enrojecido de la rabia. No era capaz de comprender las dudas de su amigo pues estaba convencido de que estaban haciendo lo correcto, de que era lo justo.

—Entonces no somos diferentes. Se merecen un juicio justo de acorde a sus crímenes. Así quizás verías que muchos pudieron no tener elección al igual que yo en su momento no la tuve y me vi metido en una guerra por un mundo que apenas conocía. —El rostro de Harry permaneció inmutable, aunque por dentro bullía una mezcla de sentimientos: amargura, desilusión, rabia incluso tristeza. Su aura mágica hacía temblar las paredes mientras Ron lo observaba con miedo que pronto se esfumó y acercándose agarro a su amigo por el cuello de la túnica.

—Harry ¡No somos ellos! ¿Te olvidas de que bando formamos parte? ¡De la luz! Ellos son los malos y nosotros lo buenos. Ganamos se acabó la guerra así que deja de pensar en ello. —Tras decir esto lo soltó bruscamente hastiado por los devaneos de su amigo. Él estaba satisfecho con lo que había hecho y gracias a ello los malos estaban en la cárcel así que ¿Cuál era el problema?

— Ahí te equivocas Ron. No hay tal como personas buenas o malas, blancas o negras sino grises. La vida de una persona es una toma de decisiones constante, a veces las haces mejor pero otras peor. Una mala decisión puede hacerte parecer mala persona, aunque la hayas tomado porque en el momento parecía buena, pero si luego intentas redimirte parecerás ante los ojos de la gente buena persona otra vez. ¿Cuál es la verdad? ¿Es esa persona buena o mala? En realidad, ninguna y seria hipócrita ir cambiando de parecer porque al final la esencia permanece igual y son los errores los que nos muestran lo correcto e incorrecto. Tu nos abandonaste cuando estábamos buscando los horrocruxes, Snape se unió a los mortífagos en sus comienzos. ¿Eso os hace malos? No, pero tampoco os hace buenos, sino que os hace lo que sois, humanos. —Cuando acabo Ron estaba pálido pues su amigo le había reprochado su mayor error diciéndole indirectamente que no era una buena persona. Eso fue más de lo que pudo soportar y tras soltar un "Jodete" salió corriendo del lugar.

Tan ensimismado iba que no se dio cuenta cuando la carta cayó de su bolsillo frente a los pies de una chica rubia con unos ojos especiales, diferentes, capaces de ver cosas invisibles para los demás, pero importantes o cruciales para la vida humana. Esta simplemente sonrió agachándose para cogerla y guardándola en su bolsillo se dispuso a buscar al destinatario de la misma.

—No te preocupes, te llevare con él a salvo. Has pasado por mucho— dijo mientras acariciaba la carta en su bolsillo con algo parecido al cariño.

En otro lugar Harry permanecía estático sin saber muy bien cómo actuar. Pensaba que tenía razón y que el enfado de Ron estaba fuera de lugar, pero también sabía lo temperamental que era. Tal vez había sido demasiado crudo con él, aunque deseaba que comprendiera la idea. Desde el final de la guerra se había sentido perdido como si no supiera cual iba a ser su futuro. Entonces se dio cuenta de la poca decisión que había tenido en su vida. Se había dejado influenciar por su alrededor pues lo que ellos pensaban el acababa pensándolo igual también. Como siempre cumplía ordenes de sus tíos no había aprendido a imponerse y cuando lo aprendió fue muy tarde para negarse. Muchas vidas dependían de ellos, no tuvo el corazón para decirles que no.

Sacudió la cabeza eliminada los pensamientos molestos que plagaban sus noches y se puso una sonrisa falsa en la cara para acudir a la fiesta en la cual no deseaba estar. Justo estaba entrando en el salón cuando chocó contra una cabellera rubia muy conocida.

—Harry ¿Cómo estás? Me alegro de verte— Luna Lovegood la excéntrica choca que en su momento perteneció a Ravenclaw y que ahora se dedicaba al periodismo en el Quisquilloso. Gracias a su agudo ingenio, brillante creatividad y excelente prosa era el más vendido superando incluso a "El profeta".

— Yo también me alegro de verte y estoy bien, pero ¿Cómo estás tú? ¿buscando una nueva historia? —Por lo general Luna no era asidua a este tipo de eventos y si aparecía era cuando había algo jugoso por eso todos estaban ojo avizor por si veían algo interesante. Lo que la gente no sabía es que a Luna le encantaban las celebraciones. "Si ocurre algo mientras estoy en esa fiesta es pura coincidencia2 repetía siempre que le sacaban el tema a colación.

— Nop esta vez voy de mensajera. Tengo que entregar una carta a su destinatario. La historia vendrá sola una vez hecho esto. —Los ojos de Luna brillaron al decirlo y le dio a Harry una criptica sonrisa.

—Pues entonces no te entretengo mas ve a dar la carta- y con un amago de despedida se dispuso a marcharse peor fue detenido por el firme agarre que ejercía luna sobre su brazo —¿Qué hac...? —no pudo finalizar la frase cuando el maltratado sobre se interpuso en su campo de visión. En su estupor Harry capto una chispa de diversión proveniente de los vivaces ojos de su amiga.

—Aquí la tienes, es para ti. —dijo esta y se dio la vuelta dispuesta a marcharse, pero algo la detuvo —Me alegro de que encontraras a la persona a tiempo. Tic tac Harry el tiempo se te agota y todavía tienes a una víctima esperando a su héroe ¿La salvaras? — y tras esas enigmáticas palabras se fue dando saltitos orgullosa por haber cumplido parte de su papel en esta historia.

"Que gran poder tienen las palabras escritas" pensó esta mientras observaba a su amigo en la lejanía disponerse a leer la misiva. "Los engranajes han empezado a encajar y la maquina a funcionar. Tic tac se le acaba el tiempo al mundo mágico tal y como lo conocemos" Entonces Harry abrió el sobre...

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